Llego al autor Pedro Vallin a través de "C3PO en la corte del rey Felipe", de la editorial Arpa, después de haberle seguido en Twitter, más bien despistado; con su libro, constándome salir por la bocana por los endiablados aparejos liados en una racionalidad brillante
Despliego las velas con displicencia. Necesito olvidar cualquier anclaje a tierra.
Con el cine me intenta ayudar. Consigo olvidar las sirenas. Dicen quererme en mi incomprensión. Sólo, me descubro en un diálogo con Pedro, explorador
Acompañado, poco, circunstancial, me vuelve una conversación de ayer. Entre etérea, mi posible soberbia, con rasgos de imprudencia, necesaria para mucho más días, en un aprendizaje
Desprende el absoluto; de un cierto desprecio a quien, de mi, tendrá la misma opinión.
Quienes les alimentan, son tan inteligentes como perversos. Les reconocemos su poder para ser tomados por referencia, me dicen, que absoluta.
Aquellos proclaman, a mí lo que diga Fede
Cierran sus fronteras, apagan los horizontes.
Estos días las nubes engendran imágenes. Al ir hacía Alcalá, a la izquierda, las cuestas que dan paso a la llanura se ha elevado, se ha creado una cordillera, y por las luces de estos días, tan tupidas y con tantos torrentes que serán inexpugnables. Mi imaginación prefiere llegar a mi objetivo, marcado, necesitado. Mi forma de vida me lo hace imprescindible.
Existe una escarpada, con salida a una cascada. La maleza ha ido aumentando en estos años en los que los animales domésticos ha dejado de se soltados por estos parajes.
Entre tanto matojo, árbol arrullado en otro árbol y las rugosidades, mezclad arcillosas y pétreas, que los sustentan, te i.agina que salirte de la huella será una lucha de titanes en la que no quieres participar.
Una senda , repasada por bicis y motos, con más capacidad para dejar sus marcas, te permiten correr por un espacio que, por días, te parece arrebatador.
Por momentos se asoman las tetas de Viana, en otros recodos y ribazos los que cada vez más, te cuesta llegar y, al final, cuando has remontado con los ritmos que te permiten tus piernas, que no son los que tiene tu cabeza, te asomas a la imponente estampa del Alto Tajo, presidiéndole un Morillejo, que oíste andaba, en días, achispado. El río marca su ruta por la exuberancia con la que viste a los espacios próximos. Poderoso, luchador entre embalses y otros accidentes provocados por los humanos, siempre necesitados de más consumo, como única forma de supervivencia, dicen.
Con los años, cruzar las fronteras se te hace más difícil. Existen días que los costes de anécdotas, de encuentros, de descubrimientos y los barras, tejiendo un traje con las puntadas que salen de ese momentáneo estado de ánimo.
Por el contrario, los más de los días se van imponiendo algún rechazo que tuviste en Seres, algún embarazoso instante en el que no leíste los deseos de la otra. Este tiempo que vives te da las suficientes excusas para que esas nubes sean los límites en los que prefieres vivir, aceptando los pocos cambios que te van llevando al oasis.
Sentarte en un bar de un barrio, como el tuyo, porque siempre lo hay, incluso en el lugar más prohibido, te da margen para escribir, lo que se perderá en cualquier banco en el que descanses de tus exploraciones, siempre, incompletas; en instantes, reveladoras. Salieron de trabajar y encuentran en bar a Juanito, nacido chino, que les da la afabilidad de aquel Timoteo que, por fin, ya se ha podido volver al pueblo, pero que allí, en aquel bar de Barcelona, comprendió la semejanza de intereses e impulsos en los que se impulsa el ser humano.
Es tan extraño que una mujer llegue a una tienda de barrio y que ante el gran incendio que destrozó parte del Alto Tajo y nos sumió en brumas, con las que intentamos seguir caminando, por la pérdida de 11 vida humanas, proclame que de aquella zona para arriba se podía quemar todo, porque ya se la imaginaba todo Cataluña.
¿Hasta donde cae el ser cuando deshumaniza un espacio en construcción de vidas, como la que, en cada instante, están intentando mantener ellas, porque alguien se lo haya predicado y demonizado?
Se cierra un bosque en el que giraremos con círculos cada vez más cerrados porque hemos dejado que hayan crecido tantas malezas que las hemos ido aceptando como irremediables.
Nombran una España incompleta, inexistente, reduccionista. La instalan en fronteras que les ordenan. No se dan cuenta que donde vive , por una ventana inmediata, pueden ver a quienes hacen, también pudín, o judías, o cogen patatas que viajan sin líneas artificiales que las contengan.
Aceptar los odios, sin analizar, que los carromatos que les llegan a diario, cargados de especias, son fruto de mercaderías, que anulan las que ellos no venden, aunque sean tan reales y tan necesarias.
Dicen que ha desaparecido Desmond Tutú, él está presente en sus mensajes, en sus acciones. " Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor"
No existe diálogo, cuando sueltos en las enormes masas forestales, marchamos, circunspectos, en trayectorias paralelas.
Días después, las las masas nubosas han formado un compacto círculo a tu alrededor. El escritor te ha metido en su rueda que, con magia, te va llevando ya más ágil. La caída de la luz es tan mágica en el silencio del naciente invierno del bosque cercano al Tajo que sientes que podrás llegar a todas las imágenes fílmicas que te propone
Corres las penumbras, no sabes dónde están los ojos de tantos animales.bpacen en paz, pocas veces se la he perturbado. Soy parte de ese espacio; amarlo, en tantos vestidos; cuidarlo, mutua ayuda
Respiro vital para continuar otros encuentros. El libro crece. Desnuda mis exposiciones. Propone elaboradas explicaciones de nuestros tiempos. No, no será nada fácil exponerlo. Seguirían las vías sin encontrarse. Alivia el pensar que desde el respeto intelectual, el autor me ofrece los porqués de un estado que ha sido tomado por estructuras profundas, aunque eso suponga demoler la democracia.
Autodestrucción atrasista. Su irracionalidad, como poder encumbrado