CTXT y carnecruda. Si esos vecinos de ahí al lado. Si esos de la columna a tu derecha si me estás leyendo desde un ordenador; a esos dos medios de comunicación, les estoy muy agradecido. Me enriquecen y hacen amenas mis vueltas desde el trabajo, oyendo la radio o mis salidas de laberintos trazados por compulsivos bocazas que me rodean, intentando atraer la atención
En la nave ardida, por un fuego purificador vivía un iletrado que había salido de detrás de una sociedad que te deslumbra. Nadie le había percibido porque vivir en un submundo nunca atrae mientras nos es sonoro para ser vilipendiado
A mi se me ocurre escribir sobre algo que he oido.
Encuentro un cierto placer en juntar letras, pero, son sólo razonamientos. Uno, encima, hoy, me hacen ver que el último lanzado se poso sobre uno que defendí aún equivocado, con una base errónea, en las formas, quizás no en el fondo, pero este matiz no tiene importancia. Existe un error, sin más, a ser corregido. La literalidad era sobre el manifiesto-carta no sobre la sobrada de los 26 millones de maravillosos disidentes, eliminables, por pulcritud.
Más lejos, no sé cuánto, una señora escribe una carta respondiendo a mis deseos de comerle sus pechos. Dice que es un asunto a tratar "in situ", para mí que insinúa que acuda a su encuentro.
No es fácil, la ensoñación es apetecible, pero la ruta, otros, te la han descrito ardua.
Bueno si, que leches, a mí vuelta a este lugar donde me siento ser, al menos quedará el tiempo vivido, también lo tendré como real por haberlo palpado.
Me ánimo, la salida penosa; el tránsito, largo y tortuoso y la fuente de mis deseos, esquiva e intransitable.
Mientras, descanso, ya sabes lo que son los hermanos lejanos, si no avisas, te mandan al granero o con el perro. Eso sí, te avisan de no molestarle, este está educado para ser irascible y solicito a su amo
Tendrá que ser así, esa espera, esos cántaros, adornados de palabras escritas y susurradas.
A lo lejos, como sin entenderlo, encuentras una tubería rota por la que se escapa un agua limpia y fecundadora, ¡que raro!, van a unos depósitos oscuros.
Otros, que soñaron con la exuberarancia, me dicen, ni lo sueñes, ahí no llegas, de ahí no bebés; está vedado, incluso a los que viven encima.
¡Qué exaltación más tonta!, la de mi hermano lejano, me pienso, encima sudado, renuncia a su agua.
El caso que a borbotones sale el agua engañada. En sus gorgoritos, con fanfarrias y y luces me confunde, y la alabo por excelente e inasequible. Así, entre las visitas de mis lejanísimos, oigo como incluso ensalzan a quienes les quitan el agua. Emulando al egregio Belmonte, me pienso "hay gente para todo".
Todo esto me es intemporal. Lo recuerdo como un cada día repetido: sus amigotes siempre me miran cuando soy señalado. Risas, burlas por los cortes que me he producido en un trabajo precario, de algo tendré que vivir mientras apiado al comportamiento de mi hermano. El aspecto lo tengo muy desmejorado y quizás mi propia Dulcinea me confunda con un Rocinante y claro, no estamos aquí para zoofilias. A ella, desde no es cuestión de acercarme sobre todo porque quienes la rodean la han sepultado entre pollastres, malandrines y zaheridos que se dicen haber ganado el derecho por sus despechos.
A mí, la verdad aquellos literarios pechos, ya me dan igual. Aspiro a salir de este embrollo y oye, si como dice uno de los pretendidos amigos de mi hermano, si se ofenden porque querer otra forma de gobierno y no porque al que este defiende, ande metido en mil líos; pues halla ellos, pero luego que por lo menos, a mí me traten como lo que dicen respetar con sus calaveras, que parecen ser, sólo las suyas, las marchas por la vida. Será por la que se pegan ellos, "la padre", porque nunca se ocuparon de mi. También, en necesidad
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