Ella es testigo de una entrada de un joven en una tienda del centro de la ciudad; coge una botella de agua y de una bolsa de salchichas. Él intenta esconder una de las dos cosas y el vendedor enfrenta esa injusticia con una profesionalidad admirable; incluso le demanda que le abra la mochila por la posibilidad de que haya un robo mayor. El posible cliente se indigna y sale sin nada, abandonando lo visible, que podía ser lo único. Está vez, el "ladrón" no se ha salido con la suya.
Ella da la razón al cobrador, que no podía hacer otra cosa desde su puesto de trabajo. La violenta estos actos en el medio de una gran ciudad. Piensa que ya no es un mundo donde puede vivir. Es lo absoluto
Su interlocutor no sabe si hace bien en, siempre, intentar cambiar el foco.
Hablan por un teléfono que pocos días antes transmitió un vídeo de un acto en el que él baila un pasodoble y la lanzaba un beso.
Quien permitió este acto tiene una aplicación con la que ha ganado miles de millones. No tiene muy claro que sus actos sean fruto de la devolución de sus seis denarios de esfuerzo. Parece que un capitalismo le ha multiplicado por millones los peces que puso en la cesta
Escuchas una entrevista de Javier de Pino al autor del libro "Abudancia" de Ezra Klein. Él es columnista en el New York Times. Dice JuanJo Millás que la escuchará una vez más. Se le escucha dos veces y aún queda la idea de sumergirte en ella, unas cuantas veces más. De alguna manera plantea la necesidad de desnudarse, quitándose los apriorismos en los que nos embutimos.
No se toma como un pecado, pero si el peligro de la superioridad moral de la Izquierda que escribía Ignacio Sánchez Cuenca, el autor de este otro libro, existe. La claridad con las que te enfrentas a algunas percepciones de los hechos que te rodean, es fruto de una soberbia que te impide la comunicación con un grupo grande de personas con las que tienes muchos momentos de convivencia. Si además contemplas entre maravillado y obnubilado a algunos de los que acuden a felicitar el cumpleaños a un juez, al menos, parcial; te recreas en esa especie de altar en el que te ubicas.
Se preocupa Ezra de no dejar de plantearse darle solución a los problemas que son los de cualquier persona porque parezca que las explicaciones a lo que sucede en la sociedad tienen que ser más etéreas. Profundiza Javier, queda la sensación, con las palabras del entrevistado, que se necesita valentía y definir claros los actos a realizar. T
Te vuelves como reflexionando y sabes que si ha habido personas que se han dado cuenta de eso. Qué muchos lo vieron posible en el 15M, y que el ensombrecimiento de esos que continuaron las conclusiones de las Plazas, Podemos fue pagado por grandes empresas que si se dieron cuenta de lo que estaba pasando.
El gasto en publicidad; el pago a sicarios que ahora funcionan como cobardes que se refugian en IAs y otras de sus bajezas, ha sido espectacular. Empresas favorecidas por grandes contratos en lo público han gastado ingentes cantidades de dinero en pagar televisiones, mercaderes y killers políticos. El mensaje de Podemos estaba ahí, era el que le tenía que llegar a esos "yos" próximos que sin embargo se vieron asediados por las palabras Okupas, violentos, etas, sin que ninguno de quienes asumieron esos mensajes los vieran, pero es lo que tiene la mente humana, se refugia de sus miedos en los que marcan contundencia, aunque sean tan débiles que necesitan palabras que les envuelvan y capitales que les llenen los bolsillos.
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