sábado, noviembre 26, 2016

Curioso ó esperpéntico. El puerco

el puerco, nunca podría ser llamado bello cerdo
este es elegante en sí, al otro le atavían en soles
el primero reconoce el barro, se lo piden, va feliz
más el cerdo acude ocioso, con bullangera alma
les une que una vez allí, ya en fango, ufanos retozan

No hay patriotismo de quien se atullura de bellotas
porque las incosistentes vainas, sólo sus desechos
que arrojan a quienes quisieran ciegos y vagos sordos
porque el sí, el puerco, sabe y conoce, mas elige odio.

Si además recibe recompensa, crece inmenso en pavoneo

Belleza gracias a Lagarder. Contrastes a maitines


Did I ever love you, Leonard. Mañanas a lo que fuimos

Existe una ciudad, donde los parques son de escuchas
donde las palomas recogen sus granos sin odio de oidas
caminas Marcos por los jardines de flores sin hormigón
señoras bondadosas toman conciencia del sueño de ser

Es mañana, la ciudad de las Artes, es la calle de estudiantes
trazando arquitecturas de sonidos donde el futuro es creado
La imagen no es de impúdicas poltronas derramando hieles
es la colmena de abejas zumbando para melarse en faro.

No quiero motores radiando la esclavitud a la avaricia
sólo tracas, mesas inquietas donde el cuerpo tiene techos

para despegar a la lluvia que eyacula a desiertos en flor
para levar las rodillas y las cabezas que se hincaron a soles

Te votaría Ana, aunque tu victoria fueran sin oropoles a deudas
Andaría calles en las zancadas de la voluntad, sin tronos a garage
Levantaré mis miedos para que por mis venas fluyan encuentros
Fábricas a sudados ladrillos, argamasas sin oscuros banqueros
Ciudades visibles ante manantiales de sangre de entregas a yoses

viernes, noviembre 25, 2016

tu verso en carne

Se va la vida en el tiempo de la rima
tu cuerpo paseó, abrazado a la poesía
ya, ella no está sola, la calle camina
escenarios sin bridas, florecerán al día

Aliviaste a quienes jóvenes se ofrecían
sin verte, nacen mañanas de tu energía
nos despertaste a ver amor entre ordalías
son inasequiables, mas prendes y alivias
para mostrarles nuestras manos unidas.

Alegría de sentir los tiempos compartidos
pasarón raúdos sus cursos; al verles al timón
hacía estrellas de latidos, velas a sotaventos
amarradas a cabos en manos de corazón
fluyeron las heridas, y amanecías a los encuentros

Nos nacías sin los odios, eso lo dejaste al carcelero
que eterno, repetía su eterna letanía de persona arpía
mira la palma que te ofrece la indomable ambrosía
al otro, siendo dañino y ladino, deshonra le incrimina

Nacen en nosotros tus actos, mueren en él la codicia
es un tirador cuando ladra, y tu sembrador del otro
que se mece por tu poesía; el censor cuchillo blandia
signos de multiples cacerias; y tu amamantaste rebeldía

martes, noviembre 22, 2016

No lo tendrás tan fácil

Me lo dice el descastado que es apaleado por la única parte que tiene la razón en esos seres humanos, pies y manos, a falta de averiguar si también la boca, que me levante, que me muestre, que nos está esperando para compartir látidos de sueños realizados

Ese ser ofrecido para crecer sobre las miserias que le pudieran encadenar, es maestro para quien en la oscuridad sueña construir mundos, pero sólo de papel porque no encuentra el momento del ladrillo de corazón y paja de sudores,

Viene el extranjero para espejarnos que nos hemos convertido en inánes seres esperando no ser absorbidos por los besos de palos o por los abrazos ajusticiados. Proclamamos, mirálo, para no actúarlo nosotros mismos. Somos pobres porque nos pisan desde la riqueza y además, nos sujetan tumbados quienes están en ese charco de barro, pero deciden no moverse, porque esa arcilla calienta y mimetiza.

Graba para que veamos quienes nos patean con la balanza vencida

domingo, noviembre 20, 2016

Tapas sin cerrar, Alexievich marcadora ante la indiferencia

En este ultimo año, después de obtener el premio Nobel de Literatura, Svetlana Alexievich, he leido tres de sus libros (Voces de Chernóbil, los chicos de zinc y el recién termino de leer, los últimos testigos).

Creo que en diferentes momentos he tenido que parar durante un tiempo, porque se me hacía durísimo asimilar todas las historias que atravesaban las narraciones de Svetlana.
 Al contrario que en "Patria", de Fernando Aramburu donde durante una semana navegué en las tierras vestidas de verde que tanto me gusta visitar para descubrir que debajo de ese vestido se pueden encontrar hilos que atrapen las mentes, para enfocar las miradas hacia pantallas donde se repiten mantras que hacemos nuestros, únicos. Aquí, con Svetlana, en pinzeladas de trazos gruesos, descubriamos una sociedad atrapada por absolutismos morales izados a tronos con letras o armas que en mitad de 900 días y noches buscaban arañar la corteza de un árbol para alimentar sus hijas o inhalar el gasoil de una tierra rasgada o escondían su razón para atarse a una tierra envenenada que era su única seguridad. Semejanza con el ahora, en este repetido tiempo de vuelta a enrollarse al cicuta impregnado en símbolos cuando nos entregamos al desvergonzado que impúne ondea felices pretéritos, que nuestra propia ambición destruyó.  Quisimos todo lo del mundo, pero que no nos molestarán a quienes robabamos. Los veleros nos lo traían a las estanterías para hacernos también que nuestra libertad siguiera a las sirenas que nos atraían a los acantilados donde malheridos nos veíamos esclavos del consumismo.

Vuelven las huestes deshumanizadas a ver al otro como inferior para justificar la bestial crueldad de beber la sangre de los seres desollados. Sobrevuelan étereos dioses trasvestidos los campos de minas de luces imposibles donde se desmiembran los crédulos que dan la mano a los fabricantes de codicia. Contrapunto del paseante de manos palpitantes que siente el fluir de la tierra por las venas del tiempo compartido. ¿Quién sale de su tierra siguiendo a un mesias del odio que anatemiza los buñuelos errantes amasados en manos que se entrelazan?, ¿Cúando atravesamos con la daga del odio las enseñanzas de quien decimos respetar?. Soles de repollos que amamantan lubricados mis tierras, ¿dónde me abandone para escupir al horizonte desplegando sus hojas que debían ser sajadas con venenos que trepanaban mis sueños?  ¿Acaso sale la pus cuando destripamos la voz de quienes son nuestros otros?.

Amaneceres de torrentes encostrados ¿dónde esta la mama que confío su manantial al succionador ponzoñoso?
   

martes, noviembre 15, 2016

Mis danzas a los sueños

Si un día, mi cuerpo escapará al ligamento tenso
mecería las palabras de Cohen que eran faros sin proyector
entre los nervios de quienes descubren sus mundos libres
y entre las cuerdas, llamaría a quien que le abrió al irse

¡Cuántos amaneceres yaciste entre los seres que despertaban!
pupitres con velas que bogaban entre peña de sibilinas mareas
capitán en los momentos de zozobra, grumete para las ilusiones
mástil para engendrar castillos, donde timoneen los que atisban

Horizontes de pequeños pasos con zapatos de corazones inquietos
helechos que masajean los sabañones de las frias incomprensiones
estuviste ahí, ancla, cuando los dolores crecían entre las tempestades
recogiste las telas cuando los vientos llevaban a inhumanos tsunamis

Y ahora, los abrazos sujetan las incertidumbres de los primeros días
bastones firmes pues engendrarán las semillas de las tierras renacidas
gracias porque en los despertadores de los cielos terrestre, plantaste luces

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y