domingo, julio 31, 2022

El bisturi

 Cuando noto que me introducen el bisturí en el cerebro, me quiero rebelar pero sé por experiencia que si hago un movimiento brusco, el daño será mayor. 

 Me tenso, pero le dejó hacer. Cierro los ojos y mi mente se sumerge en la nada. Antes hecho una última mirada y comprendo todo lo que me rodea, un coro de loros comienzan a graznar y abajo, ansiosos, una piara espera a recoger la mierda que suelten los de arriba.

   Siento que un poco de sangre se desprende de los alrededores de mis terminaciones. Me siento húmedo por la acción de este instrumento descabezado, pulcro pero siendo utilizado por una mano experta. Mientras me estoy yendo, siento que una mente enferma y sádica empieza a separar cada una de las capas de mis neuronas.

  Trabaja de una manera metódica. Su corte es preciso. Como un juez corrupto, introduce su filo en el imposible espacio que los pudiera separar.

  Nunca lo podrás comprender, pero ocurre; cuando la sábana de esa capa queda liberada, funciona como una pantalla sobre la que se imprimirá lo que se me aparezca ante mis ojos. 

  Conseguir la separación de los múltiples estratos de forma exitosa permite que ese experto carnicero, pueda conseguir que como ese juez que podría ser un psicópata o un sicario, si nos diéramos cuenta de su maldad pagada, pueda imprimir múltiples imágenes para ser exhibidas ante la sociedad. 

 Yo, adormecido, siempre he quitado importancia al poder de esos velos que han sido desconectados. Mezclo sangre que sigue irrigando el blanco de de las terminaciones nerviosas con la transparencia pura de los hojas que van a ser estampados. 

   Cuando noto que me voy despertando. Apenas consciente, con los ojos inyectados en un odio por haber sido invadido. Siento que aquellos loros, como periodistas desvergonzados y mercenarios no paran de hablar de las excelencias realizadas por ese cirujano, juez que han dado las excusas para sus locas peroratas. 

  Desde los árboles, desde las terrazas, cual púlpitos, los loros disimulan poder hablar y lanzar exclusivas palabras que dan un hilo que empiezo a comprender.

  Entonces, como en un milagro, todo lo dicho cae como cagarrutas sobre las bocas de aquella piara que intuí ya en mi última mirada.

  Nadie podría esperar que no fuera alimento para esos cerdos pero, a la vez que para deglutir, les sirve también para expulsarlas como un plaga. 

  En ese momento, noto que toda esta invasión en lo más profundo de mis capas ha hecho efecto. 

  Repito lo que el bisturí de ese juez-cirujano Dejo abierto para que se quedará impreso en mi consciencia tomada 


sábado, julio 30, 2022

Lata

 Aquella mujer había metido mi cabeza en una lata. 

Cerca del río, que había olvidado aquel pueblo, nacía una vegetación exuberante enmedio de la cual algunos pájaros se escondían y volaban en sus juegos amorosos.

  Hubo un tiempo en el cual las mujeres bajaban a lavar, esperaban a que se secara la ropa y un poco antes de comer, una mula eran acarreadas por Dulce para que les  colocaran las coladas secas y el animal delante y todas las mujeres, detrás subieran cantando chanzas picantes y provocadoras para algunos de los mozos que andaban en la siega. 

  Dulce iba silenciosa. Era muy morena de piel, sus ojos te magnetizaban de tal manera que muchos preferian no mirar porque tenían miedo al hechizo. Andaba en una arquitectura tan perfecta como frágil. Parecía que miraba cada uno de los centímetros por donde pasaba pero si alguien le hacía hincapié en las manzanas que empezaban ya a madurar o en el cielo que tenía esas ciruelas ácidas, ella contestaba que nada había visto.

  Alguno creía haberla oído cantar pero con una cadencia tan lenta que le pareció lo más triste que había escuchado jamás. Las tinieblas amenazaban con tragársela.

  Cuando llegaba al pueblo se sentaba junto a la fuente tan inestable en el agua, como aquel verano alocado. Esperaba a que llegarán las mujeres; las acompañaba según pasaban por sus puertas y les entregaba su colada. Le daban unos céntimos y alguna, parecía, a su vez, con su voz arrullarla. De la última casa, salía disparada parecía destilar un cieno agrio que se prendía en el paladar y amenazaba disolver los nervios que se descontrolaban.

  Un día Dulce, haciéndose fuerte, se quedó mirando aquella ventana, con puertas que parecían hechas para entrar en el infierno. De pronto, se asomó aquella mujer mayor, madre de una vivaracha lavandera.

  Desafío a la joven para que se acercará. Esta reconoció las latas que veía tiradas en la ruta del río al pueblo. Un día, habíamos hecho el amor y después habíamos saciado nuestro ardor jugando a echarnos agua. Sabía que eran las lata de los republicanos que habíamos estado en el campo de Concentración de Jadraque. 

Aquella mujer vieja, preñada en viruela, tenía una de nuestras latas grandes y dentro, mofándose aquella salvaje, estaba mi cabeza en formol

  Dulce se acordó que tenía que alimentar a sus hermanas. Se volvió y de la mano que llevaba la correa salía la sangre a borbotones. Las uñas la habían penetrado con la fuerza de su impotencia y la rabia ante aquel odio nacido de las brasas de los infiernos terrenales, aunque los presignarse como en el vudú que les alejase de su propia maldad

Trap, tap trampa

 Yo me he visto, cuando me visto

oh, oh, a ohhhh

Me he puesto el bañador del año pasado

Hasta la rodilla

Ay, ay,  mi barriga

Quien manejará mi kayak

Mi cubre, no me acapara

Riamos del pitufo que ríe

No es la vaca, que trama

Dice chorradas, la gente estalla

Tra ta, ta ta, es mi chorras

Tras ta, mi tonto me rie

Meter a Joaquim Bosch aqui

Nadie me perdona en el trap

Escribe de Montesquieu, 

Oh muy god, dí, gat

Tra ta

Malos políticos forman

pesimos ciudadanos

Alguno ven 

arcos iris de placer

en uno pasado de hados, dos, dos

fueron años de crear corrupciones

Y como es trap, trapero, trap

Me como las pera de mi manzano

Oh, oh, hambriento me veo

La gran comilona, la preparan

Aquellos privilegios para estos

sofocones de mil cojones

meto trap y a callar.

 Di Layla, para nacer muertos

horrores en los vencedores

Utopías en Islas antes cárceles 


viernes, julio 29, 2022

Agotada

 Aquí ando Mari Pili, tumbada, con la ropa quitada; hasta dar una visión sexualizada, pero pudorosa de mis 35 años y muchas noches. 

  Se vino Víctor conmigo y ya sabes como terminamos en la arena, rebozándonos, junto con los que ha en Taichi a primera hora. El amanecer, calentando mi lumbar, cuando ya parece que nos agotamos es de un placer indescriptible. 

 El señor, con su alfombra, se tumba al lado nuestro. Por supuesto, pidiendo disculpas por si causa alguna molestia y diciendo, aquí estamos para lo que ustedes deseen. Yo, chica, ya no estoy para tríos pero bueno. Ahí días que mi chico se me quedaba dormido y yo, pues eso, que parece que un empujoncito me vendría bien.

  Sabes que no soy de mucho cambio pero me viene a la cabeza una situación muy cómica. En Toledo, nos habíamos bajado por la parte del río, a una senda. Estaba con mi, entonces, Ernesto, a las 7 de la mañana de una primavera espectacular. Note la respiración de alguien que corría acercándose a nosotras. Hubo una parada y aquel hombre pareció dudar, pero al final, se nos acercó, intentando no molestar. Mi chico, se me había quedado exhausto y a punto de dormirse. No dejábamos sitio, pese a que permaneciamos acoplados, siendo uno, no le quedó más remedio que rozarme y fue como un chispazo de electricidad que le llegó ai Ernesto, este se percató de la presencia del otro y como siempre ha sido muy de aparentar, ahí que despertó, desplegó y me dio un torrente de placer que siempre en Navidad recordamos, mandándonos una planta típica de esa ribera del Tajo.

  He buscado tener alguna explicación, para aquel instante inolvidable y la única podría ser que aquel caballero parará y nos repartiera su suerte. De todas maneras siempre ha quedado como algo muy íntimo entre los dos.

  No sé Mari, aquel roce tenía una sexualidad que, pocas veces, mi Víctor me ha dado. El del Taichi estaba a lo suyo aunque siempre me ha quedado la sensación que le metemos a lo nuestro y también había tenido para lo nuestro.

   Esos momentos, chica parece que sacan lo mejor de mí misma. 

   Contestación de Mari Puri

 Ay chica cuánta poesía en tus palabras. Voy en tres días besos y deseos 

jueves, julio 28, 2022

1000 menos

 Estás orgulloso de vivir en Madrid, en la capital aún más.

  Eres uno de los seres que con el sueldo de tu pareja, podéis disfrutar de unas buenas condiciones de vida. Te haces un seguro médico. Trabajas en lo público, pero quieres y puedes tener una atención inmediata.

  ¡Hola!

   Puedo pagar una escuela infantil. Antes era pública. Bueno, el control lo tiene ahora una empresa que en su cabecera pone que también tienen secciones de limpieza. ¡Qué gracia! se me pasa por la cabeza que un día lleven un camión de la basura y me tiren a uno de los míos. Si, a veces, me vendría bien, pienso de forma tétrica.

   Good morning, me digo mirando al espejo. Hablo con el del frente, ¡Vaya tela! al abuelo que no le dejaban entrar en la clínica privada; sé que esa, en concreto, tiene conciertos para sacar sangre, con nuestra glamurosa Comunidad, pero se pusieron  muy nervioso porque vieron muy pachucho al yayo y llamaron a una ambulancia para que se lo llevarán a un hospital público. ¡El hombre iba fino!, pero resignado. ¡Si hubiera estado en el pueblo!. Allí en seguida a lo público, a los otros no les resulta rentable, 2 personas por kilómetro cuadrado. Anda que si le dicen, cómo estás en un privado 200 kilómetros.

  En verano, ¡Qué no tengan tantas vacaciones! deciden en la Comunidad de la Libertad que no en la Comuna libre, que con el mismo alumnado habrá 1000 profesores menos en los institutos para atenderles. Me da igual mi marido está en un colegio, me dice la vecina mientras tendemos la colada. Los de los institutos trabajan menos, ¡Qué se jodan!. 

  Yo creo que necesitaría un beso de agua, mi vecina, por ahora, sólo la lanzó la de un barreño. Retoza, ¡la muy jodía!. ¡Cuánto vicio reprimido!

 ¡1000!   ¿Es odio? No, hombre, no es business, negocio. La iglesia, negocio, la m con la o: mo, con la t y la o; pues eso amoto. ¿Qué no entiendes? Control de la sociedad, favorecer a quien te lo va a devolver. Nada es gratis. El cielo se gana con la sumisión y si no, paga, ¡Cabrón!.

  García Castellón, juez, glugluglu, sigue con Monedero, como un tonto continua al final de la linde. Pablo González, español, sin justicia en Europa, está encerrado sin derechos, como si Europa no fuera sus ciudadanos.

  Nadie sabe nada, Andreu, menos Griñan que tenía que saber, que el dinero que no se quedaba él, iba a diferente gente que quedaba enganchada a los socialistas, como drogadictos. Al no saberse nada, ese dinero alocado iba al enriquecimiento personal, a pagar obras del partido, con facturas falsas, sin respetar muertos si hacía falta. Y en el colmo de los dineros sin guía, terminaba en mano de periódicos y televisiones que hacían un periodismo. Eso, Berto, eso es no saber nada y no lo vuestro. 

 ¡Listos! ¡Qué sois unos listos! Menos que vosotros saben los jueces, que no saben, nada, nada, sin que lleguen a ser memos. Por supuesto que ni. ¡Faltaría! Afirmo muy ofendido.

 Entonces, 1000 profesores menos para al final, llegar al karma de la simpleza absoluta, es un valor. Gastar por gastar no es admisible. Lo es más derrochar, pero así, como por magia. 

  Si ya lo dice la Iglesia, le llega el dinero por tontos. ¡Qué nadie se ofenda!. Recuerdan es ¡POR TANTOS!, no ves es lo que tiene no saber el valor de una a u o. 

miércoles, julio 27, 2022

Mayo

Algunos dicen: vamos a quitar el Mayo; pero claro, allí, se ponen a mirar por un lado, luego por el otro. Rodean la vivienda de ella, Vivien; les da tiempo a preguntarse como han podido poner ese nombre, en aquel lugar. Pero siguen dando vueltas para un lado y para otro. Por el primero, una zona boscosa muy enredadas cada una de las plantas. Parece como que estas y él se ha tejido el pelo de la misma manera.

  Por este otro espacio, vemos dos cielos. Arriba, miramos las nubes; hoy las paseo, porque algunas, bajas, me han permitido utilizarlas como escalera y ahora ando por ahí, a toda leche. Este verano, parece que rematará nuestras desgracias con alguna granizada que elimine lo poco que nos ha quedado de esperanza en nuestro diminuto huerto. 

   Por abajo, el océano desafía al cielo, pintándose en las crestas de sus olas, con la espuma de un capuchino. Lo han visto como se lo toma una mujer, muy relajada, en una imagen que les ha llegado. Por ahora, él lo que busca un grupo de embarcaciones, que están anclada a la derecha, según mira. Riéndose, no termina de imaginar como se llevarán estos dos espacios allá donde coincidan. ¿Se ensamblarán o de esa conjunción saldrá una explosión y perderse en el vacío?.

  Por lo pronto, después de visitar todas las cabañas de los familiares y prometerles que les devolverá el dinero, porque va a una tierra prometida, termina hablando con el dueño de un cayuco. Este le ofrece todas las garantias. Le hace mirar por unos prismáticos de juguete, para mostrarle lo cerca que esta Canarias. Sabe que es mentira pero, siempre, se imagina que ve aquella especie de chimenea, que le han dicho que se llama Teide. Algunos días, cuando consigue fumar, mirando hacía aquel lugar creer percibir que el humo es de aquel cráter y no el de su cigarro. 

   Le llaman "el empanado", pero él lo tiene claro. Conseguirá su meta.

  Nada más salir, del pueblo que tuvo como administrador a un Combo Blanco, nota que la embarcación con treinta personas no termina de avanzar. El viento se ha puesto en contra y las olas le van desviando. El tratante le tranquiliza, junto con su vecino, si la barca tocara tierra, sin haber avanzado ni tan siquiera el horizonte en el que creían estar, vuelve otra vez a tierra y desde ahí les ha dado indicaciones para que cruzando, Senegal, lleguen a Marruecos. Tienen un salvoconducto cada uno, y una mochila con comida. Parece como si todo fuera a ir muy rápido. Dos desiertos le esperan y dos mercaderes que les atraen con la religión. Ellos no lo son, pero sus madres, les dijeron que estos serían de fiar. No en este caso, les utilizan como esclavos y como tales se los pasan a otros, en una transacción macabra, porque les meten en una mina de los que muy pocos salen. 

   Ellos si, pero para huir, sin dar pie a dioses y sus enviados para que les vuelvan a poner la mano. De Marrueco a Argelia; allí trabajaran para limpiar en una empresa de gas. Habían abandonado la idea de ir a España, porque les ha dado tiempo a conocer la clase de miserias que también les rodean a estos pueblos de colonos, expansionista; todo se lo ponen de frente. Cogerán un barco, mucho más consistente que aquel cayuco y en una hora podrán ejercer su labor en su nueva tierra. Creen conocer como cuidar el gas, después de una época, pero no han aprendido que incluso con chaquetas y buenos sueldos sus jefes pueden ser unos miserables. 

   Les han embarcado con un motor que rompe a las 10 millas y que aunque lo arreglan, descubren que tenian petróleo par 12, con lo cual están anclados. 

   Dado el chasis de este barco, decían que podrían con 70 personas, pero al final han metido hasta 90; están rotos y parados en mitad de un Mediterráneo tan harto, como alterado, por tantas basuras vertidas sobre él, por un clima extremo que se acerca a un Septiembre que requebrajará los cielos.

    En una noche oscura, con el agua entrando y ahogando cada vez a más gente, su amigo cree ver una luz, cree que la puede tocar e incluso subirse a ella. En otra capa de agua, en la que ha roto el cielo, la luz se pierde y Moha ve a su amigo, hundirse. Tenían atadas sus vidas, pero no la muerte. Siente que no puede hacer nada y que se dijeron que el otro tiraría para revivirse los dos. Lo hace.

   Ibrahim ya no ve la luz, sólo la quiso acariciar, pero esta no se dejo. Se funde, nos dice Javier Gállego, nos lo pinta Juan como un diluvio en el mar. Nada queda, en el lecho que le acoge se abraza con quienes se hundieron, son tantos los brazos que pudieran formar un puente para llegar a la otra orilla y sin embargo, yacen, como los enterrados en las cunetas, como esperando que les insuflen vidas para que puedan contar sus juegos, el amor de su madre, la sonrisa de ella, anclada al pueblo para cuidar de sus hermanos y madre. Sólo, cuando todo se calma, ¡podrías oír tantas historias y quebrantos!.

   Moha, con ya sólo 30 personas, ve la luz que les envuelve como una bufanda. Luego sabrá que el barco que les rescato es el "Open Arms" y que las barbas que vío, puestas a remojar eran las de Oscar Camps. Pasado un tiempo, donde encontrará campos de odio y sonrisas de casas; se meterá en una de ellas y desmotrará a quien le negó la palabra, que él la tiene en todo los surcos de su cuerpo y de ahí, cuenta los caminos por los que abrió los manantiales que otros cegaban de cieno con odio.

   Salió un Mayo, y en la plaza del pueblo donde ahora habita descubre un Mayo, en forma de árbol talado. Cree que si lo subiera se desollaría por la rudeza de su corteza. En este tiempo, pasado, ya tranquillo, siente que ya ha podido restañar todas las desolladuras que tenía su espíritu. Rie risueño cuando una niña que quería beber un Nestea caliente, a las 14h. de un Julio de golpes de calor, por fín le pide un vaso grande y dos hielos gigantes.

Pablo González, libertad

 #FreePabloGonzalez.

Dice Javier del Pino que para hacer su programa de éxito, "a vivir que son dos días" se imagina estar hablando a una persona en particular. 

  Pedro Sánchez viaja hoy a Polonia. Este país está en Comunidad Económica Europa y también en la OTAN; por lo tanto, aunque eso no lo comprendo del todo, pero debe ser la leche.

   Si cuando esté en ese país, no ve la cara de Pablo para hablar de él, mal vamos. Para representar la dignidad de nuestro pais, tiene que hablar como si fuera él

  Aquí, ha hablado, más de una vez, de una mafia mediática a la que está sometido. Se reconoce a poco que uno quiera enterarse. Las prácticas periodísticas para este trato han sido ajenas a cualquier ética, incluso de respeto al ser humano. Lo admite, lo acepta como parte de lo que es este pais, al que se empeño en gobernar a pesar de canalladas multiples y variadas.

Pablo González necesita el apoyo que debe tener cualquier ciudadano español, dentro de este espacio común. Igual que acepta la crítica de quién no está a favor de lo que legisla, debe ser empático con uno de los habitantes de este país. Si no, cualquiera, a parte de no estar de acuerdo, se puede sentir maltratado.

  Hoy visita Polonia, y como español debe preguntar por Pablo González, tiene mujer e hijo y muchas personas, periodistas, amigas que quieren que se les dé un trato humano.

  Dicen que ha salido por la tangente. No se asume la responsabilidad de luchar por uno, ser humano. Y los bárbaros, Hunos se van imponiendo y no siempre se pueden hacer virguerias con la verdad.

martes, julio 26, 2022

Un año; oscuridades, Llamas y un periodismo

A Jesús Cintora, le apartaron de "las cosas claras" hace un año. Dejó de ejercer el periodismo, que es su medio de vida desde hace 26 años.

   Hace años en la presentación del cómic de Juan Gallego, a partir de una poesia de su hermano Javier; "como si nada", pude estar hablando con Jesús. 

   No le he podido oír al mediodia, pero sé de sus obras, como aprecié su profesionalidad, con las palabras que me dijo. Fueron unos segundos y no me vendio motos, ni más, Mad, más crazzy.

  Oigo la entrevista que le hace en Público María José Pintor, dice cosas que nos hacen intuir otros mundos que nos dominan y quieren que todo continúe así. 

  Habla de Carlos Llamas y como muchos nos quedábamos dormidos, escuchando la magía de ser un hombre común descifrando realidades que tenían muchas complejidades. 

   Hoy, a Cintora le preguntan si Saenz de Santamaria, si Margallo, tuvieron que ver para que se fuera de Cuatro; si Mauricio Casals, tuvo el poder para pedir que cerrarán en Televisión Española, su magazine de éxito. 

   La caza, primero a Monedero, que era más mayor (no los recuerdan siempre) y luego a Pablo Iglesias, fue despiadada porque detrás de lo que eran, había muchos millones de españoles que habíamos confiado en ellos. Cualquier socialista, o alto directivo de televisión que admitiera esas amenazas, se da cuenta de lo que es ser persona. 

   Los crédulos, pero a mi eso me da igual, pueden decir que somos niños, pensando que podemos luchar contra esas compañias, con miles de millones de ganancias que inundan de podredumbre las páginas y los espacios que nos creemos obligados a ver, para creernos informados.

   Hablan de un necesario 15M del periodismo. No, el periodismo puede ser consecuencia de quien quiere vender algo. Primero un rey, que le da cobertura para que a su vez, existan otros vasallos, a los que tenen sometidos bajo su apariencia de pulcritud.

   Existen los Cintora, los Llamas, Los Sastres, Carnecruda, Gerardo Tece, CTXT.es. Nos lo reivindicamos para sentirnos que la noticia no es una mutación de un laboratorio de poder que se convierte en una falsa media verdad. 

   No parece muy apropiado hablar de La Base; pero lo haremos, por una muy sencilla razón; sabemos de sus afinidades, de sus fobias, pero nos acercan las noticias desde la honestidad. Las tinieblas insinuan que cuando haces ese tipo de información es porque quieren poder. Son conscientes, otros muchos, de ese poder en la sombra que tienen quienes les compran. Esa maldad se la quieren atribuir a quien se expuso a las mentiras, ¿es consciente Ferreras del daño que una de ellas puede hacer a un ser humano?, a las amenazas, a los acosos por un año. A sus oyentes, les quieren hacer mediocres, más. 

  En Pablo Iglesias, algo que no podremos encontrar es la vileza y la exposición de falsedades en sus reflexiones. 

   Claro que seguiremos perdiendo batallas y que habrá desuniones que parecen alentadas por quienes ofrecen el chocolate de la visibilidad.

   Nunca será motivo para no dejar de reivindicar que el periodismo hecho por Jesús Cintora, lo queremos y lo necesitamos y no queremos renunciar a él. Hoy, que un día más, la televisión es inundada por políticas que tuvieron rebaños de ranas a su servicio y, por supuesto, no fueron responsables de nada; 

  RECLAMAMOS nuestro derecho a recibir una información correcta; a no ver como nos dicen que el medio de un ser corrupto con su mentira y la denegación de esta se debe plantear como un acto de periodismo, porque, en realidad, es cinismo y maldad insinuar lo elaborado desde lo canallesco, como una opción a ser vomita ante las cámaras.

  El recuerdo de Carlos, se nos va llendo, siempre queda algo que nos inunda nuestro corazón y alimenta nuestra lucha, como aquellos pastelitos de Karo, es que todo aquello significó un momento especial por el que debemos luchar y tener un periodismo, ni mayor ni masero, ni menor, sino honesto es por el que luchamos. 

    No hemos dejado de aportar dinero a proyectos de información. 

     Apoyamos "las cosas claras" de Jesús Cintora y que nos digan que amenazas corremos, porque no las esperaremos de rodillas.

    Carlos Llamas no son dos bellas palabras en su conjunto. Es ser humano en el periodismo. 

   

  

La inflacción y la cañada

 Todo sube. Dicen que por la guerra. Los bancos también va a tener que pagar. El Banco Central sube los tipos de interés. Conclusión, el ciudadano va a pagar todo.

 Historia repetida, divertida para los poderosos, de enfado contra los de siempre, que no son los que han terminado ganando. Estos cabrones del 15M y Podemos.

  Sólo nos queda "la cañada de los pájaros". Es un refugio fuera de la especulación. Es como una maqueta de lo que podría ser las manos enlazadas para tejer los propios futuros, pero que está encerrada en una realidad entregada a otros poderes.

  El indio, es uno de los últimos de los que quedan del antiguo parque de Doñana que lo aman por lo que fue, por lo que da a la supervivencia del ecosistema. Pero ya no quiere volver.  Vive en uno de los extremos. Siente que se ha perdido el bien común, para que sean los ganadores, el propietario de cultivos de fresas y el consumidor que se mete una de ellas en la boca y tiene una fuerte ensoñación sexual, que se le escapa por el  pitorro de un agujero, que al abrir un ojo, descubre fue producido por un mosquito, que es también realidad.

   Se aceleran los tiempos. Los Prime tienen que subir los precios para sus cuentas de resultados. Los Ubers que consiguieron meterse en Madrid, porque gobiernan sus servidores, consiguen en exclusividad estar a las puertas de eventos y alejan a los taxis, que no les queda más remedio que uberizarse. Vida.

  Éxito y naturaleza; piscinas porque yo lo valgo y muerte porque el agua y los pájaros callan ante la soberbia y la equidistancia del: ....todos tienen que vivir, pero el egoísmo ahoga, primero al débil y al final, cuando en los últimos estertores descubren que son sus patas las que se mueven para buscar aire, entonces ya no hay vida, se ahogaron con las manos de su propia codicia. 

Por mucho que pongan carteles a paraísos, los Tom Joab descubren que el camino es la vida y que en cada paso se lucha para encontrar la supervivencia y que habrá servidores que llegando un día antes, abrigados en su misma pobreza, se pondrán una estrella en su pechera para, ahora, ser un miserable, como todos lo somos, pero con licencia para nublar su mente y matar. Círculos completos de sumisiones.

  Se deslizan unas palabras hacia mis oidos, como por equivocación y me escspo, no sé por evitar aguas ponzoñadas, porque quizás, como Saramago, necesitas respirar por una pequeña ceguera que no te indigne, e intuyes que a los que hablan, les pusieron trajes de fuerza, siempre elegantes y no saben valorar lo que han vivido ahora. Unos revalorizados, jubilados salvados de la depreciación, no saben cómo, pero creen debe ser por sus creencias, no por quienes gobiernan; y otros, funcionarios, ajenos a Ertes, que investidos de un aura de salvadores, apatrullaron no se sabe con qué grado de empatía hacía las vidas encerradas, que fueron salvados por los todos. En la anterior crisis, estos últimos, salvaron a unos pocos, par que estos siguieran poniendo cadenas.

  Sigue repercutiendo el texto de Enrique García Simón, denunciando las ayudas encubiertas a las empresas privadas especuladoras con la educación, como en un juego de azar, donde el gobierno de la Comunidad de Madrid, truca su máquina, para dar las máximas ganancias que en alguna medida devolverán, estás, en forma de libertad, dicen; a los privilegiados, escribo y matizo. Como en Doñana, como en la Sanidad Pública, vuelve un estar en medio dañino, mortífero. Estamos defendiendo la Educación y Sanidad Pública, pero es que me beneficia ahora lo privado. Nos subimos a una banqueta y como Daniel Rye, pero nosotros en una calculada inconsciencia, la movemos para ahogarnos. Siempre son los ganadores; conocen nuestras miserias. En una de las comunidades que encuentra Tom Joab en su viaje al Edén de California, los explotadores descubren que eso no les va a venir bien. No tendrán mano de obra para explotar. Los capataces, se ponen al servicio de sus dueños. A la vez, consiguen convencer a otros explotados que sus iguales, son sus enemigos. 

 Esa comunidad conoce el poder de los grandes tenedores y la sumisión del ser humano. Consigue parar la revuelta y que una policía ciega, encuentre excusas para entrar en el lugar que se ha autoorganizado, y poner el orden de los de arriba.

  Dioses a los que pedir parar incendios y tener monarquias. Emporios de las necesidades de creer, porque no todo se comprende, que piden perdón para seguir teniendo ellos el negocio de otorgarlo. Joe Sacco, muestra en un cómic los daños hechos sobre la población autóctona de Canadá. Saber sus debilidades, encerrarlos en instituciones para hacerlos creer en algo que no conocen. El Papa católico reconoce el horror. Con las niñas Filomenas de Irlanda castigadas para se explotadas y sus hijos vendidos. Con los no enterrados de España y su atroz dominio en la Educación, donde adoctrinaron e hicieron lo que quisieron. Arrepentirse el despojarse de los beneficios obtenidos y no volver a crear dos sociedades: a las que bendicen y se abastecen de forma mutua y a la que hacen sumisa y aceptadoea de lo recibido, limonas. 

   Como imagen de su falta de empatía

    Aterradoras mentes diabólicas ensaladas en sus altares 

lunes, julio 25, 2022

Carta a mi amada y los irresponsables

 Hola

Sé que llevo tiempo sin escribirte, pero estoy en tí. Todos los lazos nos unen. 

  Estas que escribo son las últimas palabras que te dirijo. Siempre que hablan cerca de mí, tienen un reproche contra los ecologistas. No quisiera yo, estimada naturaleza, estar haciéndote daño, por tenertela metida hasta muy dentro, la emoción, me refería. 

  Les oigo, a los políticos que echan la culpa a los ecologistas y además delegan sus funciones en empresas privadas. Gobiernan pero son irresponsables. Cobrar por mirar lo que ocurre, vamos una chaquetilla, una gorra e ir de parque en parque a ver y dar opiniones 

  Me recreo estos días con ser parte de tí, corriendo-andando, o en la piragua, siendo agua, Bruce dixit.

   Me alejo de este amor declarado, apasionado, febril porque muchos dicen que los ecologistas somos los que provocamos los incendios. Tu sabes, que al subir una cuesta y mirar lo recorrido y pensar en lo por conseguir, siento una llama que creía poder llamar como respeto, cuidado, prevención y que estos ávidos sabuesos de la lógica han sabido identificar como el origen de los fuegos. 

  Llama, fuego, ya sabes, incendio. Educación, imposición, guardia civil en Estados Unidos, pura correspondencia y raciocinio. Al primate le asocias, una canción, su himno, con una tela y aunque sea eso, tela, valga la redundancia, lo escucha defecando y se lleva la mano a la frente.

Nada ha estado más lejos en mi ánimo. Ni cuando acudiendo al Ocejón, iba tan prendido que tuvimos que parar en los pinares pasados Humanes; ni en aquellos momentos en los que ella puso la cordura, ví una brizna de fuego.

  Ellos si, la misma palabra lo dice: llama, ffff uuuu eee ggg ooo. Y lo aclaran por si no lo has entendido, fuego, fuEGO, leches, FUEGO, hostias. Ya te lo dejan aclarado del todo, aunque en su fuero interno se pregunten: lla, llam, llama, llamas, pues ¿Donde está la F? Y se hacen un lío, porque escuchan, alguna vez, que Santa Teresa sentía llamas y entonces, las neuronas, exagerando, les patinan y se cuestionan: ¿Tenían una santa, también, los incendiarios? Y lo dan por bueno; ellos cobran y como decía la otra, no sé si santa, ande yo caliente y ríase la gente. Enseguida aclaran porque estos no son nunca culpables de nada: lo de caliente no llega a llama. Me jode que ellos dominen los matices y yo "a lo vasto", como para dar motivos, diga fuego, aunque sea interno, porque yo solo me complicó la existencia.

 Y es que la vida es buscar la sencillez. Dicen en campaña, vamos a quitar las ayudas a los Medios de Comunicación que tú te piensas: vale, o a todos o a ninguno.

  Pero luego llegan los "putos" incendios, con perdón, que, eso sí, de cara al público, somos bien hablados y pulcros. Vamos cómo Ana Terradillos, aunque luego la escuches zafia y barriobajera; y te ves obligado a crear un relato y ¿quiénes los publican? Los medios.

 Empiezas a atar cabo: me van a preguntar por la prevención en invierno, por el número de bomberos, por la dotación de medios terrestres y aéreos. Me lo suman y la respuesta:

  Con 20 millones, te sale en la televisión regional, ¡Que bien los toros de ayer!. ¿Bono?, si yo ayer escribí de este. Y el otro me afirma, pues eso, bueno. En los diarios de cada ciudad, ¡Cómo no va a leer uno, lo del gorrino de al lado, que se ha escapado echando un hedor morrocotudo! Todo la ciudadanía lee eso.

  Aprovechas, entre loros que te dicen guapo, toros que de bañan en el río sin minifalda y torre, que más altas han caído, pues cuelas que un ecologista ha provocado los incendios.

 Y,...para finalizar, tan extensa carta o diatriba que ya no sé cómo llamar lo que te escribo. Esa es la razón por la que no haré mi pasión por ti, naturaleza. Sabe que te seguiré amando, abonando defecando y tantas otras cosas que muestren mi pasión. Esta será intensa, pero silenciosa.

  Cuando te sientas abandonada, sabe que lucharemos porque te limpien, te saquen la raya a tus pelo de puntas de árboles con ccortafuegos adecuados y oportunos y te revistan y maquillen con especies propias de la zona.

  Por ello, aún en el silencio de mis cartas no escritas, te declaro mi amor y entrega. Ojalá nunca te falle en tu cuidado.

  Un beso de agua, como Bebe. 

80.000 euracos un Consejero, para echarse a mear. Creía que con esa cantidad de líquido bastaría.

 Tuyo, afectadisimo

  Un ecologista; de mierda, me acaba de decir mi vecino. Para mi que escucha algún cascabel 


domingo, julio 24, 2022

El Retiro de Bono

 Si no fuera bueno ponerse bajo cubierta, Bono no se hubiera implantado pelo. Claro en el Retiro, ponerse bajo un árbol te hace dar cuenta de la importancia de la naturaleza. Debajo de un pelo, puede ser malo o puede ser para disimular. No tiene un pelo de tonto. Ahora que tiene mucho, puede ser un disfraz, como Mortadelo porque cara y desvergüenza no le ha faltado nunca. Hablo por supuesto del personaje. Del otro, si me fuera a dar un abrazo, antes me hubiera puesto un chaleco antitraiciøn, por generalizar y no entrar en pormenores.

  Un día entro en su camino y si me da la mano para ayudarme, se dará cuenta que ya había preparado la de plástico.

  Yo, que tengo en mis genes espíritu tratante, les huelo a la legua. Me acuerdo que en una de sus disertaciones pasó la mano por la espalda de cada uno de los pacientes, tuve la suerte de estar contra la pared, ya comenté a la acompañante: ¡dios este hipnotiza a la serpiente y al de la flauta!

   De hecho, creo que terminó soplando la serpiente al turbante y la flauta en la boca de Bono y el fakir desnudo y bebiendo agua del lago contaminado. Le ha dado un apretón. No, no de manos, de lo otro. El árbol ha recibido lo suyo, que será abono, pero el alcalde que lo ha visto ha cerrado el parque. ¡Hombre, cagar bajo el árbol!. Él es más de cagarla, en general, pero con desparpajo que lo hueles y te preocupas que hayas sido tú.

  Son risueños los dos. De esos católicos que multiplican tus descuidos en peces y se ponen hasta las tronchas que a mí me suena que está muy arriba.

   Estoy seguro que estoy en Madrid, me como un oso, como gomínola, algunos son muy sensibles y conviene avisar y me voy a tumbar al parque del Retiro y termino en la hierba de la Puerta de Alcalá y Bono dándome la chapa que ya he entrado en dicho jardín.

 Me da un consejo este, es egregio, seño como a Yolanda y me retiro al lado contrario. Pero a este le ponen un púlpito y vende hasta la catedral y mira que esta tiene vidrieras y las ha visto de todos los colores. 

  Siempre pensé en lo que me decían: este es un país de embaucadores, yo como estaba a la navegación creía que me hablaban de embarcadores. Pero mi compañera me dió en el hombro y me reafirmó:

 Embaucadores, y yo con estos pelos y los ecologistas que queman los montes y es que tenían que mear más. Aunque esto sea para hacerlo y no echar gota 

Comunidades y horizontes

 Bajo desde mi primer piso, con tres cámaras filmándome, tomando diferentes perspectivas de mí. La toma cenital, mientras no vaya a Turquía, la he desechado, no porque no esté orgulloso de mí ausencia de pelo. Sólo quería evitar algunos memes.

  "El secuestro de Daniel Rye" de Niels Arden Oplev y Anders W. Berthelsen. Caso real de un fotoreportero danés, que vivió secuestrado trece meses en la Siria, del Isis, esa es la sipnosis.

   Daniel quería documentar con fotografías, como había quedado Siria, tras una guerra que había roto la estructura de un pais, dominado por una dictadura.  Comunidades rotas. Estrategias cruzadas, donde hoy las grandes potencias de Occidente alimentan a grupos que unos meses después serán quienes pongan en jaque los sagrados principios en los que te dicen, has construido nuestras modernas y ejemplares democracias occidentales. Abstenerse de analizarlas en su veracidad con libros como los de Patrisse Khan Cullors, Fonsi Loaiza o Joaquim Bosch.

   Reflexiones para buscar entender las comunidades que habitan dentro de una patria. Una que no acepta la idiosincracia de la otra; alguna que ante la exhibición de una tanqueta, como método de diálogo, en este día de reivindicaciones, Amnistía demanda el derecho protestar. Enrique García Simón escribe en CTXT.es para desenmascarar, ¿protestar? las mentiras de un gobierno, el de Madrid, sobre las becas, que no son tales, porque están pensadas para alimentar con esos cheques a las empresas privadas que andan negociando con la educación, dando ventajas a un determinado alumnado, por encima del otro; que al fin y al cabo,tienen marcado lo que sera su destino, ser mano de obra barata.

  Les necesitamos, como ha seguido haciendo su trabajo, Daniel Rye tras aquel macabro paréntesis, porque asumen peligros latentes que en esta sociedad de horizontes, sin tener las gafas de los matices que nos rodean, es difícil distinguir.

    Familias que acogen a un fugitivo de una cárcel del terror pero, que fruto de este mismo, entregar al primero para basar su vida, en seguir siendo sometidos. 

    Aquí, aproximando las lentes, en una belleza en el que se mimetiza un orden impuesto, que nos produce alucinaciones; donde malabaristas con pelotas de palabras y mazas para golpear nuestra vista, titiritean con una blanca chistera de promocionada decencia. No son los 100 reporteros que han muerto en ese conflicto. Son los próximo, los que se arrojan por abismos de sumisión, perdiendo su autoestima por unas contrataciones en las que aparezcan en televisiones, que les trasvistan de astros en un cielo opacados. Conseguirán pagar deudas, a la vez que hundirse en su credibilidad. Achacan a quienes ellos mismos han sometido al baile del cabro, poderes que les harían, si fueran cierto, ser dioses, mientras ellos permanecen impunes, a pesar de adueñarse de lo visto con los pañuelos, nada por aquí, nada por allí, de las falacias. Se saben protegidos por quienes inundan de publicidad sus fétidas exhibiciones. Alardean de ser víctimas quienes han sido los látigos que eran empleados por su amos.

     Negociadores en nombre de un dios; que cada una de las comunidades tienen a su servicio para terminar haciendo venta de vidas,

     Proclaman odios porque han sido víctimas, cuando descargan sus frustraciones sobre sus iguales; jamás atacan a quienes les ponen las armas, que les invisten de verdad; mirillas sin otras ventanas para entender los que les pasa. Sólo para disparar, sin ver al otro.

     Altares para sacrificar sus compañeros, ahora desválidos,  a sus dioses; mientras sus chamanes , acumulan posesiones terrenales, cuidando eso sí, de hablar de paraisos, para ellos que los tocan en oro, para sus seguidores, que les den alguna justificación para sus atrocidades.

    Faro desde el que entrever dos culturas. A lo lejos, creemos ver museos de la inocencia. Bajar a la calle, donde cada esquina puede albergar un desagüe de las más bajas pasiones

sábado, julio 23, 2022

No te has ido y te estoy esperando

 Cuando era mi hijo, le admití que quemará mi camiseta del Real Madrid, luego se hizo reguetonero y aunque en mi libro de familia, aparecen tres hijos, los domingos recibo a toda mi familia, con los dos hijos que tengo presidiendo la mesa. 

  Los libros que la definen suelen estar esparcidas por las habitaciones de mi casa de campo. Ella puede combinar lo brillante asomada en bonitos púlpitos para que admiremos su sabiduría o lo austero pero eficaz sobre los sillones que permiten una lectura pausada y equilibrada. A veces se queda en la mesilla, por si nos desvelamos en una noche de sueños de destrucciones de edificios que imaginábamos eternos como los cimientos de múltiples obras romanas o los abrazamos porque el vacío de los hechos nos arroja a una caída sin fin.

  Cuando la vemos dejada en la repisa, frecuentando la nevera, nos creemos insaciables de agua y de ella. Las dos, las creemos frías, pero no nos debemos engañar, demasiado helada, nos puede producir un gran daño.

  Ahora, que tengo en encendida la televisión y que en los reportajes, se habla de ella para sacar conclusiones de una eliminación en un partido de fútbol femenino, o en la entrevista a un hombre trabajando en el campo y que lo afirma de una forma taxativa, aún más que en los últimos años; te preguntas y al rato respondes, preguntando: ¿no será un camaleón, que hoy corriendo he visto ya sólo en su piel.

   Luego te asomas a la vega del pueblo. Observas los corzos, con sus criadas preparadas para tirarse a un coche por el hecho de seguir a su madre y consideras tanta ceguera como un apagarse la razón ante un peligro inminente. Al fondo, a la izquierda, uno de los últimos años que vine, de mi primera época, había un campo de fútbol, muy artesanal pero que nos sirvió para imponernos a Ruguilla, todo estuvo bajo control, incluso el gol que me metí en propia meta. A los de mi equipo les pareció lógico, como decían, dado mi tendencia al caos. Me dolió, que pensaran así de mí, más que el otro día vi el gol de Inglaterra, donde sucedía una flagrante falta prevía y quiénes tenían que mirarla, comprobarla y arbitrarla parecían estar ajenos a lo que yo, entonces reclamaba y Misa y otras demandábamos, en estos días, pedíamos que se nos atendiera

  En esos momentos no existe una balanza, sólo la sensación que el fiel, no lo es tanto y parece echarse en brazos de parte. A mí eso nunca me ha importado, si quien me atrapaba, me retenía y los dos encontrábamos un placer infinito. Pero, la mayoría de las veces, lo que sucede es que te echan a un lado, de malas formas.

   A Elisa, la oí alguna vez, pero no la recuerdo como a Amanda, a esta la quise hasta en su gerundio; sus ojos eran avellana, su piel de cereza y sus besos de melocotón, que permanece fresco en tu boca y al moverlo dentro de ella parece como si una mina de emociones saliera a cielo abierto. Algunos

Por ella y porque es necesario nombrar esos instantes de éxtasis para respetarte en lo que fueron paraísos, la contemplas bella pero tan al límite como ese cortado ahora seco y qué tiempo atrás, atravesaste con el piolet de afilados dientes hundiste en el hielo cuando veías el abismo.

  Dice que los reguetoneros tienen vida y en ella, emociones, reflexiones y son capaces de crear arte y hacer más bellas las pozas sépticas. Permítame que lo dude, pero no se asusten es mi estadio natural y a ella, a la justicia, cuando veo como la tratan algunos de sus jueces regateadores dudo que de lo que he escrito yo; desde las cumbres alguien haya bajado con las tablas y las hayan transcrito a su manera. Nada de eso nos debiera extrañar ya lo cantaba Sinatra, cuando encontraba a una extraña en su cama y la decía, vale de acuerdo pero lo haremos a mi manera.

  Así está ella, muy nombrada y parece que respetada pero al final y a la postre, emputecida y yo creo que harta.

viernes, julio 22, 2022

Te anegan en sótanos

 El hombre del Sótano de Philippe le Guay enfrenta al ser humano, con el espejo de las contradicciones. El odio se viste de racionalidad hasta que su cinismo te resquebraja en lo que has ido construyendo. 

  Puede pasarte en un campo de fútbol, en el que intentas razonar con alguien que te habla diciendo sandeces o llamadas al sinsentido, hasta que te das cuenta que su único objetivo es sacarte del juego.    Puedes ser con alguien que utiliza un entierro de un asesinado por el terrorismo, para atacar a uno de los que portaba el féretro y acusarle de traicionar al muerto porque, ahora este político habla con alguien que el canalla amoral ha decidido que estuvo involucrado en aquella violencia destructiva. A ese ser cínico, de mente retorcida, no le importan los muertos, de hecho los ha utilizado para gasear con su odio a quien creen encontrar respuestas entre la impudicia y un sentido de patria insano, sin seres vivos.

  Nos ahogamos en los acontecimientos inmediatos, porque estos seres dan respuestas fáciles. Parecen útiles para nuestras miserias inmediatas.

  Hace dos semanas. Tras dos años sin coincidir. Con todo lo pasado, con las evidencias de un enfrentamiento ficticio y provocado, alguien seguía rechazando "lo catalán"

  Esos seres que consiguen esas reacciones primarias, no tienen ninguna empatía, no son seres sociales, no lo son en ningún momento aunque su sonrisa sea beatifica y sus tonos de serpiente. 

   Sus objetivos, despersonalizan a quienes habitan los barrios obreros de Donosti, de Bilbao y de una humana y ciclable Vitoria.    Decidí salir de las burbujas de la soberbia individualista; escuchar como si estuviera en el mismo espacio que Gabriel, por ejemplo, en el Grec; soñando estar en un otro, al que nunca me he entregado a interpretar porque el teatro es un sacrificio muy íntimo, más que el recorrer kilómetros, dando pasos sucesivos. En sus descansos, pasearía por las calles de Barcelona, de la mano de la prima. Nos cruzaríamos con el Juanito, chino y buscaríamos libros que tuvieran las llaves de ciudades en las que nos encontrariamos con miedos, dificultades, esperanzas, vecinas que nos dan los buenos días y otros, que se agarran a una casa, de la que intentan extraer sus pequeñas codicias. Entrarías en la coctelería que nunca será un lugar para tí, aunque siempre te permanecerá como mágico por las conversaciones escuchadas de José Martí Gómez, el fiscal Mena e Itziar González, luchadora por una ciudad humana, arquitecta amenazada por las grandes constructoras o tenedoras de pisos turísticos. 

   Con una bici, te quedarías mirando a quien te recordará a Karo, pero se escaparía, como los instantes que vivimos, aunque su olor te quedaría prendado en sus bollos con componentes de amor y lazos, que nunca has retenido. Con "el día de Barcelona", de César Galiano Royo que, aunque no estuviera en la Ciudad Invisible y con Buenaventura y con las Adas de hoy, les animaría a que siguieran construyendo las calles sin las cadenas de la libertad de las grandes constructoras, con las que estas ahogan a nuestros mayores en platos gigantescos de telebasura e iniquidad para sus riquezas y opulenciasy su prevalencia desde las mentiras.

  Quiere el salvaje, malvado hasta en sus excusas, que no vuelva a Donosti y tenga la oportunidad de encontrarme con Oskar o con Metxe y darles unos besos del agua del Cantábrico que tanto añoran cuando el hemiciclo, los cínicos lo convierten en una fosa séptica. Pero Metxe ha defendido a los trabajadores, esos que mientras trabajan no tienen banderas, sino sueños para que sus hijos vayan a la Universidad; sus hijas, también lo hagan, pero como Amaiur metiendo goles para celebrar el Donosti sin fronteras. Cuando ha tenido que defender a las trabajadoras, con los ERTES, lo ha hecho; cuando a los asalariados para que sus pagas, sean cada vez más dignas, ha visto a sus vecinas que bajan ahora al fresco y las ha imaginado con menos apreturas. Oskar ha hablado de controlar los precios de los alquileres y compras, porque el derecho a la vivienda, que está en la Constitución, tiene más rango que el de especular con ese bien. Y ha votado a favor de esa contención porque ve ciudadanos, no masas a las que inyectan el odio.

   Y con esos, cuando vas paseando por sus callejas, parques o playas, donde te tienen que avisar que si, que eres tan estúpido, te lo dicen clarito, de andar entre piedras mojadas, como si la brecha que te hiciste en las márgenes de la Durance, por quitarte el casco, no hubiera sido suficiente experiencia. 

    Con las niñas que surfean, los korrikolaris que te hicieron la Behobia llana y ¡ya es decir!, con las chicas mágicas, amables sin fin del Asador de Igueldo, con cada una de ellas, te cruzas y les miras a los ojos; desde tu debilidad, tus sueños y les ves seres humanos y entonces eliminas a esas, que perdonen las de cuatro patas, "ratas" y ves montes y pasos como los que nos hicieron recorrer los del Alcarria Trecking, pero sabes que los superarás porque te cruzas con ojos de encuentros.

Pablo. Caer de caballos

 Días de andar por casa.

 Dias de imaginarla de mil maneras y, al final, quedar como refugio por si algo apareciera. Las letras se recrecen desde un lugar oscuro

Pablo González no ha vuelto a su casa. Es periodista, le acusan con grandes palabras, pero sin darle derechos. Tres meses encerrado, sin respetar su condición humana. Las acusaciones están lanzadas, pero no puestas a la luz. Europa vivió luces y demasiadas sombras; incluso ahora que parece que las lecciones están para ser aprendidas.

  Ilusiones; muchos periodistas, poseen los hechos y adaptan los relatos a los intereseses de quienes les pagan.

  El periodismo de Pablo, es de compromiso, es de acercarse adonde está la información. Recuerdo la oportunidad que me dio CTXT de realizar un curso con Mónica García Prieto para preparar corresponsales de guerra. No fuí periodista y no me quedé con sus nombres, pero la vida les habrá dado a más de uno, la oportunidad de estar por los lugares donde mostrar verdades y ponerlas en contexto.       

   Tantas horas de televisión, tantas de radio pero siempre con los intereses de unos pocos para quitárselo a los muchos. Ayer Willy Veleta entrevistaba a los indios del Amazonas brasileño. Estaba en España al representante de los ruralistas; el dirigente brasileño le ha dado ese cargo a un intermediario que era un policía; siempre al servicio de los grandes propietarios que están devastando aquel lugar. Ricardo, uno de los entrevistados, afirmaba que no será fácil quitar a Bolsonaro, un ejército sicario no será fácil que acepte los resultados de las elecciones. ¿Qué es la patria para quien la somete a los  beneficios?

  Existe, además una sociedad narcotizada que cree lo que les dice la prensa, cuando esta, en su mayor parte es comercial, servidora de intereses económicos y de poder.

 Este periodismo vomitivo tiene sus fines, sus trampas y miserias. 

  Pablo González tiene mujer e hijo. El presidente del gobierno de España va a estar en contacto con el de Polonia, país que le tiene retenido. Puede ser que el señor Pedro, piense que los chicos de la valla de Melilla, que Pablo son "only a pawn in their Game". 

  Son la dignidad sobre las que construimos relaciones que haga un país mejor.

  Hemos aprendido que los Ferreras son también only a pawn in their game. Malvados, perversos, taimados, traidores. De los Jiménez, Jotas, Herreras, lo sabíamos porque siempre se han declarado de "their games". El primero se ha travestido de izquierda, de más periodismo, para que " cuando nosotros demos la noticia sobre Podemos, la hostia sea más eficaz". Canallismo en estado puro. 

  La Base, periodismo hecho por un politólogo, una matemática, un filólogo y la periodista Inna Afigenova ha cubierto noventa y seis capítulos con una profesionalidad y un respeto a sus oyentes abrumador. Podría Newtral, empresa de Ana Pastor, hacer un trabajo neutral y corroborar afirmaciones que la han ido rodeando en su entorno o a ese podcast. No se ha dado cuenta que ha sido para ser encadenada a la nada.

  No he seguido, de forma profesional a Pablo. A los otros dos, plenos de glamour, no sé si por mi instinto que me dijo que aquello no era trigo limpio. Era modificado por los Florentinos y todos esos enriquecidos desde la compra de los que se venden.

 Residente quiere volver a ser yo, canta. Démonos la oportunidad de dejar de ser niños y descubrir quienes nos rodean y nos dirigen.

  Pablo, Dani que estás en la pomada, es un periodista español. Toma sus riesgos. Como dice Levin, tienen su ideología pero hemos salido para mostrar lo que vemos y ser honestos con ellos mismos, que es con sus lectores y oyentes.

 Con Cristofer nos ponemos un plástico en la parte de atrás de nuestra bicicleta, queremos hacer ruido: no hay tiempo para la indiferencia. A Pablo González le queremos con derechos. 

  La mitad de nuestros amigos han muerto. Puede que la tristeza la disimule. A veces no quiero estar aquí.

  Quiero llamar y decir

       Pablo González ¿Ya llegó?. No queremos fingir asentimiento cuando nos esposan a quienes salen de su lugar de confort y nos levantan un telón con el cual nos habíamos empezado a conformar vivir con lo narrado. 

    No, no queremos ese tiempo, esos relatos manipulados, entrecortados, torticeros y de derrotados.

    Pedro, habla de Pablo en Polonia, el próximo miércoles y cuéntanos, ya hemos renunciado a los silencios y trucos.

jueves, julio 21, 2022

Codo, René y Aitana

Cabeza, rodilla muslos y cadera, pone en una canción Residente. Era la forma como le enseñaba su madre, con canciones, para saber con qué parte del cuerpo jugaban a la pelota los indios taínos.

  Veo el gol que nos meten a la España femenina de fútbol y me dan ganas de llamar a la mamá de René. Las Indias inglesas jugaban y nos ganaban con el codo. Será una banalidad, que las calles de Trujillo o de Nueva York eran donde crecían juntos las hermanas de él o los hermanos de Patrisse Khan Cullors. En la Colonia Sanz Vázquez también vivíamos en la calle, bueno y en un extrarradio que ahora han encerrado con pisos. Estos lugares fueron nuestra escuela, bueno y las historias de don Ernesto, si y alguna colleja de una mente autoritaria, respondiendo a otra, de inicios payasos, ante tanta lugubridad.

  Por todos aquellos lugares metieron drogas y se nos fueron amigos. O los balazos, o la cárcel o coches, a los que se les había ido la mente, regadas en manantiales desbordados.

  Si llenamos de épica un partido de fútbol parece una exaltación de la superficialidad.  A ellas, siempre Aitana "de mi alma", diría Camacho, cuando no andaba descojonándose con las autoridades murcianas con "el agua para todos"; en la risa iba el mensaje oculto "para nosotros que hacemos lo que nos sale de los cojines", más  Mapi, Olga, Patricia, Mariona, Sandra, Sheila, de Yunquera, nada menos, Athenea, Claudia Pina, una prodigiosa jugadora, Irene, Esther, Amaiur. Todas ellas están labrando unos bellos campos de juego, desde unos espacios que eran páramos, o patios de instituto donde no invitaban a jugar a ellas. Siempre, esos lugares, eran de ellos, nosotros, grandes jugadores de segundos de gloria que se acababan en el recreo y nunca nos llamaban de un grande, en el que creíamos tener que habitar

   Luchan y aman lo que hacen. Estos últimos años su avance es grande. Su fuerza, mayor; y su sentido del juego, mejorando. Ayer, el codo de una jugadora inglesa, quizás, les negó el poder dar otro salto. Verónica Boquete llamaba a la prudencia, pero a Andrés, a Xavi, a Luis Aragonés nadie les podía llamar a la prudencia, el riesgo de su juego, fue nuestro campo donde se cumplieron los sueños. El miedo es nuestra cadena. El recuerdo de Jenni, de Alexia, de Virginia no era nuestra imposibilidad porque allí estaban todas las demás más su fuerza y enseñanza. 

  Nos metieron un codo en nuestro cuello y cabeza. Las árbitras no miraron el VAR, eran francesas, eran neerlandesas pero la imagen es de un lenguaje universal. Pío Moa, un opinador de la historia, se meaba ayer en ella y en esos espacios comunes, con la imagen. Sacaba su chorra y escribía que en sus escritos, proclamas o sus ensoñaciones, ya no iba a poner notas explicativas en las que se apoyaban tales brotes de letras. Bueno, es probable que no lo haya hecho nunca, pero antes, por decencia, rellenaba esos huecos, como los cuadernos de Rubio de verano, para que vieran completas las hojas, aunque fuera de bazofia. Ana Terradillos, ¡madre mía, periodista de la SER!, también saca su desvergüenza clasista y sus ovarios y para explicar un tiroteo entre blancos, llama a uno de los suyos, un nazi, con explicaciones propias de nazi. Cuando se ha perdido la vergüenza y te protegen de los que tú llamas gentuza, puedes tirarte al ruedo y sus rayas.

  Necesito a Residente, su mamá le dió leche de realidad y ritmo de lucha. 

A ellas a las jugadoras, que fueron por Brighton con sus vespas de de mil espejos y música de desafío. Cometerán errores, saben de donde vienen y nuestra alegría se apagó en un parque de pelotas. No quiero estar aquí, dice René; os espero aunque soy el impaciente que hubiera querido llegar ya. Existen ventana, por donde miro y me veo como un campo baldío; a todas ellas las conozco, no empezamos vacías.

  Hubo un vídeo potente de un camionero del Norte rico que reclama a su ministro no ayudar a los países del Sur. 

Si, metistéis el codo para seguir siendo vosotros campeones. Hoy, lo levantáis y pedís ayuda. 

   ¡Ay, arbitra francesa, si tú supieras que tú prepotencia es la cañería por donde sale toda la mugre de tus complejos!

  La Mamá no nos habló de los codos, pero nos enseño a quitarlos de encima. Levantaros es volver a ser vosotras. Si, Residente, necesitaba oírme, ahora te escucho 

miércoles, julio 20, 2022

Zelig en mi

 Lo tengo claro, cuando me pongo enfrente de Yulimar, ella llevará un abrigo, en invierno, exagerado pero a mí me da por saltar unos centímetros más que ella. Soy de muchos aspavientos, así que luego cuando ella gana, porque yo no soy de ir a esos grandes acontecimientos, ella gesticula más que yo. A mi, en cierta manera, me da rabia que es lo que ella quiere porque me pongo a hacer castillos en la arena, allá donde esté viendo su competición y enseguida la envío una foto con el castillo terminado. 

   Cuando tras ganar, la veo dando saltos en el mismo sitio, sé que me envía un mensaje. No le ha gustado y prefiere que me vaya más lejos. A buscar otras arenas que me permitan hacerla un castillo a un mayor. De alguna manera me obliga a salir de mi ensimismamiento; cojo un barco, un coche y me meto en el desierto. De no muy lejos, por donde paso, procede Mo Katir. Con él, en nuestras carreras noto como es correr si oxígeno. Me imagino en la luna y como Neil Amstrong, empiezo a dar saltos, porque en mi despiste no he abrochado la escafandra y me veo volviendo a la nave a ponerme otra , con el último hilo que me quedaba de vida. Eso me pasa cuando corro con Katir y con Mario, que el bestia ha bajado 5 segundos su mejor marca.

  Pero en la búsqueda de la arena, paro cuando veo a Russell, tengo que entrar en el último momento a la plaza porque sé que Joaquín es un traidor y en cualquier momento le hará alguna treta. A mi me pasa como a Crowe que es tocar la arena y los recuerdos me golpean con la suavidad de los besos de ella y le robó versos a Neruda, "porque en noches cómo estas la tuve entre mis brazos (...), ella me quiso, quizás yo también la quise, que importa el cielo está estrellado y titilan los astros a lo lejos.

  Allí, en Ait Ben Haddou, me quedaré unos meses para aprender la técnica de construcción en barro. Rojas merece eso y más. Cuando vuelva, el verano ya pasado, con alguna otra medalla volverá a llevar otro abrigo de más arriba a más abajo. Incluso andando, quiere flotar. Yo no, lo mío es volar, pero es otra historia. No sé cuándo empezó, pero desde hace tiempo parece que estoy aterrizando todos los días.

   ¡Qué maravilla es el pueblo; los pozos son muy profundos pero desde el primer día nos ponemos a saltar obstáculos. A mi que Asier Martínez los supere con una técnica más depurada me parece lógico. Cuando empecé , hace más de 30 años un camino que duró sólo hasta Logroño y pase por su pueblo. En aquella época pasarlo ya me parecía que requería una técnica especial. Loa a los 110 metros vallas. Aunque para vallas las que ponen entre Marruecos y España. Esas, que son muy altas, se quedan pequeñas ante saltar un desierto o superar el brazo-martillo alargado de un negrero. Aunque de estos los hay allí, en África, pero también conocemos a alguno en el lado de enfrente, España. De estos , a veces, es mejor no decir el nombre porque ya envían a sus televisiones, como dice Miguel Ramos, a nazis de mierda, que hablan de la susodicha que les han metido en la cabeza. Les hormonan, los recrecen como con las vacas que iban a vender los tratantes poniéndoles aperos limpios y les dicen soltar las basuras que os hemos inoculado. Existe mucho mercenario que por dinero u otros tiros pondrían en la tele hasta la grabación con el lugar de su nacimiento, aunque fuera en la calle.

  De los obstáculos se aprende, a no ser que te den un palo y te dejen insertado en él o en el suelo que te reciba que luego sirve de espacio para tu apaleamiento. Hay seres que se incomodan al recordarles su misión. Cuando ellos, y yo, volvemos a casa, el problema lo siguen teniendo aquellas personas que añoran lo mismo que tú. Es desagradable tu tarea y entraña sus peligros. Pero ten un poco de empatía con quién la única muestra de humanidad que han tenido en los últimos tiempos, por parte del otro, del diferente, es tu porra. Si a ellos les han animalizado muchas veces, no dejes que lo hagan contigo desde la prepotencia, rabia y el miedo, que también se tiene, es humano y es bueno saberselo reconocer en uno mismo.

  Así que con todas estas historias; los amaneceres con Camarón y cogiendo las semillas de Federico, idiota que habías matado a Lorca, ni en mil años, ¡sin nombre!. Estoy cimentando un castillo merecedor de Yulimar. Iván, para mi que me ve como un impostor, yo tomo otro traje y le canto 

  Como el agua

 

martes, julio 19, 2022

La descendiente

 No muy lejos, una piedra ha caído de forma muy brusca sobre el agua. Ha levantado una pequeña ola.  Al descendiente no le ha importado, ha seguido paleando y se ha concentrado en superar el siguiente paso. Esta mañana, ha ido subiendo andando por la orilla y se ha dado cuenta de la actual situación del río. Además, sabe que en el mismo descenso se tendrá que bajar varias veces, preveyendo algunos de los pasos más difíciles que ha hecho en su vida. 

 Acaba de asomarse al primer obstáculo, un remolino de piedras se acumula a la derecha, como si la entrada fuera a un laberinto siniestro, escamoteador de una salida, montados, con una cierta dignidad.

  Por el otro lado, todo parece limpio, si no fuera porque lleva a una caída de siete metros que tiene una recepción, en más de un 50 por ciento en piedra. Malas opciones. Decisiones que se tienen que tomar.

 Para, junto a sus compañeros deberán analizar cada una de las dificultades, cual elegirán como lugar de paso y una vez por es esta vía, donde será más conveniente dar los apoyos, bien con las manos, la cuerda, si no te la ha cogido, algún "vivo", o con la piragua. La disposición es pasarlo dos, manteniendo una prudencial distancia y desde fuera tres kayakistas deberán dar su apoyo, colocados de forma estratégica, donde a la vez, con su palanca, no les hagan caer en riesgo. Tomadas todas estas medidas nuestro descendiente será el primero que se lancé por dar seguridad, por su ascendencia sobre el grupo y porque no le gustaría que el riesgo que él prevée,. sea traspasado a otro.

  Cada uno toma su posición y nuestro descendiente su kayak. 

   Tiempo después leemos la crónica de una descendiente, reclamando un derecho que se le concedió a su ascendiente. Se muestra indignada porque siendo este un ser brillante, con una aportación decisiva para la humanidad, este gobierno actual, le va a quitar una prerrogativa que tenía por cuenta de aquel insigne antepasado. 

   Ella está próxima a comenzar el descenso. Con nosotros ha empezado la aventura y la vemos muy a gusto.  Nada que decir a nosotros también nos hace feliz su presencia y apoyo. 

  Aún así, necesitamos que ese sea consensuado. Ella insiste en el paso por donde se reconoce aquel gran invento. La hacemos bajar y la mostramos que por ese brazo de agua, ya hemos bajado y terminado de firma inmediata, pero si quiere seguir con nuestro equipo. Debe examinar las otras opciones y darse cuenta que el camino que tomó su ascendiente fue el de apoyo a un levantamiento contra el orden establecido y la traición a nuestras consignas de autoayuda y protección. 

 La descendiente está en el río pero para recorrerlo debe saber reconocer los obstáculos y como avanzar sin obviar los peligros y obstáculos que estuvieron y no se van con facilidad 


lunes, julio 18, 2022

El motor

 No siempre tuve la oportunidad de realizar el viaje que quería. Podría buscar más motores para entender otros mundos. Una silla en mi escritorio es el ancla que se levanta para traspasar las barreras de los papeles. 

 Nada, ni nadie me impedirá estar ahora en la mente turbia en un exoplaneta habitado por capas de putrefactos árboles que sueñan convertirse en pellet, porque la opción de ser chorizo, ha sido copada por la mente enfermiza de alguien ahogado en una mierda, la cual es capaz de absorber como el gran Camilo por una oquedad, ahora, inferior y expandirla, en este caso expulsándola por la superior. No es cosa menor si por ese espacio ha debido ya meter cremas y gominas que le sujeten la maldad de una efigie que también parece robada.

  Comprendió que a su motor nunca le bloquearían, le sabotearian o lo dejarían sin recarga; había tanta bazofia a sacar, o faltriquetas rebosantes de codicias, que su capacidad era apreciada en los más bajos lumpenes.

 La historia había mostrado que las sabandijas, las hormigas y los tiranosaurios podían aspirar a permanecer por una eternidad nacida; nadie, podía imaginarse que de las tres, fuera la sabandija la que mostrará su mayor adaptación a las hecatombes que se avecinaban

  Hoy, sin ir más lejos, cuando todo se hacía ceniza. Él encontró el mazo de Mambrino, lo tomó, se protegió a su sombra y soñó que por la noche le ensartaria. 

Se imaginó que a ese milagro, otro le sucedería: su hierática cara, entraría en ebullición y se imaginó ser:

  Mistress Bean o not to bean

Devolver un libro que se escribe

 Al caer en las redes de Twitter, aparte de hacerte redependiente, te quita tiempo para leer un libro. "La patria en la cartera" de Joaquim Bosch permanece muchos días silente como poseído por tu misma desidia. No se levanta a tu paso. Se mimetiza entre todos los libros y cuadernos abiertos que no es una señal de trabajo, sino de caos. Él, está; cuando decidas te hablará, ahora, de la transición, como en sus primeras páginas de quienes fueron los beneficiarios del golpe de Estado. Hubo militares, pero sobretodo empresas que las dieron sustento. Decían, ayer , en una tertulia que se ha instalado el odio en la sociedad. Te venden amor, en sus pancartas y rechazo al diferente en su información manipulada.

  Muchas de aquellas grandes empresas, mimetizadas y transformadas en otras, pero con los mismos apellidos en su capital económico, no se mancharán, ni siquiera las fuerzas armadas, en un principio, ni la siempre pulcra justicia. Se te clavará en el corazón ver a los pobres, necesitados, iluminados y enviados quiénes vayan por la calle travestidos de q somatenes, de tontonmacu o de kulos kálidos kenutrios. Verán a Monzón, que fuera de cualquier escenario no es el gran Wyoming y creerán que es un rico, que les quiere quitar el dinero que les están negando sus empresas y sus políticos, pero le echarán la culpa a él, para desahogar sus frustraciones, para ganar enteros ante los que seguirán siendo sus opresores. Pero que rico está el hueso de pollo recogido de la mesa del señor.

  Virgilio Leret Ruiz fue ejecutado en Melilla, por negarse a cumplir las órdenes de militares rebeldes. No tenían una buena causa, estos últimos, lo demuestra, hoy, en este libro de Joaquim; ayer, entre otros, Antonio Maestre, en Franquismo SA. Era el dinero que querían tener, robar las élites de siempre. 

  Hoy, impuesto un régimen mediático, como forma de estar en la sociedad, podríamos mirar quienes soportan esos programas vendidos, necesarios para un determinado relato.

  Si no existieran los actuales audios, tendrías que confiar en el criterio, con el que has evitado siempre caer en las redes del "más, más, más" para que no te envolviera un empalme que te llevará a una eyaculación, sin placer. También, desde hace años, evitaste las preguntas que no querían respuesta, sino escucharse bella en el lago de placer en que se baña y al que se llega en su única senda por la que transcurrir el pensar. No parece uno de mis méritos, tan sólo empatía for the devil, diría alguna piadosa mente, diríamos que un poco alienada, por soltar un pequeño improperio defensivo.

  Es esa primera línea, bien engrasada en dinero y narcisismo, la que hoy combate, mientras con ello se consiga el éxito de eliminar al enemigo.

  La belleza, la pulcritud de dos pequeñas damas. El glamour de una mesa envuelta en entretelas de seda que igual adornan, que sirven para ahogar a quien dice que duerme con "la conciencia tranquila"; en su último acto de dignidad, ante las cofias y cardados de la dignisima y macarra mostradora de embarres preparados "ad hoc"; todo eso, engrandecido y exhibido en platós de porcelana de Talavera, no puede quitar que un reino, que es República traicionada por quienes se han servido de él; ni un periodismo, por muchos colegas glamurosos que entren en programas de autoayuda, tienen sentido, ambos, por mucho baños de espuma que se use, para tapar la mugre.

  Carlos Hernández, gran defensor de la ley de Memoria Histórica, defiende a quien quiso tomar bajo su tutelaje, no sólo a unas élites que se ofrecieron en el coso de las dentelladas, traiciones y hundimientos para edificar una sociedad más humana. Defiende como ejemplo de un señor de los anillos de una cierta izquierda, a quienes le pudieran oír y ver como ese gran contorsionista en el que hemos pensado ser ante nuestros placeres culpables.

  A Carlos, siempre nuestro máximo respeto, a los capitanes que abandonan el barco cuando a este le han puesto y fijado, rumbo a los acantilados, nuestro desprecio.

  El guía que se sube a la torre para sólo ver los pasos por los que pasarán las mercancías de su amo, nuestro indiferencia 

  Traidor,  para servir a su amo, aunque aparezca en la fotografía de los egregios servidores a una patria, a la que, sin embargo ayudaron a esquilmar. Grumetes, elevado a la condición de capitán con el único mérito de ser un traidor 

  Mercenario, soñador de guía de masas, eso es para mí ese sicario.

  Nada que ver Carlos, por quienes se exponen ante el gran capital. Dices que el "sólo es un puto podcast", hace política, y tú y ello, pero eso sí, respetando las reglas del periodismo. Algunos aspiran a mucho más; otros, a ser respetados en lo que se nos informa

domingo, julio 17, 2022

El sonajero de ecos

 En pleno verano, sonando por encima del crepitar del bosque incendiado, en Martín brota en su primavera de cada día, un sonido que le ha acompañado toda su vida.

 A cambio y para despertarle de su ensoñación, le conmino a que se aparte de la senda; me mira con una cierta dulzura, alguna vez me pregunta porque sigo corriendo; no sé, si es para ir a ayudarme o para huir de tantos fuegos en el que he podido abrazarme.

  Escucho a Wyoming. Su conversación podría ser una sonajero que diluyera tantos odios si no fuera porque a sus tenedores le han puesto el traje de pertenecer a su exclusiva secta.

 Siempre me vuelve su persona, por encima del personaje. A este último le agitan para exhibirse sin pudor, pero cómo le dijo alguien en una gasolinera, su función ha sido aliviarnos de los imposibles cambios que nunca llegan y que aquel obrero había comprendido que al menos, el cómico les aliviaba, victorias pírricas, llaman. A la persona, Monzón réplica toda una inteligencia ante la vida; no pierden vigencia aquellos 26 minutos hablados en Alcalá.

  No sabe Martín, los días en el trabajo donde el ruido ensordecedor parecía mecido por corazones que batallaban por darle besos a su eterna insatisfacción. Juan Carlos Ortega hizo un corto sobre una niña con un continuo malestar, aún siendo brillante en todo. La resolución es de lo que necesitamos salir.

  De las tierras, a veces parecen nacer sueños, brotar plantas que cantan el paisaje con la voz de sus flores. Otras veces, miras y una lágrima se desliza sobre el paso de un  Martín. A este, le resulta raro que ese pequeño líquido le haga levitar para abrazar el tiempo que se le escapa. Sus húmedos tendones saltan el muro de las limitaciones de un trabajo repetido, de unos niños que te piden un poquito más. Ríe junto con sus incontinencia y se asusta porque su lágrima se hermana con la que le hacía ingrávido. Nota que no solo se funden sino que se acarician en un reconocerse.

  Tantos actos que le suceden a su vida. Violencias que oye en guerras, en atentados, en trabajos esclavos, en niños desarraigados del vientre de su entorno y empujado a atravesar desiertos sin oasis, ni tan siquiera alucinaciones. Él, tiene un silencio como sombra que no le protege de los soles de cada día de cada año vivido.

  Un día, tiene una llamada, una verdad, un silencio que amenaza desbordar su corazón y el estrépito de levantarse para acudir a aquel campo que incluso en la primavera tenía un imperceptible tul transparente pero de luto.

  Si, asustado por los olores que le llenan de esencias de aquella tierra de lluvias y heladas imperecederas.  Hay un grupo de gente que escucha tarareos en vientres que engendraron intimos mimos; se levanta un montón de arena con recuerdos de humedad, retirada en capas de abrazos deseados, y abajo, en un nuevo hueco, unos huesos que albergaron todo, la vida, la mano tejida por las aguas de amaneceres sin pan y noches de frío infinito y la madre, combativa madre, que en aquel postrero aspaviento con el que asirse a la vida, agarró el sonajero para que agitándolo trazará manantiales de lágrimas por donde transcurrieron tantos de miedo, añoranzas, y embarcarse a horizontes que acababan sobre abismos con escaleras tan móviles que el futuro era coger el siguiente peldaño.

  Escucha su ritmo, somos porque fueron. 

Avisa al tiempo, permanece el corazón que recuerda sonando el latido abatido

  Les quitaron la cadena de tierra, los grilletes de intereses y ahora, está 

  Él, su madre, y tantos de sus ecos que labraron cimientos, fugitivas melodías, ahora, entendidos

sábado, julio 16, 2022

Jabalí sin punto y ellos

 En un selfie, con esas imágenes del espacio donde me veo, por puro egoísmo. Puedo, además, ver un jabalí, no sé si con intención de atacarme o de ser parte del attrezzo.

  Tienen su sitio, pero aparecer en un cosmos, me resulta exagerado. 

   Si le preguntáramos como lo ha conseguido, la realidad es más cruda. Detrás le aparece un halo como de santidad; en eso mejor no meterse, como cuando observas que tras escribir sobre malas praxis de un partido, un antiguo post les sirve de nexo de unión para que te manden su aviso del tipo Don Rickles: eres pequeño y el pez muerto está preparado.

 Qué la soberbia no destruya un objetivo. Es fuego lo que tiene ese animal a su alrededor. Un fuego alimentado por un otoño sin poda, un invierno sin cuidados y una primavera creyendo que la exuberancia es para repartirla entre los amigos, sean, a la vez, empresas, familiares o testaferros.

  Ahora ya no, el fuego es brutal, insaciable, le sirve el árbol más grande y las piñas, apenas nacidas. España, esa esclava palabra para ser fustigada por tan variados látigos, está caliente, para la ebullición están preparadas desde cerillas, cigarros, hasta un rayo, dicen de una lluvia seca, que ya se conforma hasta con gotas. Hemos confiado todo a las empresas, que gestionan mejor, se afirma como un mantra. No cuentan las sobresubvencionadas, las salvadas, las inyectadas, solo de obras públicas. 

  El jabalí, siente que ya está "a la brasa" que podrá tener una pira de hierro, cuando de esos hierros se podían haber hecho tractores que dejarán limpios los suelos de los bosques. Pero esa máquina, cuesta y tiene decencia, se mete por donde la digas y deja un suelo sin tanta materia combustible para que nuestros bosques, con sus plantas y animales no sean pasto de las llamaradas de la muerte. 

   Veo el terror en sus ojos; en el ser humano, el fanatismo. Antes muerto que sencillos. 

  No; sería ventajista, no rendirse ante las noticias, las formas de darlas en el tiempo justo para sentarse, y entre cuidar un huerto, pasear porque ahora, todos tenemos colesterol y sentarse al fresco, sintiéramos que quienes te proporcionan la información son decentes. 

 Tú, tienes otra responsabilidad. Te resulta difícil creer que te están mintiendo. Ellos, ellas, vestidos con una pulcritud extrema, como los pavos reales.

  Pero adelantando a tu jabalí, aparece y desaparecen los corzos y sus saltos, la prestancia de los ciervos, el vuelo de las abejas, pájaros y algun otro de ellos, pero a dos patas que había pensado que con su respectiva pájara, pasar unos días de asilvestramiento, incluso sexual, podría ser ese culmen que parecía no querer venir.

  El fuego que les alcanza y que con su proximidad vela todos los otros puntos del espacio. Muchas otras cosas ocurren en aquellos helados o abrasados planetas, pero estamos aquí, como pensándonos de un avance. 

  No, no lo es, somos golpeados por lo que hacemos, por lo que dejamos que nos hagan: Monfragüe, Las Culebras, tantos otros, símbolo de nuestros fracasos.

 Consumirnos en quieros y fuegos, que sean contidianos para hacernos faros de nuestros fracasos.

   Un día, un jabalí, un ser humano y un papagayo se sentarán. Calcularán cuántas de las palabras estaban vacías y eran agujeros en nuestros cimientos. Arriba, algunos seguirán manejando hilos y máquinas. Por aquí, hablaremos del tiempo, los jabalíes muertos y de esas bonitas fotos de un lugar sublime que al acercarse con Padawan nos llama para que prevengamos no ser una bola de fuego en una futura foto.

  Miro al bosque que me toca como un universo en el que crear sinfonías, paisajes y olores que me transporten cuando no haya otros medios. Ganamos con la prudencia, pero vemos los números del azar que deambulan por si se posaran en cualquiera de nuestras debilidades. 

Sus trayectorias aleatorias no hacen agacharnos o volar, temerosos de la casilla en la que pudiera caer un día y destrozarnos los bosques en los que nos hemos mimetizado en estos tiempos. 

  Y si, siempre están ellos, los bomberos. No, no los queremos como héroes; les necesitamos vivos, con los cuidados que antes deberíamos haber exigido para que un jabalí viva, no en su punta, sino a su bola

viernes, julio 15, 2022

La fiera

 Un tímido rayo de Sol, se atreve a horadar un pequeño agujero para iluminar un espacio mínimo. 

   Durante días no se ha visto ni un atisbo de lo que pudiera ser vida. Nevadas inmensas, sucedidas de vientos huracanados que han  dejado cúmulos de montañas aprisionadas y lagos helados en cristales de hielo,  por donde sólo se escuchan resbalones de alguna bestia que cae a un precipio, adornado con afiladas agujas que se elevan para injertarlas en lo que podríamos llamar un pincho del averno. 

   El silencio que sucede a los gritos desgarradores de esos seres comidos sin ningún cuidado, sin ninguna espera a una muerte que es cuestión de segundos, sin ver nada, es aún más dantesco. Necesitas moverte un milímetro para sentir ese arrastre y la vida que parece se hubiera acabado hace la eternidad que no te retendrá.

   Agazapado, acostumbrado a vivir bajo la capa de este invierno, también humano; ves ese primer haz de luz, te das cuentas que hubiera derribado ese muro de nieve que sujeta aquella, hasta ahora, impenetrable nube. El efecto óptico es de tanta belleza que surge acompañado de la voz de Camarón, con los versos de Federico, es la vida que nace. El rayo se posa sobre un corcho de hielo que se ha quedado en equilibrio; a los lados la superficie helada es interminable; lo conocemos por el eco que ha producido ese rayo quebrando ese tapón de hielo.

 Todo ha durado décimas de segundo. Enseguida, una zarpa pugna por destruir el haz de luz. Tras la pata, aparece la dentellada que trata de infligir al lugar donde se ha posado la temerosa claridad. Oímos esa rabia que ya conocemos cuando despedaza a quienes caen en su, podríamos decir "hierro para moruno"; cuando llega otro tiempo mejor y puedes ver su obra, conoces su rabia, incluso fuera de lo animal, por como dejar huesos labrados, algún músculo seccionado con la habilidad de un cirujano, enfermo, te viene a la cabeza.

  Ahora, cabalgando en ese haz, llega la magia de poder describir en su reflejo en el hielo, la cara de esa execrable fiera. Sus dientes se los quito a dentelladas a los tiburones que tuvieron la mala idea de dar un curso de como desgarrar cada milímetro de una presa. Sus ojos, inyectados en sangre, tienen un depósito de odio que no ha alcanzado su "peak", para empezar a disminuir. Con los años, se sofística esa mirada con capacidad para ser lo más asqueroso que se puede encontrar bajo unos poblados párpados. Si tuvieras que quitarte el efecto de esa mirada criminal, tendrías que sumergirte en diez Atlánticos que encontraras en el universo.

  Las orejas, las ha escondido bajo una cardada melena, que en aquellos y en muchos otros lugares, incluso entre seres humanos, se lleva para insertarse en los lóbulos marchas a los infiernos. Proclamas con la que sueñan someter los mundos, para sus otras depravadas fieras, que se acerquen a su grado de maldad, podredumbre y bajeza su animal.

  Intuyes, por lo que ves encima de los labios y debajo de su nariz, que en algún tiempo se sofisticó y trato de dar una imagen menos embrutecida de su mente y sus actos.

  Todo aquello pasó; ese espacio donde hubo un bigote le ha dejado a la vista el hoyuelo por donde ha pasado ese haz y también ha sido exterminado; siente que ya no tiene que esconder nada de su condición más pueril, canalla y traidora de 

  La fiera más depredadora en muchos años. Aquel hueco abierto para que la luz volviera, se retrae y cierra temeroso de tanta rabia acumulada en lo que sería un ser inclasificable. 

  La oscuridad pare alaridos por los actos de los polluelos de esa indescriptible

     Fiera

jueves, julio 14, 2022

La cabeza y la Bastilla

 Una vez que he perdido la cabeza, me he lanzado a la Bastilla; ha sido antes que después. Me imagino ver rodar la cabeza, tras haberla tomado a ella, en esta noche que nos hemos dado, tan loca, y parece que te dices: bueno, algo hemos disfrutado. Al ser a priori, a todos que me he ido encontrando, ni caso, como si no les viera, oyera u oliera. Todo tiene su lógica, sin el cerebro, cuello arriba. Mira que están bien atrincherados, en sus palacios y que sus vasallos, ponen su voluntad que no su inteligencia; que su chica, ya salió para el Amazonas, que Pogacar se cree Merckx,  pero Eddie no ha habido más que uno, flamenco, eso sí. Y los daneses, con Macbeth a la cabeza, luchan desde entonces por no perderla, con cualquier traición que tanto se da entre ellos.

   Bajar a regar a las 16h, en este Julio, es andar, sin la testa sujeta. Te avisan, te puede dar un golpe de calor que te deje expuesto a los lamidos de un pequeño corzo, que te confunda con la madre, y acuda a tu pecho, soñando con las  generosas ubres que la sacien a base de embestidas que a mí, no me dejan levantar, como a ella, ni hoy, ni en un buen rato.

  Escuchar, las explicaciones de los golpes de Estado moderno, en Latinoamérica y en España, a través de las letras sonoras de Arantxa Tirado, en su último libro o en la boca del chanclas Bolton. Inna Ifagenova, leyó el libro de este amoral.

 Es rara, en gran medida esta cualidad. Hoy, a la Bastilla, como cárcel, encerraron a quienes tenían controlados, ante una pantomima que intentaron hacer sobre su independencia. En cuanto el otro lado quiso,

 con la aplicación de leyes, se demostró que aquello era un conchaveo en el que unos y otros, con su nacionalismo, buscaban asegurar y encerrar al país, con la llave de cuidar del gran enemigo. 

  Oyes, por contra, a una ministra de defensa y uno de Interior, como han tratado a sus ciudadanos, desde su poder y piensas tiraron la Bastilla para crear Mazmorras en todo un país y si, te tocas la cabeza y la moralidad por si te la tienes que colocar bien.

  Cierras el día con My Back Pages, con Tom, George, Bob, Mcguin, y los solos de Eric y Neil, y de aquellos sus traiciones y de estos sus emociones para embarcarse a desenmascarar la ignominia

Mate y un hatillo

 Le ví feliz ayer, cuando preguntó por el bar y si este se abría. Mala época, le dije. Si queréis os puedo bajar alguna bebida, ¿mate?, me dijo uno. No mate, no, pero una cerveza, si.

  Ah, eso es lo que quería decir, me contestó.

  Ay, ¡pillín! y seguimos a lo nuestro, el guiñote tiene su tiempo y la paliza que nos dieron ayer, también.

  Estaban a gusto y se sentaron en un bonito poyato que hace sesenta años, sujeto a una madre a la que se le rasgaba el corazón porque se marchaba su hijo y la familia que ya había formado. 

  El viaje, de entonces, eterno de tres horas para ochenta kilómetros. 

  Alguien en la familia, ya había abierto, alguna de los portalones que tanto constaba mover. En el pueblo, estaba la primera televisión y los productos eran de la cercanía, más inmediata. No había pie a la especulación.

  Ayer, nadie teme viajar una horas. La pareja de trabajadores podían mirar el teléfono para saber si en Residente, cantaría mañana en su ciudad, Trujillo. Le llega un mensaje entusiasmado de su hermana, está feliz puede ir a la actuación porque le ha llegado el ticket, por el bizum que hizo ayer desde Huetos.

  Unos años antes, en otro poyato, apenas cogido con barro, la mamá de ambos se sentaba porque sentía que por dentro, el suave bisturí que ve en la serie Hospital Central, una serie de los gringos, le estaba seccionando su corazón y su horizonte. Le han dejado un "celular" dicen, con el que hablaran con ella de vez en cuando.

  En los ojos de él, existe la vista adelante, en su cabeza, los terrores que ha podido ir oyendo y en el corazón, la rotura De un vestido que nadie podrá reparar porque el hilo lo ha mojado miles millas de agua y sal.

En sus piernas y brazos ha depositado zurcir cada herida que les haga los negreros, los intermediarios, y esos nacionalistas de cada lugar que posesionan los productos de otros países, sin que eso les sea un menoscabo a sus seguridades. Les han dicho que tomar productos y seres de otros lugares, lo hacen porque son superiores. No esquilmadores.

  Salir por las carreteras de entonces, a los vuelos o embarcaciones que atraviesan los tiempos, les expulsan a más exposiciones de sus debilidades. Encontrarán muchos que en su codicia, les animalizen. Tragarán odios con sabor a hiel, trabajos con cuchillos de hielos a -10 o rayos de 40⁰; se cuestionarån, si tuvieron la condición de ser humano y si el abrazo de la madre existió en un remoto sueño. 

  Hoy, cien humillaciones después y con la ropa de las palabras de un hermano, tiene un trabajo donde poder ser un poco más él. 

   A la mamá, la envía besos de agua, para que se alivien tantas noches desecadas por las lágrimas derramadas.

  Hasta luego, 

   Hasta luego

    Ni canto, ni se jugar al guiñote. Ellos, otra ruta, otro enhebrar su presente, por si el futuro, le cosiera abrazos 

miércoles, julio 13, 2022

Frío

 La nieve llega hasta mis rodillas; por la carretera, pequeños hilos de agua, anuncian un pequeño deshielo. 

 Aquella forma de despedirnos penetró entre la ropa y la piel de mi espalda, produciéndome escalofríos. Temblé por el glaciar témpano que parecía deslizarse por mi espalda. Una cálida gota de felicidad que quiso venir a mi recuerdo, de aquella noche que empezó con su delicadeza sublime sufrió un shock al notar aquel viento polar.

  Noté que un poco más arriba, desde la pequeña cima, un oso exploraba mis desechos anímicos y el estar atrapado por la nieve. 

   Tenía malas experiencias con los humanos. Estos, habían reventado la cabeza de una foca, a la que había acechado por horas y había descubierto que estos, tenían un punto bestia. Se llevaban la piel y partes del cuerpo, pero a él le habían dejado la mayor parte. Dudo, hasta que aparecieron los carroñeros, si sería una trampa, ese salvajismo que le alimentó por días.

   Ví que se alejaba por caminos de hielo, aferrándose con sus afiladas garras. Me recordaron aquellos hielos del Veleta, que no nos paraban cuando descubrimos el esquí y el vivir en la plena inconsciencia. Luego, en mitad del maremágnum provocado, confiamos en encontrar un reguero de nieve al que al que aferrarnos o en su defecto, que nos pudiéramos recolocar para que la parada de cada una de las cosas no tuviera un radio de acción de cientos de metro. El daño o el dolor en aquellos tiempos no existían. El frío, si no se había escapado algún guante, se desvanecía entre risas, menos la de quién recibía el bolazo lejano de algún Yeti, enano que se moría aún de más de risa.

   Nano Stern viene del invierno austral, nos cantará por Madrid y Barcelona, y aquí, en huertos en sed, para poner su montura sobre las que surfear con los cuatro vientos para seguir la marcha de quienes nos estuvieron.

   En ti, cada uno de los 114.000 represaliados de franquismo que aún siguen en las cunetas. Pasan abrazos de quienes los tienen guardados tras saber de ellos. Se quedan quietos los besos, entre la congelada indiferencia de quienes comercian con muertos.

  Maestro, que te helaron el corazón cuando viste que el rico premiaba la inconsciencia de atarse al desconocimiento a aquel que sujetaba un arma, apuntaba y abría su tumba a la posibilidad de sentirse humano. 

  La tuya, la tumba, te la abro yo, para visualizarte y decirte que veo cómo crece la planta y la mirada consciente de aquella alumna que en mitad de sus efervescencias, descubre cómo atravesar las nieves y vadear los ríos a punto de congelarse

martes, julio 12, 2022

La itv y el café

 Me dicen de pasar, la ITV. El coche lo hizo ayer y sin ningún problema pero yo no lo tengo tan claro, en mi caso he visto pasar un ave y ya no sé cómo llamarlo, es lo que tiene que si a uno le llaman avlo, al otro ave, al otro me callo por no recordar, no me dirán que no es para estar comentándolo hasta en la mesa camilla. Siempre, a la mayoría, las he reconocido, con los años más. No al nivel del ornitólogo de Colombia que reconoció una que sólo podía estar en Ecuador; cuando estaban acusando a un político de izquierdas, con algún montaje.

 En mi caso, con muchos miedos y con pie derecho de plomoby con la ayuda de gente honesta, voy conociendo algunos pájaros. Cantan bien y aparecen, siempre, revestidos de un plumaje que parece te lo harías allí mismo, con ellas. Lo de la voz, me refiero. Menos estos días constipado; que pegas una tos y sale todo el mundo expulsado de tu veraaaaa.

 Sin embargo, no existen pasiones que cien años dure; ahora que llega el verano y que de vez en cuando apetece rezongar, añoras aquella pradera, cama sin fin y abierta a pequeñas exhibiciones.

 Por estas razones y no otras cuando vas a clasificar a esos animales voladores, no es fácil cogerles el aire. Van de árbol en árbol pero también buscan aposentarse en balcones, terrazas y otras obras humanas. Los cernícalos en mi ventana se me quedan mirando, pero yo no soy como Ray, uno de los suyos. Son curiosos, pero no creo que capten tanto como los aparatos de Villarejo. Eso sí que es captar, además a los de su misma especie, que eso ya es darse confianza entre timadores. En lo real, Michael sabía protegerse bien, no así el jefe de la policía de Nueva York, corrupto. 

    No sé, existen épocas que lo de la mujer del César, creo que estaba entre algunos de sus amantes. Y ya lo dijeron los del confusionismo. 

 "Yo pensaba, yo pensaba", leche ni que ocho cuartos. Aunque sea, parecelo y disimula.

  El que no pasa la ITV es mi portátil. Mira, que me conozco, café, siesta, ordenador. Paliza hasta caer en el sinsentido y esto último se hizo, no carne, sino que se izó sobre uno de los bordes y sin equilibrio, pues lo que todos, menos yo, encima de la más guapa o en el caso del líquido, entre los huecos de las teclas.

  No había luz, ni claridad en la cabeza; de repente el ruido de una fritanga. Para mis adentros, "otra vez, hijo mío" por las autopuñaladas que me infrinjo, en mi enfado. Portátil out

  Había dejado también el podcast en el móvil. Heavy lo de los audios ¿Eh? Le he dicho a  David Fernández, el tuitero que parodia mensajes de los tiktoker.

  El caso que tras la comida, en las grabaciones estaban en los postres; al sentir el olor a mi café, el mejor del mundo, una delicia, se han dado la vuelta y me han invitado a compartir mesa con ellos. He pedido, ya puestos, una tarta de queso

  José Manuel me ha reconocido y con una seña que tenemos los que grabamos todo, ha preguntado si apagaba, él.

  No, hombre, no, le he dicho sobre otra cosa, pero también que entendiera sobre esta, que seguiríamos grabando, es nuestro sino

  El portátil lo he puesto sobre la cornisa, ante el vacío, por si se volvía a llenar de alguna manera. Él ha venido a fumar a mi lado. Nuestros pies en el aire. Nuestra autoestima viajando a Marte 

  ¡Vaya tela! En ese momento, desde su vacío existencial, una señora, con el pelo cardado y sin un gramo para esnifar, pero si alguna bolsa de kilo, ha gritado con una voz de rica vulgar, "me van a comer dos pollas, esa gentuza". Creo que lo decía por los de los círculos. Porque yo, porque yo, seguía, tengo un programa y una desvergüenza que me protege.

 Nos hemos mirado, como preguntando si habíamos apagado. 

  Nos hemos sonreído. 

Mi café ha hecho estragos. Mientras arreglan el ordenador, con ese olor a café intenso

  ¡Vaya puertas se me abren!

lunes, julio 11, 2022

Dicen, porque dicen

 Aparece Javier Krahe muy serio. Cuando le vi en el Central, me quedó la sensación de hacerlo de pasada, como echándole un vistazo; no para intentar que lo que decía se  quedara en mis entrañas. En mi caso pasaba que no habían tenido la necesidad de pedir la opinión de las trece para saber si lo mío era muy pequeño.

 Sería que haber pasado por la superficie de las cosas, me llevaron a la entrada, aunque de entrada, era, no. Uno se avergüenza y cuando se hace mayor, lo esconde pero algunos petrimetes, ahora, cuando te lo quieren poner en evidencia y en la vida te ha llevado a un cierto mayor conocimiento, sin mucho compromiso, la verdad, sales con la guitarra que has puesto en el salón a modo de dedo índice y les dices que os den.

   Monet, en Orsay, si me impresionó en el momento, quitar el humo de una antiquísima estación y dejarlo en un bar es lo que tiene que todo parece frotar y se diluye; sus cuadros, no.

 Dos viñas, muy diferentes entre sí, te pintan en mitad de su espacio. El Sol, con el tiempo te aporrea, y temes desfallecer, no en la primera, que parece una concubina de Baco, turgente, esplendorosa, lasciva; subes la empalizada, como para decirla me debo a ti, porque no te crees con derecho a participar en su exuberancia.

 Es en la segunda, cuando el astro ya ha encendido toda la atmósfera que sueña con abrasarte, es cuando el cuerpo se hace humano y por un momento se tumba, pero sin el resplandor de la hierba, sino de un secano que tiene vides que quieren volver a ser, aunque hace tiempo que les dejaron de dar lo justo para lo fueran.

  Es en este lugar donde noto múltiples pisadas. Son grandes, han entrado ya en lo que consideran sus posesiones y han empezado a comerse alguna de ella. Avisan que seguirán adelante.

   Te has llevado toda la parafernalia, alambre, tijeras, cuerdas, mazas, el trabajo, por hoy parece completado. Sabes que queda un hueco y por ahí, tratarán de colarse.

  Te prometes ir enseguida, no mañana. Tomas notas del único lugar donde han dejado cagarrutas, como las de Ferreras, con sus desvergonzadas explicaciones.

  Ahí, por los suelos están ambas, sabes que detrás están todos cérvidos que las expulsan y les protegen, por eso, desde la sombra parece llegado el momento de seguir leyendo a Joaquím Bosch.

   Son pequeñas, como para disimular pero ocupan mucho, las mezquindades y las cagarrutas



Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y