lunes, diciembre 23, 2024

El ignorante

 Se permite reinterpretar unas palabras que no ha entendido y cuando se lo hacen ver, dice que no conoce ese idioma "gracias a dios".

 Es el triunfo de la osadía o el de la soberbia del ignorante al que se le ha elevado a un pedestal desde el que arrolla la razón, se le ha dado esa potestad para crearse su propia imaginería, cuando se ha conseguido eso, con estos seres, es más fácil soltar soflamas desde los medios que te hacen de altavoz. 

 Se ha bestializado el encuentro entre los seres humanos para crear amigos o enemigos, adeptos o descreídos, equipo o contrario. 

   Al final ese periodista que se lanza a defender de su pregunta estúpida, sin ninguna base, con la embestida del "gracías a dios" de no conocer lo que se había explicado para un espectador que si conocía el idioma es la sublimación de lo que tantas veces se ve, no me callo porque lo verborreíco, seguro, que en la mayoría de las ocasiones no se entiende, pero el no parar de hablar para quienes atisban imágenes pero no las escuchan es un éxito.

  El ignorante hubiera podido esconderse o en el silencio o en otra pregunta donde se cambiaba de tema. Le vino un advenimiento y además estaba en terreno amigo, ese que le invita a desabrocharse tres botones, bajarse la bragueta, cogerse la polla y preguntar lo que su imaginación le ha dado a entender. 

   En la respuesta, donde se le muestra como un osado ignorante, reinterpretador de lo desconocido, parece ofenderle que el entrenador le reproche que esas formas no son las mejores para dirigirse a una persona que pretende explicar su estrategia.

   El zaherido ignorante, por supuesto, olvida su pregunta sin sentido, aún se suelta un nuevo botón, se coge la polla, hace un molinete continuado para expulsar

      "no conozco el catalán "gracias a dios"

   El dios ignorante que nos han dicho de poner en cada altar de nuestra casa, la diosa soberbia, con el que no entender lo que nos pasa se esconde en las voces de los mercados de Zola; pontificar sobre lo malinterpretado y defenderse con precoces espasmos de fuerza gregaria, porque se sabrán queridos, por otros tantos y aceptados con un benevolente paso de las manos enguantadas, por su lomo, de sus amos.


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