Cuenta Pere Rojo que aún siendo datos muy significativos para alejarse de sus orígenes, Stefan estaba muy influido por estos.
El respeto a los mayores no se tiene que parcelar en la asunción de sus pensamientos, sino en el ver como ser humano y la búsqueda de los propios caminos, desde el más profundo agradecimiento. Estos días repiten mucho la conversación entre Marc Márquez y su preocupado "avi"; el primero le pedía una última oportunidad, el segundo que fuera feliz y en aquellos momentos no lo veía.
Se puede estar creyendo infalible, mil y una vez, para, a continuación darse cuenta de cosas que está revisando en estos momentos, por aprenderlas desde otro punto de vista más completo. Los artículos de Diego Delgado para CTXT poco a poco van atrayendo; el último el porqué existe un lobby sionista dentro del estado español y como diferentes asociaciones, prensa reciben financiación de empresas con dueños de origen israelí, aunque de espíritu sionista; Manu Levin puede tener el mismo origen pero sus análisis tienen la fuerza de respetar al ser humano y no favorecer el odio hacía el diferente, entre otras cosas a través de la mentira y la difamación que tanto se permite y tanto mina la sociedad porque los ciudadanos tienden a creer a quienes les proporcionan alimento para sus propios gustos.
Aunque, se rompería su dieta si se diera una información objetiva y sobre todo honesta, escuchando no sólo al poderoso sino a quien sufre la fuerza y el odio de este. El ciudadano puede querer comer sus placeres pero cuando comprende que está adulterado, pondrá en cuarentena esa ingesta desordenada de veneno.
Diego nombra a algunos de los periódicos que reciben un dinero anual, para meter propaganda como información. Algo tan común hoy en día. Ver todo un programa del "burdo" con la puerta de entrada de uno de sus supermercados uno de los mayores patrocinadores del odio de las dos extremas derechas es muy revelador.
Algunas veces se dice uno, bueno estas influencias pagadas y cuando ganan los trumpistas y esas huestes recompensadas no es seguida por la gente y uno se equivoca.
En una zapatería de un lugar catedralicio el dueño, dependiente se encarga de repetir, quizás más de cinco veces, buscando la aquiescencia del cliente, que su producto es patrio y se opta por el silencio
Días siguientes, en alguien que ha tenido la calle como lugar de trabajo y de conversación, que si le ha sido posible y con bonito éxito, vuelve a sacar el mismo tema de los extranjeros que si no se dejan educar, que no quieren aprender, como si eso uno no lo hubiera apreciado en las más diversas personas independiente de sus orígenes.
Si el oyente se da cuenta que cala; se promete que para mantener una conversación no es necesario quedarse como un Zelig cualquiera. El autor del film, en sus noventa y tantos años, se ha convertido un poco en eso y es el mayor peligro para que el abismo se abra para que los monstruos vaya apareciendo porque nunca desaparecieron, ni murieron, sólo dormitan para que cuando la sociedad se entra en manos de la desesperación, ellos son sacados y provocan pavor y dolor, siempre tan difíciles de parar.
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