Me lo dice el descastado que es apaleado por la única parte que tiene la razón en esos seres humanos, pies y manos, a falta de averiguar si también la boca, que me levante, que me muestre, que nos está esperando para compartir látidos de sueños realizados
Ese ser ofrecido para crecer sobre las miserias que le pudieran encadenar, es maestro para quien en la oscuridad sueña construir mundos, pero sólo de papel porque no encuentra el momento del ladrillo de corazón y paja de sudores,
Viene el extranjero para espejarnos que nos hemos convertido en inánes seres esperando no ser absorbidos por los besos de palos o por los abrazos ajusticiados. Proclamamos, mirálo, para no actúarlo nosotros mismos. Somos pobres porque nos pisan desde la riqueza y además, nos sujetan tumbados quienes están en ese charco de barro, pero deciden no moverse, porque esa arcilla calienta y mimetiza.
Graba para que veamos quienes nos patean con la balanza vencida
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