domingo, febrero 25, 2018

¿Donde vuelas? Antonio

Hola Antonio,
Ya ves amanece un domingo y te seguiré descubriendo cada uno de mis siguientes días. Ha sido rara, mientras iba profundizando mi atención a tus maravillosas viñetas con la ayuda de mentes que empiezan a preguntarse; en tu Bilbao querido, con tu Athletic de por medio, y como excusa, hemos oido el martilleo de cerebros que han decidido automatizarse, vaciando su capacidad de razocinio para dejar paso a un inmenso pulsador de si y no, bueno y malo, amigo y enemigo, patria y extranjero, con su repiqueteo sobre los bancos que eran para encuentros, van taladrando los tornillos que nos soportan los armazones donde hablarnos y escucharnos.

¿lo más duro de esos seres violentos? la justificando de los suyos. Son nuestros y por eso les defiendo aunque exhalen odio, aunque nos entierren en círculos dantescos. Dice Dylan que son los seres arietes utilizados por los poderosos.
 Así es, energía artificial de gimnasio con pesas de material de odio. Engrandece músculos, perfila contornos y bebe brebajes de bombas racimo con trozos de palabras inconexas, envueltas en brillantes telas para la embestida. Existen, cada vez más, el lujo de sentirse en cada ciudad defensores viriatados de esencias nacidas en tuberias de desagües atrancados.

Son aspirantes a nuevos guerreros de lo cotidiano amansado. Amos juegan con cadenas de longitud a morder al otro que molesta. La sangre ondea gotas de fidelidades encorvadas.

Leer, leer y leer. ¡Cuántos nos los recordabas!  ¡Cuánto lo echo en falta cuando un día de estos no puedo acompañar a Ana Frank en su encierro que nos muestra lo que hacemos en la falsa estancia en la que escondemos a los migrantes!

Hoy, nos ha dado con tu compromiso de años, la invitación para compartir conocimiento con periodistas como Javier del Pino y Jordi Évole. Vernos humanos para dignificar desde el respeto

Ya ves, a la locura del odio para el miedo, nace vida en la que engedrarnos acción

Si te beso

Si te beso
Fortaleza, es para que te deshagas en humana
Si te beso
Violencia, es para que te pienses en conciencia
Si te beso
Ilegal, es para que te sepas legal, canto a razón
Si te beso
A vivir, es porque palpitas evitando indiferencia


Si te evito

Fortaleza dañina de ladrillos de oro, es por escalarte
Si te evito
Violencia dirigida desde sombras, por hacerte, Ser
Si te evito
Ilegal apabullado de tantas plantas, sera mi muerte
Si te evito
A vivir, donde escucharé los Ramones, para beber

Darme tenazas para cortar miedos
Guiarme al desierto para renacer
Leerme mil historias para hacerme
Silenciarme los ruidos, oír los ecos




una oportunidad, ¿en qué libertad?

Libertad en el ¿juego?
Llegan furias, que como son nuestras, son visitas
investidas de herrajes de odio, ellos nos son así
flamantes tatuajes, para nuestras pieles impólutas
martillos de libertad, que exputamos  en frenesi

Derramar ¿qué libertad?:
No admitamos al diferente, que nos invade las compras
No abramos a sus ecos de voces, que despiertan terrores
Pongamos pinchos, cascos, escudos, pero no respuestas
Encerremos nuestros miedos en márfil, pérdidos a seres

Clamores sólo nuestros
Si soñamos imposibles de nuestra plenitud, con vasallos
Si aclamamos los éxitos que enlatan, siendo espectadores

Equivocar aviones y
Mandemos equivocadas libertades de picudos esbirros
a los parajes donde quisieramos encerrar al desahuciado

Y allí, 
Tañan las cadenas con mazas, para nacer a futuros
y vengan, vengan, naúfragos de inhumanos  campos

domingo, febrero 11, 2018

Mónica G. Prieto y Maruja Torres, viajes al compromiso con el lector

Me encuentro andando por los caminos que he corrido. La naturaleza me atrapa, la nieve me frota los ojos ante la visión de una atmósfera, ahora pura. Escalada por la parte de atrás de la Peña Hueva, su primera mitad, me vuelvo para descansar del libro "Contarlo para no olvidarlo", de Maruja Torre y Mónica G. Prieto; allí a lo lejos, 60 km. aparecen las cuatro torres, majestuosas, poderosas, con cimientos, enfoscados en hierros de una sociedad comisionada, profundos, para anclarse en las tierras donde seres humanos se van mimentizando para ser tomados como piezas de obsolencia programada. Al otro lado del montículo que me ha partido la realidad, aparecen las antenas que nos han universalizado para nuestro control, teléfonos y televisiones nos hacen universales en sus cercos de ondas.

 Poco a poco, busco lo inmediato, el barranco horadado en sus arcillas dúctiles, el camino directo, de pendientes espartanas, no para recién nacidas, sino para corredores que faltando una semana para su boda lo bajaron buscando liberarse de sus ya próximas ataduras. El barro, me atrapa y la nieve, lucha por mantenerse entre los rayos del sol, poniendo la puerta de un gélido viento de norte que la proteja.

Miro los árboles por vestir, el asentamiento para mimetizarse en un recogido y empinado valle donde los corzos vuelan en su casi ingravided del instante.

Me vuelvo, al libro, pequeño libro, respuesta a mis voluminosos "six minutes in May" de Nicolas Shakespeare, "Enemies and neighbours" Ian Black; no me lo puedo creer lo que Maruja y Mónica me están ofreciendo en este diálogo recogido en mi nuevo tesoro. Había leído a mi maga de cuchillos contra la idiotez, siempre; y a la indómita viajera en su libro junto a Javier Espinosa, tras leer el de Mikel Ayestarán, no hace mucho tiempo. Y aquí, en este pequeño relato, para llevar y ofrecer siempre en  la cartera en mi corazón, encuentro la repuesta que me pedía un pequeño periodista. No, no tienes que hablar al micrófono, ser público; el periodismo es respetar al lector que te quiere leer, viajando a los rincones donde las respuestas no están en los escaparates de las primeras líneas, es renunciar al despacho con líneas a las fábricas de ideología, para buscar sus verdaderos orígenes y esperar sus a veces, eternizadas consecuencias que no serán narradas en la sociedad de lo soluble como verdad eterna caducada.

¿Cuántas veces volveré al libro que besa el dolor de ser consciente de lo que me rodea?

Ante los millonarios pantallazos dedicados a seres iracundos, mercenarios en busca de nuevos botines, capaces de inyectar adyección ante el diferente, desde las excrecencias de las que son suministrados en las charcas inmundas de los bajos fondos del poder, brillan dos mentes dotadas de las agallas que destrozan las concertinas de sociedades, muchas veces machistas, muchas veces adormecidas por un capitalismo que engulle a los seres entregados a un individualismo que les debilita para crearles miedos y odio.

En el tesoro descubierto, por el que casi quedo atrapado en barro, y en sus mil bolsillos de realidades intuidas; hoy bajando al 154, rememoro uno de los que debemos revestirnos para recibir sus agradecimientos a una sociedad civil, que respeta a sus invitados. Las dos fueron reconfortadas, en muchos momentos, por familias árabes, que se renunciaban, para hacer confortables su espacios a Maruja y Mónica, seres en movimiento para buscar y compartir claves a clavos dolorosos de la consciencia en la que debemos vivir cada día, entre una sociedad sofasticada (homenaje a Irene)


sábado, febrero 10, 2018

Vaya mes, 155 visiones sin ojos

Compadezco en estos momentos enfrente de un tribunal, que me pide explicaciones por mis pensamientos. Asumiré, cuando en sus mentes encuentre los ojos en los que sufro

1.- Me dieron besos desde labios sin nervios.
Sentí escalofrios por las cuchillas imperativas;
de sus cuerdas, salieron certezas sin cimientos
nos dominaron porque prendieron la verdad

Salimos, miles, resquebrajados por dogmáticos
que entarimados les elevaron a propalarse dios
donde levitarán en muros, donde seleccionar,
tabularon éxitos, en una sociedad a humanizar


 Standares sin pálpitos


Máquinas imperfectas

viernes, febrero 09, 2018

Un proceso largo

No sé verdaderamente cuanto se alargará este párrafo, puede que millones de corazones buscando latir entre las cenizas de sus vidas, clamen por subir las persianas de las sombras sin dimensiones. Sus rescoldos vibrarán entre el coltan que nos hace universales en nuestras cuatro muros de concertinas. Somos ajenos a sus pies, ennegrecidos en los lodos que les retienen en su huida, solidificados entre las minas que manan entre azufres de balas.
No sentimos el estertor de sus proclamas de auxilio, porque el sonido de nuestros moviles lo hemos subido y ese material es dúctil, aunque no el cuchillo de sus comerciantes.
 Encerramos sus manos que necesitan escalar vallas con las esposas que poco a poco vamos dando en nuestro propio pais a los dioses interpretadores de las ofensas divinas, cuando ellos escurren las justicia por sus pasapures pútridos en subjetividad inhumana.
Se corta la llamada, al otro lado el silencio clama entre fuegos artificiales en espera. No es posible oir los besos de los coltanes tarados en miseria, en una sociedad que perece poderosa en falsos diamantes.
Mensajes únicos para ser recibidos por los seres humanos que necesitan darse las manos, entre las concertinas que desgarran sus pieles con filos de egoismo

miércoles, febrero 07, 2018

Aunque no les vea, me esperan

Pues como se llama usted?, me mira y se interesa por mi dejadez.
- Estoy ultimamente borde, pero bueno, le miro y digo, Jagar
- Asimila y me dice, parece que ahorra en todo. Poco cuidado, nombre reducido. Aunque tenga mi libro al lado, la filosofía slow no es abandonarse.
- Me parece directo el tío, pero bueno, parece que me he relajado en los días precedentes; ah, no?, le contesto como toreando, diríamos que la embestida, así lo había entendido yo.

Anda, anda, ve este video; déjate de sandeces y escucha y haz, pero no con las prisas que te inducen los luminosos, ni con la inhumanidad con la que ponen los estándares en la enseñanza.


José Luis Sampedro y contrapicado

Ahora, camina, plantéales proyectos donde cada una de las personas estudiantes se puedan realizar con su creatividad y no continues obnubilado la artificiosidad de los que quieren introducirse desde lo privado en lo público que debe atender a lo humano por encima las cuentas de resultados.

Ahhh, y ¿usted como se llama?

No lo sabes, barbas, gafas

- Soraya

- José Luis, que no tienes remedio, ni habiendo visto el video me reconoces, como te va a entrar algo en la cabeza.

- Me he levantado como un resorte, REACCIONA, me ha parecido que me decía y estoy en danza con los ojos femeninos que me han dejado las poetas visuales amadoras de todas las naturalezas que han reposado su delicadeza sobre las música que me danza.

Anda, parece que me ha oido desde su río eterno que nos lleva, que tienes más cuento

lunes, febrero 05, 2018

Janis

She loved life but people believed that external beauty is the key of the common relationship. Sometimes she suffered because nobody are outside of the primary feelings. She developed the beauty of her creativity from the music but she was pain bu
Who are people that indicated us that we aren't beauty?,
where are their lives in front of a showcase that has needed to be reparate from their shadows.
Where are the corners where these voices can be heard?
How many days did Janis wake up the piston of our asleep opportunities in the repeated nights?
Now, years laters, we're happy of those shadows of people haven't faces and also not brains;
How many words should be found between the children worlds to show them about their own strenths in front of people who need to be supported by mirrors?

Her life looked for ethernal happiness althougth our hearts will dream to hug her loneliness as we grown with the rhythms of the feelings which generated her voices. When she was understood the value of being supported by family and nice lover, and the requierement of leaving lender drug sellers, she tried to travel one more time with these strangers travel companions that always collect their debts; but this chemical substance, that day, didn't wait.

I love that you willd dress our next time with the image of your evocative voices.

 Can a razor open the skin as her voices destroyed the skeleton of a fake World?
People build their lives acepting be driven by the owners. They kiss their beds where their dream will sleep accommodate and as zombies will blame the different personalities

domingo, febrero 04, 2018

la radio

Sueño con la radio; algunos días podría intentar estar con Dylan por horas, como intentando averiguar porque su cadencia me ha sugerido siempre que estaba creando poesía urbana, intima, rebelde sin haber llegado a comprender cada una de las claves de sus mensajes.

Otros días, los domingos, o durante los viajes de las semanas, me envuelve el periodismo de Javier del Pino; por ejemplo, si cojo un día como hoy, cuatro de febrero, despertando cansado tras haber visto la gala de los Goyas, vidas narradas para que habiten en el intento de comprensión de mis actos.
Al conectar el enchufe, me encuentro a robinsones navegando por las marejadas de los paises expoliados para la venta de "la libertad" en Estados Unidos. Degradacción de la convivencia, creando monstruos que fagocitan a sus coétaneos, revestidos de una justicia a la que putanizan, taladrando los platillos donde los débiles caen por los agujeros sin redes. Destrozos ejecutados por esos monstruos, dueños de comederos para asalariados de razones segundadas, traducidas en violencia contra los seres en transición. Cuenta, un padre religioso comprometido, agarrado al corazón de los que comparten, que allí, en Colombia, jueces derraman apoyos a paramilitares para conseguir victorias terrenales y me viene a la cabeza, si también existen jueces que buscan victorias celestiales, matando el fiel de la balanza con brochazos a paneles blancos rasgados por sentencias mercenarias?

Cuando, poco después, entre propias dispersiones oigo a Simona Levi, Xnet, planteando el siempre posible conocimiento y compartiendo el trabajo de tipi_ciudadanos lugar donde racionalizar las marcas españas, exapbrutadas sin orden por los poderes públicos, para echarnos zozobrados en las charcas de las aceptaciones inenteligibles; me rebelo, me condeno, triste, porque al conocimiento, le asaetea el haber oído esta semana las imprecaciones armadas para arreglos que necesitarían encuentros. Siempre cañones, cuando nos dejamos construir los muros de nuestra ficticia tranquilidad.

No nos damos cuenta que el muro nos aparta del otro, que nos lo muestra odioso, pero también nos encierran, cercenando sendas por dónde el encuentro con el diferente nos mostraban escenarios para la unión.
Y es esa clave, querer buscar, saliendo despojado de los trajes de hilos de aceros tan poderosos como asfixiantes, como en la hora siguiente, esta radio para despertarme con el acto, escucho a seres, Josep Maria Mena, Ander Gurruchaga, Mercedes García Arán y Joan Romero que brujulean por las aguas llenas de minas preparadas para estallar en mercados de la tierra, donde saludar al artesano;  donde se orientan también, para evitar islas con acantilados tan desafiantes como bellos por escalar; sin pensar en las taimadas piedras que destrozan los cascos que llevarán a sus recónditas playas de baños compartidos y de cuerdas para escalar entre las inquietantes grietas, para tenderse en praderas nunca ajenas.
Y entonces me digo, me nazco para una radio, que quisiera escucharán los incansables pasos de José Martí Gómez para hacerme curioso ante los neones de los vendedores.

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y