Escuchar Pandemia Digital de Julian Macias Tovar te abre unas puertas que tienes tapiadas porque intuyes que el hedor el insoportable.
El servicio de ese programa es sanador, lo comprendes y te reafirmas cuando minutos después te asaltan fotografías de gentes manejados que acuden a las llamadas de razias contra los migrantes.
Porque nunca lo has escuchado, te parece increíble escuchar a un propagador de bulos afirmar que le discriminan, que nunca ha generado ningún bulo, que no ha recibido nunca dinero público y que es un medio que tiene más visitas que muchos de los que según él son más subvencionado.
Toca varias claves que a sus oyentes les erotiza con la violencia que se les ofrece desnuda y entregada, fanatizada. Lo adereza con lo patrio, la libertad libertaria, el ser un medio que se revela contra el poder.
Nada de lo que expulsa como afirmación se cumple. Pocos crédulos que no permanecen en la página más que lo necesario para recibir el estímulo de Pavlov que le han lanzado. Recibe dinero público, mucho, siempre de los mismos partidos, siempre servil con sus fechorías, siempre traidor a sus seguidores por la zafiedad de los bulos que defeca.
Se puede ser sinvergüenza; agradecemos a Julian que nos ayude a descubrirlos. Ser puede ser un difamador que la justicia en varios nos ha ayudado a delimitar y indicar como delincuente.
Amparados en un supuesto estado de derecho, lo toman como un escudo protector al que han debilitado con ácidos de insidias sobre seres expuestos, toneladas de detritus de lo que se ha llamado medias verdades, que no tienen otro nombre que mentiras totales.
Daña la estructura de una sociedad, esas termitas que se sobrealimentan por gobiernos corruptos, entendiendo por ello cuando se discrimina la información para mostrar siempre una visión positiva de su pagador, sin que corresponda a la realidad que viven los ciudadanos y pudiera parecer que no pueden llegar a entender quienes son impelidos a no pagar impuestos por quienes viven de ellos.
¡la esquizofrenia al poder!
Extraer del erario público para mentir y lo que está pasando estos días en Inglaterra para lanzar a gente que no quiere conocimiento y comprensión, sino enemigos y sentido de la manada. Un sentido para sus vidas. Ejecutores al servicio de oscuros intereses que ellos nunca comprenderán. Antes les decían tontos útiles, pero bueno ahora cuidaremos sus formas.
Acuden hordas a lugares donde viven migrantes y tratan de ejecutar sugerencias, líbrense los agitadores de aparecer como culpables.
Pegan, no razonan, porque han visto a a uno que se arrojaba hacía la mordedura.
Se lanzan, sin paracaídas a la pérdida de sus dignidad, de no saber porque su país está donde está, con cientos de latrocinios a lo largo de todo el mundo; porque acuden esas personas, expoliadas, al lugar donde son ellos mismos.
No son capaces de acudir al lugar donde las grandes fortunas, se exhiben de forma indecorosa. A la City, donde un clic les hace aún más pobres y esclavos.
Sólo acuden a quienes tienen las mismas migajas, para que su hambre se sacie por un instante.
Hacerse esclavo de la sinrazón.
Culpa tenemos quienes la vimos venir y cambiamos de acera; como cuando veíamos pequeños, ser poseídos por lo primario y pensamos que no debiéramos intervenir.
Los monstruos se crean con la sobrevaloración de la ceguera y con nuestros silencios.
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