miércoles, mayo 31, 2023

De batir

 En una situación dialéctica, debatir se plantea como una consecuencia lógica. Parece necesario que quienes han aceptado esta situación tengan unas normas lo más claras posibles. Primero el respeto a las personas que defienden una idea, de las que vas a hablar y a las que no se debe animalizar; es condición necesaria. 

 A partir de ahí, se admite que se rompan los marcos ya establecidos en los que una de las partes quisiera que se desarrollara este debate (admiración por Santiago y Carmen que durante años, han situado a su alumnado ante los debates filosóficos). 

  Es fácil aceptar lo que tiene éxito y denigrar a los que pierden. Pareciera que el marco;¡qué bonita palabra cuando todo pasa bajo esos tres palos!, es la mejor manera de meter un gol. Todo el mundo piensa que cuando mencionas eso, estás hablando de fútbol.

  La cabeza la tienes baja; meditas todas las equivocaciones que pudieras haber comeotido. En esa situación podrías chocar con un coche aparcado en el arcén o no ver como la narrativa construida por los demás te puede poner en el escenario de desconfianza total de tus compañeros hacía tí, como jugador y persona (en La Base, hoy, hablan de Lula que defiende que Venezuela construya y defienda sus propios logros sin que sean otros quienes creen esos marcos, mientras Boric, presidente de Chile, proclama que todo lo afirmado desde prensa mercantilizada, es verdad).

 De repente, saliendo de esas reflexiones, me doy cuenta que esos tres palos no me encierran por abajo, que se liberan hacía arriba y que no tiene techo. Nadie me impone nada.

  Conozco quien se vanagloriaba de destruir a Monedero, quien sabía que los informes eran falsos y elaborados por una parte de la policía, que es corrupta, quien acoge entre sus tertulianos a estafadores que se dicen visionarios de aquel 15M y que devinieron en siervos de los grandes conglomerados. 

  Sé que lo opción es perder, y en particular, ser pasado por el anonimato y en el grupo ser tachado de intransigente y rompe consensos, pero sigo el relato de Lula, para seguir trabajando por ser consecuente conmigo mismo. 

   Me alejo de los que dicen que ellos son neutrales, pero son como "newtralivers" seres que examinan sólo desde una parcialidad obscena la realidad para entregarse a sus mismos votos. Será doloroso, volver a deshacerse, pero ya no confío ni en quien ha creado escisiones para ser manejados como arietes, por los Ferreras y otros especímenes de creadores de "sus relatos" mercantilizados, ni en ese psoe, colonizados por vividores que convirtieron su militancia en su forma de vida y que se alimentan de una alternancia, por un lado y por otro, de una banalización de los que podrían poner en evidencia que su compromiso con la izquierda es un escaparate difuminado en el que los claroscuros van a ir tapando todas las políticas no realizadas que se necesitan para atender a la ciudadanía. 

   En ese tiempo de escucha en una cena sin asientos, como me gusta, como respeto, encuentro un momento para que salga todas las acciones de las que soy consciente que han conseguido que esta sociedad sea mucho mejor, y que han sido denostadas de una forma cruel, por los seres salvajes a los que se alimenta desde lo público, como paradoja.

   El salario mínimo está ahí; los derechos que ayudan al diferente y no perjudican a los demás, han ido saliendo; los ertes, salvaron economías y vidas sin miramientos por las dificultades para devolver lo recibido; desde lo nacional, no se cálculo si los ancianos, lo eran más o menos o si los medicamentos podían ser tan caros como aquellos que no se quisieron comprar para que ciudadanos, no hubieran muerto de hepatitis C. La vivienda, mercantilizada hasta ser una arena movediza al que te empujaban los Blackstones o otros fondos de inversión, en el que pueden estar arrodillados seres que sin embargo, no ven como ser desahuciados los empobrecidos de una sociedad.

   Debatir, confrontar es importante. Desvanecerse al grito "de batir" poniendo un larguero a los que queremos el cielo. puede ser  otro tiempo para seguir diluido en la irrelevancia como ser humano o de volver a estar en la calle, para volver a ser señalado como un outsider.

    Pero el relato, habrá sido mío, porque me siento parte de un gran grupo que decidió no vivir encadenado, también en su cerebro.

 

martes, mayo 30, 2023

Abrazarse a un árbol

 Existe tanta información que he decidido escribir esto dormido. Dicen que cuando duermes todo, poco a poco, se va ordenando en la cabeza. A estas alturas de la vida me guía un cierto escepticismo acerca de esta verdad, como de tantas otras.

  Si cierro los ojos si que veo un árbol azotado por un viento vengador; ese que parece que cuando tienes una debilidad viene como para ponerte la última zancadilla o cuando has caído en un océano en una noche violenta, aleja su embarcación de la boya a la que te has anclado, además de haber lanzado una bengala.

  Ella tiene los brazos como las ramas que te van rodeando y con las hojas de primavera te producen cosquillas para aliviar tu tensión y tus miedos.

  Si aprietas más los ojos, como si ese sueño lo pudieras convertir en realidad, te ves, a su vez, abrazándola para, primero, que sepa que estás ahí, con tus dedos que ahora han descubierto que tocan blancas, negras, corcheas, tresillos, semicorcheas y tu piel, que tiene esa dulzura de tus palabras y una pequeña amargura por estos tiempos que no te dejan respirar y en los cuales sigues siendo un bote que se me ofrece para los naufragios.

  Ya ves, puro egoísmo porque me acostumbré a asirme a tí, como aquel que en el medio del océano se agarra a un tablón y allí, me di cuenta que debajo había un casa con pálpitos, unas habitaciones por donde circulaba todo el alimento que alguien puede recibir para seguir en su propio viaje.

  Decía ayer, Inna, que en la vida, uno se tiene que abrazar, en muchos momentos, con culebras, lo hice y ahora sin ver, ojos cerrados,  el aroma a tí, abierto, tengo la suerte de sentir esa corteza de árbol que adapta su rugosidad para acariciar todos mis poros. Incluso los más recónditos o esos que siempre rechazan decir que necesita ser queridos pero que vibra cuando lo hace.

  A ciegas, limpio ese coche que parece se olvido de poder recibir de copilota a quien dirige una nave derecha a una inmensa pared de las nubes de una tormenta perfecta. 

  Ahora sí, esos poros con sus bocas abiertas, te asaetean de besos por si te pudieran acompañar para desarbolar la cruel armada de los daños.

lunes, mayo 29, 2023

Pepa, agua y saxofón

 Pepa Flores siempre supo de donde era, donde estaba en su momento de más notoriedad y donde quería estar durante el resto de su vida, cuando hubiera dejado de ser la niña Marisol y ser, sólo Pepa. .

  El agua nos llega al cuello. La llantina se ha acabado y la orilla está en el País Vasco. 

    Gana Bildu, dicen que algo tendrá que ver que desde Madrid se les demonice; quienes viven allí, escuchan, reflexionan y son consecuentes. A los ciudadanos les define su consciencia de lo que le están ofreciendo: vivienda, derechos de las personas, salario mínimo, reconocimiento de lo público. 

    Allí, y tantos fracasos no me dan ningún valor para un análisis sesudo, no se plantean que les vayan a ocupar la casa; ni que con Franco se vivía mejor, cuando aquí, las derechas, les llevan a pensiones privadas, a sanidad privada. Saber la verdad sobre esos temas si se lo han escuchado a Oskar y a otras de sus miembros. 

    No llegan esas televisiones regadas de millones de corruptelas en edificios o en dádivas sin ningún escrúpulos; existen unos periodistas televisivos más honestos. 

    Sus ciudadanos son consecuentes con las realidades que viven y sienten, no existe ningun margen para ser tratados como estúpidos en los mensajes sobre el cambio climático u otro futuro no cierto, ocupaciones, si conocen los desahucios. Pocos de allí, dudarían, tres años después, de quien era el culpable de no medicalizar las residencias en comunidades como la de  Madrid. 

    Parece que siempre nos equivocamos y sin embargo, sabemos que el camino que emprenden en el resto del Estado, llamado España, no es más que un viaje a los arrecifes. Asumimos que vivimos en comunidad pero escuchamos a quienes piensan para las personas.

   Algunos quisieran volver a su razonamiento. Sólo necesito asomarme a la ventana y ver las instituciones que sin renunciar a nada de lo que hicieron, hacen política.

domingo, mayo 28, 2023

Mi amigo el budista

 En la sala de control del aeropuerto de Chichite, mi mujer atisba una objeto andador no identificado encima de una nube. A la vez yo la estoy llamando porque pese a ser yo el cocinillas, siempre necesitado que me dé su visto bueno, sobre la cantidad de gambas que debiera poner "la niña" que no se hizo vegana como nosotros, para una paella mediterránea. 

  Mayte, mi mujer, me dice que me asome por la ventana y mire a la nube que hay enfrente de nuestro ventanal del salón. Me dirijo al lugar, y enfrente, antes de mirar al cielo, me encuentro al chico, está empapado y como único resguardo (ya me había dicho la mujer que pusiéramos un techado) tiene un sombrero mexicano que con la luz de la luna dándole por detrás, hace que su cara me muestre un gesto tétrico, que me produce un escalofrío porque las gotas que caen hacen de lupa de los rayos que han enviado la lámpara que hay en el otro lado de la puerta del ventanal. Me ha parecido ver, a Jack Nicholson y su maldita cara, que me ha acompañado en tantas ocasiones, cuando he entrado en algun baño que parecía se cerraría tras mí para enfrentar, dentro, a mis peores fantasmas.

  El susto, después, me viene de ver a Petrarcus andando por las nubes; muestra una agitación excesiva para estar tan elevado. No es tan grande ese espacio esponjoso; me da miedo que se pueda encontrar fuera de ello; cuando da el paso hacía el vacío, con el consiguiente vuelco en mi corazón. Para mi sorpresa, consigue sentarse en la posición del loto, levita, ¡la madre que le parió! después de un buen rato apoyado en el bordillo, como yo en una barra de bar, despidiéndose de otra gente que parece haber pululando por aquella masa que alberga una lluvia que nos calara a todos, empieza a realizar círculos, el primero es grandísimo, de tal manera que me olvido de él para hablar con Pablo, después de haberse secado y haberse puesto un albornoz; pienso para mí, ¿Qué haría desnudo en la terraza?, hasta que me acuerdo que mis vecinos, al otro lado del matorral, han acogido a una joven mexícana.

   Me habla, Pablo, de lo raro que parece hoy el cielo; cree haber visto algo raro en esa nube que ha quedado solitaria por encima de nosotros y que ya se va. Siempre ha tenido una capacidad innata para cambiar de tema y hablar de lo que a él le interesa. Me recuerda a mi partida de guiñote de ayer, un pueblo sin gente, sin ningun problema de ocupación tiene a esto como problema de ocupación y luego a los franquistas. 

   Me habla que va a ir al campeonato del mundo de skate; lo dice con entusiasmo, siempre le escucho con atención; hoy, imposible, Petrarcus, ahora lo comprendo, ha completado su primer gran círculo y luego empieza a hacerlo más pequeños. Los primeros, siguen siendo amplios. El chico ha notado mi ausencia y da una voltereta. 

   Parece que todo, hoy,  es cuestión de círculos, me va a explotar la cabeza estos circunloquios. 

   Es Domingo y estoy escuchando la conversación de Juan José Millás y Javier del Pino, recomiendan hacerme budista; me fijo en la colocación de Petrarcus, que ya ha ido reduciendo el tamaño de sus círculos; me sobrevuela, a la vez oigo llegar los coches de la policía, parecen que han seguido la trayectoria de esa plataforma que asienta a mi, ahora ya, "personaje", cuando llaman al timbre y mi hijo se aleja para abrir; Petrarcus, sin bajarse de su levitación, me habla y yo me caigo:

    "Era Pablo Iglesias, quien tenía a cargo las residencias de Madrid"; tras ello, se vuelve a elevar y sale disparado, ahora directo, hacía la nube en la que están todos aquellos personajes de los que se había despedido, creía yo, para trasladar un mensaje venido de los cielos.

    La policía se dirige a mí, con un cierto cuidado; uno, que no había visto, me coge los brazos por detrás, y los demás se arrojan sobre mi; mientras salgo esposado, veo a mi mujer, que también había acudido, ante mi silencio, que marcha a mi lado, proclamando, "como lo he podido hacer"; mi hijo no me mira, se ha dado la vuelta, aunque antes le he atisbado con una sonrisa siniestra y ya, en la puerta, cuando arranca el coche con sus luces,  veo una silueta de una diosa que se dirige hacía mi casa. Siento que todo el mundo se cae

      Las nubes se vuelven a unir, para poder albergar a tantas personas que las viven.

    El policía conductor baja la ventanilla. Mi mujer está diciendo que ¡Como estoy siempre en las nubes!. La casa inundada, añade y yo, abrumado

sábado, mayo 27, 2023

Racismo y "su" arbitraje

 Sigo pensando en las palabras o frase del título. Estoy en las cataratas de Niagara por donde cae con una fuerza inusitada todo el racismo que ha sido olvidado a través de los tiempos. 

 Tengo el silbato de cuando fui árbitro de partidos del Kayak Polo; miro a ambos lados y pretendo poner un cierto orden.

  Como atraídos por un imán acuden, las virutas de hierro se apilan descabezadas al potente emisor,  ahora caen las personas que fueron arrancadas de su tierra en África, "combo blanco"; ahora el chico que vuelve a enseñar el DNI en Lavapiés, se lo miran, se llama Vinicius, pero no es Junior. 

   De forma potente, utilizo el silbato; a veces me asustó porque después de varias horas tocando el saxofón, me sale un chorro de voz que ni el niño del tambor; aquí, por el contrario, nadie me hace caso, los árabes que llegan desnortados desde sus países destrozados por guerras, con armas financiadas por nuestros bancos y hambres, son succionados por los desagües de la historia. 

   Las sábanas de agua que se levantan de los golpes contra el suelo, me envuelven; por un hueco, observo algo prodigioso, una caída de 35 centímetros es capaz de atrapar mi atención, como aquel pequeño rulo tomaba mi kayak en el canal de Seu d'Urgell para avisarme de mi impotencia, ante el poder del agua que no para, más que segundos en la historia para rebosar un límite y volver a arrastrar seres por su camino.

  Sucede que en ese espacio un arco iris irradia amor, inunda de besos a dos personajes, a uno le ponen al lado del otro. 

  El primero, se dará cuenta antes o después que es parte de una escenografía. 

 El segundo es Dios, pone al primero a su derecha, para realzar su magnanimidad;  

    Al arco iris lo pone a enfocar hacía su efigie. 

    A ese pequeño desnivel, lo exhibe como si fueran las cataratas de Iguazu, cuando en realidad es una mínima caída, con buenas zonas de escape, sin piedras que empareden el kayak,; a la vez, está rodeado de personas con cuerdas; a estos los están sujetando por sus arneses, seres bien anclados en tierra. Vemos a los kayakistas exhibir sus trajes luminosos y atrayentes, por ejemplo, a mi cerebro disperso en ese lugar, muestran, úfanos, sus habilidades: esquimotajes, tracción orientada. doble cambio de dirección.

   Por todo ello, esa décima de segundo donde se me ha encendido un clic para ilusionar un paraíso, se destruye con la segunda palabra de la frase: 

   Arbitraje, lo proclaman cielos catódicos que se abren en ese momento. 

   - ¡Uff!, conectamos en estos precisos momentos.

        Y Dios dijo: "racismo y arbitraje"

           Entonces este ser, se hizo, sólo humano; sus miserias se manifestaron, aunque el organizador de aquella payasada se desgañitara. Ahora la catarata ahogaba, también, las palabras vacuas de los franquistas que hablaban de luchar contra el racismo; no su racismo, que era inyectar sus ojos en sangre para mirarme

viernes, mayo 26, 2023

Carlos Sánchez

 Mato. Segundo apellido, tranquilos. Bajó la deuda de Madrid, en menos de 3 años, más de la mitad, dando buen servicio a los madrileños. Estos días ha apoyado a los candidatos de Unidas Podemos, durante más de 14 mil kilómetros.

  Enfrente, tras conseguir, sus huestes, que Manuela Carmena se creyera única e irrepetible, un maquiavélico y mefistotélico ser, habla chorradas porque no conoce nada sobre la escuela pública a la que siempre están tratando de destruir.

  El domingo, los muñecos del segundo, bien movidos por titiriteros sin escrúpulos, dicen que ganarán las elecciones con mayorías absolutas.

  Si, la prensa es poderosa, pero ¿Y cada ser?, vagan desnortados hasta que les llegue su tiempo y miren y vean silbando, despistados, a los que irán después 

jueves, mayo 25, 2023

Capa

Cappa, Angel hacía unos análisis de los partidos de fútbol, muy acertados, fue segundo entrenador con Jorge Valdano; tenía muy claro lo que este deporte es dentro de la sociedad; no se le escuchó, ni se le escucha mucho, aunque sus análisis ayudan a comprenderla.

  Una capa es la que nos ofrecen para volar, a la madre del protagonista de "Requiem por un sueño", se la ofrecen todos los días a través de una televisión que es su viciada conexión con la vida. La película de hace 20 años, dirigida por Darren Aronofsky habla de capas de héroes que son vendidas en grandilocuentes merchandaising en muchas mentes para que se la pongan y emprendan viajes hacia encuentros perdidos. Cuesta renunciar a esos ofrecimientos, en nuestra imaginación, sin aparente coste alguno.

   Las adiciones rompen la bombilla de lucidez que pugna, por décimas de segundo, en ser guía de salvación. Piedras certeras atinan para hacer añicos las lamparas y para desorientar por caminos y llevarnos entre aliagas a la autodestrucción. 

   Caminas bajo las últimas luces de una belleza inusitada; repites miradas hacía un cielo que no escurre sus aguas, que además las alejas con un viento continúo, al límite de lo paranoico en su contumaz insistencia. Existen momentos en los que odias ese movimiento de aire por sus actos psicopáticos. 

   A lo lejos, no identificas lo que se viene, se acerca y parece querer tapar el Sol; osado es, piensas, ya encima, descubres una capa; te admiras y te repites, ¡es una capa!, buau. 

    ¿Quién la lleva?, te preguntas; no le ves, pero es inconfundible. Otros 26 minutos, como los recordados 26 minutos de Wyoming en Alcalá.

  Las palabras de quien habla hoy, nos pones ante la sugerencia de que escriba una otro éxito, David Simon, guionista de reputadas series. Nosotros la estamos viviendo aquí, en una ciudad bajo la custodia de la mafia. Te entra miedo por él, por quienes le rodean; no por lo que dicen porque son de un compromiso con la honestidad, sino porque enfrente están todos los personajes de "El Padrino", en todas sus parte. 

      Lo tienen claro, lo saben; pero la cobardía de cederles lo que eres, ¿en qué te convertiría?

     Cogerlesde una punta de la capa y sujetarle, como una driza toma de un extremo la botara para que esos vientos que quieren destrozarnos, nos ayuden a navegar. 

      A cada uno, se nos aparece único, para que poblemos el cielo de lo posible.

    Él es Pablo, y en mi imaginario y mi percepción de su dignidad, ha crecido tanto como su apellido Iglesias. Parece un irrealidad que nos ayude a salir de la irrelevancia y debe haber una corresponsabilidad por nuestra parte. Lo que atisbamos no lo hemos tenido nunca, y las dudas y la mezquindad nos hará desaparecer 

miércoles, mayo 24, 2023

El duelo con la ballena

  Están enfrente, son dos duelistas sin plan B; sus palabras tocan la punta de su lengua; están a punto de disparar frases finales para proclamarse vencedores; sólo tienen una oportunidad con una sentenci; después caerán en un vacío, infinito eterno, incluso el ganador. Son conscientes que se van a inmolar por su gran causa

 Han llamado a todas sus huestes. Estos, miran, con curiosidad porque nunca percibieron al otro; el resultado será siempre ganar para las dos opciones; apostadas en ventanas, muros o jardines. Sus ojos braman, serían capaces de despellejar al contrario, unos se inyectan botox, ellos se inyectan en odio las puntas de sus sangrientos dedos, por si pueden ayudar a su mesías 

  Los duelistas no tienen miedo, son fruto de sus dueños, y llevados en volandas por todos aquellos que les adoran. Se han arrojado a la tablas del escenario con una decisión suicida.

  Miran y no ven, su mundo es interno; han conseguido que, además, los telespectadores contemplen un duelo bajo los focos del espectáculo de un campo de fútbol, con el enemigo enfrente. La muerte, incluso del suyo, la aceptarán, en una apuesta, aunque nunca ofrecerían la suya, como parte de ella, prefieren ser siempre guiados.

  Nunca pensaron en contemplar al otro, solo odiarlo; cuando todo pase se liberaran de las cadenas del nido donde han anidado sus pensamientos, empollados para ser tutelados. Es, también, una pequeña muerte, como el orgasmo, quizás porque enseguida dejarán anidar, otra vez, sus perennes sometimientos.

  Se levanta una afilada lengua; Charlie pide honestidad al escribir, a sus alumnas, en "la ballena". Es transparente a la vista de ellas, brillante porque les pide romper su corazas, en lo que les demanda.

  En nuestro extremo, alguien nos alimenta el sentido de culpa; nos acerca una Biblia para que nos entreguemos porque alguien nos aparece en su misión salvadora; miramos, lo que fuimos como para renegar, como para ser atados a nuestras bajeza y llega la aterradora ayuda para negar aquella, nuestra felicidad.

   Al fondo, Trump gana las primarias republicanas. 

 Charlie, enfrente, renuncia a ser ayudado en una sociedad mercantilizada. Ya llega aquí, lo privado, una mujer huye de pagar, aún con su precioso seguro privado, aborto, parido, antes de su hijo nacido.

    Dispara el mercader, se destruye la honestidad, a través de un clic de un móvil ansioso de likes.

   Está muriendo lo social; disparo con precisión. 

      No renuncio a ver al otro. 

      Aquel reclama arribas

     Moribundo, casi desaparecido, soy y me rehago; destrozando lo miserable; el duelo se reanuda. Desde un palco se dispara a discreción, impúdicos dioses que nos imponen postraciones como ovejas en una vía donde poder ser arrollados a discreción.

      Darren, director de mi baile en siete tiempos por explorar. Me arrastro hasta explorarme en los actos para aprender a volar.

martes, mayo 23, 2023

No lo digas, por favor, no lo digas

 He llegado a un acuerdo con mi mujer; no diré que toda está situación de la concejal de Madrid, Villacis y el presidente de un club agraciado por todo, Florentino, me parece una "puta mierda"; decirlo no pero escrito, queda; he cumplido mi palabra. Ella, creo, que cumplirá la suya, no me bajará por el Tajo, en la topo duo, y mira que me lo paso bien.

  Se puede leer a Fonsi Loaiza, para saber quienes formar parte de la familia de Begoña, pero como quería disculparle alguien, ella, por si sola, ya se basta con sus actitudes para ser una persona racista y con una aporofobia alimentada a lo largo de sus actos. Ir a hacerse una foto a un paraje con chabolas, para ponerlo como logro, me parece de una bajeza moral, muy propio de ello. Debía pensar que ¡hostias! esta gente quiere vivir de maravilla en Madrid a nuestra costa. Dice Antonio Maestre que a la madre de la concejal la llaman Marisol "pisos", puede que sobre cien más o menos; especulando con un bien que protege su "amada" Constitución como un derecho ciudadano. 

  Me gusta recordar, y ser un cansino, cuando un Fernando que había dado consistencia a un ideario de Ciudadanos y tras largas horas, aspiraba a un reconocimiento en una lista electoral, contempló como cuando llegaron las elecciones aparecieron todos los hijos e hijas de gente millonaria y privilegiada y le postergaron a la irrelevancia. Le fue un gran palo. Una cruenta irrealidad que le golpeó en su autoestima y le puso en la realidad de donde están los poderosos. Por todos los lados; por eso dicen creer en Dios, para que los demás les tengan como sus enviados.

   Lleva dos días exhibiendo Florentino una actividad frenética en apoyo a su jugador; no a Open Arms, que recoge a desfavorecidos; ni a sus vecinos que pululan por la ciudad, porque no tienen donde vivir porque el discurso de odio al diferente ha fraguado. Lo de Vicinius es trascendental, pero tanto como que sus empresas paguen lo justo, no reciban por encima de lo que merecen y no hubieran hecho discriminación a la hora de enviar a los ancianos a los hospitales. Tras obligar a medicalizar a las residencias, su querida presidenta, intento por ser veces, que los enfermos no fueran atendidos donde debían. Él, siempre ha callado. Hoy, el presidente, parece sobrevolar ingrávido por todas las televisiones porque tiene la solución contra el racismo. 

     No lo digo, vale, vale, tan poco lo escribo

       Una "puta mierda", -el corrector, no he sido yo, como diría un alumno, actuar desde la sombra para gobernar una ciudad, con acólitos, ¡hola Rita!, que te besen, que te adulen. 

     ¡Qué vas a solucionar! eres parte del problema. Obtienes contratas y haces obras con sobreprecios para que lo gastes en pagar a amorales que transcriben tus insustanciales palabras. Imagen, letras, periodistas ofendidos; ¿De qué lo están, si no eres capaz de llevar a políticas a tu programa porque te ponen ante el espejo?. Si no son mentiras; será miedo a quedar retratado por quienes te dirán que has intentado destruir a un diferente, en cuanto a pensamientos, y a quienes podemos estar de acuerdo en una parte importante con esa persona con la que has jugado con un maldad cínica, a la que envuelves con "más periodismo". 

  Preocupados por el racismo, ¡ja!

     Me lleva al río; no lo digo, no lo escribo, pero pensarlo en el frontal de muro al que me asomo.

         Sois parte del problema, "una puta mierda", vuestra efervescencia de blanqueamiento ante unas elecciones. 

     ¡Fariseos!, me pongo bíblico.

lunes, mayo 22, 2023

Morena

 Me mira, Morena, voy por el campo y me retiene para que hablemos. Creo que me va a aclarar que lo suyo es sólo un nombre y no por eso tengo que repetirlo delante de desconocidos que parece que lo que quiero remarcar es que quisiera llamarla negra; si es que los interlocutores no están viendo, sólo escuchando.

  Lo del ladrillo de Xavi lo veía venir hace tiempo. Parece que en el fútbol se paga para que quienes vayamos demostremos ser cafres, por acción u omisión, que para los despistados no es que esté hablando de la siguiente de "...imposible 4", sino de habernos habituado a que quien falta al respeto pueda tener nuestro silencio, por nuestro miedo, nuestra comodidad o nuestra empatía. Lo dice muy bien el entrenador del Barça, cuando alguien trabaja no está para que les insulten (no me extenderé en la actitud de algunos alumnos-as).

  Hoy, recordando ayer a Hariri, podríamos dibujar a quienes insultaban ayer a Vinicius, en sus puestos de trabajo, sólos y que de repente se abriera un telón y recibieran todos los insultos que ellos mismas habian articulado, pero desde la condición de quienes le pudieran odiar, por haberse transmigrado a otro país, comunidad o situación vecinal, no favorable a ellos. 

  Podrían reaccionar de forma violenta, pegar, pero todo sería inútil, porque la masa en contra sería ingente, por las mismas razones que arriba, apatía, complicidad, gente miedosa. Terminaría agotándole. 

  Aún así, no es ese el tema; el reunir a fanáticos de un club no es la sublimación de las más bajas pasiones para lograr fidelidades a algo ajeno a lo que nos debiera labrar nuestro propio futuro. 

  Los presidentes han logrado que esas turbas, en muchos casos, sean ciegas ante el ser humano de otro equipo, al que se puede menospreciar y vejar. 

   Los periodistas de " la calle del enmedio", lanzan sus ....peros. El imaginario es turbador y por ahí, siguen sin querer resolver una problema, porque todo puede ser una cuestión de estado, como si respetar a las personas no lo fuera o el imponerse por encima de quienes poseen los resortes de la Inteligencia artificial fuera una ataque a su libertad, de la que ellos hablarán como de la Sacrosanta Libertad, sin mencionar que la tienen encadenada y la sacan a conveniencia.

   Morena, cuando me aclara todo esto, yo sólo quedo a su disposición 

domingo, mayo 21, 2023

Aguas abajos

 Dragonio se quedó mirando el río, por ahí pasó una época. Había llegado dando muchos tumbos, primero por las ciudades en las que no se sabía encontrar. Luego, buscando entre las basuras por las que había buscado una identidad que creía le había arrojado por los cubos donde antes creía que sería mares en los que se podría bañar.

  Se había quedado una inmensidad de tiempo, comparado con el tiempo que tenía para actuar. Salió su mirada de las aguas; su mente, de sus recuerdos y su corazón de una triste añoranza que, a veces, como un halo pasaba en diferentes momentos y temporadas. Cubrió su cabeza y sintiendo ese viento diabólico que estaba dejando exhausta una tierra sin agua, recogió a su hijo malherido, lo cargo a sus espaldas y emprendió el camino. Caía una lágrima sobre sus mejillas que la acarició y calmó la mano del niño que sabía de la congoja de su padre. 

   El cuerpo del niño era una pesada losa sin apenas carne, con una sangre que parecía recorrer los vericuetos más lejanos, con la pesadez de las piedras arrastradas hacía las pirámides, por tanto los movimientos en él obraban el milagro de continuar sin que algun medico que le había atendido antes pudiera explicarse el porque de esa continuidad en los latidos. La mente del Piranio, sin embargo, tenía todas las luces que había demostrado cuando su energía era imparable; ahora había destellado para calmar la marejada de desesperación que vivía su padre; luego en otro hercúleo destello, le indicaría como pasar aquel río que empezaba a recibir las aguas desbocadas de una tormenta que ya parecía que no quería llegar. 

   La madre siempre estaba presente en los dos, era su fuerza y su guía y no les dejaba que una nueva montaña se hiciera inexpugnable; había muerto pero les había invitado para que amarán este tiempo de vida. Los dos continuaron hasta llegar a aquel hospital del Jordanía, donde empezarían a tratarle contra estas nuevas superbacterias que ya han encontrado la forma de vivir, después de muertas. Médicas sin armaduras combatían con sus conocimientos y con los medios que en otras sociedades les habían cedido a los especuladores y los canallas que nos quieren sumisos.

  Piranio, años después, recordaría estos momentos, como una travesía y a su madre, como un Ulyses y su padre, quien había tejido caminos

sábado, mayo 20, 2023

Lo irrealizado

 Ayer, pareció un amanecer esplendoroso, en el blog; el tiempo era primaveral por agitado, pero sin agua. El cruel viento desollador de la tierra seca que se queda sin piel,parece ser la entrada del cuchillo en un campo ya en pánico. 

  Alguien maneja las entradas, que ya no se movieron, apenas, durante el resto de día; mientras nosotros quisiéramos ser ajenos a estos desiertos que nos llegan.

  Viví una ilusión pasajera de éxito en la lectura. Era mentira y teniendo presente la lectura del blog de keesdegraaf, sobre Dylan, y sus análisis tan concienzudos sobre las letras del cantautor, la ilusión desaparece.

  Irrealidades existen muchas, votar en lo que no crees parece una muy loca. Nos creemos ajenos al daño que provocamos y nos aliviamos remarcando insustancialidades en quien nos han hecho odiar.

   Nuestra equidistancia en dos carteles electorales nos hace obviar que en uno han puesto las palabras dichas por el mismo partido que ahora reniega de ellas, pero sin poder decir que es mentira lo que ellos afirmaron como verdad y en el otro cartel conceden una capacidad de destrucción de una Comunidad a alguien que no la tiene, como pueden ser Monedero e Iglesias. 

  En el primer caso el protagonista tiene la posibilidad de negar lo que afirmaron de él y no lo niega y en el segundo, ellos explican lo que defienden a través de sus medios y nadie osa contradecirlos. 

  La irrealidad es dar equidistancia como diría aquel, al hojaldre y al estiércol, si es para comer seres humanos, que es de lo que hablamos y no del ser o no ser general, que como todo lo genérico se diluye en arsénico.

  Por cierto, Arsenio Iglesias era esencia del deporte. Ser campeones de Champions, ligas, copas son otros casos de irrealidades de las que nos sentimos partícipes, algunos defensores y pegadores, por tanto, y no tiene nada que ver con lo que nos vamos  haciendo en nuestros días.

viernes, mayo 19, 2023

Maó, dos minutos y eta

 Me miran desde arriba, ando en la zanja y bromean sobre quién ha ido a la hacendera.

 Levanto la vista, sonrió callo. Tiempo después hoy a Hariri, Judith, directora de mi CCCB; Javier del Pino confiesa que el escritor y filósofo le ha pedido, en algunas preguntas, dos minutos para pensar la respuesta. 

   Dos minutos, toda una vida les pido a quienes van ciegos hacia el voto que les minimiza, les animaliza, convirtiéndoles en cosas que repiten "por norma", aunque sea en su perjuicio.

   Hablarles de una inexistente eta, porque a los empresarios, sus patrocinadores, solo les interesa vender pisos que no sería necesario si se cumpliera la Constitución por encima de la Diosa especulación.

  Porque, además, quienes invierten en fondos de inversión que manejan muchas propiedades, no están por encima de la vivienda.

  Ni esos inversionistas tienen el derecho a jugar con la salud de una posible vecina, negándoles una prueba fundamental para su supervivencia.

  Mirasteis desde arriba para hacer una broma, la tomo y desde el aprecio os animo a no hundiros en el cieno porque no os ofrezcan otra cosa que consideraros ciegos, porque no sois capaces de ver lo que os dicen que tenéis que ver.

   Sois mucho más de lo que os dicen que tenéis que ser. 

  ¡Quereros!

  Bru Rovira habla de una experiencia real habitacional en Mahón. No especulativa, humana

jueves, mayo 18, 2023

Desconocidos

 Caminos desconocidos para acercarme al río que mece mi ciudad. Corro hacía sus fuentes, creyendo tener que subir montañas, descubro un perfil tendido, suave; pequeña sierra que deja aflorar un agua calmada. Lejanos pasos crecieron para ya ser padres o madres; sigo siendo un tiempo olvidado, divertido con Jesús que encendía motores temerosos, con su incombustible entusiasmo. 

  Pasamos desfiladeros, con amenazantes piedras vigilando nuestros pasos. La belleza y el dolor "all the beauty and the bloodsheed, documental sobre la vida de Nan Goldin y su lucha por denunciar lo que Patrick Radden Keefe, había escrito en "pain empire", el imperio del dolor", una familia, los Sackler que se había lucrado primero promocionando el valium, y luego vendiendo ellos mismo el OxinContin, que creo adiciones salvajes, con cientos de miles de muertos.

  Navegaron críticas por ser un opiáceo fuerte, con inmensas campañas de publicidad, y comprando a determinados médicos sin una ética por la defensa de la vida, atados a la puerilidad de sus metas inmediatas.

   Desde el primer momento fueron patronos de muchos museos. Buscaban limpiar su imagen, en medio del inmenso dolor producido. 

    Baila una vida sin cadenas de lo convencionalidad para buscarse en lo que se sumergió. Pagando peajes de pérdidas de amistades, sufrimientos por violencias recibidas y destrucciones maquinadas sobre quienes les denunciaban, pero el grupo PAIN ayudó a que todo fuera emergiendo. Aunque como dice Nan no se puede pretender destruir la fortuna de multimillonarios porque ellos, antes, están maquinando para salvarla.

   Desconocidos y adorados mecenas que aguantan una tormenta de ser vistos, mientras se enriquecieron con la muerte y el dolor.

   

miércoles, mayo 17, 2023

Falsos profetas, mercaderes de venenos

 Me escribes un correo y pones mi nombre. Te lo agradezco; luego todo lo siguiente son lugares comunes, siento que no hay nada más y lo echo en falta

  Si parece un reproche, lo siento. No sabes, no sabéis el respeto que tengo a vuestra honestidad; enorme, a la hora de escuchar cada uno de los vuestros segundos de todos los programas que habéis realizado.

  Unos días para la desaparecer la inteligencia, llegan las elecciones y me quieren aborregar, que me desaparezca. 

  No sé donde vivo ni porque mis conciudadanos tienen problemas con la vivienda; ni examino quien me sube los precios, dicen que malditas guerras, pero venden armas, los que también ganan con las comidas; escucho a los señores de las grandes energéticas proclamar sus pulcras medidas greenwhasing en medio de escoltas, pelotas y servidores con levita. 

  Falsos profetas, para otra época sin horizontes, recetas para esconder la cabeza en los agujeros mediáticos donde nos sumergen. 

  Tenemos una realidad en que nos destruyen para mirarnos sin futuro y, mientras nos hablan de ir caminando de forma individual cuando para nuestros pasos en la ascensión de montañas, surgen las espadas donde nos quedamos heridos con los pies desnudos para juntarnos en refugios, donde vencer estas tempestades.

   Chaquetas, pinganillos, macetas, todo  un programa de sandeces vestidos de luces para que admiremos a nuestros ejecutores y nos resignemos a escuchar entre nuestros conocidos la sumisión de quien se ha entregado: Ah, pues yo le voy a votar. 

   Una lágrima cayó en la arena; admiración a FuturoVegetal, son los jóvenes, que rebelan contra la resignación. Seguirles aunque se juzgue antes al que se ama la tierra que a quienes maquinan para destrozarla después de haberla vendido y haberse reído en nuestra cara, con sus señores "Lobos", limpiando el lugar de sus crímenes.

    Ejecutarán sus venganzas por mostrarles en su desnudez de honestidad; son las cabezas de ellos, de quienes se rebelan contra nuestra extinción; parecen pocos, hasta que un día, yo me comprenda en no haber enseñado nada, si no he estado con ellas y no he ayudado a formar un inmenso ejército de la no violencia, al que no puedan encerrar, ni los sancionadores, ni sus serviles, porque entonces, los Nadie mostremos a esos lujuriosos ganadores de siempre, que somos demasiados para deshacernos como los granos de una playa, aunque sus aguas arriben en océanos de falsedades.

   Envenenan cerebros y cogí vuestro canalred, sin falsos profetas

martes, mayo 16, 2023

Ayer, sólo es un recuerdo

    Tomorrow is never what's supposed to be

Se va todo el equipo a su República independiente de la Radio. Los chicos de carnecruda buscan su espacio para abrir las ventanas; en el patio de luces, muchas ya están abiertas; podría ser interesante asomarse a todas, si no fuera porque algunas son muy bestias a la hora de mentir, hablando. Señora, yo no he estado con la hija del edificio de al lado. 

  Son muy lanzadas para ponerte en la diana, soy el negro que te escribió aquel texto, yo no tengo la culpa que desnudarán tu supuesta honestidad.

  Dejaron un reguero de cuchillos que sajan la memoria cuando está se encierra para desaparecerte, o para eliminarte.

   Considerar a los oyentes seres inferiores, seres que siguen sus guiones, de lo que no es, para hacerles olvidar la contundencia de lo que les sucede. 

   Mercenarios miran sus días y se entregan a empozoñar las mentes ancladas en sus necesidades.

  Por la mañana, cuando preparo mi danza me sumerjo en un océano batiéndome mil olas cruzadas. Mi maestro, Jesús, me hubiera posado sobre una para que la navegara, surfeará sobre la cresta para encontrar las miradas de los que iban con los mismos vértigos. Se fue él y me perdí en lo grande, no siendo ni en lo pequeño.

   Belleza por todo lo facil que puede ser comprado, exhibido para que te asimile el espectador a lo muestras. Dolor, inmenso dolor para haberlo comprado con las muertes que generó tu codicia.

    Te sabes ganador con la belleza porque al dolor que debiera sentir la sociedad por la codicia asesina a la que se entregaron lo has narcotizado con tus adorados y publicitados héroes del deporte; luchadores de un "bien" sin que tus oyentes sepan que es, ni es lo que tú eres.

   Las salas de arte de recuerdos, mueren sobre los brazos que aprietan los cuellos de la dignidad que debieran quitar del medio tanta ignominia de quienes son el poder desde la traición y las transiciones económicas, donde las muertes de sus víctimas eran banalizadas en una sociedad narcotizada para ser guiados a sus propios acantilados donde despeñarse; sea con el oxincontin, fuera con las residencias, aquí de ancianos.

  El futuro no es lo que se supone debiera ser

lunes, mayo 15, 2023

15M. Un andamio desintoxicado

  Hoy, que faltan unos días para el día de las elecciones municipales, celebró mi nacimiento a una democracia posible. 

  Un 15M empezó un movimiento donde en la plaza, nos exponíamos ante los otros y nos pusimos reglas para escucharnos. Yo, como siempre, andaba por ahí perdido. Ahora, sólo casi tres años después, volví a estar por ahí. Este espacio es mi pequeño lugar de compromiso. Pero ni soy un superdotado, sólo una carrera, bueno miles, si son las de cada día; aunque cinco idiomas, si sumo alguno propio, si que los hablo o muevo.

  A los de entonces, les sigo agradeciendo la oportunidad que me dieron de compartir su tiempo y espacio; veo a los de hoy con una mirada de escepticismo. 

  Elena Sánchez, la directora de la televisión española, explica porque me roba la democracia y decide que el espacio publico será para dos partidos, de forma mayoritaria, y luego a otros, lo justo y a Podemos, lo mínimo; me he ido acercando a ella, como si fuera a ofrecerle un micrófono que siempre nos procurábamos. Se lo he apagado y me he puesto delante de ella; ni se la ve, ni se la oye. Se percata de la situación y dada su soberbia que le ha dado la visibilidad de tener una televisión pública a su servicio; empieza primero a carraspear, la ignoro; luego a empujar, no me mueve, soy como el superdotado ese; después a gritar, la gente le hace la señal de molestar; está histérica, las manos no hacen ruido, pero la van diluyendo.

  Cuando se calma, habla de lo injusto de haber tomado esa decisión. La escuchamos hasta que se desaparece en el intento explicar sus decisiones con el injusto trato a unos ciudadanos. la escuchamos y la vemos desaparecerte.

  Otro señor se levanta, empieza a enseñar fotos, vaya Valverde, Modrid, Kroos, Benzema, no me había percatado nunca de quien era el que estaba al lado. Es el buda Florentino, el empresario que, poniéndose las fotos detrás, como para justificarle, explica todas sus ganancias en los Cástor, en las residencias de ancianas-os, en las limpiezas. Nos derrama alguna explicación, seguro que los fanáticos de su club saltarán a la cancha si osamos levantar las manos para hacerle ver el perjuicio que está provocando a cada uno de los que estamos en la plaza. Sin darnos cuenta, muy poco a poco, nos han empezado a rodear. De repente, empiezan a gritar, a decir que se sienten atacados; nos unimos las manos, nos juntamos con el corazón, se empiezan a diluir. El señor, en su soberbia, les pide que le mezan para que le alivien. Algunos, son de cerebro parásito, acuden ipso facto; otros, sabía que había otro mundo, estaban dormidos y se empiezan a despertar.

  No sé si viene sobre unos zuecos gallegos o le han traído sobre un Andamio. Dice incoherencias, como no saber donde está, para a continuación pasar a exponer lo suyo: la vivienda para los especuladores que atarán de por vida a quien tiene ese derecho en la Constitución, a la que el interlocutor dice tener en el corazón y la mente. Las aguas, para los ricos que luego darán unas limosnas a quien le sirven. La sanidad, ¡oh! la pública se la daremos a empresas que lo hacen mejor. Alguien levanta la mano; como se dice ser democrático, le deja hablar; el despistado le pregunta pero no sería mejor que viene el dueño de esa empresa para explicar las ventajas, mejor que a un interlocutor que podría ser un mediocre transmisor de las excelencias de la empresa. Mira, nos miramos, no encuentra los ojos de cordero de sus medios amamantados con sus dineros, por supuesto, públicos.

  Se presenta la nueva interlocutora, exhibe glamour como para querer hasta sus zapatos; se llama Ana Rosa y dice que lo que vemos no existe. Se ofrece ella a transcribirnos lo que somos. Sigue hablando, bajo palio, es lo que había pedido, incluso cuando se da cuenta que el círculo se ha traslado y la ha dejado sola, con los otros tres; tramando como romper el hecho que unos se escuchen entre ellos y obvien sus rayos catódicos.

  Buscan fanáticos, buscan lugares comunes, buscan negarnos, clasificándonos. Somos, fuimos, seremos para crear una sociedad posible, imperfecta, pero no sumisa para la satisfacción de sus necesidades.

   15M, nos bajamos del Andamio, para contemplarnos y oírnos. Sus malas artes, las esconden detrás de esos armatostes 

domingo, mayo 14, 2023

ANDURRIALES

Vengo de esos andurriales, rubia

 Por donde nos encontramos desnudos

Nos tapamos con un poco de trigo y centeno

 Y ahora que ya no nos vemos, te pinto

Te cuento y viajo en nuestras paradas.

   Así anda la mañana, preparado para ir al huerto; recuerdo que todo aquello empezó yendo al huerto, en el que decidimos probar todos nuestros frutos. Años después, ella se fue, cuando todas las mañanas le repetía lo del huerto, pero era invierno, otoño o una de las primaveras que antes nos visitaba.

   Así que me quedé sólo por estos andurriales y los contemplo con la pesadez de su ausencia y los años.

  Ayer sin ir más lejos, terminé antes y me puse mis mejores avíos, me disponía ir al baile y en “las agarras” sacar a bailar un pasodoble, a ella.

  Todo estaba previsto hasta que vi un poster de Page, me dio un bajón que entre en la parada de autobús del pueblo, me senté y por lo menos, a la espalda del cartel, vi que, igual que su palabrería, por detrás no había nada. Los mismos eslóganes que lleva repitiendo 20 años; el mismo vacío de España, orden, terrorismo, los otros, como si no ejercieran un tipo de terrorismo, blanco,  los que llaman para darte una lección y ponerte en su sitio. Guiado por los grandes empresarios, a los que sirve y de los que toma, sus alimentos, no saben lo que son los supermercados públicos, ni lo que son que primero los ciudadanos de la Constitución que tienen derecho a la vivienda y no sus grandes financiadores.

   Tranquilos hermanos, estoy en son de paz. Además, yo, ni media hostia. El pensar, no está valorado; el recibir, miedo, sí. El ser una correa de transmisión de las porras macarras, viene de los hilillos con los que le tejieron para ser un delegado del gobierno.

   Tranquilos camaradas, no va por vosotros; va por mí, porque en las últimas elecciones, vote al egregio Nada, calcomanía del dicharachero Bono; le voté porque, a la izquierda, se había quedado el vacío; ese en el que se metió un tal José Manuel, que le desnudaron de sus ideas, para andar desnudo como Vicepresidente, pero, abandonó las ideas con las que se habían presentado y por otro lado, en el estado en el que había quedado, no tenía la consistencia de Nacho, el de la polla, glande y claro y da esplendor, si, ni una cosa, ni la otra, pues te vas a eso, a criar gamusinos.

   La pena no es por los estos animales, que “que culpa tendrán ellos”, la pena es por mi propia desaparición; te quedas pensando “y donde estará este David Llorente”, tan consecuente, tan digno de admirar; pero diluido en un anticapitalismo, del que ya no me sé desnudar yo.

  No le culpo a él; han pasado otros cuatro años, hemos visto que entre charangas y festivales, vamos pasando la vida y las teles de entre corridas, llamadas a los abuelos a ver si encontramos pareja; ¡eh, eh, Ramón llámame; sé hacer el cabra, toco la trompeta y me puedes preguntar, si aún utilizo el refajo, morenooohoohh. En esos nos corremos nuestros días, ¿y a la izquierda?

   Uno, en Enero se quedó sin programa

   Dos, en Febrero, aparecieron, otra vez, los duendes

  Tres, en Marzo, este año, ya te quitas el sayo; por lo de la penitencia

  Cuatro, en Abril, ni aguas, ni leches, ni casas; futuros sin riego

  Veintiocho de Mayo, si votas otra vez a Page, te comes su soberbia,

                   Quítasela y da tu voto a lo que si es izquierda,

                  Aunque tú en estos 1.460 días lo único que hayas hecho es pastar,

                  y no ayudar a consolidar

Si, sí, vas por esos andurriales, pensando en llegar a casa; aquella rubia, Eva, auténtica, ya no está, pero en un carromato, sin carromeros al mando, viajan una alegre pareja de titiriteros, no sabes si pedirles trabajo, y abandonar el huerto; si ir a aquellas tierras, donde actuarán para

  ¡¡¡¡Cantarle a mi rubia!!!;

    O seguir anodino por estos lares. Paran, paro, me echan una seguidilla, les tarareo un Taranto; tocan el cajón, yo el saxofón.

   Les canto “¿qué hacéis por aquí?”, pero en modo flamenco, ya sabes me alargo hasta que se me pasa el hambre y ya, sólo pienso en su taconeo, las piernas que le sujetan, el cuerpo que le rezuma y la mente a la que me entrego.

  Me quitan el instante mágico, me dan con el puchero en la cabeza y desde sus asientos, me dicen que marchan, donde no se escuchen las alabanzas y chanzas de estos 15 días.

   ¡Por Dios! Les digo, y ¿encontraréis un lugar “a resguardo” de tanta palabrería, bellaquería y sensiblería?

    No niegan la dificultad, y continúan con el blablabla, porque en un momento determinado, empiezan a soltar lastre, mejor eso que decir cagar, de todo lo que han ido comiendo y deglutiendo que han recibido de pulcras señoras, carteles publicitarios de sus amos televisivos; se ponen a horcajadas, para aliviar la diarrea de todo lo que por repetido, se ha descompuesto ya, pero, por costumbre, porque no es hambre, se lo comen.

      Y tú lector, si has, me has, aguantado, te preguntarás; ¿pues qué hace un efecto tan laxativo en estos tus interlocutores?

     Si, si, lo intuías y te lo repito: 

         Que si todos son iguales

    Que si lo importante sería reducir el parlamento a la mitad de sus habitantes, algunos, Vicente, comisionistas.

    Que si vienen de fuera y quitan la atención a los de aquí, que no pueden ser atendidos.

Lo siento, la visión es una poco lamentable, todo es soltado de forma líquida, casi descontrolada y manchando a diestro y siniestro, a los totales, no, que sabían mucho.

     Llega otro carromato y no sabes si será el de los caraduras, “que llevan banderas para el orden y gramos para el descoloque”; o “el señor del palio” de la Comarca, región, autonomía; dejas pasar al primero, y al segundo le saludas, levantas la mano, la mueves de un lugar a otro; piensas y te dices, este gesto me lo verán como a un NODO, en el que yo parezca un oso, a punto de ser disparado o bajarán la ventanilla y a voces dirán

   “Te han repetido todos los lugares comunes que les hemos fabricado”.

   “No sé para que te escribes y te razonas; si te leemos cuatro: un mandado mío que saca ideas; otro, que se ejercita para aprender a corregir y tener un buen español; el vecino de arriba, para saber que mientras escribes, no tienes a su hija debajo; y Marítere que vive en Berlín, y que añora que tu la nombres y que cuenta las veces que te piensas no haber abierto su puerta para haber comido aquellos pásteles juntos, entre medias de haberos disfrutado

   Por estos andurriales, camino;

  Si me vienes con cuentos, que te den pepinos

  Calabazas, para que me cuentes chanzas

 Y si te enfadas, tranquilo, que no soy nada

   Mas si supieras, escucho a los que

 Un ofendido Héctor, denigra y yo

    Cada vez más, me digo

“manda huevos, con lo que se atreven

  Estos de Red, en canal que van”.

    Si a esos, De Miguel, quieres

Comparar con estados “pagados” de alarma,

No tienes humor, te lo perdiste en la

Cabecera a la que facturas.

sábado, mayo 13, 2023

Perder la atemporalidad

   Hace un año y seis meses dejé de perseguir la atemporalidad. Con una cierta frecuencia guardaba borradores por sus potenciales borrados. Ayer, se graduaban estudiantes que tuve, durante dos años, ya hace cuatro cursos. Creo que es una fecha maravillosa, me diluir, al no ir.

   Desaparecer, irte quitando, lo tomas como opción pero luego llegas a tu espacio de los últimos años, exhibes un fracaso con el saxofón y descubres que te aceptan cómo eres y que el ambiente no se crispa; se divierten, te motivas para la siguiente y se comparte un amor por este espacio especial. Entonces, añoras haber acudido esas horas viendo la exhibición de equilibrios entre trajes para un hipo, zapatos para un desgarro y bolsos de mago.

   Recuerdas el silencio y el respeto en la mirada de quien se aislaba de los dioses del caos. La voluntad de hacer algo diferente, cuando tu ya te has programado para pisar por tus lugares seguros, lejos de los canales para el hipo, de la habitación en la que, fuera del ámbito escolar, no os yacisteis o de las itacas del puro egoísmo; no pudiste darla encuentros.

   Se desvaneció el pensamiento crítico de Bell Hooks, cayó en unas manos que leerá leyes, sueñas para romper cadenas. Igual que hubo una generación abatida por las armas. Estas dieron pasos a quienes se taparon la mente con las mantas de las violencias, para dar a la tiranía las apariencias de orden.

   De aquellos, otrora, lodos vienen la dependencia de las simplezas de asustarte por una violencia que te marcan los ventajistas y no de la que estos comieron; mas, si en tu proceder desde hace años has sido un taimado jugador de póker, arriesgado porque conocías que con quienes jugabas, tenían cartas marcadas pero podridas, que se deshacían en una cotidianidad que ahogaba la regeneración que, a veces, tienes que ofrecer a una masa acrítica.

  En aquella partida, la pudo ganar un pedro con esas dotes de conocer al anquilosado compañero de partida y, sin embargo, adversario a muerte, donde sólo quedará uno porque la otra, si Susana, servirá ya para tapar paisajes lunares.

 El taimado Pedro querrá seguir ganando porque los que se han quedado, incluso pajes serviciales al poder, parece sólo necesitar un pequeño molinillo de la chorra y de la guapura para que le sigan.

  Coge sus cartas y despliega todo un abanico de poses, sabiendo que ya el fotógrafo oficial le retocará.

  No, no estamos en esa época su ventajismo con la masa es claro, su dependencia de quienes remueven sus cimientos, se la hacen ver con pequeñas sutilezas que con el tiempo, ha aprendido que se tiene que dar por enterado, porque van " a por todas, todos y todes, si hace falta"

   Dice no estar  “a gusto” con seres de la sociedad civil que tienen todos sus derechos, aunque en algún momento de sus vidas apoyaron y pagaron a quienes veían en la violencia una forma de crear otra sociedad y calla, porque calla, porque se ha arrodillado ante un reparto en el poder de la información más que deleznable, en el que sueña que una gran cantidad de oyentes sean “desaparecidos” de una forma no cruenta en lo físico, si, criminal, en esa otra visión en la manera de enfrentarse ante los poderes que dirigen una sociedad.

   Una vez sin voz, piensa que quienes vemos que existen una cúpula del poder judicial con raíces profundas, por sus formas de llegar, entrar y permanecer en un régimen dictatorial y asesino; que quienes entendemos que una parte de la policía, actué de forma impune contra quienes ofrecen a la ciudadanía deshacerse de esas dependencias y leyes mordazas, quedará desaparecida, como en el Atlántico lo fueron los de la dictadura aegentina

  Porque sabe que la prensa está tomada por los que tienen el dinero, el poder; y el relato será de parte, incluso por quienes sintiéndose atacados y vilipendiados, como Héctor de Miguel, que tiene que marcarse un editorial, no desde la comedia, en la que él se reivindica, sino desde una equidistancia basura en la que mete a Canal Red, con un periodismo bazofia. Ese es lo que tenemos

   Claro que duelen los ataques, los personales más; un periodismo comedia que ha llevado a Irene y tantos otros muchos.  Pero, cuando bromea con una imagen frívola de Rita Maestre, la tiene que meter en su programa; y las preguntas, desde una izquierda en la que se ha reivindicado, obvia los egoísmos “guays” de esos pretendidos representantes de los MAS, por tanto SUMA Madrid que no saben  enfrentarse en un país con tres millones y medio de pisos vacíos a los especuladores con burbujas “de la risa”, que siguen proponiendo construir, para hinchar más a los inflados y  depender más, los trabajadores, sumidos y sometidos en 

  Cuando las preguntas se deshacen en la memoria porque has controlado a tus entrañas viscerales que no comprendía tanto yoísmo, por un lado, al rojo vivo; y tanta traición, con las bases, que sueñas que te desvanezcas para que ellos sean lo importante.

   Y ese es el círculo por el que había empezado en este texto. Amar, con una ristra de errores, lo que intentas enseñar al alumnado y desaparecerte porque los momentos importantes los has tenido en cada uno de los instantes en los que navegaste por alguno de los indescifrables océanos por los que ya empezaron a adentrarse aquellos años, pero, a la vez, no venían púberes porque su infantil, su primaria, sus pasos por las casas de mil rutas ya les habían ido avisando de la necesidad de embarcarse a surcar aguas de brumas, olas y arrecifes de mil aristas.

   Y ahora si, les hablarás de lo bonito de sus luchas por las itacas que perseguirán hasta conseguirlas o verlas pasar; de la importancia de cada uno de los duros o bellos días de navegación.  De las taimadas y pétreas sirenas que en su lucha por la consecución de sus propios intereses y glorias te utilizarán hasta hacerte sentir desaparecido.

  Llamarás otra vez a tu ciutat invisible y les pedirás de nuevo, esos libros entregados a quienes no supo darles más que el entusiasmo por no ser indiferente. No sabe si en aquella lo consiguió para que “plantéate esto” de Palahniuk, le ayude a soltar amarras para una escritura sin continúas anclas y si a él, ensenyart pensament critic de Bell Hooks, le quitará tantos tentáculos que tiene el Derecho para ejercerlo con honestidad.

  Te sumiste en una atemporalidad, pero una vez, fuiste

jueves, mayo 11, 2023

El robot

 Conozco alumnas que están construyendo un robots. Ayer les pude preguntar, por si podía tener un beneficio propio, rápido. A cambio les dije que podría avalarles.

  Se pusieron a hacer cálculos, buscaron información y me dijeron, si quieres nos pones las piezas más baratas, nos creas la infraestructuras necesarias y ¡bluff! y todas nuestras necesidades desaparecen. 

  Yo, me muevo el pelo, me toco la oreja, tanteo, busco, me desespero y me castigo a mi mismo, diciéndome: "donde está el puto pinganillo"; no lo encuentro. 

  Creía que a estos crédulos les podría haber destruido con la primera pregunta, a la segunda, la llamo, respuesta porque "que soy yo" si no cuelo las certezas que les haga depender de mí.

 Vamos que son más sabios que yo, que no quieren esa porquería de avales, que luego terminan pagando sus precariedades al tío Gilito y a Flo, pero no al de Sacedón, sino al señor de los palcos. Y es que ahí, en ese espacio, se ablanda hasta un salchichón rancio y rezuma una relación que se acabó hace veinte años.

  Si todo fuera así, que a una señora que ocupa tus ventanas tomadas, la cuestionaras que es lo gana ella, si tú podrías tener acceso a otra forma de vida y si al igual que a un drogadicto, sea temporal, sea perenne, se jactas de no proclamarle campeón de España de un deporte individual cualquiera, ella no tomaría la droga de una publicidad engañosa o una realidad tergiversada desde una de las partes, despreciando la otra. Si todo eso sucediera de esa manera. Ella, con otras y otros estarían en la cuadra con sus estercolores y disfrutarían lanzándose esos desechos entre ellos. Los que respetamos, a nuestros pesar, creeríamos que son cenizas de arrepentimiento; los que se les postran, pensarían, si la envidia fuera tiña y sus asociaciones profesionales que les defienden dirían que sus mutuas alabanzas, entre sus excrecencias morales, son su jardín de bolas en el que se distraen y piropean.

  Aprendida la lección, me pongo a su disposición, sin engañifas, ni tretas. Ni ellas deben pagar a lo privado cuando lo público les ha abierto caminos. Ni las viviendas, habiendo tres millones y medio vacías, servirán para cagarse en un artículo de la sacrosanta Constitución 

miércoles, mayo 10, 2023

Sergi, no te vayas todavia

  En silencio, casi a escondidas se va Busquets. Ni fui del Barça, ni veo fútbol con regularidad desde hace muchos años. Leer y saber de ello, lo he intentado desde que con 10 años, cuando podía, me compraba el As, luego para leer Deporte me pasé enseguida a El País, aunque aquel aspirante a cura me dijera que no decía ni en el título, la verdad. Pero eso, ya era su biblia lo que le guíaba, por fabulaciones que luego las admitieron en sus periódicos. Aunque en estos, mejor era llamarlas mentiras. Tuve a un héroe en el barrio que no tenía barreras para el fútbol, luego se metía contra gigantes y ahí la cosa se puso chunga en más de una ocasión; yo, siempre era espectador. 

  No es lo mismo, lo aprendí más tarde, primero cuando fui corriendo más horas y mi cuerpo desafío el espacio con tiempos que nunca me hubiera creído. Luego, con el kayak, no era cuestión de narrar sino de meternos en el Ara, por Torla y bajar por una rampa, tras metros boca a bajo y ayudados por un esquimotaje, salir por "peteneras". Las veces que vi a Sergi, me hizo sentir autor de una creación que ha tenido una belleza enorme; cuando pienso en el borreguismo con el que se intentó desarticular aquella máquina tan bien engrasada, me repatea aquellos dueños que toleraron aquellas miserias

 Esperé a mi vecina, no hace mucho tiempo, en el descansillo de su puerta. Ahí cosas largas de contar, el porque ella tenía mi llave es más fácil, había una cierta afinidad y yo, a la vez, tenía la suya. Mientras llegaba de su trabajo, me senté, me eché para atrás, para acodarme en el escalón y me dispuse a escuchar música. 

  A Leonard Cohen, casi le había olvidado y sin embargo, cuando empezó Suzanne, todo  se llenó de equilibrio. Mi cuerpo se vio de pie y los escalones se convirtieron en diferentes lonas por las que lanzar, rodar, saltar; no podía creer que el agua que parecía tan ajena en aquel edificio, estuviera cayendo juguetona sobre los charcos en los que retozaba para crear ritmos de una tormenta infinita. Giraba tragado por el desagüe de un agua que se iba, herida por nuestra indiferencia. Salté tres escalones como la pala que voló para posarse, violenta sobre la nariz de Berni. 

  Aquel mínimo escondrijo era tan inmenso como el que había creado Sergui en su pequeña parcela en el campo de fútbol. Divisé paisajes sonoros y espaciales y en ellos, liberado de mis tendones y mis años, me vi poseído por otro Sergi, el ingrávido Polunin.

  Y en aquellas horas, en aquella escalera, en el inmenso silencio y en la envolvente soledad se engendró un renacimiento.


martes, mayo 09, 2023

Remontar medios

Llegué a la mitad de un año intenso descubriendo el sonido del saxofón, avanzo, repitiendo caer en la mediocridad. El solfeo, el ritmo, desmenuzar cada compas, parecen los pasos necesarios para crecer. Alguien anuncia sus seis horas diarias con un piano para adquirir el cuarto grado profesional. Pensar en ello, es olvidarte de la capacidad de tus pasos para llegar a emocionarte descubriendo lo que tenías dentro.

 No existe futuro si sólo navegas por las notas que asoman al exterior; pero no conoces como fueron poniendo los diferentes cimientos para evitar humedades y otras destrucciones.

 Llegaba al coche tras un nuevo día en el trabajo; me disponía a abrirlo sintiendo que dentro se había acumulado todo el Sol, que parecía odiaba nuestra existencia. Puesto en marcha, y disponiéndome a atravesar la puerta del parking, me di cuenta que lo que había atravesado otra dimensión; al girar, no encontraba la palmera que se nos secó con la Filomena; a cambio, tras unos kilómetros, pude acceder a la montaña por la que me solía perderme hace unos años, cuando el kayak de montaña era mi contacto con la naturaleza.

  Ya la cantidad de agua era exigua y dudaba que no pudiera bajar ese río con la habilidad con la que lo hacía hace tiempo. Cogí mi chaleco obsoleto, mi casco antiguo y el barco que ya bajó la Durance; ahora pareció que iría dando golpes con las piedras que iban jalonando el descenso. No fue el caso, la presa que alguna filial "inocente" española, preocupada por su lucro privado e ignorante del daño que se hacía a la población que durante siglos habían dependido de aquel caudal, no se había construido porque se descubrió un audio donde los poderosos de aquellas tierras y los quijotes que habían partido en rocinantes apulgados, tapados por ostentosas monturas, estaban acordando su enriquecimiento y lo poco que le importaba aquel paradisíaco lugar.

  Pasó lo que tenía que pasar, pocas veces, que quien debía dar la noticia manipulada, tenía el pinganillo, no se dio cuenta que lo tenía bastante estropeado y cuando en la televisiones del "vamos con ello", aunque sea muy tuno, lo pusieron, pese a que no le cuadraba el contenido porque estaba sin manipular; esperando ordenes, escuchaba sigue, sigue, y aunque le pareció oír unos grititos, quien daba esos mandatos era el jefe y no puso en duda la potencia de este; ni cuando descubrió que este andaba en un encuentro sexual ni cuando fue despedido ipso facto, tras unas horas, donde la población tomó conciencia de lo que se labraba a su alrededor.

   Cuando sacó la llave del motor de arranque, porque la música clásica de esta época me ha invadido, me doy cuenta que es el garaje, donde, a veces, el saxo se queda sin quien le sople.

lunes, mayo 08, 2023

Desaparecidos

 Continúe durante un tiempo, hasta hoy, porque no parecía lógico desaparecer del todo. Mi caballo, desaparecido, mi cabello ensortijado, desaparecido, mis cartas a ella, desaparecida, ella, sin rastro de mi amor loco. Fue cuando tuve conciencia que a nosotras, también nos desaparecían. Que el buenismo tendría incidencia en las elecciones locales, donde ser guay podía cotizar, porque no se molesta a quienes mandan en lo local; más o menos. Todo está establecido y las inercias vienen de arriba que siguen besando los anillos.

  Madrid, es un pequeño estado y quién cree estar de broma con el que todos son iguales, va comprobando poco a poco, como esa sanidad pública le desaparece y él también, para ella. La culpa siempre puede ser del chachachá pero si la mano te la cogen ellos y te llevan por el precipio, quizás sea porque no has querido aprender por tu propia cuenta y eso de dejarse puede ser muy bueno pero si luego tú también a llevar la batuta hacía lo que te gusta. 

 Ahí estás, mientras oyendo que los rayos que emite la televisión de Pablo Iglesias lleva productos nocivos, te encuentras postergado en un sillón quebrado la atención médica es vergonzosa; claro, claro, por eso de las emisiones.

  Y si, quitas a Podemos de la parrilla televisiva, porque pudiera ser nocivo y mientras el Santander consigue que sus propuestas para ayudar a la viviendas, las ponga en marcha un gobierno socialisto que no tiene nada que ver "a mi que me revisten" con esa misteriosa evaporización de derechos en una sociedad.

   Y si, la publicidad en las privadas y en la subliminal de las públicas mantienen programas para los presentes, ya lo decían los que mandan. 

  Los otros son los desaparecidos que además, tienen la culpa de todo.

  Mientras en el chachachá, nuestros pasos son sobre el precipio, también andan por ahí, los que ven rayos a María o catódicos con veneno

   Para no callarse vamos

Ruge el amarillo

 No es fácil venir de hacer piragua y encontrarte a la vecina en la puerta. Empiezo a bajar el kayak, saco mi nueva pala, estoy orgullosa de ella, aunque es de segunda mano, pero es muy ligera y buena para lo que yo voy a hacer en estos momentos. Cuando bajo la mochila con toda la equipación de agua, añadiendo mi chaleco de seguridad y mi casco, estos dos, ya obsoletos según me confirmaron antiguos compañeros de correrías; empiezo a recoger las cintas que aseguran la piragua a las barras, lo hago de una forma lenta, pausada. Ella parece impacientarse y después de amagar con irse, lo cual es un suspiro para mí, se gira de repente y se dirige hacía mí, congestionada, intentando controlarse pero a duras penas. 

  Estoy oyendo Eddie Vedder, Black; se lo oí hace tiempo a Isi, pero bueno Bruce, Leonard, Lou y Bob Dylan han ido llenando diferentes momentos de mis ultimas escuchas. Ahora parece que necesito entre marcha o entenderla. Por fin, me pregunta acerca de mi próxima salida al río. Intento esquivar el tema, porque es guapa, y ya a mis años, barreras las justas. No soy Nacho, pero como diría Niceto, no sólo de pan se hace el bocadillo. No me permite ninguna divagación y me insiste en mi próxima salida.

  Tengo varias semanas ocupadas. Los riegos, los exámenes, una posible nueva representación zombie, pero como actor estelar y cutre, en un antro degradado. La digo que en cinco semanas creo que volveré a bajar. 

   Cae la tarde, la luna pugna por mostrarse aunque su luz ilumina todo nuestro valle hacía el que estamos mirando los dos. Ella dice que quiero hacerlo. Me pongo nervioso, no había previsto que mi insinuación tuviera un efecto tan inmediato; la casa está desordenada y desde luego no es la habitación que tuve en una de mis visitas a Berlín, que tenía todos los ingredientes que podrían hacer el encuentro mucho más placentero; a cambio, ahora sé que menos pensar y más trabajar.

   Ella se adelanta, tiene un sexto sentido o soy un libro abierto, que también; me pide que busque todo lo necesario para que me pueda acompañar en el descenso. La objeto una cascada de inconvenientes por si tuviera el mismo efecto que las mil y una noche. Está firme y no me da margen a especulación, ni a ningun tipo de dilatación. Quiere confirmar si están destruyendo la presas, si existe un plan premeditado para que los ríos vuelven a ser ellos.

   En las repetidas maniobras, sobre el mismo espacio he encontrado la comodidad de no tomar riesgos, hace tiempo que no bajo hasta la presa; aquella tarde donde de sentirme poderoso con tres largas horas de paleo, momentos más tarde, fui devastado por la pérdida de un amigo. 

  No la podría asegurar si ya han desmontado la presa, pero la digo que si lo han hecho bienvenido sea, porque producir energía tiene muchas formas, pero a costa de parar cursos del río, con toda la acumulación de cieno que la inutilizará un poco más adelante, con la invasión de orillas que son anegadas perdiendo flora y fauna, no me parecería lo peor que podría pasar.

   Ella, empieza a añadir que si dicen; yo, me pongo un dedo sellando mi boca, mi sonrisa más abierta y la digo: vamos, como queriendo coger el presente y su cuerpo tan deseable; ella, se vuelve y me dice: ok, entonces dentro de 5 semanas a las 17h. quedamos.

    Cargo mi pala, mi kayak, mi mochila y me pesa la decepción.

domingo, mayo 07, 2023

Un encuentro

 No quería ir al centro comercial; no me gustan, pero mi nieta ha sido el motor para salir de mi misantropia. Eso sí, me pongo capucha y me pongo la mascarilla como un bozal. Nadie me reconocerá.

  Entrar ahí, es salir de mis días de kayak; se cruza mi mirada con aquellos regresos de los domingos, agotado, mirando a través de la ventanilla, como un marciano, los parkings llenos de presidiarios del consumo. Pensé que era un destino que destruiría, también, a Leila Guerreiro.

  Me coge de la mano Claudia, como para protegerme, sabe de mi desvalimiento, reflexiona a profundidades a las que nunca he llegado. Las voces juveniles son los tañidos de una campana que invade un inmenso páramo de luces repetidas en estas iglesias paganas del dios consumo. 

   Oigo un ruido que he ayudado a realizar durante toda mi vida en la fábrica. Soy yo, ahora quién la coge en brazos, ya no me es fácil pero la adrenalina me hace olvidar el dolor.

   La llevo hasta el carrusel y la pido que se haga parte del paisaje, que se deshumanice, hasta llegar a ser decoracion, ríe, pero acepta. Salto a una pequeña plataforma, donde han dejado unos frasquitos de gomina. He descubierto sus propiedades para hacerme invisible. Espero una repetición del sonido para localizar a la persona. Se repite, lo sitúo cerca de donde está Claudia, sé que no es ninguna broma porque las imitaciones en las de juguete, siempre han dejado mucho que desear.

  No debo tener miedo, ella, no lo sé, siempre me ha aterrado contarla las características de alguna de las armas que construimos. Salvajes e inhumanas en sus resultados.

   El carrusel empieza a funcionar el niño soldado parece dudar. Si antes vi en su mirada, la de un psicópata sin agarre a la vida y con destellos propios de ese centro comercial, ahora veo los ojos de un niño inseguro, ansioso de ser feliz con unas vueltas en el carrusel.  Cuando veo que se monta en esa especie de batidora, con un volante en medio, veo sus dudas a la hora de dejar el kalasnikov y de atrás se saca dos granadas de mano. Es ella, Claudia, quién se ofrece a sujetar todo ese arsenal; el niño la suelta una mirada de amor desvalido, como si quisiera engancharse a algo; la batidora empieza su giro, el acelera con el volante, de su bolsillo que salió un disparo de una pistola que se había guardado; se alojó en ella, mira desconcertada, buscándome, al caer suelta las dos granadas, con sus espoletas desprendidas, las cojo, las lanzó a único puesto sin gente en esos momentos, una casa de apuestas, sale el premio, a la vez que del fusil de asalto se escapa una lágrima en forma de bala, me alcanza y se une a las que ya derramaba por ella. Pierdo el sentido, como lo perdieron las armas. 

  Durante mi estancia en el hospital, tenía un frío aterrador, como manta y como futuro, dejar de ser millonario por apostar por la casilla ganadora trucada que es por la que siempre colé la necesidad de las armas.

   El chico, aquel día, había salido despedido y voló hasta caer en los brazos inertes de Claudia; ella en su cuello llevaba un colgante con una piragua y un árbol. Dicen que le vieron salir de aquel espacio y se dirigió al campo. Hubo gente que le siguió, con sus armas también dispuestas a abatirle. 

 Nada sucedió, excepto un viento que atrajo aquellos aires de la montaña, a los que me dispuse a volver

sábado, mayo 06, 2023

El agua fundida

 Miro al grifo con la incertidumbre de si será el primer día.

  A la luna llegué corriendo por una cuesta que la escondía por los picos que la acompañan. Desde varios kilómetros antes, intuía que esta noche, era su momento. Creía que antes aparecería por el horizonte y mi esfuerzo quedaría banalizado. Aún así seguí en mi esfuerzo, viendo las consecuencias de la potencia del reflejo de su luz está noche. El origen me seguía estando vedado, entre curvas, entre pinos con abrazos extendidos, sobre un suelo que la cuadrilla de Fernando ha dejado este invierno como una moqueta. Cuanto más cerca estaba de la cima, los últimos metros, parecían querer esconder como unos guardianes muy celosos, el tesoro que en otro lugar Ali,  con sólo decir "sésamo, ábrete" había robado.

   Aquí, por una pequeña falla, durante unos segundos, en tu correr, te prende unos rayos, pero no son suficientes. Esos metros eran los que le faltaban a Emiliano, cuando ya el cáncer le había minado su cuerpo. Ansiabas ayudarle, llegar al Pax sería su pequeña victoria. En el cuerpo había agujeros que habían minado su fortaleza para obtener aquella nuestra pequeña Ítaca.

   Después de esa última rampa, queda una curva pronunciada a la derecha; allí atrapado en un pequeño desfiladero. Recorro como si fuera un lugar de despegue, a los Galayos, al día lo he pasado como un gran repecho que empezó desde el punto más bajo, al dejar olvidado el saxofón y culminó un nuevo encuentro rechazado. El placer sin cadenas, está devaluado.

   Terminas repitiendo días, horas interperstivas como la que te lleva a ese nuevo horizonte, el Alto Tajo. Ese encierro, termina, se abre el lugar donde la luna había jugado al escondite; tiene una belleza arrebatadora, una redondez perfecta, una manta blanca que la cuida de estos resfriados primaverales, pero que sublima, aún más, su perfección. 

   Has navegado entre tus piernas anquilosadas, tu mente agotada por la desaparición momentánea del saxo y con los arrecifes de las clases que aún querrías mejorar y los cantos que te masajean del alumnado que tuviste en años anteriores. Miras y vuelves a fijar tu vista, sobre esa subyugante luna, si pudieras sería la luz elegida para días sin referencias. 

  Cuándo te giras, pasas esa pequeña herida infringida en el pico. En el valle que habitas se derrama una luz que parece un estado de éxtasis que perdura para mirar a los ojos de la que te poseyó.

   En el descenso te das cuenta que fuiste testigo de una luna, que cuando termine de elevarse, no te dará el encuentro en el que la besaste en tu cerebro que imprimió ese instante

viernes, mayo 05, 2023

Equilibrada

 Cuando salia a tirar basura, un poco antes de llegar el camión de la basura, queria que mi vecina me viera como una persona equilibrada. Ella aprovechaba para aparecer por la puerta y hacer como que no me veía.

  Yo me acompañaba de un libro y le daba una pequeña hojeada, distraído; ella, al quinto día, sacó una silla. Me extrañó, abandoné mi lectura porque Sergio Fanjul afirmaba que tampoco es tan cool leer.

  Había empezado a tocar el saxofón y pensé que su maleta me podía servir para sentarme.

   Ella, por unos días, no apareció. Yo iba a desistir de sacarlo porque a mis otros vecinos no parecía entusiasmarles conocer el origen de sus despertares a media tarde. Cuando vi que ella había vuelto, me animé a sacarlo por última vez. Ese día habia tenido mucho jaleo en la casa. Me dio por limpiar y acumule tres diferentes bolsas que me ocuparon las dos manos, a la hora de sacarlas; en una de ellas, además, acumulé la funda de mi saxofón. La dejé a un lado y me dispuse a arrojar la basura a los contenedores. A la vez, vi que ella salía, me apresuré, su silla no estaba. La echaba en falta, olvidé el maletín. Me acerqué, si tenia la silla.

  Alguien se llevaba la funda, le miré, llame su atención. A la vez, temía perder la oportunidad de hablar con ella. Carlitos de María Ponte estaba empezando una seguidilla con su guitarra. Ella carraspeaba como para empezar a entonar.

  El fugitivo pareció dudar; la pelota que había jugado, había dado en la red y como en la película de Match Point de Woody Allen parecía no definirse.

 No lo confíe a la suerte. Emprendi un zapateado y un, dos, tres, aquel huidizo ladrón, terminó de parar. Eran las 9h30 de la tarde; el sol parecía querer ofrecer más y diseñaba un cielo de naranjas y rosas que mostraban su zumo y su aroma.

  Empezó a cantar; no como si hubiera sido detenido. Era su otro yo, el de Camarito de la Ensenada. Dejó el saxofón a mis pies, su voz marchó con las estrellas y su hondura es la que entró en nuestras miradas.

  Algunos días prescindimos de la música, porque nuestros cuerpos se sienten instrumentos y nuestros cinco sentidos dioses para producir orgasmos

jueves, mayo 04, 2023

Norita Cortiñas, abuelas disuelven velos

 El mambo es lo que necesito. Mover hombros, caderas y poner todos los pensamientos de mi cabeza en el paso, en el muelleo,  y dos y cabeza que dice sí.

  Nadie puede renunciar a bailar, ni los que quieren hacer la revolución. Norita, con 91 años, es una de las Madres de la Plaza de Mayo, en una entrevista termina diciendo: esa es la historia de nuestros días, el compromiso visceral de no quedarnos con los brazos caídos, tenemos que seguir adelante porque otro mundo es posible". Mira que le dijeron muchas veces, que mejor no meterse con tal o con cual. Inés Hayes publica en CTXT.es un artículo sobre las conexiones empresariales con la dictadura militar argentina. Vuelvo a Antonio Maestre, al que dejé ayer mencionando a Ece Temelkuran y la imposibilidad de debatir con quien o gana o rompe el estado de las cosas, que hubieran defendido, si la premisa primera se hubiera cumplido. El escritor, en Franquismo S.A. hace un repaso de todas las familias que salieron beneficiados con la dictadura de Franco.

   En Argentina, se sentían apoyados por empresas como la Ford, como los nazis lo fueron por las grandes empresas alemanes. No es nada ni un militar, ni un fascista si no están al servicio de las fuentes del poder económico. En una tertulia en una plaza de la España profunda alguien intenta razonar que las empresas son necesarias; cree ver en su interlocutor una locura destructora de lo que está establecido en esta sociedad. 

   Encuentra este interlocutor toda la indecencia en esas empresas que primero explotan a sus trabajadores, si estos están en una condiciones de inferioridad manifiesta. Niños de 10 años trabajando en Estados Unidos, porque ya se ha abierto la veda, cuando la sinrazón se ha establecido. Después, si tiene las condiciones adecuadas empiezan a controlar las empresas que les sirven la materia prima, a veces, poniéndoles cebos para que les sirvan toda su producción a ellas y luego, cuando estas, se echaron en sus manos, poniéndolas condiciones draconianas, de bajada de precios en origen y de asumir gastos que antes se repartían entre los dos.

   El trabajador es necesario, a veces, se le diviniza para que se sienta exclusivo, una especie de dios; que puede hacerse así mismo, que puede conseguir elevarse en la sociedad por su sólo esfuerzo. En los 80, Tatcher, Reagan tuvieron ese discursos hacía ellos; cada uno, creyó tener su propia nave; partieron a conquistar sus Itacas; unos cuantos, unidos, perdieron fuerza; los primeros en sus bajeles oyeron cantos, de una belleza prodigiosa; les decían una y una vez su valor, su capacidad, su exclusividad; oían esas voces que les llevaba hasta el paroxismo incluso cuando ya se estaban estrellando, cada una de ellas, contra los arrecifes, donde desaparecían. Tarde era tarde; 

    Norita, Pepe Múgica, Petrov, nos llegan voces de Sudamérica, por si aún, unidos, escuchando en medios de comunicación honestos que lo primero que tenemos que cuestionarnos, somos nosotros mismos, pero que cuando embarquemos, seamos capaces de hacerlo con más gente y que esta nos ayude a distinguir entre quienes sólo producen bellos ruidos o quienes nos explican los fondos que los producen, porque todos no son honestos, ni buscan que lleguemos a nuestros propios Itacas.

    Si Norita, otros mundos son posibles.  

miércoles, mayo 03, 2023

Hasta que se seque el Malecon

 En ritmo vacilante me muevo hasta la orilla, dudando si los personajes de Jonathan Franzen serán los seres que habitaron los setenta en Estados Unidos, pero también los que viajan hoy para sobrevivir en un mundo hiperviolentizado. 

  Paisajes humanos trazados con una escritura precisa en las descripciones. Albert Camus parece habitar en las razones que forman los hechos de los personajes. 

  Clem busca restaurar las posiciones de las piezas de un ajedrez. Una paloma, dice Antonio Maestre, se eleva desde un patio cercano. Ha comido y piensa que todos los personajes que tienen ahí, un orden, pueden ser potenciales enemigos. Parece torpe, puede ser una representación de la de la paz; cuando podría elevar las patas y evitar descolocar el rey, el alfil, las torres y la reina, ya que ella se ha satisfecho, las utiliza para tirar, destrozar cualquier atisbo de juego. 

  Prosigue el periodista, ese ave, diseñada entre la belleza y las insidias es fruto de todos los alimentos que le han ido proporcionando para su supervivencia y podríamos decir, la de su nido. Ha aceptado lo que la han ido dictando, ha volado raso, alto, en círculos, soltando todo el ácido que se ha producido y  acumulado por esas comidas tan nauseabundas. Tiene un estómago que desharía los efectos perniciosos del tequila en su cerebro, aunque en sus momentos de soledad en público, muy pocos, porque la cubren con un manto invisible de asesores y correveidiles deja asomar los efectos de su vacío existencial y la de la maldad de los alcoholes.

  A cambio de las prebendas, la pintan como la de Picasso, como la de Abraham, pero Antonio la compara, a Isabel, como la loca paloma que destroza el tablero de ajedrez, porque donde ella no puede ganar, no se juega.

   Muchos, demasiadas familias, miran la tele y les hace gracia la sinvergüencería. Se creen parte de ese mundo; igualan a todos en los malo, porque se dan cuenta, claro que se dan cuenta, de las barbaridades que les sueltan. 

   Una vez, todos igualados, se echan en sus manos, y en el caos, van perdiendo todos sus derechos, su sanidad pública y la vida de otros, que a ellos, parece que les diera igual, como a ella, y a quienes la dirigen que nada les va a parar parar conseguir el poder. 

   Las piezas caídas, ella de procesiones mediáticas y religiosas; los demás, asombrándose de lo que es capaz alguien, si a cambio recibe protección y dinero.

   

martes, mayo 02, 2023

Twist and dance

   Pasa cerca Bruce, estará Bob; seguro que Betty se conforma con Turner. En los vídeos, fluye una sombra de una noche a todo ruido, que se escapó. No se repitió y eso que el escándalo era mayúsculo, pero sólo eran dos jóvenes, con la música a todo trapo.

    Perry se preguntó donde irían aquellos últimos padres que se habían embarcado en una barcaza que tenía por nombre Exit. Él se quedaba en sus adicciones, le habían encerrado en un espacio irreal, en el que vagaba, buscando algo que hace meses, le hacía sentirse dios. Los demás vivían renacimientos sin raíces por las que alimentarse; lo suyo era el universo

   El agua era ajena al mundo nuevo, sin tierra. No le despertaría, para tenerle horas esperando. Le dejaría dormir y luego leer porque en eso, él, al contrario, era sólo practicidad. No podía importar la Encrucijada que había escrito Jonathan, lo trascendental era lo que le habían transmitido sus ancestros. No le daba importancia a pensar aunque vivir en la nueva tierra le había arrojado contradicciones a las que prefería despreciar.

  Estos días, parecía tener un advenimiento y comenzaba a valorar el día. Renunciaba a semanas de siete días de trabajo y a compromisos que le llevaban al abismo de sus relaciones comerciales. El miedo al vacío empezaba a desvanecerse. Se había asegurado unos buenos colchones en su país; pero, allí, era todo tan pasajero, si encima tenía una corrupción insaciable. Donde ahora estaba, también la veía, pero aquí lo único que quería era dinero.

  Allí quería raíces y cimientos que le asegurará la eternidad en su descendencia, pero tenía tanta incertidumbres y todo parecía haberse construido sobre arenas movedizas a las que allí no podía poner ni hormigón ni sus técnicas porque someterse a quienes vienen impuestos por los dioses es abrir las puertas a sus cortesanos.

  Al menos, de palabras, había anunciado que sus días de descanso si eran para este mundo.


lunes, mayo 01, 2023

Andamios para el olvido

 Puede ser verdad que es muy entrada la noche, que llevas todo el día o escribiendo o paleando por el Tajo o encerrado en un círculoque te trazas. Estas excusas se pintan, en esos momentos de pánicos, entre el humor en los cambios de ritmo de una música repetida por años.

  Te vuelves a cruzar una y otra vez, dentro del párrafo ha venido Mayo, con ella y no encuentras las letras, ni la primera que daría la clave de su nombre, ni relacionarla con su hermana, ni con quienes la acompañan, a las que pones nombre, identidad en ellas mismas y en sus familias. 

  No encuentro ninguna pieza con la que empezar a subir al cielo de poner nombre a las cosas, cuando todo se derrumba. 

  Me ofrecen, mis últimos albañiles de referencia, poner un andamio para remozar mi tejado. Dicen que la tarea es muy laboriosa y que les lleva toda una mañana; el día me saldrá caro, pero ellos estarán seguros y mis goteras podrán ser solucionadas.

  Algo pasa, cuando una cortina no tuvo nombre, y ella perdió mi imposible invocación. Ayer, era Carme Elías, actriz a la que entrevistaba "avivir"; hablaba como empezó, hace tiempo, a dejar de poner nombre a las personas y momentos que la hicieron ser quien ha llegado a ser quien es.

   Pregunto por libros, videos cuales son las piezas que armarán el andamio que me permita mi asentamiento y mi nueva cara, ante las circunstancias que se sucederán. Buscaré su libro y mientras, cada día, iré asegurando un tramo para tenga donde asirme. La belleza de la noche, que me acoge cuando la visitó, con sus árboles ahitos de oxigen tras un día con calores tórridos, la tierra regada que deja sus posos que desbordan cauces, el ritmo que tienes que hacer tú, no tengas miedo, si les ayudas a explorar. 

  Si un día llega el abismo, quizás el andamio me ayude a sujetarme en lo que fui y si noun día sonreiré porque un claxon estruendoso y por la ventanilla veré una sonrisa en forma de abrazo. Esas redes te sujetarán cuando haya tropiezos

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y