¿Y cómo usted por aquí?
Me mira de arriba abajo; enseguida noto que me va a contestar, creo que no es de las que se calla. Valora un poco la contención porque ya se conoce. En el primer momento lo mismo me habría soltado algo más sonoro. Enric González, que estaba con ella en Barcelona, me lo ha corroborado: estoy hasta la coronilla de tí y tu izquierdismo. Defiendes al migrante pero luego una vez aquí, o en nuestras fronteras del Este, ¡Qué les den! Yo tengo mis propios problemas, me oye Luisa y revienta, como sé que me quiere, y me da un sopapo dialéctico: ¿sabes dónde me estás viendo?
Si en Montjuic, sentada en los bancos del "pueblo español"; salir del pueblo hace 60 años, es salir de un país, hoy.
¿Éramos el problema nosotras? Cuando había especuladores que jugaban con los precios; familias advenidas de un levantamiento, apoyado por nazis y fascistas que medraban y saqueaban. Funcionarios "adedados" que salían de sus servicios enriquecidos, doctrinas que sometían conciencias a hostias y otras que eran dadas para enterrar sus propios miedos, generando terrores.
Sal, si unos derraman cicuta para envenenar a una sociedad; tú, ahora, nos esperes a que estén estos para santificarte con hostias, para aborrecer a billys. Diles que proclamen que no pagar impuestos es ser bellacos, que acumular propiedades y riquezas es abortar a una sociedad.
¿Dónde están los tuyos? ¿En las plazas?, Si no ahí porque elegiste otro espacio para seguir sintiendo la sociedad, el tiempo vivido por quienes lo habitaron, que sepan que esto es para ellos. Y el cartel, en tu casillero, para contestar a quien se proclama adalid de la libertad es para recordarle que si, que libertad pero sin privilegios para él y esos trovadores de mil únicas verdades "milly y vanilly.
Luisa es mayor, baja del brazo de Enric. Él pasa sus vacaciones en la ciudad de su rebeldía vital, en barrios como el de Gracia. Pero como Leila Guerreiro, con la que comparte ciudad en su trabajo: Buenos Aires, se asusta cuando de las entrañas de Luisa sale "el silencio" ese con el que hoy nos enxorcizó Leila, suena auténtico en la "avi" lleva muchos meses sin hacer los ejercicios que la vitalizan, sin charlar en los vestuarios para proclamar que ella también existe. Está apartada porque se agarra a la vida pero los prepotentes sueñan ser eternos y ella solo vivir para mañana en la que vea a su hermana, también mayor, también una migrante en realidades que avanzan circulares
Cuando mañana siga desaparecido. Entre murmullos les recitare que hablar de lo que es una sociedad, en su formación, ayuda más que recordar que existen zarzas y agujeros en los que podemos caer, pero siempre, entre todas, también evitar
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