viernes, febrero 28, 2014

A month without hepiranares

The last three years, I discovered a nice tool where I could explain some of my feelings, fears, dreams, loves or poor experiences. I thought that the words could discovered me other ways, when I stopped the first of February I didn't feel any. Why?

A woman is discovering my weak body around the sounds, I've fallen near her legs, I've taken its although she didn't like. I've asked about her loved embraced. She've thrown away, she reminded me that my feelings are short of dispositions. She asked me about discovering her essences. Perhaps, when I wrote  her other days, I'll take times to fill her deep skills. I should do it    

martes, febrero 04, 2014

Un día

Apareció la nada, ufana, poseida por la boca exabruptada y fue invadiéndonos. Nos enseñó donde abrumaban sus caras estancias: donde cegar los manantiales de la corrupción, donde tapear sobre las mesas llenas de insidias, estipendios por plegarias y nosotros decidimos ser perfectos, olvidándonos  y despreciando aquellos lugares que nos parecían tan lejanos, pero sin querer darnos cuenta que vestiamos cofias y que comiamos sentados en su suelo.

Y sin reconocerlo, nos construiamos muy, demasiado debiles, si no veíamos esos látigos

sábado, febrero 01, 2014

Cuando somos la nada

Se acerca, sigilosa, taimada, sus manos resguardadas aunque desde los bolsillos se intuyen garras. Me he levantado, tras estar encerrado. Desde su apenas imperceptible susurro, me lanza a abrir la ventana. Si el horizonte es franco, sin nubes que atrape mi mirada, sin rayos que traspasen mis pisadas. Me dice, como la soñada cómica, compañera elisada que abra la ventana y con el viento que otea los pasos raudos a través de las tierras desposadas, llegué a ser otro, único, con terrazas balconadas a las sendas inexploradas; con sonrisas receptoras de exclusivas pócimas al cuerpo vestudado; con pantallas extasiadas por ofrecernos piedras lanzadas de las tierras esclavizadas por días sin horas.

Mis ojos abiertos, exceso de un sueño. Golpean aún entre tinieblas las horas llegadas. Puede el sueño del azul, exquisitado, por la ventana lanzo el ala para ser acariciado por el batir de viento alado.

Mas la última campanada, me estrella a un inane camino clausurado, su boca se abre para mostrar el origen de las dentelladas y la realidad esta plasmada y entonces, ya sin edificios, veo que las atormentadas nubes habían sido dotadas sólo para el destrozo, que las sonrisas eran carcajadas y que a las piedras, devolvían disparos, inmaculados, mas disparados y si, ahora

La nada había sido entronizadas y nosotros, yacíamos, postrados, incluso diciendo que adorando a esa incombustible nada

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y