¿En donde te crees que vivimos quienes nos damos cuenta del nivel grandioso de juego al que has llegado ahora?
Desde luego en la luna, no. Tenemos nuestro trabajo, unos, somos profesores, otros, campesinos; otros, somos cuidados. Somos conscientes que la mayoría vivimos protegidos por lo público. Nuestros impuestos nos dan un escudo social, a los favorecidos y también a los desfavorecidos que pueden que no estén muy lejos de nosotros.
Te crees poderoso y merecedor de nuestra admiración y sin embargo, eres torpe porque muestras tu entrega a un rey al que yo no he elegido, en contraste con el desprecio hacía quien ha participado en algo que se llama democracia y que lucha por un orden, pero no se lo imponen funcionarios con armas.
¡Une!, dices del sucesor, no tiene ideología; si, como tú que te muestras sonriente con un desarmado que recibe subvenciones de lo publico y que insulta la inteligencia, desde luego no la nuestra. Ah, que no te enteras.
Me ofendes, porque yo tampoco, creo en ese presidente, pero le respeto porque gente que vive alrededor de los compañeros a los que tú abrazaste ayer, en plena euforia, le han dado una mayoría.
Joder, sumiso con las imposiciones y despreciando a los elegidos.
Serás coreado por gente que odia a tus compañeros. Un hurri
Grandilocuentes palabras de estos días ensalzan que lo ordenado y esforzado da el éxito. No te enteras, no siempre es así. Muchos que admiran lo mismo que tú, ordena el esfuerzo de gente como el padre de Yamal, con una diferencia, les pagan para sobrevivir y les arrojan el desprecio a los otros, no a ellos mismos.
Disfruta de tus logros personales, como persona, podías haber alegado fachatez transitoria o permanente para no saludar a quienes le eligieron; todos te hubiéramos comprendido.
A cambio has preferido ponernos ante el espejo en el que vivimos
Y ahí, aparecéis como lo que sois, sumisos con los poderosos, y por ello, asquerosos por como tratáis al diferente.
(Añadido conocida su desnudez superior, de ropa) Hecho el ridículo en el intento de desprecio a un presidente, lo coronaste queriendo ser un Braveheart que alentaba a masas a la rebelión y si te descuidas terminas de carnero entre borregos
¡Qué pena! Ser capitán y al mirar a los compañeros y también, a las compañeras, hace un año, y no tener la capacidad de empatizar con quienes os rodean y os han ayudado a ser lo que sois. Todo por odio.
Como dice el Mundo Today. Si el odio se pudiera beber, ellos serían maestros cocteleros
No hay comentarios:
Publicar un comentario