Si un día, mi cuerpo escapará al ligamento tenso
mecería las palabras de Cohen que eran faros sin proyector
entre los nervios de quienes descubren sus mundos libres
y entre las cuerdas, llamaría a quien que le abrió al irse
¡Cuántos amaneceres yaciste entre los seres que despertaban!
pupitres con velas que bogaban entre peña de sibilinas mareas
capitán en los momentos de zozobra, grumete para las ilusiones
mástil para engendrar castillos, donde timoneen los que atisban
Horizontes de pequeños pasos con zapatos de corazones inquietos
helechos que masajean los sabañones de las frias incomprensiones
estuviste ahí, ancla, cuando los dolores crecían entre las tempestades
recogiste las telas cuando los vientos llevaban a inhumanos tsunamis
Y ahora, los abrazos sujetan las incertidumbres de los primeros días
bastones firmes pues engendrarán las semillas de las tierras renacidas
gracias porque en los despertadores de los cielos terrestre, plantaste luces
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