miércoles, agosto 07, 2024

Cierra la puerta

 Me voy acercando al barco. La vela está bajada. Quiero salir a alta mar. Muchos están embarcados. Demasiados con engaños, desde África terminan en la Republica Dominicana. 

   ¿Cómo se van percatando de la muerte cuando han perdido el motor y toman conciencia que son las corrientes las que les llevarán a alguna orilla, por desgracia, demasiado.

    Un anti fascista se manifiesta por alguna de las ciudades de Inglaterra que han sido incendiadas de odio por criminales políticos o los llamados ahora influencers, que pugnan, viendo las consecuencias, por aparecer como irresponsables. 

    Bandidos a los que no queremos ver, porque son como nosotros.

    Llegaron los anteriores migrantes muertos, ya no nos molestan; una noticia con una cierta dosis de tremendismo, de alivio, por otra parte. Me dice mi vecino de octavo que son los vivos, venidos de un sitio, de otro, los que no están molestando en nuestros espacios de asueto. Pobre molesta a pobre.

    Imposible que el yo que lo denuncia aparezca en playas arrancadas al erario público, por políticos o ricachones sin escrúpulo. Desiste el migrante de aparecer por aquellos lares; putada, convivimos. 

     No lo esperaba; lo consiguen. Tocan la corneta, siempre marcial y cerramos nuestro horizonte. Nos molestan en la educación pública porque ya ha llegado nuestro hijo y tiene que ir a barriadas difíciles. Ya nos ha tocado a nosotros, ya tenemos el escenario donde jugamos, la luz de Platón nos hace verlos como el problema.

     Dinero público para becas para que ricos sean educados fuera de esos espacios de recibimiento de diferentes cultura. 

      Nos hemos dado cuenta; perdemos en las elecciones. No podemos convencer a nuestros iguales de que miren más allá de nuestros convecinos; llega, primero la marejada, luego el tsunami, cosas que teníamos como cierta se quiebran. No existe en tu entorno nadie que dude que le está salvando la sanidad pública y que en la educación pública están hijos-as con grandísimos. Nos duele la sobresaturación de los hospitales, nos asustan las condiciones y las creencias de quienes educamos. Solución,  ya nos queda más remedio, tenemos que luchar contra quienes comparten espacio con nosotros.

      Una clase con más de 20 estudiantes de diferentes culturas, sólo en la pública. No se les necesita con una alta cualificación. Sólo para que se eduquen como mano de obra poca cualificado para volver a aquellas sabías palabras que se hablaban en el 15M. Nuestra sociedad dominada por diferentes riquezas, con secuaces a su servicio, tiene un exceso amorfo de un 30 % de habitantes que son prescindibles.

     La pulcritud del momento nos dice que matarlos, bueno si lo hacen entre ellos, mejor; pero gente con chaquetas y con inversiones en la industria de la Muerte, no están por hacerlo a lo bruto, apareciendo con las manos manchadas de sangre. Sólo un narcisista, rodeado de psicópatas al servicio de los mil millonarios, sin ningún respeto por quienes le votan, en un arrebato se ofrece para sacrificarse en el altar, al ir a encabezar un levantamiento en el país que ha promovido entre crédulos. 

¿Lejanos estos? no, se asusta quien ya no puede hablar porque metió la cabeza como un avestruz y si ahí abajo existen gusanos, hormigas y algún topillo eso se le ha puesto como problema.

     Solución, darles pocos servicios, 7291 ancianos sin asistencia medicalizada en pleno COVID, por no tener seguros privados; muertos, ¡joder como iba a quererlo yo!, dice la gobernante pero irresponsable.

    Segunda parte de la resolución ir consiguiendo que cada uno trabaje por menos que el anterior y al que no tiene seguro, como a Lázaro, se le acerca a algún hospital cercano. No tienen misericordia ni creen en dios, pero bueno, por si acaso, además la conciencia es muy cabrona. Mejor aliviar su presión.

    Si, que sí, que puedo ser tan sibarita como tú. No desconozco ninguno de los problemas que me mencionas.

    A ti no te cierro la puerta. Se van cerrando para que la pandemia no contamine, pero el moribundo capitalismo pega espasmos y en ellos se va destrozando, hoy el Congo, querido Forges, no me olvido ni de Haiti, ni del Congo y su riqueza extraída para que ahora pueda escribir esto. Ciudadanía enfrentándose entre sí, para que las riquezas lleguen limpias de sangre, quisieran de culpas;  a los grandes incitadores de estos pogromos 

   Nos inculcaron el sentido de la culpa. Los que se sirven de las religiones, ni lo tienen, el sentido de la culpa, ni se les espera en un Harakiri colectivo, por ser unos indignos; ni van a dejar de machacarnos; ansiosos de poder y dinero con el que morir.

   Nos nos dejemos embarazar por los libertarios capitalistas, siempre necesitan la violencia para realizar de lo que ellos quieren servirse. 

  Nos dan sus libros sagrados, cuentos, que dice Nieves Congostrina y ese presidente de los Estados Unidos que en una película demuestra a una integrista que tomar al pie de la letra lo escrito, es el principio de desmentirse a si mismo ante la realidad 

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