martes, diciembre 21, 2021

Tolstoi, en sus ojos

 En un periodo de desencuentro con la lectura; avanzo con pesadez en la geopolítica con "los Talibanes" de Ahmed Rashid. Camino, de puntillas, con demasiados ruidos en la cabeza, para un texto en inglés, por "Girl" de Edna O'Brien, para contemplar la dificultad en rehacer sus lazos con la vida tras uno de los secuestros colectivos de Boco Harán. Antes de volver al primero, me he subido al trineo de Lev Tolstoi y estoy participando de las cenas en los Ausl y del encierro de búfalas en los establos, soy uno más, que intenta no estorbarles y que, a través del escritor, sabe en cada momento, donde está el fuego que contempla la conversación de las madres de un pretendiente y la pretendida.

  Libros, textos, historias por donde zanjo mis deudas con los viajes. 

  Mariposas que vuelan por un río Henares para contemplar a los dragunas, a los piranios; tantos y diferentes dragones que quieren participar en el cuidado de su entorno.

  Qué a Dragonio le llamé un cosaco para ofrecerle sus conocimientos a la hora de montar a caballo; al primero, no le puede atraer en un primer momento. Sus grandes pies, por un lado y una cola juguetona que puede hacer cosquillas en las crines del equipo para provocar su nerviosismo, no parece que sea lo suficiente motivadora, para compadrear con Korsakiev, que es como se llama nuestro osado colega. 

  A cambio Dragonio, que recibe múltiples llamadas pero que selecciona la respuesta en función del último número que marcó Miguel Gila cuando contactó con el enemigo. Este, que era del pueblo Pirandro, prometió que a nuestro héroe le llegaría su Pikandro, que nos viene a decir que sería su final, porque este pueblo anterior en la estepa, a nuestros admirados cosacos, había sido arrasado, según nos cuenta Tontostoy.

  Sus cinco colores revolotean impacientes, un nuevo Queen Jane Aproximately es interpretado por Dylan. Las mariposas que alumbran los caminos para descubrirnos, atendieron antes las llamadas de un ser en exploración.

   Tenemos momentos donde tratamos de intuir como será la nada, que aparece en un intangible horizonte. Luego aparece esta introspección de Bob y sabes que aquellos dragunas existieron y que nuestro Dragonio que se vio minimizado por un río, no sintió hacía él ninguna inquina. Abrió puertas y ventanas, salieron las cacundas y el aire fresco, circuló. Supiste que aquel camino, que acababa en aquel pueblo, tendría sus sendas. Pedían ser exploradas y limpiadas. Tras esto, un río en el que debía bullir, como no muy lejos, los llamados humanos, estos danzaban, con las letras prohibidas de las canciones que desnudaban los florilegios de  tanto transvestido de un equilibrio que no era el suyo.

 Por aquellos lares, corren parejos, dos mensajeros. Reconocen las impotencias por transmitir un mensaje que se abrigue de consecuencia. Triste vestido este, porque los tejen de las oscuridades, necedades y proclamaciones rimbombantes de la nada. A cambio, lanzan manguerazos luces engañosas. Premisas hoy en día necesarias que apaciguan tantas pesadumbres que parecen azotar a los que les ponen en la tesitura de elegir desde una falsa equidistancia y una brutal presentación de certezas contrastadas-

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