Miro con lentitud la tela, la sigo, ¡enorme!, palpando. Interminable carroza,
Sólo concibo a Edgar Allan, su cuervo, destrozando un discurso real
Vuelos bajos, para cielos sin fin, picotean las ayudas:
Dependientes
escuchan, observan, reconocen.
Proclaman
palabra tótem para tiempo de elecciones
Bestias con luz a trajes, después.
Rigoberta, pum, pum soledad.
Niña, ya grande, madre amor
Ruta del colesterol, ellas, sin un gramo
Viajan a él, lo alimentan con caricias.
Escuálidas, olvidadas; el poder en otros
Si no nacieran, si murieran
las encadenarían en un Imaginario
pero ESTÁN, pero son (Gallego dixit)
Necesitan ser,
¡¡¡¡Estado!!!!
Ahhhhhhhhh!!!,
pero….,
este diluye obligaciones
en charcos en los nos embarran,
Sus telepredicadores en bufidos
Tocan su taleguilla,… llena; llaman a embestidas
Niña tu eres mi vida.
¿Porque te ausentas?
Recorrería universos, para encontrar tus letras
A cambio vago por papeleos, oficinas
Promesas huecas, puertas en las narices por
Reuniones sin semilla.
Bebo del surco de un beso repetido
Palabras escritas, dichas;
No,
Vivas, sin SOLEDAD,
Acción
Desnudarme de telas superfluas
Atreverse con la locura
De hacer,
¿para qué pedir?
Si otros, sirvientes,
La expulsan en desvergüenza
Dignidad para hablar con hechos
Si otros, se abducen por sus amos.
Nosotros conscientes, demandamos
Atención
A la Dependencia
Más, más, más
A ellos, a ellas
Más aún, más aún
A quienes se les unen
A quienes les acercan luz
A quienes les deshacen los nudos
Les dan cucharadas porque son cubiertos, sin estarlo
Les dan paseos porque salieron de puertos seguros
Coger telas, para que sean velas sobre las que soplar vientos
Deshacer los aproados de ricos, para enseñarles
Horizontes comunes,
en una vida con igual horizonte
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