Ella pensó en ser periodista; después de un año en la nevera, una prolongada reflexión la llevó a estudiar Magisterio.
Años antes a Iñaki le quitaron del Hoy por hoy que nos había despertado los 25 de Diciembre con una dulce pregunta de "¿hay alguien ahí?"; nos arrullaba con una honestidad y dignidad en el ejercicio de su profesión, el periodismo.
Crearon una televisión, Cuatro y en el informativo pusieron a una jovencísima Silvia Intxaurrondo y a nuestro veterano Gabilondo. No era el medio de este último, habituado a una radio a la que había dado una profundidad e importancia tan grande que ayudaba a tejer sociedad. Él ya vio como llegaban "las bestias", les nombró y dicen que eso les dio visibilidad a los Herreros, a los Jiménez.
A la pregunta de quienes alimentaban a esas alimañas, las respuestas irían por el poder económico y el poder eclesiástico, que en su cúpula, siempre ha estado unido al primero, incumpliendo un mandamiento, todo rarísimo.
Estuvieron Silvia e Iñaki un tiempo, en esa televisión. Nuestro periodista se fue retirando, mandándonos reflexiones en las que nos veíamos, o no, pero que estaban lanzadas desde un respeto al oyente al que consideraba como un ser reflexivo y no un hooligan.
De Silvia, hemos ido oyendo retazos; no ha estado en los medios a los que he ido siguiendo; cuando la he visto, siempre he sentido que ella y Gabilondo tenían los mismos valores que hemos visto más arriba.
Este es un tiempo para salvajes, porque quienes tienen las manijas de los diferentes poderes han dicho que:
- No lo pueden delegar más.
- Se avecinan desastres provocados por los de arriba, que no van a ser pagados por los ejecutores
- No se van a admitir que se ponga en cuestión quienes han gobernado siempre. Hablan en nombre de una ficticia meritocracia que lo único que es entregar el poder a los sucesores de los que ya lo tenían.
Podríamos tener una imagen oscura de los animales, de las bestias. Nada más lejos de la realidad; hoy se visten de Armani o con otras ropas de las más reputadas modistas. Las Ana Pastor, los Ferreras, los Inda, los Vallés, se invisten de un aura con el cual pretenden deslumbrarnos. Son duros e intransigentes con los débiles o que no tienen el poder y sumisos con sus amos. Hacen preguntas, con informaciones que saben corruptas y no hacen las preguntas necesarias a quienes saben que les han entregado o esas falacias o las van repitiendo de forma impúdica. Permanecen siempre en el "candelabro" "candelero" porque quienes controlan las televisiones son los que necesitan imponer esa visión corrupta de la realidad. Silvia hace menos de un año, fue echada de una televisión pública porque la presidenta, "no eterna" elegida por un determinado número de televidentes y radioyentes decidió que era lo que podía preguntar una periodista o lo que tenía que admitir bajando la cabeza, no ante ella, efímera, sino ante los oyentes que se puede suponer quieren la verdad.
Silvia estos días es "trending topic" algo que se maneja en estos tiempos para decir que es lo importante y que no.
A ella, los siervos corruptos que han recibido ayuda discriminatorias de lo público, la están atacando por hacer que "aquella chica" quiso ser, periodista honesta. Tiempos salvajes, diría la canción; lo público alimentando la destrucción de una de las profesiones más bellas de este mundo: ayudar a comprender a quien es interpelado, lo que le está pasando a su alrededor.
Ya es maestra, para aprender y enseñar tendrá que tener la misma honestidad y dignidad mental que tienen seres humanos como Silvia Intxaurrondo.
Enhorabuena a las dos, ¡tenéis tanta belleza interna y externa que luchar por otro mundo posible, se nos hace más fácil!
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