Jhon Cleese, Michael Palin, Jamie Lee Curtis y Kevin Kline se han colado hoy en la pantalla. Andaba con las piernas con demasiada cabeza vaga para no moverlas.
En una sucesión de imágenes habían divagado el pernicioso silencio que envuelve un genocidio que dijimos no se podría volver a repetir. Se engalanan excusas para que un Ahmed y una, su hermana Fátima, puedan ser asesinadas con la excusa de una posible búsqueda de un asesino.
Por otro lado, ¡ay mi inglés!, aparece la entrevista a un amante de las armas. Su lema sería "el fuego se apaga con fuego", por eso las enormes masacres anuales de un país que tiene "toda la pinta" que con el próximo presidente, se ahogue en sus propios vómitos. Los altares para la defensa de las armas, serán los precarios protectores para la próxima guerra interna.
Mientras las armas de nuestro país se dirigen en tremebundos "pocos" casos, en general hacía las mujeres y con la esperanza que en unos instantes antes de tomar esa dirección, apunten primero, al percutor del arma, si es que al final, fuera hacer un uso. Nuestras cuitas, por ahora, se machacan sobre el mortero de las palabras y de alguna violencia física, aunque existan canallas, que no ellos, por mierdas, pero si alguno de sus crédulos, que tienen la esperanza que se utilice su trabuco, el que dispara; el otro, parece que anhela ser desvirgado.
Ves a nuestros protagonistas y añoras una tele así; con gente que sea brillante y juegue con las palabras, su ironía, su desafío a las normas establecidas.
A cambio, una ofendida entrevistadora manipula datos. Cegada de amor, podría ser el título de una novela rosa, perdió todos los papeles de ser una gran periodista. Nos abdujo cuando ponía cortes de incisivos periodistas británicos o estadounidenses que parecían ser los nuevos caballeros luchando contra el infiel, que es la mentira.
Su chico, el Ferri, se enorgullece de las hostias que dio a Pablo Iglesias; arrojando a la entrevista, basura sin contrastar, focalizaciones interesadas. No creo que fuera ella capaz, aparte de por no tener nada que ofrecer, de devolver la visita y ser entrevistada por Manu, Paola o el mismísimo Pablo.
Desde luego las preguntas llevarían mas educación la harían y bueno, la mala hostia que podríamos ver, sería las que ella misma se fabricó.
Mala gente que camina,
que va apestando la tierra
Por eso, porque se atrevió a poner a la luz, tantas miserias. De alguien que desvela todas esas villanías, como Antonio Maestre, no esperas tanto seguidismo a esos mercenarios de su amo.
Cuando le pidió a Ione Belarra que dé un nuevo paso a un lado para crear el enésimo proyecto tutelado por impostores no comprendió lo que somos.
Y en todas parte he visto
gentes que danzan y juegan
cuando pueden y laboran
sus cuatro palmos de tierra
Y en ese pequeño espacio, la contundencia y el compromiso de Ione nos viste. Si, nos podría dar miedo, por ella, en este mundo tan violento que están sublimando. Ayer, Julian Macías Tovar, en Pandemia Digital, ponía a la luz como la comisionista Ana Terradillos, descubridora de cédulas anarquistas, peligrosas que promueven el bien común y el apoyo mutuo, siempre entrevistaba a presuntas personas del pueblo que terminaban siendo, o casualidad, de la extrema derecha, con consignas y actos de violencia.
Sin saber los porqués de ser leído; sabiendo que jamás lo haría Antonio, surge con contundencia la imprecación: ¡pero tu quien te has creído que eres!
Está bien, no vas morder la mano de quien te da comer. Eso se te puede comprender como modelo vital.
Ahora ser encargado por un crápula para ser guía espiritual de una real izquierda. ¡hostias! ya no te vimos caer en tu advenimiento.
Hacían un análisis genial en la Base de ayer, porque la gente con dos dedos de frente se niega a ser informada, sobre los motivos para elegir al vicepresidente de la primera potencia mundial. Todo es imagen.
A estas alturas de la vida, se sabe que el destrozo de las imágenes de seres como Pablo, Irene y otros han sido vitales para poner en valor a gente con la que no encontrarías la puerta para escaparte porque hubieran sido capaces de comérsela por un poco de casito.
Seres pocos, no bots, seremos albañiles, vendedores, maestros pero desde luego nunca quitaríamos a Ione porque gente como tú, Antonio, nos diga que no es la adecuada.
¡Eso, no!
Los socios que caminan por ahí, somos nosotros, recomponiéndonos; desperdigados porque tantas insidias con farsantes profetas nos han despistado. Buscando encontrarnos porque los ambientes que se viven sobre los de la guerra y la opresión al disidente.
De tal manera que un
¡Disidente!, lanzado el momento oportuno puede ser el inicio para una contrarrevolución por sumisos ejecutores, ahogados en pozas de cieno a la que se fueron acostumbrando.
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