martes, abril 01, 2025

Their essences of sounds

 Sullivan se acerca a ellas; explorador de sus esencias, cierra los ojos e imagina el momento de la fusión, de ser una; puede que sea lejano, teme que tarde; aunque le recuerdan a Kavafis, para que disfrute ya, sin soñar con la pequeña muerte, amando el camino empezado y recorrido

   A Dulcinea lleva un tiempo conociéndola; primero, mostró la superioridad del torpe que, poco a poco, se ve apartado por la ignorancia de los requerimientos que la lanza, ignorante de ella y los olores y sabores de la amada

  Más tarde, cuando cree que ya ha empatizado, más por tiempo que por recorrer sus paraísos, se arroja hambriento pero, sólo es capaz de absorber migajas de un manjar que se muestra altivo y esquivo ante el osado que, sólo, ansia lo superficial

   Persiste, en el medio de un valle arrobador, alejado de trasiego humano, se siente acechado por ojos que observan sus trancas, más o menos armónicas, envejecidas pero persistentes

   Una época, después de años, en la cual limpian el bosque, se presentan, de nuevo, sendas hechas para conducir a tesoros, antes, insondables. 

   En esa tarde, consciente del espacio y tiempo recorrido, dos años y medio, un andar torpe, en medio del Universo de los pasos consolidados de Philip, Jane y Virginia, se apresta a ser consciente de lo poquito recorrido. Penetra por esa senda y aspira una bocanada de romero y dos de los chaparros que han sido talados, se imagina por seguridad.

   En otro espacio similar se encuentra las rápidas semicorcheas de una manada de ciervas que pasó por ahí pasó hace escasos segundos.

   Surca espacios, narcotizado por una cadena de semicorcheas cervinas que le hace  olvidar como sus gemelos podrían ser traidores hormigones que amagan con fijarle a eriales sin brotes 

   Cuando comienza una nueva subida, debe diferenciar ese ritmo anterior con una sucesión de corcheas, besos visuales entre cortados y heridas de las pequeñas subidas, en las que se han anclado una flora que explota por la ausencia de rebaños  de antaño que las segaban con periodicidad y sin pausa.

   En medio de esto Miley ama unas negras, pero en mixtura con puntillo, corcheas en corcheas y semicorcheas. Ejercita su esplendido cuerpo, en un contorsionismo atemporal. 

   Otro producto, con parecido nombre, que no pronunciación, nos amenaza con generar sus propios horrores, sonidos encadenados, pretendiendo marcialidad, cuando sólo es la parcialidad repetida, eterna, de quienes ya se apropiaron de los amaneceres, a los anularon con mensajes sin compromiso, para someterles

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Siameses y mercader

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