martes, diciembre 15, 2020

El corzo en sinrazón

 Si, ahhhh! Es usted. No mujer, no se ofenda, creía que era un agente de mi compañía de teléfonos que me ofrecía el último chollo que me volvería a liar por 6 horas, más que corro en una semana ¡quien lo iba a decir!. Pasar de correr a andar para terminar a miles de kilometros de velocidad contando todos mis beats.

No, de verdad que no, que el haber liado un corzo con la razón, no es por su periódico de referencia. ¡Cómo se me va a ocurrir!

- Ya, ya, dicen que pongo juguetes a organizar espacios; pero claro, ustedes no saben lo que han hecho antes los espacios. ¡Menudos son ellos!, se fueron escondiendo entre telas y suciedad; y claro, cuando les quisé buscar para encontrar mi anillo de boda, el espacio se lo había tragado.

Si, si, lo prometo. El tema es que estoy harto de ver el seguidismo que tienen los corzos.

Me explico, a 10 metros de la carretera veo el primero, voy a su encuentro. Él no para, yo, decido que si. 

Ellos parecen que no tienen problemas con lo que le depare el futuro, como si una justicia poética les protegiera, serán en el peor de los casos, degustados por su excelencia hasta el final; en todo caso "el muerto al hoyo y para el vivo, el rollo"; asunto no baladí, tres meses hasta su total resolución. Fíjate que por su belleza, el corzo parece un animal de orden, pero como dice Gerar, en su sitio porque fuera de él, va a piñón fijo. Algunos, que no es mi caso, aseveran que a su puta bola. Es mucho decir, simplemente, van ciegos, a quien les alimenta, me imagino que casi siempre será la madre; en contadas ocasiones, detrás de quienes les dan las comisiones

Porque el primero mal, pero ¿Y el segundo? Demencial, siguiendo al guía, que seguía a la madre. Esta no les dice ¡quedaros ahí!. Me imagino que tiene las ubres llenas y quiere que alguien se las alivie

En mi caso firme, ni amago de arrancar; ella tozuda como la jota que me he cantado, ha tirado para delante.

Yo, perplejo. Creo que es un tiempo de cambios, pero no para los corzos, se acaso de nombre: les llamaría borregos: ¿No lo ves alma cántaro que el peligro lo tenías en el cruce? Parece como si dijerán: yo siempre fiel a la ubre que me alimenta.

Me imagino al corrupto, descubierto, desnudo que debiera parar. Pues no, el otro es el que se tiene que parar, avergonzar y atemorizar. El corzo, como "cuando el tonto sigue la linde". Sabe de su impunidad

De los dos primeros, les he dicho mi ensimismamiento; pero y ¿del tercero?. 

Otros 15 metros más lejos, que cualquiera lo ve y le da tiempo para preparar un cañón. No, no se inmuta. Tú te piensas, se puede volver, alejarse por una zona de mucha arboleda y mata baja. Todo eso le da protección, pero ¡Qué va! Se siente impune, como si jueces y prensa escrita pudieran banalizar sus tropelías. 

Asi que me preguntas. Estos corzos ¿Van a tener la razón?.

Cuando el último "borrego" está a punto de pasar y me ha dejado paralizado, lanza una "furtiva mirada", que en mi caso hubiera sido "lacrima" si no paro y parece decir: " estás tú bueno para cogernos". 

A veces podéis coger a los pequeños, pero es nuestra pequeña contribuccion, para vosotros habitantes de "borregos 2020 odisea por los campos" para quien se sueña libre, pero dice Daniel Bernabe. En Estados Unidos han ganado quienes han dejado que ganará. A Bernie Sanders, con propuestas necesarias para que ese pais sea humano por encima de irracional y devastador le quitaron del medio "las Tecnológicas".

Corzos, libres por paisajes sublimes, pero guiados por un instinto que les lleva a su aniquilación


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