lunes, julio 15, 2024

Maialen, una librería y un nuevo río

 Ahora, en las olimpiadas, ya han puesto el sueño húmedo de cualquier piragüista, lanzarse a lo bestia por los ríos. Hubo un tiempo que nuestras acciones no estaban muy lejos

  En la competición, en el slalom, es otra cosa, todo está controlado aunque si metes en ese canal de Seu d'Urgell, por primera vez, a una panda de descabezados que se habían arrojado desde la Falaguera hasta el Puente de San Pedro, en Zaorejas, hola de un Julian que nos abrió su afabilidad entre bajada y trompada. Ya habían empezado a ir a Pirineos, quizás por Soria-Logroño, pero meterse en ese espacio ponía a la luz todas las carencias con la que se enfrentaban los fines de semana a cada uno de los ríos visitado.

    Lo intentaron mejorar excelentes monitores, lo sufrieron los pequeños deportistas que luego serían olímpicos que tenían que ir recogiendo los kayaks que bajaban, abandonados por la impericia de los arrojados e inconscientes piragüistas. 

   El grado de nuestra impericia fue testado y puesto a la luz, al entrar en el vestuario y escuchar, en nuestro catalán, la llamada de auxilio de un afable Carles pidiendo a sus entrenadores porque ya no podían más con las embarcaciones llenas de agua, que parecían una bomba, arrojadas entre las corrientes, por la impericia de castellanos manchegos a la deriva, como aquella gattino agarrada que iba derecha a una marmita del Güil que amenazaba por deglutirla sin ninguna piedad.

    No te has perdido ninguna sección o podcast de un "A vivir" de Javier del Pino. Escribes sobre Demóstenes atemporal, que ha sido visitado por una familia, con su pequeños, que puedan comprender el origen de nuestra cultura. Te lo imaginas, allí en Delfos, hablando, ya hoy, de un cuento que entusiasmará a las pequeñas. 

     Estás intentando conectar tus directos que siempre debieran ser revisados porque existen muchos ruidos que no siempre eliminas. Sientes que hoy si, hoy tienes que silenciar el momento de la tertulia de Juanjo Millás y Javier. Te centras.

      Horas después, ves que han hablado con Maialen Cheaurroult. Ella en sus entrenos de condición física, también les necesita. 

      Con preguntas se intentan imaginar lo que es la actividad de esta deportista, medallista olímpica.

       El nombre de ella nos retrotrae a tiempos compartidos entre la afabilidad Antxon Arza, sus invitaciones para estar en su Pamplona y compartir una experiencia de kayak polo con los chicos del Atlético San Sebastian, que sería de donde saldría nuestra campeona.

        Dicen que una pequeña, ya sueña con el olor de los libros del espacio que cuidó el abuelo. Se conecta todo, la farmacia de Sweny de donde sacamos nuestro Ulysses que nos abre la puerta para empezar otro viaje en nuesta vida que no sabemos donde nos llegará, aquellos fines de semana de aventura y el canal gestionado por los hermanos Ganyet que miraban con escepticismo nuestra capacidad de mejora.

         Oír a Maialen, desearla lo mejor y viajar por momentos que tenemos imprimidos en nuestra memoria. Existe un día en que las hojas se llenen de tantas humedades en las que nos vivimos.

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