Un día para cambiar, si nunca lo hiciste, pero lo prometiste
sabes que te metiste con mi guagua, no era rápida, si amarilla
a una milla, dentro del barrio, con los que desafiaban las tramas
hubo compinches; para sanar la especulación, creciste
criminalizar, reducir, señalar; luchaste pero tu no lo vistes
la fiesta iba a comenzar, con aquellos pasteles, no fuiste
días tristes, camas en zozobra
Pronto el vaso se llena, lo he preparado para saciarte en tu desierto
te advierto, tienes un viaje pendiente, pero no escuches a la gente
Sal, retoma, doma la vuelta para trazar la línea, ella, en su recta;
Con más señoros que advierten de tus ataques, te acuerdas.
Ellos proclaman
Nuestras mancuernas, advierten, es la pasta que nos vierten
no tenemos cuidados, porque nuestros gimnasios son granjas
donde amaestran a las numantinas, si callan y repiten,
nosotros les pagamos la brillantina, a la mama y al pápa
Chorros de oro, perfumes en lingotes, sedas y perlas
dócil collar de diamantes, peinados cardados y regalados
bocados delicados de huevas y marranos.
Aspiras, entre otras cosas, las jotas y sus cinco, también
comes con vistas a las concesiones y de un chaleco extraes
doblones.
Soy el risidente porque a mi señor Residente le debiera dar la risa
si por casualidad, le llegará todas estas letras que soñaron palabras
quedando absortas cuando él las coloca y no se cansa de desafiar
no a mí; su viejo estudiante,
sus ataques van dirigidos a aquellos adolescentes con ínfulas de Baratijas.
Yo, por si cuela, como les lanza rimas como una metralla
me apresto a coger la libreta y con la prisa del caracol anoto
que su vista abarca la historia de un continente esquilmado y sufre
porque sabe que al planeta, por muchos lavados, le dan de lado.
Yo ahora oigo, porque el señor twieter cada poco tiempo me visita
que todo un señor país, Francia, la gran empresa ha privatizado.
Oh lala, he proclamado, aquí si abre Acsen me compro un helado
para escuchar acurrucado a todos esos servidores de sus amos
que aquí es imposible. ¡Que sería de este país sin la iniciativa privada!
Les digo la priva es la que ustedes les han dado, con sus tejesmanejes
de tal manera que han esquilmado, eso si envueltos en banderas,
todo lo que podría ponerse al servicio de un ciudadano.
Medios de información pagados, financiados por quienes les han aupado
a las tarimas de las teles que invaden los asuetos de las mañanas y tardes
elevan a quienes prometen fidelidad, bocachanclismo para su Oh ¡guia!
contigo empezó el periodismo
Dadaismo, esnobismo, columpismo exhibicionismo del descarado
que descubrió que estar al lado de quien tira el dado, le promete
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