lunes, abril 21, 2025

Tiempo de piñas

 Escribes debajo de un pino fecundado en piñas nuevas, un descubrimiento en tiempos anti woke. 

 Alejandro, al llegar a la Isla maldita, imagina un poema al fuego. Su deseo es preñarlo de piñones ya viejos. En Andorra, mamporreros mediáticos predican incendiar lo viejo. Solo son madereros, investidos de corona, incendiando su propia pira. Éxitos en besos de sapos. Roma nunca pagó a los descastados.

   Arboles inundados de vida, nunca serán los de la sierra, prestos a ser decorados por el veneno de las heladas que les regalan, a modo de cumplir penitencias, los lazos negros con que les adornan, grandes sátiros.

   Capota para encuentros de una música en desamparo. 

   Rumbo a desarbolar comodidades, como, también, los navíos guerreros en promociones de ocasiones únicas para la autodestrucción. Anuncios fluorescentes de una sociedad de casinos, asustadiza por los migrantes que generamos, mientras babean por las oportunidades concedidas porlos crupieres que abren juego en ruletas trucadas por la banca y sus fondos de destrucción masiva y engorde de redes y cuentos de nuevas expectativas.

    Agua, sol y un viento que, aquí, abraza para que Blues para dos saxos incendie lo viejo, mas ausencias de compromiso y las inseguridades para que sople un aire donde el artesano fecunde descubrimientos entre los maremotos de olas contenidas en partituras con alma de verdugo.

 Capitano de un bajel, aceptado novel pretendiente en improvisaciones sonoras, con cimientos de horas en cañas de uy! y celebraciones de ligas tejidas con el cuidado de quien ama llegar a Ítaca sin prescindir de ningún instante de lo sufrido, en ausencia de un fuelle sin alas.

  Eclosión descontrolada de estrelpiñas para suspirar gotas en bemoles y sus becuadros improsionando manantiales donde las angustias emergen tras bocanadas de hundimientos.

   Notas como piñas, ordenadas para ser dibujadas sobre un complete unkown de colores indescifrables.

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