lunes, agosto 19, 2024

Hace días

  Hace días, cantaba Pau Dones que se guardan cosas y no siempre es bueno tenerlas ahí adentro. 

  A Raúl Solis le señalan; en general, a Canal Red. 

  Nadie se mete con quien financia a esos difusores de bulos. Sean esas grandes riquezas, enriquecidas porque un Zendal ha costado un 800% más de lo presupuesto.

    o la torre 4 del Reina Sofía, no ha sido abierta después de ser inaugurada hace más de 10 años y haber generado cuantiosos ingresos entonces, ahora y para un futuro

    El hospital que debería ser público, porque le pusieron generalísimo, se lo han dado a una empresa privada como Quirón, agradecida pagadora de prebendas.

    Una sociedad agujerada por familias traidoras a una patria, continúa siendo podrida porque esos Alvise, Quiles y sus retuiteadores lanzan infamias contra quienes enseñan a pensar a sus seguidores, a sus lectores, a los Gerardo Tece, Miguel Ramos

    Mercenarios que después de haber inoculado el veneno se esconden e intentan borrar las mentiras dichas, escritas para que seguidores embrutecidos, obnubilados, justicieros ejecuten, para generar miedo y terror a los otros. 

    Jueces que juzgan y callan las tropelías de algunos de los suyos.     

   Ser suscriptor de Canal Red y agradecer el respeto que tienen a mi persona, a mi capacidad de razonar para poner en cuestión las noticias que nos patrocinan aquellos traidores, que nos dejaron como poso que sus sucesores sigan enriqueciéndose en esta sociedad. Heredaron las riquezas, no el pago de las traiciones

    Parecen agitarse, exaltarse ante la palabra España. Algunos les creen, les cantan y estos últimos no entienden el canallismo que les manipula, para excitarse en el odio al otro, al diferente que es uno mismo dos puertas más abajo, o diez horas de la historia, habiendo llegado más tarde. 

   Mientras el embrutecido no se entera que quien le alimenta le dice que tendrá que tener un seguro o pensión privado. Mira enfebrecido de odio, mientras en su colegio e instituto sus hijas comparten espacio con quien también son trabajadores; con los que se divierten, preparan alguna que otra picia y juegan al deporte correspondiente, en el mismo equipo.

   No se enteran que el de fuera es quien le mantendrá este sistema. No lo hacen esos antiguos presidentes, mentirosos, pagados de sus soberbias con dinero público,  y con vínculos de agradecimiento de empresas que, ahora ya, no encuentran limite a su codicia.

    Raúl Solis periodista, difamado, señalado. Le protege un periodismo ético, gente valiente como Ruben Sánchez que un día decidió nos daría su entrega, su dignidad para protegernos de esas bestias. Nosotros, poco es, le devolvemos visibilidad y agradecimiento

    Este pequeño homenaje, este decirles que con nuestros temores, caminos y buscamos una sociedad mejor. Que sabemos la mordedura desgarradora de un ser animalizado, que nombramos, aunque se esconda baja la protección de las alas del veneno de las víboras alimentadas por tantos beneficiados de un sistema capitalista corrupto; agitándose este, dando golpes a diestro y siniestro para espantar sus culpas hacia los debilitados.

    Hace tiempo que debimos marcar nuestro territorio del derecho a ser respetados. 

    Proclamar que nuestro intereses están en la ciudadanía.

    Hace tiempo, sabemos quienes son financiadores; el daño nos lo infringen los caídos en las marmitas del odio, El fuego lo encienden y financian los que buscan desviar las atenciones de los que se guían por himnos, banderas y proclamas que sólo representan sumisión a los designios de sus amos.

    Hace tiempo, existió un 15M, nos dimos un espacio para la escucha y un encuentro para la sociedad que lucha contra las sumisiones a los grandes poderes.

    Hace demasiado tiempo se nos fue el cuerpo, asesinado de Federico García Lorca, ayer, hoy y mañana vemos en el olivo, en el canto, en el baile, los mundos en los que está y a los que ilumina como aquel otro Raúl, al que no podemos ver con su sonrisa irónica u oír en su apretar el claxón estridente por nuestras actuales debilidades, pero al que celebramos proclamando que somos parte de lo que compartimos con él.

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