jueves, diciembre 31, 2020

Pulguita y los viajes

 Visto desde perspectiva del tiempo, el 2020 ha sido una pulguita. Y sin embargo, como una hormiga me voy introduciendo en cada una de las innumerables migas que lo componen y las cortezas que cuestan tragar.

El caso de como una hormiga inquieta, empiezo a visitar, ¡pues cual va a ser!, la más onírica, por si me sirve para imaginarme algo, por su forma, por su luz, por su sabor o su sonido. No me es fácil, no soy de mucho imaginar. A lo más que he llegado es a imaginar que una sirena con la que comparto inmersiones, me envolvía entre sus aletas y me daba un beso con el cual podía sobrevivir en medio de las agua, cruzándome con peces espadas, o pulpos y al primero, saludarle desde lo lejos y al segundo hacerme un lio por no saber cual mano darle a modo de saludo. Con los atunes, es más fácil porque como son bonitos pues parece como que encuentras un cierto placer en compartir confidencias.

Pero fuera de esto, como afirmaba, no soy de mucho soñar. Asi que me envuelve en la primera miga que me encuentro. 

Espesa como ella sola; alimenticia, no mucho porque cuando la vas engullendo te va creando como u retortijón que no te hace estar seguro en la presencia, por ejemplo, de mi amiga la sirena. Con lo cual, a veces, te las ves canutas para salir del paso; sobre todo, si estás en el medio de la ciudad. En el campo, lo cubres muy bien, diciendo: "me he apartado allí, porque esta flor que os traigo de aquellos aledaños a la casa, donde brilla el cristal por el último rayo de sol, los griegos la utilizaban para curar la tartamudez. 

Al masticarla producía una acidez que te obligaba a estar hablando lo más rápido posible, para olvidarte de ese nauseabundo sabor que se había instalado y que amenazaba con destrozar la paciencia más trabajada. 

Sin darte cuenta, no fue el caso de Demóstenes, que se metía piedrecitas en la boca, por cierto ¿tendría cita también un lunes 12 de Enero, con una odontóloga para reparar las piezas dentarias, una vez curados sus problemas de voz?

En la visita, no guiada por esa miga, vamos a llamarla poca amiga de recibir atenciones, hemos comprendido que la llegada a una nueva masa, nos implicaría en enigmas quizás irresolubles para nuestro tiempo. La observábamos un poco dispersa, como agujereada en el el corazón; intuimos que nos metería, en muchos casos, en determinados problemas que no te podrías esperar. La ves con una cierta complicidad, porque es muy abierta, como si la hubieras podado por el centro y las ramas que buscan el cielo para que la luz se recree visitando, incluso, sus partes bajas, que como si fuera un barriguitas, hacía tiempo que no podía atisbar por sus prominencias. 

Cuando, después de un efusivo abrazo, comprendes que quedarte un rato mirando el atardecer que con sus últimos rayos baña las olivas caídas donde en el invierno no da el sol y por lo tanto se te ofrecen como escarchados para deslizarse sobre tu adormecido cuerpo deseoso de ser abrasado, no se sabe si por la huidiza sirena o aquella que caminaba entre las zapatillas para recogerte en un modelo adecuado en color y número.

Vaya con la continuidad de un grupo de migas que se te han ofrecido como un laberinto. Cómo hormiga me parece insalvable, como amiga de la cigarra, me da la sensación que exorcizaré los quebraderos de cabeza que me pondría producir, hallarme en el medio de un sin sentido y por ello, medir la longitud de los algoritmos para navegar por el sendero correcto.

Es duro, adentrarse en este tiempo; es cruel, porque cuando piensas en cada una de estas encrucijadas, que en tu caso le has ido poniendo nombres, como otros, les habrán puesto, otros. Te das cuenta que vivir de cerca caminos tan pantanosos, te pueden clavar los pies para buscar la salida correcta. Luego les recuerdas: Florencio, Francisco, la tia Isabel, Aurelio y más, demasiado, muchos mas, y les piensas como que ellos fueron la base humana que ahora quieren que este tiempo sea vivido en plenitud por los que están. Sabiendo que estuvieron.

Así quizás, con la percepción de su vida, para seguir la tuya, emprender un viaje hacía la miga de las mil tonalidades y los cientos de matices. La escalas y te asientas sobre ella, porque se modeló en un banco y desde este, ves maravillosas pequeñas obras de arte que trabajo por el amor a sacar de sí, sus fantasmas, temores y demás visiones. 

Estas las has intuido grandes, o pequeñas, pero cuando contemplas la comunión entre Miguel y Manuela, sabes que estás ante su obra más completa. Y sí, también vivió la vida para que tu también viajes, con muchos de los abrazos que te dan sus recuerdos.

Cuando, desde tu pequeñez contemplas la grandeza de una simple pulguita. Ves estrellas como las interminables de Vazancao, pero, porque las ves, porque yo soy poco de imaginar.

miércoles, diciembre 30, 2020

Tocar el piano

 Me pregunta mi mujer que perspectiva tengo de poder ablandar el corazón a esos mandamases, tocando el piano. No la quiero decepcionar, pero si han estado ustedes cerca de un alud, pues imagen el caos de nieve, piedras y árboles, parecido es mi nível musical. Por ese lado, ninguna esperanza

A estas horas, entre plásticos, podemos ver a alguien caminando, no perdón, deambulando tal es su estado de ánimo en un día de amanecer helador y de mantas cortas. El mar de petroleo transformado, no está muy lejos, en unas horas se encaminará para producir exprimiendo la tierra. Pero "es tan corta la vida y tan largo el olvido"

Lleva la cabeza baja, luego me dirá que se ha cansado de buscar una mirada de complicidad o de un cierto reconocimiento. También, lleva las marcas de unas cuerdas, en este caso de alambre, que están impresas en su cuerpo. Tiene un humor cruel, dice que aprenderá a tocar la guitarra española en ellas, de 12 cuerdas. En su país escuchaba a Joaquín Segovia. Desde luego, la claridad es absoluta.

Ha oído que a James Rhodes le han dado la nacionalidad española. Se alegra. Sabe que lo insultan, más gradación en su adquisición de españolidad, por su compromiso. Conoce que no se esconde, dicen que apoya a las demás personas que buscan ese reconocimiento.

Cuando ya pasaba, taciturno, me he dejado caer. Enseguida ha ido a por mí.

¡Joder! por fin he tenido éxito como clown. Durante 10 minutos he hecho el Pepe Vihuela, 

- que si me levanto, pero no

- Que si dame sólo el antebrazo y caigo por el otro lado.

El caso es que al cumplirse el minuto diez. Me ha dado un bofetón. Si, ese de payaso que suena mucho, pero que es una palmada.

Vamos que yo también he sido payaso 😂, me dice

Y ya de charla. Primero, como ha explicado, antes, cómo hombre guitarra. 

Luego, ¡Qué fuerte! Se ha disfrazados de transatlántico: pomposo, ostentoso. Ęl muy jodío ha cogido los dineros de los paraísos fiscales y lo ha ido poniendo como chapas de acero, todo con su ciencia para darle flotabilidad y le ha dado por decir: por haberme aflorado, sirve para gentes como yo, repite el migrante clown, para que seamos visibles. Vuelve al puerto el dinero esquilmado. Buhhhhh, buhhhh, suena a su entrada al puerto, triunfante, satisfecho. No van a recibirles las autoridades, ni políticas y eclesiales, esas que hacen mutis por el foro para denunciar: "no robarás". Si a cambio reciben sus óbolos.

Ha sido decirlo y ¡Madre mía! fondos inversión, en muchos momentos, buitres; reyes que quieren su parte, se han tirado a recordarle: eh!, ¡eh! qué quiero mis comisiones, que vivimos como seres excepcionales con la exclusividad de las leyes interpretadas para nosotros.

2.170 migrantes hundidos en el Mediterráneo.

Las rodilleras de los niños cuentistas, las calzas alargadas de las voces trémulas de riquezas y cielos con puertas de las que ellos dicen tener las llaves, no escuchan nuestras voces. Somos "los Pogues" del Sur, con ritmos para la vida, pero ellos parecen ser las partes accionistas de los barcos negreros como nos cuenta Carlos Bardem en el "Combo blanco".

Parecen confirmar: "no te lo tomes a mal, es cuestión de negocios"

Dice Javier Gallego: "se pierden en el agua como una tormenta en el mar"

"...Pero son, pero fueron, pero están". Se lo recuerdan a esos piadosos "piernas" que es por como salen, cuando se les dice que al ser humano, no se le debe utilizar contra otro trabajador, para desde el exceso, reducir el salario que es no aumentarlo, cuando crece la inflación; o precarizar las condiciones de trabajo, cuando se observa el estado de necesidad de quién se encuentra desplazado ante una sociedad por conocer. 

Ay, Diego ¡Qué decirles a quien edifican aquí en la tierra sus paraísos y se creen dioses para echarte de él!

Se quiere ir, por fin, éste clown, pero antes hace un último truco, les pone nombre a los que fueron, son, 2170 seres humanos y  les hace caminar por entre ellos, los poderosos con una nariz roja, les recuerdan que aunque se crean los dueños y los elegidos, solo son ellos, los muertos, en otras circunstancias

Mutando

Esta mañana he amanecido muy normal, tanto que sigo pensando que debo visitar el otro colchón que tiene más entidad. Por lo menos, eso cree.

Pueden que piensen que es por algun interés y en cierta manera tienen razón. Le he pedido a mi vecina que pasemos la noche juntos. 

Con su mirada, me ha confirmado que sólo lo hará en el otro colchón. No vayan a pensar que haremos alguna cosa rara, sólo "haremos el amor", aunque ella, muchas veces me reconviene y me dice: "chico, siempre te pones lírico con estas cosas, tu dirás lo que quieras pero por como nos retorcemos, me parece que lo que hacemos es "follar". 

No la digo, ni que sí, ni que no. Sólo que cuando en noches como esta, la tuve entre mis brazos, yo la quisé, porque ahora la quiero. 

Ella es muy franca, no en el sentido de asesinar, sino de decirme: "oye disfrutas más que un gánster periodista ante una nueva obra, propuesta por nuestro gobierno amigo, sobrevalorada. Con eso, la publicidad de la empresas ganadoras para con su gobierno benefactor, que le ha concedido "lluvia dorada" durará unos cuantos años.

Para mí que nos vamos a disfrutar como jabalies en un cenagal. 

No, no es exagerado, si hago la comparación del magnífico piso comprado, a la última, pero sin humanidad, del mejor jugador del mundo, en un pais con aires del más democrático, con la piscina de barro que en una de mis correrías demenciales encontré en la media ladera entre la peña Hueva y Valdenoches, dónde por su amplitud y espesura para llegar ¿cómo leches llegaría allí?, estos cochinos salvajes no podían encontrar mejor "su jacuzzi" donde retozar. 

La única pega que le ví, por la espesura de sus zarzales es que si en ese momento, cuando no encontraba la salida, llegan los cientos de jabalíes que cabían; encima me habrían tomado para aperitivo, y en la orilla hubieran comentado:

"el no tener pelo en los aledaños del cerebro, ayuda a que sus sesos tengan más sabor ". El otro, quizás un poco más sibarita, hubiera añadido, "quizás un poco más joven hubiera hecho que estuviera más tiernos". 

En fin, ahora, que acaba de llamar al timbre, yo no la puedo contar eso. No sé por donde me va a salir. La última vez le dío por la llorera, como al precusor de los tirageles en los andenes del metro. ¡Cómo no va a llorar!, si en el caso de este último, recuerda las estúpideces con las que ha tenido que vestir su falta de personalidad; eso sí, me recordará, muy bien recompensada.

Así que cuando ha sonado el timbre estaba mirándome en el espejo, poniendo caras. En la última parecía afectado por algun mal; aunque otro día, en parecidas circunstancias, ella me había dicho que más bien daba el pego para mostrarme estreñido. He reaccionado rápido para quitarme de mis pensamientos esos reflejos, sólo momentáneos que vienen, llamándome estúpido a mi mismo, y he ido a abrir la puerta.

¿Qué quieren que les diga?. Abrí y con su presencia tengo que afirmar

   "you never can tell, 

Chuck Berry, "c'est la vie"

¿Cómo se llama?; ah, si el flow del cantante en esta canción, lo mantuvimos durante bastante tiempo, indeterminado.  Más, seguro que el tiempo para sacarse algunos máster.

Por nada del mundo, cejaremos en esta noche, que sera eterna para el vecino de abajo. Yo, y mi manía de no asegurar el cabecero.

Por nuestra parte, "No surrender", como diría un republicano que no comprende como después del primer rey, con circunstancias cambiantes, delega en su hija. ¿Qué tendran que ver sus hostias dadas y sus mercadeos, con ella?, como diría la intelectual "la peras con las manzanas, no pueden aparearse".

Nosotros, cerramos la persiana, no estamos para tantas florituras líricas.

martes, diciembre 29, 2020

Oliver, moto a la psique

 Pasa muchas veces; lo vas dejando. Hoy un poquito; mañana, algo menos. Al final percibes que has dejado de ver películas o documentales. Incluso llegas a creer que te será muy difícil conceder la atención a algo y buceando, buceando, aparece Oliver Sacks. Le conocí a través de "on the move". ¡Qué bello es el cine! ¡ Qué infiel le soy!

Luego intenté leer algun libro más técnico; contando que el autor los hacía muy accesible, pero no, costaba mucho: "musicalica"  y otra, no me llegaron a enganchar. Debía llevar razón la madre de una alumna. El profe no es inteligente, pero es majo. No sé si a ella la dijo que era una "bocachancla"¿Quién podría no tomarlo como un cumplido?. Incluso, un antiguo ministro afirmaba que en la dictadura, algunos habían vivido vidas majas. ¡todo medible, con métricas psicópatas!

 Me imagino que existen verdaderos especialistas en montar documentales. Ver partes conocidas por el libro y adquirir las exactas perspectivas que no pude tener de la importancia de sus trabajos, entonces, por estar siempre viajando en los vagones de una lectura compulsiva. Es el Oliver, vibrante como humano, quien aparece como un ser haciéndose, viviendo rápido, de forma compulsiva y peligrosa en su época, donde su poderio físico, su homosexualidad le tenia atrapado en esa exuberancia externa; dolorosos y exploratorios primeros tiempos, buscando límites físicos, dolido en una convenciones canallas, que incluso atemoriza a quien le debía de quererle.

 Pulcra sociedad  en su deseo de mantener con vida cualquier condición humana, pero cruel, con alevosía, a la hora de darlas una dignidad y un cuidado que requieran un gasto que parece siempre reservado para engrandecerla en su exclusiva excelencia.

Inhumanidad brotando por debajo de despiadada conmiseración por los otros, a los que se les quiere, vivos a toda costa, sólo para una pose inicial, y luego se les ahoga en unas ayudas mediocres, muy por debajo de lo que suponen las grandes especulaciones, con las que los poderosos empobrecen a su patria amada, eso sitio, en muchos casos, habiéndoles bendecidos. Cruel, también resulta que en estas circunstancias trabajadores apoyen a jubilaciones privadas, jugadas en partida de poker especulativas, en la que ellos, empobrecidos no entran en las posibles ganancias pero siempre, les llamarán para que asuman las pérdidas

Apasionante el trabajo humanizador que muestra en sus libros y refleja el documental, ante seres que habían sido encerrados, como muestra el profesor Sacks en su exitoso libro "Despertares" sin que antes, lleno todo de "covenciones punitivas",  les importrá sacarles de todos los desequilibrios en los que pueden estar anclados. 

Pero el documental está centrado en el ser apasionado que reconoce, necesitó un psicólogo para olvidar todo lo pasajero en lo que andaba distraído y observar, apuntando tantísimos detalles que le abrieron ojos inertes y mentes encerradas

No pasará nada para estos seres en transición, las pusilánimes rodillas aguantan la imagen de seres abnegados, pero nunca romperán las barreras de los encierros a las personas en otras circunstancias de vida; ellos pasan cuentas, como luego estarán destinados a pasar pero de dinero, en la mayoria de los casos, con la meritocracia de lo heredado, tantas veces, en miserables circunstancias obtenidos.

Terminar con su despedida de quienes le amaron y le cuidaron, tiene la delicadeza de la discreción y la grandeza de un ser grandioso en lo humano

lunes, diciembre 28, 2020

Anda jaleo; ahora llega el 25

 Esa vaca, cógela por favor.

- ¿Cómo se llama?

- Marie Therese

- Eh, eh, eh Marie Thérése, tate quieta

- No, no Marie Thérèse, soy yo. La vaca, Luisa

- Vaya, el nombre de mi madre; no lo puedo pronunciar. Eh, eh, vaca

Claro, todo el coro de vacas, gira su cabeza hacía nuestro descerebrado interlocutor. En una coreografía perfecta, todas mueven sus bocas "al unísono". 

Él quiere ser amable, pero ¡su madre, una vaca!. En fin

- ¡¡Louise!!, ¡¡Louise!!, lo dice con la fuerza de cuando no le hacía chocolate el domingo por la mañana. Lleno, y luego el vaso de agua que bebía en plena suciedad.

Hace tiempo, apunta Thérèse, que no venía por aquí.

- Si, casi 25 años. Nos montamos en  el Henares y terminamos en la Meuse, para aprender de nuestro: "El agua de mi río es fuente de vida". Proyecto europeo con Bélgica, Francia y Grecia. 

- Si, pero en verano, no había proyecto; y las trapistas caían.

- Tu connais, je dois apprendre Français, mais aussi Anglais;

- Bueno, si, efectivamente, dos o tres trapistas sueltan las palabras y la vergüenza.

En esto entran tres preguntas que se han salido del trivial que se preparó acercade del río Henares. "¿Comment s'appelle l'arbre tipique de Madrid?"

Yo la miro con un poco de aprensión. Esta pregunta, de alguna manera me paralizó, queríamos preguntar por el árbol que aparecía en el escudo de la ciudad de Madrid, se nos fue de la manos. ¡ Esos matices...... !

El caso es que me dirijo con un tono calmado, tratando de ser amistoso, para que se venga hacía mí. No se que tendrán estas cartas, si su sexto sentido, el caso que según se lo digo, una vez más. Se aleja aún más, como diciendo: ¡te voy a dejar que me cortes y me borres del archivo!, unas narices, no me puedes cambiar, de tal manera que ahí está, la respuesta de: el madroño

Yo, en estos tiempos tan modernos, con tres rayas bien lanzadas, he intentado que todos los árboles se les parezcan. Pero claro, donde está el disquete, ¡madre mía! disquete. Le pega un infarto a alguno.

El colmo ha sido cuando me han pedido, otra de las cartas, que me acordará como se llamaba el lugar donde estaba la vagoneta-bañera que subía los barcos que iban llevando los productos desde el interior a la costa. Iba a decir Waterloo, no por el flequillo, desde hace poco tiempo, típico de allí, que a mi, sin embargo, me falta, sino porque ahí ya se me acababan las posibilidades de acierto.

Jacques y yo, en una de nuestras bromas, debieramos haber metido una nueva pregunta de trivial. 

Maestro explorador de Alcalá que tras años, lo mismo 40 sin haber hablado francés; dió una clase de ciencias naturales, (perdón Science) y se hizo entender por el alumnado de uno de los colegios de la región de Namur:

    - Seguro que ha quedado en el imaginario de aquella zona: Jesús, la bondad.

Ya 25 años, toda una vida en la enseñanza. 25 años para concienciarnos que el agua de nuestros ríos son fuertes de vida y 

NADIE, 

                 1.- Ni los más ansiosos por obtener rentabilidad a sus inversiones,

                 2.- Ni el más poderoso que quisiera hacer sentir el poder que sabe manejar

                 3.- Ni el más crédulo sirviente que creyendo ayudar a la sociedad, golpea para someter a los ciudadanos a los del punto 2

                 4.- Ni los gobernantes que piensan en su futuro mientras toman decisiones que marcan el futuro de quienes les eligieron en ¿libertad?. ¿Es libre quien vota desde las mentiras que le indicaban lo contrario a lo que de verdad se hacía?

El recorrido del mapa, tras acertar las preguntas del trivial tenía otras ciudades. Las gentes de ayer podían ser maravillosas, las costumbres, en algunos casos ancestrales. Todo paso, sin más, incluso la espera a un tren, en la buhardilla de una casa que podría haberse inflamado en pasión, si el respeto de uno, hubiera correspondido al que tenía un ser soberbio. El agua se fue llevando el tiempo, imposible de retener; sin embargo gotas de aquellos tiempos, vienen y sacian por unos segundos el paladar de la memoria.

Desde la esquina

 ¡Cómo que tengo que subirme al barco!; no, no lo haré, estoy en la esquina del muelle y desde ahí, estoy tirando "bananas" a la canasta que es el barco, pero no creo que me suba.

¿Cuántas has fallado?; no sé; mira tú, a mi cuando me da por ponerme en modo Curry, no fallo ni una.

El primer balón lo he agarrado, caido desde las alturas. Alguien había puesto en tan nublado lugar, que "stop a la ley Celaa" y luego cuando, yo ante este marcaje tan estrecho buscaba una "puerta a atrás e iba a armar el brazo para el tiro, poniendo una camiseta verde de "escuela de todas, para todas", he visto que vestía una camiseta "roja", ¡nada menos!, que ponía "libertad". 

He terminado de armar el brazo y he lanzado el plátano, la mandarina la dejo para Llull

 - ¿es libertad la que ejerce la iglesia católica en sus colegios, donde tienen la capacidad de seleccionar a alumnos? Es su libertad; como la ejercieron durante los años inmediatos a la dictadura donde no movieron ni un dedo por:

   - En un artículo para el diario.es, Olga Rodríguez nos revela que  500.000 maestras, maestros fueron cribados, sólo por haber ejercido la docencia durante la República, un régimen democrático. Lo mismo se les va la cabeza y dicen que no tienen nada que ver con el ahora: 

    - Otro regimen democrático que pone unos poquitos límites a sus particulares modos de libertad desde los privilegios de quien puede pagar sus tasas, eso sí "piadosas" de actividades obligatorias.

  Desde el engaño por esa "su libertad", no la de todas las familias, quieren controlar las formas de funcionamiento de un estado laico.

Si, ha entrado mi tiro, no me preocupa mucho si quien recoge los balones, lo vuelve a meter pero ahora de abajo a arriba, para decir que no fue canasta. Lo hicieron entonces, y lo volverían a hacer ahora. 

No se sientan ofendidos, un alumno sale de un portal, había pasado sus primeros días en un pesebre y seguro que le ayudarán a que vaya a la escuela Pública, para que no moleste.

Si percibieran que tuviera algunos dotes, como nos cuenta Arturo Barea, le tratarían de captar. Sólo en ese caso y sobre todo porque sería para mayor gloria de ellos, los poderosos, libres en su elecciones, por supuesto.

En la puerta del piso que no pueden pagar, quizás porque un magnánimo inversor cerró la fábrica para llevársela a un pais donde aún les paguen menos a los trabajadores, miran salir a su hija, ha llegado para redimirles. Ella va feliz, quieren aprender, comprender, ser creativa, sin darse cuenta, desde la educación comprenderá que su libertad la ejerce aprendiendo de entre quienes le rodean. A lo lejos, entre vallas de glamour, algunos reciben una exclusividad de la cual comprenden otras cosas.

Armo el brazo, un migrante me mira con expectativas; no me lo pienso, allá que voy

 

domingo, diciembre 27, 2020

Una gota en nervios

 

 Me cuesta reconocerlo, pero vuelvo a estar nerviosa. Para nada es una pose. La última vez terminé en una situación nada agradable. Fui parte de un tsunami

Este hecho,  podría haber sido un momento de gloria, iba montada en la ola, era la gota de arriba del todo, poderosa, salada como yo sola, con una visión cenital, de diosa: de la playa a la que llegaría como un elefante en una cacharrería y si, también consciente, de lo que ya habíamos arrasado en pleno océano, alguna pequeña isla, sin apenas altura donde algún soberbio había construido una mansión paradisiaca, presumía él, millonario como gotas en el mar, había llegado a presumir; ahora su villorrio cumplía con la otra parte de la acepción, para un creyente en algo. No había quedado nada, su riqueza había pasado a otra dimensión.

¿Qué sentí cuando en la playa, me llevé chiringuitos, palmeras milenarias, coches 4 x 4 o por más?

Déjalo, a nosotras, gotas, nos han concedido el eterno retorno y ahora, ahora; espera que te diga. Vaya, en un río de alta montaña. Tan alta, tan alta que tengo que coger el “parca” que para mí, es la nieve.

-¡Uff! Que agustito, ya estuve aquí otra vez, pero entonces, me quedé años y años, como adormecida, helada, comunicándonos nuestras historias en un contacto muy estrecho; ahora, fíjate tu, no me ha dado tiempo a helarme, con la nieve he empezado a descender, descender, caer, como si no hubiera un mañana.

No, me han dado nombre aún, pero caigo veloz. Salto de 2 metros, de 7, golpeo una piedra; a otra, la acaricio para saltarla y me elevo, floto ¿llegaré a esa nube baja?, nada caigo y ……., ……..

perdonen que no les haya hablado durante un rato. Aún estoy mareadísima; ¡uy!, menos mal; ¡epa! he podido meterme durante un rato en una contra; aquí, me dedicaré a humedecer la hoja en la que me he posado que siempre agradece nuestras caricias.

Les decía que al caer, me vi atrapada en un rebufo, debo decir que por momentos son desagradables. Todo lleno de burbujas, como si te quisieran extraer tus esencias mismas: el oxígeno. 

Hay momentos, que no sabes dónde estás, que si arriba, pero abres los ojos y no ves la luz, porque no sabes, si aún estando ahí, en la cima, sin embargo con la mirada buscas el cielo en las entrañas. O si cuando abajo, miras donde crees abajo, sin embargo, un pequeño rayo de luz, te atraviesa como para hacerte fecundar otra gota.

¿Cuánto tiempo he estado en este rebufo?

Perdona si soy brusco, humano, pero nuestras medidas de tiempo no tienen nada que ver con vuestras limitadas perspectivas.

Al final, como con el tsunami, siempre encuentro placer en los diferentes estadios a los que llego. Si, cuando en un glaciar, el gusto era por estar siempre con las mismas gotas, saliendo de fiesta, riéndonos de los endebles rayos de sol que, en aquellos momentos, no eran capaces de poder con nosotras, una especie de: “las gotas unidas, jamás serán vencidas”, nos guiaba.

No me midas con tus parámetros; pero si, aún, casi, rodeada del blanco que nos confiere el frío, encuentro durante poco de vuestro tiempo, un espacio plano, ¡queeeee placerrrrr!, llegan humanos; en general, mal rollo, en estos sitios, siempre acelerados

¡Vaya! No tienen mucha prisa, se casi desnudan y se bañan. ¡valientes!, otros, incluso más abajo, se meten tapiados en ropas.

Ayayay, que me he quedado atrapada en los calzones de uno de ellos. Ya decía yo, en estos sitios, estos chicos-as siempre van acelerados.

Vaya pertrechos se ponen: camisetas térmicas, escarpines, chubasqueros, cascos ¿para qué querrán estos si yo, cuando golpeo la roca me desparramo y me extiendo hasta el infinito?

Se sientan en…., uno le dice al otro mira mi kayak, el último modelo que ha traído Urkan Kayak, si la emprsa de nuestro querido Antxon Arza.

El otro, flipado, observa, acerca su respiración a mí, y dice ¡vaya pepino!, ¡qué formas!

Silencio, siento las palpitaciones del cuerpo en el que estoy atrapada, empiezan a hacerse mucho más frecuentes.

¡Caspitas! La aceleración supera a mi caída de una cascada de 7 metros, en fin, tan poca cosa, estos humanos y tan sorprendentes en sus reacciones.

Ay, ay, ay, caigo, caigo, caigo hasta un escarpín, por cierto, los podría lavar de vez en cuando. Una cosa es que nosotras limpiemos y otra es que sus sudores y algunas de nuestras aguas estancadas puedan dejar de poso entre su material.

¿Qué habrá hecho este elemento para que ahora este en su pelo, corto, casi extinto?

 Me agarro a esto, de todas maneras, ahora está de pie, en una piedra, con una cuerda. Está a punto de arrojarme fuera de su cuerpo, cuando con un brazo, se seca un poco la cara.

No me ha tocado a mí, y le puedo ver en la plenitud de sus fuerzas, lanzando la cuerda por delante de otro de los piragüistas que se había caído en uno de los rebufos que os contaba que tanto me divierten.  Parece ser que ellos no aguantan tanto como yo, jugando a estar, ahora arriba, ahora abajo.  El piragüista caído, por fin, atrapa la cuerda. Mi partner y otra compañera tiran con fuerza de la cuerda, le sacan de, debo reconocer, un tsunami rebufo que agarra como ahora, una vez el piragüista a salvo; la piragüista le vuelvo la cara a su compañero, le agita, es el momento que mientras caigo, puedo ver un beso apasionado entre los dos intrépidos kayakistas.

Creo que he caído en una gran contra, me parece que hasta que no venga la temporada de lluvias, me quedaré por aquí.

Tiempos de emociones para recordar. 

¡Vaya han caído enlazados en la poza dónde creía que todo estaría tranquilo por una época!

-¡Eh vosotros, no es el momento! Nos quedan tres horas de bajada en la mejor de las situaciones y no quiero que la noche nos atrape y nos tengan que volver a sacar en helicóptero

Yo, me había apartado, discreta a una rama en punta. Repito

¡Quiero tranquilidad!

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y