miércoles, julio 19, 2023

Escayola

 Me acerco a la imagen que han sacado "en andas", por la calle de mi ciudad. Lo confirmo es de escayola y de las escuela de Juanito Terrenal, hombre divino por excelencia. Vivió a finales del siglo XX y tenía su taller, allá por los Pirineos.

  Debo reconocer que por esa gran perfección del artista, podemos contemplar todas las facciones de nuestro héroe; debido a las tecnologías actuales, si te quedas mirando más de 10 segundos, se activa un detector para empezar a sonar la canción de David Bowie. Yo, voy por el segundo 9 y el tiempo se ha congelado. De los ojos de la escayola, sale una rayo que amenaza en destruirme en pedazos. 

  Por un momento, pienso en huir; en el siguiente atemporal momento, subo sobre ese rayo; nada agresivo, salvo en su chasis, me permite asentarme sobre todos los gránulos que lo componen. No por mucho tiempo, algunos empiezan a sugerir que si los podemitas están siempre con lo mismo, sin pisar la tierra. Otros de esas inquietantes burbujas se asientan por los alrededores de mi nariz, creo que con el objetivo final de tocarla, sobre todo como cuando polvos soplados se adentra por mis fosas nasales las letras que llevan la enésima puesta en cuestión de alguno postulado de izquierda; aceptando, eso no lo dice, "el andas", por su posición voladora, apriorismo expelidos desde una derechona siempre inocente, siempre con aire de racionalidad.

  Ahí andamos, él y yo en una pelea de gallos; viendo "shooting stars" que nos canta Bob Dylan y nos pasan a nuestro alrededor. 

   Siempre me pregunté 

 - cuanta resiliencia tiene un ser humano para superar los momentos de lesiones.  

 -  En cuanto de esos momentos, necesitamos oír las voces de nuestras chicas, que se nos escapan

 - Atender los susurros lejanos de los amigos con los que andamos, acercándonos a cielos

 Como me llegan las palabras de un compañero para que rodeen con un abrazo, esos, serán, instantes

      "Drive all night", dice Bruce que conducimos por la noches mirando estrellas y de repente, en el cansancio entra un inmenso saxofón, para que amemos lo que tenemos y quienes nos hicieron

     Llevamos en andas al ser escayolado, para que nos encontremos en infinitos gránulos de instantes

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