Al Pacino está intenso en Insomnio; la memoria, ese maldito sentido de la culpa que quiere despojarnos del raciocinio para que nos habitemos en nuestras inseguridades. Y nos tragué el monstruo que nunca fuimos.
El maestro nos da la clave que nunca aprendimos, el muro fabricado con la vidas ajenas en las que nos construimos en un edificio por habitar.
Se sucedieron miles de fotografías, cientos de millones de segundos, no fue absoluto lo excelso, ni lo cotidiano, ni la ira, ni el error. Fueron construcciones; algunos dicen que la argamasa fue la conciencia.
A ella, la adormecen los tiranos, los sicarios, los asesinos. Paredes sucedidas, ya fuiste; vienen empresas de derribo. Avísalas, cogerías cada final de una película exhibida, cuando los créditos te dan conciencia de quienes intervinieron y se la mostrarías a quien está por hacer su propia película.
Les avisarías, hoy es el 20 de Abril, no están los chicos de Valladolid, Celtas cortos, estás tú y te vas a construir desde el primer día 9 Septiembre.
Viajaré cerca, pero tu ahora vas a trazar lo que quieras. La Educación Física, es movimiento, es control, es equilibrio, es conocerse a uno mismo.
Descubres mundos, los próximos y los más lejanos, y de todos ellos, tienes que querer aprender. Respeta, pregunta, indaga, escucha.
En Alaska puede haber épocas de luz continúa que te ciegue y noches continúas, donde puedas ver los resquicios por los que andar.
Ahora que la luz está por ser apagada, sabes que no arriesgaste, que confiaste en ellos, pero sin hacerlo, asumiendo dirigir tú, con lo repetido. Sin obligarles a exponerse, con sus errores, con tus fallos. Te arrojaste en lo conocido, nada podía cambiar, todo tiende a asentarse.
Existe un lago, unos hielos eternos, un agua y enfrente tú. Una historia en la que quieres encontrarte, haciéndote, descubriéndote. El final no existe, si no has sido tú quien lo has construido.
En medio, alguien te dijo, sé tu, andando, corriendo saltando, girando, explórate en lo que eres, en lo que podrías llegar a ser.
No te asuste lo mínimo que parece tu propuesta. Es tuya.
Las bestias exteriores, vociferan, quieren ser quienes sometan, Ni a ellas, ni a las tuyas las dejes que tomen el control. Eres tú, y respeta, primero a tí, luego quien está enfrente tuya.
En esa cabaña de Alaska, en su lago de aguas negras y heladas, se pueden esconder muchos miedos, que te justifiquen para dejar pasar los días.
No te desvíes, le dice un atormentado Will a Ellie; sé lo honesto que has sido siempre, y que tu percepción no te arroje a lo subjetivo.
Construiste te dieron, alguien sus palabras de perlas, sus sonrisas de encuentros, no arrojas en aquella laguna las pruebas de lo que te hizo ser, del respeto que tuviste, incluso en la ira, por la maldad percibida
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