martes, octubre 14, 2025

Pérdidas y una ciudad para la bici

   El no haber conseguido hacer de Guadalajara una ciudad ciclable es una derrota importante. Me imagino que la vida es de muchas pérdidas y alguna victoria. 

   En la bicicritica, muchas tenían el sueño de convertir el día a día en un ir y venir al curso de cerámica o al José Luis Sampedro instituto, en una bicicleta sin ir rodeado de coches, como si fueran un cuchillo 

   Y eso que una mayoría de cocheductores controlan hasta un tanto por ciento muy elevado, quedando el filo en ese pequeño porcentaje restante de despistes y otros desvaríos.

   Pérdidas es lo que tiene mi mujer con su paciencia cuando la pregunto por la última vez que follamos; pierde la paciencia y me manda a acostarme con el presi zanahoria. 

   Mira Esteban, hacer esa pregunta por hacerte la víctima con esta gente que te lee es de una bajeza sublime, sabes que nuestra sexual cumpliría en los mínimos que pedirían en la Revuelta.

  Ross deja por el momento tu curso de CrossFit y atiéndeme no estás hablando con tu profesor. Sabes que estoy en Badajoz, en un curso de aguadores. 

  Repito la pregunta y me suelta una indirecta acerca de mi afición por el blanco. 

   Aquello fue una confusión y Leonor lo aclaró en aquella lectura en la Uni de Otoño. Pidió un verdejo en vez de agua y lo compartió conmigo. 

    Ross, aquello, no me lo perdonó; había dudado de mí, por mi afición a deportes de "mucha hombría" pero cuando no regresé aquella noche; en la almohada, a la noche siguiente, tenía una invitación para que volviera con Leonor.

  No sirvió de mucho que la dijera que había habido un desbordamiento y había cogido mi embarcación para ayudar.

  A ella esas cosas la importan un penique; me refiero a la inundación, cuando nos conocimos fue en un quinto y tres tercios y ya andábamos en fuera de borda. Luego, nos fuimos juntos pero solo hasta el parque del cementerio, allí, amodorrados, tras medianoche entre ramas y bujes, resucitamos y nos acoplamos todo un homenaje a la vida.

    Benji, cuando nos recogió al amanecer nos quitó el sudario de las primeras heladas de Septiembre. Es lo que tiene, te echas en el lecho de la gloria y te olvidas hasta parecer amortajado.

   Que ahora Ross quiera rejuvenecer con ese deporte, me recuerda que en nuestros primeros tiempos, nuestros ejercicios sexuales podrían ser una iniciación a ese deporte; claro siempre que no nos viera Belén, que nos llamaba cerdos, pero la perdida de esta ultima es algo doloroso; pero como está haciendo Nieves con los capítulos de los Ross Espanien, eso es para otro capítulo.

 Belén, bien es verdad, no fue una perdida, por aclarar pero Ross, incluso en la Sábana, rodeado de un león y cuatro hienas, ensimismados en nosotros, ahí también se mostró escéptica, ahí ya vi todo perdido


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