jueves, marzo 26, 2020

Sentir letras y voces

Me escriben medios de comunicación escritos, audiovisuales de sus dificultades, en estos tiempos, pero también me lo han dicho antes, para sobrevivir, para seguir manteniendo el tipo de información que hacen.
Todos ellos, tiene una características, son medios soportados por sus lectores u oyentes en un porcentaje muy grande. A ellos, los estoy apoyando desde hace años con mi dinero. Lo hago porque son honestos con ellos mismos,  y la información que me exponen la contrastan y sigue las normas éticas del periodismo, del respeto al otro.
Se reían, la única vez que no he estado un fin de semana en el pueblo, los asistentes a un curso que había organizado, CTXT, junto con la Escuela en Cursiva, en la sede de la primera, cuando les dije que apoyaba a siete medios de comunicación de forma monetaria. No me sobra, pero considero una parte muy esencial de mi ser, tener el respeto de quien informa, para mi reflejado en las lágrimas de agradecimiento que no pude contener delante de José Martí Gómez, en Donosti, cuando fui a una Behobia. Por cierto, "A vivir" lo ayudo siendo oyente fiel, pero ¿Qué puedo hacer, Javier, si Carlos Llama está presente en cada una de sus secciones?
Mónica G. Prieto les daba un curso sobre periodismo en zonas en conflicto. Yo, ¿no sería por esto, CTXT?, a mis 58 años, no me veía en esas coyunturas. Mónica y Javier Espinosa son un torrente de información decente desde las partes del mundo en las que se establecen. Su casa, en cualquier lugar, tiene los cimientos de Kapucinski y en ella, sus ventanas los ojos de la inteligencia para descubrirnos al oyente o lector los matices de lo que vive la gente de allí, nosotros.
Quizás, si que era una posible mente en un suceso misterioso que tenía por fin, destruir los lazos del ser humano, ahora que el capitalismo descubría que su victoria final, era eliminar miles de seres que les estorbaban para florecer en sus paraísos, a parte de los fiscales.

Cuando leo las cartas de estos medios, personalizo en los que más aparecen: Antonio Maestre, Ignacio Escolar, Javier Gallego, Andreu Missé, Guillerm Martínez, Ami Godman, Katherine, pero sé que detrás hay muchas personas entregadas a nosotros, que en sus palabras, en sus máquinas utilizadas pueden mostrar lo más grande que tienen, desnudos en su honestidad.
Soy un ser social, pagando lo que me corresponde y defendiendo la Sanidad Pública, pero también la Educación Pública; quienes nos soportan ahora, son Medicas, enfermeras, limpiadoras, ¡hola hermana querida!, transportistas, camareros, bomberos, la mayoría de ellos se han formado en la Pública; por ello, necesitamos que ellos tengan la mejor formación, no sólo intelectual sino como personas.
 Tiene la lógica, no de los escaparates de productos exclusivos, sino de los hechos, que sólo una educación pública universal de todas para todos tiene la garantía de equidad.
Por ello, cuando ahora los medios que, algunos de mis conocidos, linkan con profusión, medios liberales, medios que se han financiado con el dinero negro de partidos políticos, con la lujosa publicidad de empresas de beneficios pornográficos que no reparten en impuestos, sino en mínimas donaciones. Medios eclesiásticos, que toman también mis impuestos para transmitir doctrina, ideología y sustentación de privilegios en la enseñanza privada, en la sanidad privada.
 Cuando todos estos, que no quieren Estado, patria sino sólo una marca, un símbolo, que se deje manejar por sus intereses, apelan a mi ayuda, porque yo sería una parte de la que se la pagaría, que les puedo pedir ¿si, pero cuantos cuchillos os guardáis en la espalda para cercenar la convivencia, de los que se echan en vuestros manos y los que creemos en otros maneras de información?

CTXT. Guillermo Fernandez. Redes de odio  Creo que todos tenemos días negros. Ayer, contemplaba un paisaje que me absorbe, en el que veo mis mayores que estos días sufren más. Con su sudor lo vistieron de este verde para un futuro y de ese árbol, teñido de un blanco inmaculado que espera el arado de su cuidador y sus entusiastas nietos que ayudan.
Lo contemplaba con tristeza, porque, a veces te viene a la cabeza los actos de locura de mandamases que fueron puestos por los votos de seres de actos individuales decentes. Veía un final apocalíptico en una nación que teniendo a Bob Dylan, a Bruce Springsteen, sin embargo han proclamado al dios de los intereses económicos que le dan una base podrida, pero sustentada en la animalización del ser comprador, del otro banalizado.

Me dí cuenta que no podía permanecer anclado en un paisaje interior y tenía que imaginarme subiendo por las sendas cerradas que proclaman el Alto Tajo. Cuando, en la noche, me volví al refugio de las ondas, ahí estaba Javier Gallego, olvidándose de si mismo, ó cuidándose en la entrega al otro como cuando en una noche, por el Madrid del 11M buscaba conocer para enseñar y yo, ráfaga de agradecimiento, le miré como mayor que aprende, porque de su inquietud nacía compartir parte de nuestros conocimientos.

Por supuesto que seguiré haciendo esfuerzos para que ellos, también LaMarea, no me olvido, con su Climática, Por otras, La  Memoria, puedan mostrarme lo que intento comprender por encima de esas personas que les hayan enseñado a poner candados de intolerancia desde doctrinas y seguridades eternas. Y me dolerá saber que también mi dinero va a quien, como dice el artículo que he unido, se alimenta de la inquina al diferente para vanagloriar a sus amos; a ellos no les podré pedir respeto, pero si a quien me los muestra, faltando a mi decencia intelectual.

Ahí estáis, también, en mis dudas a Alternativa Económicas, que las sé necesarias desde hace tiempo, pero a las que no llego a explorar.
A todos vosotros gracias y como dice el Gran Wyoming (ser que se ha tenido que desprende de su autoestima, que sin embargo, se la ha crecido en nuestra admiración, al que también han puesto en cuarentena para que no oigan su claridad mental y sus perspicacia por lo social), mañana más, pero no mejor, porque es imposible

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