miércoles, julio 12, 2023

Una noguera

 Nos hemos puesto unas sillas, hemos bajado unas bebidas y nos disponemos a filosofar. Pasan sobre una colchoneta, tres patos y un gorrión. Los primeros es por comodidad y por charlar con el último.

  ¿Motivo? me lo dicen a voces, según se los va llevando la corriente hasta que se quedan atrapados en una contra: 

   ¡Te rviene a visitar el presidente!.

   Vaya, ni tengo preparado el huerto. Debiera recortar mejor las hojas de las tomateras, porque no terminan de salir adelante, ni he quitado toda la hierba que debiera a las cebollas; alguna me ha dicho que debo llevar cuidado con eso porque la cebolla como Zelig termina pareciendo a quien tiene al lado.

   Tampoco he preparado las cartas legales; con los amigos, utilizo las marcadas porque si no siempre me ganarían. Ellos lo saben y aún así la mayoría de las veces no gano. 

   Lo que si le voy a recomendar, si viniera que, ahora me darán sus explicaciones estos pájaros, es que no se eche la siesta debajo de una noguera, porque son muy peligrosas, ya que dan una sombra muy tupida y se puede uno enfriar aunque haga un calor con viento como el de ayer, que fue como si las puertas del infierno las hubieran abierto, las de entrada y las de la salida de seguridad, y el calor lo hubiera insuflado Pepe Pótamo; por cierto, cada día le veo más gordo a este animal. Es como tuviera tales tragaderas que fuera capaz de absorber todas las mentiras que son capaces de comerse, relamerse y masticar los votantes del PP. En un tema al día, sacaban, hoy, tres de las más fragantes que soltó el otro día Feijoo, bueno, pues ¡como deben esos tanques de absorción de mentiras, que les cabe a cualquier votante que te cruzas en las más diversas circunstancias; alguna en la que piensas, ¡no es para quererlos!, porque educados, agradables, preocupados por tí, a veces, un poco santurrones; bueno pues sus tuberías deben tales, que le dice su candidato, nosotros hemos aprobado el salario mínimo y la subida de pensiones. 

  Es mentira, han ido incluso a Europa a poner palos en la rueda para que esas medidas no salieran adelante, pues nada, ahí les tienes tan majos, limpiando los filtros de su cerebro para que esa gran mentira se cuele "ipso facto" y los posos no les dejen ningún poso moral.

  Parece que tarda en llegar; así que dejo a Remi jugando en mi puesto y me bajo a la contra que les tiene retenidos a ese póquer de pájaros. No saben salir de ahí, porque la corriente tiene su fuerza y sus inclinaciones para escaparse de ella. 

  Creían que con seguir la corriente estarían a salvo y llegarían a buen puerto; no nada es así; siempre viene un momento para la reflexión y para el aprendizaje; les pasan a los votantes de antes, por mucho que les diga su candidato que fue el otro, el ahora presidente quienes quebró las cajas; existe un dato, a parte de sus diferentes viviendas, el acusador vive en un piso cedido por uno de los banqueros beneficiados. 

    El caso es que los habitantes de la colchoneta me lían y yo me dejo, vaya tela, no aprendo. Me preguntan que ángulo dar a la corriente y como deben inclinarla; se los explico y ahí que se van, dejándome con la palabra en la boca y saliéndose una vez más con la suya. 

   Vuelvo a la partida, ya no me dejan entrar en ella, encima me dicen que Petri, está con Héctor y yo, me vuelvo a dar otro cabezazo; de uno a otro, hasta los junquillos que necesito para las judias.

   

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y