viernes, diciembre 24, 2021

Las Lolas, su fairytale

 La Dependencia, Daniel Álvarez Martínez y CTXT

  Me meto en un clickbait para engordar la publicidad inserta en una conversación intrascendente. 

    Al otro lado Ctxt.es está ahí. Colaboro, pero sus temas me exigen un esfuerzo de lectura y me hace una llamada a la empatía con temas en los que estamos inmersos. 

La tentación del primer camino es grande y nuestra mente quiere descansar en la banalidad, cuando el tiempo huyendo te abruma, algunos sueños se escapan, y quiénes se meten en política para defender a la sociedad a través de defender la vida, descubres que esta es una que no les pertenece y a cambio las de su responsabilidad se la entregan a los mercaderes.

 Ponían el otro día, un anuncio comercial de una felicidad inconmensurable, momentos después me acercaba a Fairytale of New York. 

   La belleza entre los perdedores. Lola, madre Coral, luchadora a la que la no se protege.

    Un cuento del océano al que fue arrojada cuando nació su hija. Testigas las aguas de tormentas, olas tapias, encalmadas sin salida. Se asió a su débil bote, balanceado sin piedad por tantos segundos que como gotas, eran harpías con uñas que taladraban las arterias para dejarlas exhaustas.

  Lola hubiera necesitado vivir en una sociedad humana. Donde los impuestos no fueran vendidos como sueños de independencia, en una sociedad tan conectada. 

    Creerse poderoso por evitar pagos, nos sometió a quienes siempre engrosan vanidades y más arriba ríen quienes ejercen control de ellas y de los miedos que lanzan..

  El artículo de Daniel nos abre la puerta a varios casos más y a cientos de miles que nos llaman para darles solución por mejorar ell bienestar de los que están concernidos y la dignidad de una ciudadanía que no se puede esconder en la bonhomia de anuncios que son sólo eso. 

   Shane Macgowan, su voz real como el cuento de Lola. 

Cantando y tocando el primero desde las armonías celtas para los encuentros universales como los de Sweny's Pharmacy donde los naufragios de los Ulyses, encontraban voces sin fronteras que nos ayudaban a asir los maderos para mecernos a la deriva, por si algun horizontes viniera a nosotros.

   Si pudiera tener la veracidad de Shane, cogería une león, que hiciera de cabra, una piragua que hiciera de escalera y una voz, que escondiera mis gallos, como me repite la alumna. Iría a todas las plazas públicas para visibilizar el cuento real de Navidad de la falta de ayuda a las Dependencias.

  Después escalaría los púlpitos aunque me hubiera quitado sus escaleras y llamaría a un violin para que me diera fondo y una gaita escocesa para que deshiciera los hilos de oro de las capas excesivas y abriera la caja de la soberbía para que no fuera establo para los prepotentes y mercaderes. 

Allí, con ella, protegido en su voz, acaramelados en sinsabores, sabríamos que fuera del bien y mal de los predicadores existiria la piedra del compromiso sobre el que cimentar. Desde la cofa del barco, indicaria los vientos del silencio y las falsa ayudas para que apurando las ceñidas, llegaramos a ver cada una de los seres en Dependencia y todo lo que les rodea, que son sorteados por increíbles seres, dicen que normales, les cantaríamos como saliendo de las cuevas de los Cíclopes.

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