Si dice Bob que no es un falso profeta, yo me lo quedo mirando como dudando que no tenga esa percepción.
A mí, que cuando corto ramas, me va salvando mi necesidad de tener gafas, el que una de ellas, les haya servido de tótem a quienes se reconocen que tienen que formarse, no me consuela.
Allí les veo, todo tirados; ellos dicen que postrados pero claro eso podría ser si estuvieran escuchando Nettie Moore, después de un concierto de Derbi Motoreta Burrito Cachimba, pero estos allí, en la Alhambra lo único que han montado es una performance en el patio de los leones. Entraron con una gran fanfarria de sonidos, voces y movimientos, estos salvajes y por momentos caóticos. Ocuparon todos los espacios e igual entraban por una puerta que salían por otra sala.
Quien en esa circunstancia se podría imaginar que empezarán saltar los leones sobre el agua, si durante un tiempo habíamos tenido la creencia que a estos no les gustaba este elemento. El caso que lo pasaron, yo creo no porque no supieran nada o porque echarán en falta haber realizado entrenamientos con pull over o con tablas,: A mi, me ha pasado lo mismo. Me he metido en un lago porque tenía claro que aquella distancia la había recorrido primero por los laterales, corriendo y luego sobre las aguas.
No, no pongan en mi boca que he afirmado que corría sobre las aguas, sino que montado en una piragua, me lanzaba a diferentes descubrimientos. Llegar a un castillo. puede ser una experiencia traumática por tierra; sobre todo si por agua conoces una entrada hasta la misma base de las mazmorras. Donde allí, tenían a caimanes, sobre todo para que se lancen sobre las noticias que necesitaban ser deglutidas de forma conveniente y con los datos interesados en dar para que los espectadores lo tomarán como papilla.
Así eran los tiempos. Yo que en la juventud creía tener algún rasgo de profeta. Sólo era salir al campo y tropezar y ya me consideraba un fracasado. No, en aquel entonces no tenía cabeza para mezclar las churras en las más turbias tramas de alimentación basura, con las merinas, que para mí andaban un poco fumadas.
No, no es gratuita la información acerca de la desaparición de las cabras. Algunos escritos consultados hablan de la dura resistencia que tuvieron estos rebaños, en los aledaños de nuestro patio, ante la llegada de los leones. No fue fácil para estos asaltar aquel espacio tan afamado. Sólo lo consiguieron en una noche de luna llena. Las cabras, actuando como tales, dejaron escapar a la luna del encuadre, a partir de ahí, las vetas abiertas en los cielos fueron lugares por donde pasaron los leones. Estos antes se habían comido a los comunistas, pero no por nada, ni por una verdadera animadversión hacía estos.
Leche, parecía mentira que no supieran sumar, ni restar, ni la teoría de la propiedad sumativa de dos conjuntos de materiales aunque estos estén en dimensiones diferentes.
Allí estaban, enfrente, los amigos del muro de la sabiduría; les mirabas y delante de ellos, había pozos por donde aquello no eran ni sumas ni restas, ni multiplicaciones. Sólo desapariciones; pues no creas que les afectaba.
Se quedaban mirando aquel frontón y allí parece que se les proyectaba un futuro esplendoroso. Si, se les iban desapareciendo una buena sanidad; debían ir añadiendo pagos, mientras de la luna salían reflejos de las riquezas; yo creo que esperaban a los agostos, por esas perseidas que les pudieran caer. Yo, por mi parte, siempre las ví pasar de largo. Y de los llamados ignorantes, sabía; al menos, que no estarían moviendo los cubiletes para que con su dedo tramposo siempre llevaran el garbanzo a su terreno. Ya hubo un primer viaje a Madrid, donde supimos de nuestra clarividencia de estúpidas pérdidas.
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