Sobre unos campos crecen las margaritas que va acariciando con su voz Sinnead O`Connor. Ella, que comprendió lo efímero del ropaje, se arroba sobre la belleza que la naturaleza nos comparte durante un breve tiempo.
Lanza su majestuosa voz como una nube que con su algodón las mesa como propias de su piel y las irriga de la pureza que se derrama como lágrimas de emoción por la pertenencia a una comunidad.
Paddy Relly la señala los campos de Athernry donde los corazones calmaban su desazón entre medias de las flores de quienes luchaban contra el hambre y por el ansia de libertad. La brisas de sus voces entrelazan sus coronas, sin sumisiones; el sentido del respeto por las luchas del ser humano fluye desde el río Liffey, por el Atlántico hasta el Mediterráneo donde el pueblo palestino sufre un más cruel hambre por la inacción de unas sociedades traumatizadas por sus siempre tardías reacciones, y por un despiadado ataque a su libertad.
Conducen en la oscuridad guiados, el sol se puso por poniente tan sublime como desgarrado y de entre los barrotes de la prisión se exhalaron voces para aliviar las cadenas de las que estaban fuera. Estas, antes, habían erigido una torre de voces para que en las frías celdas les abrazarán en sus miedos, soledades y fríos, horadando la argamasa de una sociedad construida por siglos por quienes se proclaman fruto de méritos y no son más que la deriva del rumbo que impusieron sus ancestros entre posibles esfuerzos, que eran de aquellos, voces, traiciones y mentecaterías.
Pudo ser el mañana, un tiempo lejano; lo regaron Sinnead, Van Morrison y cuando sofa sonoro nos descubrió algunos de los porqués sus silencios o poco exhibicionismo, nos aprestamos a aprender, para que no seamos fruto de la soberbia de creer que somos únicos por algún resultado, siempre efímero, cual jugador despojado de camiseta y dignidad, ofreciendo un pecho, engreído por las alabanzas de los menesterosos siembre hambrientos de subvenciones que tratan de esconder por sus proclamas de libertad y una falsa displicencia hacía el poder corrupto al que sirven.
Glen and others sing in a bar draw maps of the Irish's life across the centuries. Shooting star are in our moment, maybe the disappear soon, while we listen to Dylan because his boat transport us through the sunrises and discovery where we love live although our old town haven't the tourist flat where people take soulless pictures.
How a government destroy our illusions, it think that Irish people didn't teach us to be ourselves.
Podéis dominar todos los medios que ofrezcan paraísos. Nosotros fuimos con Mary al río y de allí descubrimos la dureza que nos iba a ofrecer la vida entre medias de nuestras ilusiones, equivocaciones y revolcones.
Shane MacGowan spills life between our troubles; rainy night in our lost cities
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