jueves, diciembre 30, 2021

Ni moreno; sólo Rubio

 Los viajes a Turquía me dejan un poco mosqueado. Creía que ya tendría pelo para una buena temporada, pero, estos nervios de preparar a mi chico para el campeonato de Mundo, modalidad indoor, en los exteriores de Los Ángeles, me tienen tocando los clarinetes y claro de ahí a perder el pelo, el camino es recto, pese a buscar a mí suegra para que me teja un sombrero mejicano a medida. Lo mío, para mi desgracia, tiene que ser muy, muy personal, y no por mi suegra, que la quiero.

  Ahora me ha dado por obtenerlos rubios y es que me duele lo dé Ricky Rubio. Me parece tan maravillosa la persona que la entrega que ha hecho desde muy pequeño a su deporte, es conmovedora. La NBA es pura mercancia, pero después de años allí, Ricky dejaba la impronta de una personalidad forjada entre medias de la vida, a la que ha dado un valor por encima del deporte. A veces, a esos níveles, no es tan fácil cumplirlo, como decirlo.

  Resetear su mundo, tiene no debe ser fácil. Si, detrás tiene una seguridad, pero intuyo lo que es no poder jugar al baloncesto, en la misma medida que durante una época me fue muy doloroso correr. No sé prescindir de ello y de alguna manera modela mis actos. Este último año, también, he vuelto a un deporte que me conectó con la naturaleza a un nivel que en aquel momento no sabía valorar. 

  Encontrarme en el río, con sus olas, sus rebufos es algo que de alguna manera me insufla la vida que viví y me da una cierta fortaleza.

  Desde un pueblo pequeño, en el medio de un inmenso Alto Tajo, tan subyugante sale un enorme abrazo para Ricky Rubio. 

Sé que estará rodeado del cariño de muchos. Esa nebulosa que se instala cuando estamos sólos, se irá disipando, tomará, a veces, formas engañosas que nos engañen de la proximidad de un pronto regreso. Siempre fue fuerte, incluso para reconocer la debilidad que nos anida en épocas de nuestra vida. A él, en el caso de la enfermedad y muerte de su madre. 

  En los pozos, al mirar al cielo, en algun momento nos aparece una estrella, que parece querernos subir en ella. A ti, por muy moreno que seas, seguro que te espera; dicen que las alimentan productos especiales, espero que mi cariño sea uno

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