Te presentas por un nuevo barrio donde las ventanas están a pie de calle; en un primer momento, con las manos en las manos y mirando a los árboles que te cantan con su variedad de pájaros que silban a los que vienen de fuera.
Te engolas, porque cómo te vas a dominar la cadera, si la ves moviéndote con Bruce, o en esos, momentos suena Lili, Rosemari y otras que parece un corrido. El caso es que, mucho árbol, mucho colibrí y alguna ardilla pero, al final, te planteas como han llegado las ventanas a tu altura y lo que es más curioso, que cosas están expuestas en cada una de ellas. Llevas un tiempo dando vueltas y todo te parece una marcianada que no tienes por donde cogerlo.
Un día y otro, de estos paseos, crees ver a Miley y sus flores para quererse a uno mismo. En aquel ventanal, ves la carretera por la que conduces toda la noche.
Intuyes la bici con la que Residente bajaba las cuestas con su hermano, que fue baleado.
Todos esos mundos y más, siempre se te han cerrado con sus hojas amenazando con cerrarse en tus propias narices.
Un día, vamos a ponerle fecha, ayer, después de haberte hecho una y cien preguntas y haber pasado por las casas donde existen sabios, algunas de las notas que se dibujan en esas ventanas se empiezan a revela ese signo o aquella cortina con corcheas, acordes y arpegios y en su persiana, pegas un salto, llegas a comprender que tal escala Mayor puede ser tocada por un lidio o mixolidio. Todo eso no estás claro, pero en esa casa y en esa ventana algo te llama la atención y ya te quedas merodeando por los alrededores para ver si alguno de sus habitantes o algún merodeador te explica algo más.
A todo esto, te ves dando saltos de alegría por lo que vas comprendiendo, pero no te elevas mucho, porque te razonas, será la edad, pero no es que esas "jeroglíficos" que entendías diabólicos te abren autopistas, donde no ves el fin, salvo de una manera, día a día, hora a hora, esos saquitos que te hacen pisar la tierra se irán cayendo de tu cintura, para elevarte, sólo una "miaja" más pero ¡eres tan feliz!.
Se te van los pies a otra ventana, pero estos, parecen decir, avanza pero disfruta; poco a poco, hasta, incluso un ventanuco que parece destartalado pero que te dará un poquito más.
Entraste en un barrio, de la música, donde existen muchos rincones que no son fáciles de disfrutar pero en los que el afán por entenderlos te depara primeras sorpresas de empezar a ser parte de tí; el barrio de la música
No hay comentarios:
Publicar un comentario