"Throw your arms around me" dice Eddie Veder, quizás él también lo hace, quizás para apaciguar mis mundos
Estoy escuchando los viajes vitales de Juanjo Millás a la vez que miro algun correo que he recibido. Uno es de CTXT; unos días antes de quedarnos durante casi dos meses en casa, me invito a su nueva sede para una master class de Mónica García Prieto para preparar a periodistas que quieren ser "reporteros de guerra". Fue maravilloso para ellas y significativo para un suscriptor socio, del nivel de sus colaboradores en esta ya concienzuda y brillante revista.
Nunca pensé que detrás de esa invitación, tan rara, estuviera el hecho de haberles enviado alguno de mis escritos de este blog, que adolece de un tiempo de preparación necesario para encontrar fallos de todo tipo. Tengo un ángel que me anima a continuar y a buscar la mejora.
Desde la revista nunca me aclararon si era porque Penguin Radom había intuido, en mí, una joven promesa de la escritura. Estos, después me han ido enviando alguno de sus cursos dados por especialistas, para que mi caso intuya quemis narraciones puedan tener más consistencia.
Con las palabras del reportaje que sale por la radio me encuentro desnudo porque me doy cuenta que en este momento se está fijando en mis bailes, a través de las diferentes salas que tiene ese Crucero y en las cuales danzo los más variados ritmos con frenesi de atravesar unas olas, deslizando mi cuerpo kevlar.
Al abrir ese correo de Contexto, puedo ver la intensidad de su mirada, con la que trata de descifrarme en cada una de las salas en las que nacen mis mundos retenidos .
Mira que me gusta la música electrónica. No entré en las catedrales de esos sonidos de Berlín, ni incluso en el primer viaje, alojado en un hotel, en el que conseguí una revista alternativa de una ciudad aún entre tinieblas. Me entusiasman y debería dedicar una eternidad para jugar con algunos de ellos, para la creación de historias, rápidas, salvajes, que parecen que se han ido pero con las que te seguirás recreando durante años. Quizás aquella relación tenía todos esos ingredientes, y los personajes con los que bailo, tienen la energía para huir, darlos por perdidos, pero reponer siempre las estanterías vacías tras una gran deflagración, cuyas consecuencias se alargan en el tiempo. Aquel tiempo es líquido, se escapa pese a la invitación del homo Neanderthal para que las islas que recorrí con aquella marinería podrían describir los asaltos más preparados y concienzudos a la sinrazón.
En la sala de baile, con las músicas de Bob Dylan y Eddie Veder reconozco que he hecho señales hacía el público. Si también a esa mirada tersa que ahora me rebela su porque a través de la radio. Existen cremas mágicas que consiguen los milagros en los que te perdiste.
De aquella decisión, entre unas rejas a las que fuimos hundiendo en los cimientos de un encierro exterior, para que, de forma silenciosa, pasara a ser interior; extrajimos más y mejores búsquedas de estos dos autores. Quizás fue el ultimo tiempo en el que concedimos a nuestra imaginación la irrealidad de ser ingrávidos con nuestro cuerpo. Salir de aquella buhardilla fue una ilusión en vuelo y no nos concedimos un tiempo para demostrarnos que lo plano de nuestros mundos, podían admitir los dobleces de la dedicación. Los dos siguientes veranos, una aplicación virtual parece haber ayudado a esconder la conciencia de las imposibilidades corporales. Aunque, a veces, la lenta extensión de una mano que se despereza, proclama la búsqueda que te descubrirá ser, en mitad de zozobras y desilusiones, en los que puedes entrar, con la paleta de quien soñó mundos en capas y abrazó a la persona que le dio ternura a la percepción de la compartida con quien le calentaba en los amaneces de las débiles consciencias.
Sigue fija esa mirada, pero taladran las brocas de sus mundos para deshacerme los trazos de seguridad, cuando me descubre alterado entre Bruce y todo el rock and roll; días para los proyectos, días para los nacimientos de un diferente equipo, siempre tan iguales a los anteriores.
No, Juanjo creo que de este crucero de la escritura me bajo, porque os intuyo en tantas bajadas a los infiernos, increíbles travesías por los desiertos y las lluvias torrenciales improductivas por tanto exceso que con paciencia tenéis que dejar secar ante un Sol al que no soy capaz de entregarme.
Aunque percibo tus ojos inteligentes, mi mente aún se baña en la imagen de Almudena Grande proyectada en el estadio Metropolitano del Atlético de Madrid; mira que sus mandamases son los personajes que también son trazados en sus libros, no como compañeros de los perdedores o de los que deben salir de entre los laberintos montados por esta sociedad. No, los primeros, los muestra como los adaptados a un sistema que les da el poder de conducir o redirigir los pobres caminos de los otros, pero ayer, la alegría contagiosa, la humanidad e intelectualidad con las que me regó tantas tardes en “la ventana”, también saltó de la pantalla, para rodearme con sus brazos y darme momentos para la vida que nos insufló.
Pero ella, y todos vosotros sois los diccionarios que han rebuscado en las esencias de los significantes, para que ame vuestra honestidad. A la que yo, sólo, intento poner una estela, para distinguirla entre tantos mares de luces ficticias.
Aquel sábado también otra de mis salas, con Mónica, con quienes me quieren descifrar acontecimientos, baile agradecido, agarrado, tembloroso, me parece decir Juanjo, a mi reconocimiento por un periodismo que trata de ser, sólo eso. Pero eso es luchar por serlo. Y aquí, dejo una de esas partidas, ya fuera de los cruceros a los Forrest Wallace, no volvería jamás, pero si a un barco de vela donde sería parte de la llegada a una Itaca, que abriera el camino a otras.
Parte del texto escrito por Nuria Alabao, para CTXT en la semana del 5-12-2021:
"Tener certezas sobre lo que viene o lo que es posible tampoco es sencillo, y deberíamos ser capaces de dar cuenta de esa complejidad. Muchas de las revueltas que ya presenciamos, o que vendrán, serán ambiguas, no estarán definidas por los marcos tradicionales de la protesta, o serán estallidos informes que condensarán diversos malestares. No serán, por tanto, fáciles de explicar, pero tendremos que tener los ojos bien abiertos. Como proponía el compañero Amador Fernández-Savater en uno de nuestros consejos editoriales: inventar un periodismo capaz de expresar la duda. No, no tenemos todas las certezas pero queremos atrevernos a imaginar imposibles. No sabemos si los tiempos permiten expresar dudas en un momento de extrema militancia mediática y de trincheras implacables, pero vamos a intentarlo. Queremos atrevernos a contar dónde están siendo posibles atisbos de ese porvenir. Porque, como dice Srećko Horvat, las alternativas son o la reinvención radical del mundo o la extinción masiva.
Querido suscriptor, gracias por acompañarnos".
Gracias por aquel viaje que me concedisteis y las invitaciones a despegarme del calado de los cruceros para surcar los mares de la escritura sobre el caos de un vuelco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario