Un torrente de imágenes son volcadas e interpretadas por una voz que nada tiene que ver con lo que tus ojos ven.
Hoy en día pasa mucho eso, no hagas caso a tus propios ojos, nos aconsejan tocándose un cuchillo que llevan como faca, déjate mecer por la voz que te arrulla.
Una voz te acompaña en tu despertar; es la de él, pero la dejas que poco a poco tome tu sonido, tus neuronas, tus actos.
¿Qué te dice?, te preguntas a ti mismo, en un gramo de conciencia que te queda
Odiar, mucho, sin parar. Alguien es maaaaaalo con mi país, con mi bandera, conmigo, no soy libre, te reafirmas. Tu voz nos hará, sale una exhalación de mis entrañas, esas que tienen raíces profundas, que buscan mis orígenes.
¿Hasta donde chiquillo?, susurra un canalla "¿ y tu de quien eres?"
Maldita canción, hubo un manantial, profundo que me rebela de allende el mar
Lily, no está con Rosemari; ella se ha unido al festival, a ese donde se afirma que los fantasmas son los que piden que se atrevan con medidas radicales para evitar que la vivienda hipoteque la vida de los ciudadanos. Compra de viviendas para que las va a habitar, en lugares de mucha demanda. Reducir el precio de los alquileres y otras que, también defienden los Sindicatos de Inquilinos.
A la "reaparecida" le da voz el ángel "El Diario", no es un fantasma ni su director, ni su redacción, se adaptan a los tiempos. Por eso ella, a los que si les hablan, les pide que se callen.
¿Por qué parece decirle una alumna que ha recibido varios porrazos en la manifestación contra el Bullying en las aulas?
La chica de Dylan, piensa que el festival is over y que unos buenos pescozones a tiempo, educan. Ione, no, Ione sale de los muros del castillo donde corres el riesgo que te encierre la política y pone en cuestión que sea normal que la policía pegue al alumnado con un gobierno socialista.
Cuestiona, con las pesadas cadenas que arrastra por los pasillos de la realidad de Lily que las grandes empresas tengan enormes ganancias e impuestos reducidos, como si no fuera el país quien le da ese colchón de crecimiento, que sería imposible en un quebrantado, a no ser que les llegue a las élites.
A las Ione, Irene, Pablo, las voces que susurraba a nuestro hombre, que no tiene porque ser un caballo, sino un ser en busca de lo racional las señalan, no porque pidan una Sanidad pública que puedan atender las voces interiores disparadas, ni una sociedad con menos desequilibrios.
No, las voces las señalan como las que guían a los fantasmas para los aquelarres.
Eso a nuestro hombre le suena muy mal. Palpa el lateral de su cadera, siente su faca, que, por cierto, parece hacer gustirrini al llegar su punta al umbral de su colón y se dispone a cumplir los sueños eróticos de su voz, "si tuviera un arcabuz" la disparaba.
Cuando su mente atisba un rayo de luz, cierra la contraventana; espera en su noche, cumplir los designios de su moisés
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