viernes, agosto 16, 2024

Ídolos de oro y barro

 Se repiten las imágenes de héroes del agua. Marchand destruye la lógica sobre el agua. La mariposa engulle el espacio entre las aguas que se apartan ante la majestuosidad de los gestos.

  Lula pide un gobierno de coalición entre quienes han ganado en Venezuela y quienes han manipulado las actas. Lo dice Petro, lo dice Biden estimulan el sexo de los 

Raras cosas. Trump avisa del peligro de tener sanidad pública universal, lo dice en su país, le escuchamos aquí.

   Avisan que aquí no, pero se inunda de dinero lo privado, donde recalan hermanas, mujeres de los líderes que lo promueven o ejecutan. Los que utilizan estos servicios se lanzan a las bocas de los cocodrilos, para ser desgarrados; se descabezamiento parecen celebrarlo quienes aquí entonan los himnos con letras franquistas. Alcohol, alcohol, alcohol hemos venido a celebrarlo. Mientras sus vástagos incrementan el abismo de diferencias, con los robos heredados. Nosotros, alcohol, alcohol, 

               ¡viva el sinsentido!

   Rareza en nuestras cosas, prescindir de lo que tenemos. ¡por treinta, cuarenta o cien euros al mes, te tratarán como a un rey, con tu cáncer, ¡ah, sentimos, no te lo hacemos, ¡uff!! un cáncer, no sabes los gastos que nos da, mantenerte con vida.

   Mira a los abuelos, con nuestros seguros, les dimos atención. Alíate con lady Muerte y te acariciaremos si son sumisos tus males. Llueven gotas de alcohol; amaremos siempre a Shane, unos iremos a los infiernos, dicen; otros regresarán para un futuro en el que volverán a ofrendarse a las bestias.

   Nos enojamos cuando nos avisan, que ser nosotros mismos es la medida de nuestros sueños. Encuentran maldad cuando en realidad es avisar que ser rebaño, dicen que de un dios bueno, salva; algunos guían a los acantilados, las fotos bellas, los golpes irrecuperables.

 Raros tiempos, como no asustarnos del ataque a Mounir. Julian Macias en Pandemia Digital nos avisa de los altavoces del odio, regados con dinero de las administraciones públicas. Casi te olvidas de hablar; nuestros encuentros, accidentes diarios dándoles el valor de lo absoluto. Incluso, porque con ¡alcohol, alcohol, alcohol, se banalizan masacres de Badajoz, de la Desbanda. Nuevos medios, nuevos entendimientos.

   Despojarnos de la lucha. Seguir a los Motos, que claman por la bondad de la cesión de máquinas para hospitales, minucias enfrente de los impuestos que nos deben.

   La exaltación de la fiesta, fiesta de los donativos. Los gestos por encima de la cordura. 

   Si Pablo, tu homónimo tuvo un familiar con cáncer y él pide que los 300 millones que debía pagar de impuestos, le eran más imprescindibles que el donativo de unas máquinas de 80 millones, si no hay médicos para ponerlas en funcionamiento. (hostias unas de esas cesiones, luego fueron a lo privado, concertado con lo público, el colmo del burlismo, como religión).

   La pujanza de la juventud para la exaltación de las apariencias, de las destrucción del sentido del disenso, sólo la aceptación de las vacas de oro.

      ¡Hola!  ¡amanecen brumas!

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