domingo, diciembre 29, 2024

Frontispicios humanos

     Hoy, será por esto de la Navidad, en el "avivir" de este día 29 han hablado de la familia, tanto Leyla Guerreiro en su introducción, como la tertulia de las 9; rica en matices por las diferentes personas que han participado 

     La Realidad Política que examina Alicia Valdés en el libro "La política del malestar", es el amoldar nuestra vida a lo que se define desde la corrección que nos marcan quienes controlan la sociedad. 

     El digno de escuchar y analizar la reflexión que hace Leyla sobre la familia. Le concedemos el valor de lo confiable, hasta el punto de darle a un periodista de nuestra cuerda la condición de primo, sin darnos cuenta que ese ser puede atender a unos intereses, muy ajenos a los nuestros y tener una ética vital, contraria a la nuestra.

    El mantra "dios, patria, familia" que se trata de poner como frontispicio en nuestro día a día, nunca tiene nada que ver con las acciones de quienes nos lo tratan de imponer. El goce se nos da, dice Alicia, cuando podemos ajustar nuestros actos a ese imaginario, siempre es incompleto por el seguidismo.

    El placer del desarrollo del ser humano fuera de esos grandilocuentes marcos, es su vida micro, añade Ander; aspectos que nos permitirían ir cambiando las cosas; el cuidado comunitario, la moneda social; el dar valor a los productos del proximidad, como deseo de lo posible ecológico por encima del publicitado y contaminante "no tener ningún limite" que enriquece al poderoso y a tí, te concede ese pequeño goce pasajero.

    Un imaginario Leopoldo hace un via crucis pagano donde muestra a ese dios católico sacado de su pesebre para que quienes controlan la sociedad, lo exhiban para justificar muchas de sus deshumanizadas acciones y dar conformidad a quienes son desposeídos de recursos bien sea en la educación, bien sea la sanidad o en el cuidado de los mayores.  

     La jerarquía que ha ascendido para promocionar ese dios, se ha aliado con los poderosos en la economía, en la justicia, en la política. 

     Calla ante las acciones canallas de muchos de ellos y se dejan agasajar para que aparezcan como guías, hacía una utopía no para la mejora, sino para la sumisa aceptación de lo establecido, una especie de sociedad de castas que siempre nos ha parecido estrambótico, allá lejos en la desconocida India.

     Si la magnificación de la primera palabra aparece quebrada por tantas de las roturas narradas; como ciudadanos, observamos lo próximo, las redes de proximidad de bajar pellet, de comprar de la huerta, de la antes e imborrable Agus, de la ecohuerta para ir diluyendo esa patria, mercantilizada, de pulseras que aceptan a los que la roban, a los que no permiten que el salario mínimo aumente para que el dinero siga inflando a sus patrocinadores. Esa patria idealizada en cuentos de empresarios buenos, que se van allá donde los salarios pueden seguir esclavizando a su trabajadores, para que su aparición en la lista Forbes, les marquen como un oxímoron de patriota sin patria, a la que sólo conceden publicitadas donaciones, vistosas pero insultantes. 

    La palabra Patria sale también de la boca de quienes dejan a uno de sus empleados, a la puerta de un hospital, por ese final de humanidad que le resta, que le permita decir España, mientras el esclavo le dice: ¡dime Padrecito, ¿Por qué me has abandonado?.

    Si en aquel publicitario frontispicio las dos primeras palabras caen entre los actos cotidianos que la desnudan; nos dice la escritora Guerreiro que la definición de la familia en el diccionario es más preclara que esa ultima palabra tabú. Nos hablan de un arquetipo de familia que quienes lo tallan, no cumplen en gran parte y que no tiene en cuenta el nacimiento de otras relaciones de proximidad tan variadas en sus formas, así como tan profundas como aquellas que se tejían cuando el mundo estaba encerrado en varios cientos de metros. 

    Hubo un tiempo con la gente del 15M de Azuqueca que sentí, y cuando lo dije emocionó a Pedro, que tenía la proximidad de una familia, junto con Cristina, Miriam, Alejandro y siempre, sentíamos la presencia de Domingo, aunque no estuviera presente. Honestidad y lucha para hacer otro mundo posible, sin marcos mentales que nos minimicen 

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y