Salir de una tormenta te deja exhausto, mullido y con miedo a la podredumbre de no poder secarte de las rutinas que te tragan en nadas, sin encuentros
Cuento labrado con las palabras para semillas de miradas.
Pinocho es lo que era en su material y es difícil de escapar de su origen. Aceptar las inercias te sitúan, aceptado en el mundo de quienes os reconocéis con un cierto grado de superioridad, bien sea moral, física o intelectual.
Existen días donde los torrentes de sucesos desbordan el contenido de esas arterias. Sientes asomarte al abismo en el que la muerte te sobreviene porque has escalado los marcos que nunca se deben desbordar.
Un día, aterrorizado, contemplas los actos de un Desmond que coge una retroexcavadora para llenarte de encuentros con las necesidades vividas por los inombrables, los Nadies. A él le ayudaban y a sus enseñanzas les visualizarán periodistas de internacional como Gervasio Sánchez, Mónica Bernabé Ricardo García Vilanova, Ane Irazábal y tantas otras, a las que por desgracia debes buscar entre las sombras de los focos de una información controlada por grandes empresas
Eres opresor, si admites la injusticia de quien te hace amar la riqueza de quién tiene su propia libertad por bandera ante la sociedad.
Kortatu, nos hizo bailar el ska por Desmond Tutú, con tantos otros seres y temas de contenido social.
Eran nuestros, entonces; ahora más conscientes, al grupo le seguimos bailando; al compromiso lo tenemos como estandarte de una dignidad que hemos intentado no vender por las fuerzas de los tiempos que nos vencen.
Muere un ser, Desmond con equilibrio entre lo que dice y lo que hace. Existen Pinochos, grandilocuentes en sus proclamas, mercaderes con la enseñanza y la sanidad.
El eco devuelve:
Desmont Tutú, Desmond Tutú.
Kortatu vierte pálpitos por si los pinochos los encuentran entre sus cartas marcadas
No hay comentarios:
Publicar un comentario