viernes, junio 14, 2019

Mírales

Obedece a la palabra que te marco
te definí las vistas que te mande
Aunque veas niñas, escuchando
sus brujas serán malas, por reales
Si compran productos terrenales
que más da, ya adoras símbolos
Si te deslumbras, cien arco iris
no comprendas, te ondean dos
para que disfrutar de encuentros
si ya te doy rodillas para adorar
No, no te desnudes, para nacer
te nací, te escondí incluso a tí.
A tus seres que me sufrieron,
olvídales en su pena, te marqué
futuros para que no te salieras.

Acércarte sólo para afirmar, impotencias
no descubres, hiciste un agujero
abandonaste tu nave, para desde la mayor
donde siempre oír: Mírales
No, encuentrales

miércoles, junio 12, 2019

International migration

Una muy corta introducción para conocer que hay detrás de esta situación vital. El bombero lo ha visto cuando ha debido apagar el fuego originado en mi nave. Ha sido verlo y apuntar con su manguera; ok, era un rojo intenso y lo ha demolido. ¿Finalizado? peligro de explosión.

Tenemos un héroe, su subordinado, ser de mil recursos, vío lo que significaba ser sólo un libro y ha edificado un muro invisible dónde salieron aquellas mil razones para desterrarse, por las que se pierden las raices de abrazos de mamas, de ojos adolescentes, de fatigas en cuevas construidas con nadas.

Lucha de titanes, bomberos con un objetivo. El primero recibe una llamada, si, es él, Miguel, le dice que no tenga prisa, que se siente  y vea que entre la globalización de los productos, de las materias, de los réditos, moviéndolos, como hojas, aparecen cabecitas sudorosas, llorosas, sufrientes, asustadas, que cada una tiene un corazón, unos sueños y unos besos que les alivían.

Nuestro visionario intrépido que vío venir lo que había en aquel rincón tinto, saca manos interminables y les abre camino a los migrantes entre piedras, espinas, trampas y hachas en mente, no mira sus corsés, sólo busca el desarrollo de sociedades:

En respeto, encuentros, ayuda mutua, caminando por los muros hechos rutas de reconocimiento.

Miguel Gila, no llama, y sin embargo, está. Cómicos de crónicas absurdas que bajo sus cascos construía cimientos sin venenos

martes, junio 11, 2019

Tenso Cabezo, una siniestra mente

Me reúno con Tenso cabezo, maestro del siniestro, tras arduas reflexiones ha decidido crear un paraiso lleno de ladrillos. Tras arduas reflexiones ha decidido que esté en el Alto Tajo.

Caravanas de casas sumergidas, son montadas, por maravillosos nuevos métodos, sacadas de los pueblos fantasmas del Mediterráneo. Potentes motores cruzan para adentrarse en la Meseta: esos camiones del casi extinguido gasóleo allanan los caminos indómitos, miradores al agua indómita. Se avecina un nuevo estercolero que volverá a ser tapado por tubos invisibles, que nos entretengan otra gran época. ¿Hacía dónde irá la nueva migración de nosotros mismos?

Al doctor siniestro quizá le debiera funcionar los Cabezos

Amores reñidos

Cuando nací en una alpargata, no pensaba que me llamarían alpargato. Creí que verian un descalzo para trazar un mundo, se aterrarían ante la corrupción, amarían a los seres, no a los símbolos. Indagarían en mi respeto al medio ambiente, por lo posible no por la prepotencia. Ahora comprendo que ese nombre objeto es el que les transmiten: palabras fetiche: pensar les crea pánico, ven personas tomando decisiones.

Más fácil es decir: yo amo lo máximo, me arrodillo ante lo único, aclamo la tradición. ¿Cómo sería una vaca que cogiera el teléfono y llamará al palco para decir muy bien, se han divertido un rato, han visto de cerca la muerte, me pueden dejar retozar con mi parienta, allí en la pradera de lo inmediato?

¿Estaría reñida la lógica con el amor al encuentro?

domingo, junio 09, 2019

Gila y la cena catalana

Estoy leyendo el libro "Gila" y se me cae una historia que debiera ser suya porque yo ando en casa de la vecina pidiendo un poco de sal. Me había acostumbrado a lo soso, quizás es que la cena catalana me estaba resultando insulsa. Le dijé al maïtre no tendrá usted un poco de solomillo sin vaca, pero claro él me hablo de Matilde, aquella precursora de los cuernos sueltos que se insertaban en cualquier hombre despreocupado. Muy ofendido el cocinero divino, me aseguro que sólo podía encontrar ahí la esencia de esa preciada vaca absoluta.

Yo por variar le comenté que tendría que abrir su mente; en las "matildes", unas grandes y libres, existían otras partes exquisitas, incluso en otros animales que se habían metido en la cama, eso si para ser respetado, por mucho que un hombre en la cama....

 Asi, que hay me tienen, sólo, diciendo: "estoy libre" y subiendoseme estos de las certezas, que sueltan navajazos con bisturies, sin miramientos a lo realizan otros, sin concebir descubrir matices que les desnudarían el vacío de sus envolturas, porque sólo escuchan solemnidades desde sus atriles-proclamas celestiales.

Desde allí, con sus abismos el crédulo también resultaba herido e incluso muerto por inacción, o por las especias venenosas que vierten sobre las otras partes nobles, de una hamburguesa sin muerte. Por mucho que  aquellos presuman de una ocupación inmensa por el rey del manjar. Sin embargo, toleran que otras partes sabrosas fueran envenenadas desde su botica de las cloacas de patrias, de banderas para el odio interno.

Estaban estos expertos carniceros que metían los chuletones de buey, chuletillas de cordero silvestre,  en congeladores, para sacar siempre el mismo producto. El no va más, la identidad sin la cual, ¿qué puede saber de crêpe mi vecina? y sin embargo, me reuno con una gente, y me estabulan; les han enseñado a decir: si quieren una sociedad sin especulación, sabiendo quienes siempre ganan, quienes roban por encima de quienes son señalados como aprovechados, les ponemos una etiqueta y ya está. Nuestras exquisiteces, nos hacen únicos. Y al otro, lo despersonalizamos.

¿Serán seres estabulados con palcos tronos a pantallas de única vida? Llaman a los bomberos cuando se descubren quemados en sus ascuas y no, no se dan cuenta que sus números de teléfono fueron tomados para que siempre repitan tam, tam aunque se atisban en taparrabos para sus desnudeces, porque, a veces, se creen, inocentes, bien pensados, que ponen sólo magnesio para sus fotos, pero resulta que les han dado dinamita y rompen convivencias porque mueren respetos y se alian con el  dador, aunque sólo él haya sido chamuscado y pasan a ser nada, escondidos porque habrá otro dispuesto a fotografiar, dispuestos a explotar.

Sueño con Berlin, porque trabajar allí, es rebuscar para encontrar gente comprometida; aunque no veas, también coincides con gente que se deja llevar en sidecar para chocar contra muros

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y