miércoles, julio 31, 2024

Necesidades

  En el bosque encontré una señal. Cinco años antes había plantado un pino y allí estaba la piedra en forma de cuchillo en la que había apoyado mi rodilla para poner un pequeño cerco.

  Al lado, mis necesidades no eran las mismas que las de empresario que ha sonado dominar el mundo.

  Este último apremiado por conseguir los nuevos metales para dominar el mundo, no duda en meter basura en sus informaciones. La recompensa de los mercenarios traidores si triunfan le serán entregadas, pagando a traidores patrios. ¡Que tiempos aquellos de Roma no paga a traidores!

   Yo, Rigoberto le planto mis necesidades en su ruta a los infiernos que trata de esparcir. Dominando y sometidas las nuevas tecnologías, el plano regalado sería una visión de la constelación de sus desmanes.

   Tiene miga que mi esposa, asesinada por cuatreros, solo un dólar en tu camino, tenga más dignidad que todos los reconocimientos y sumisiones que vas consiguiendo.

     Al pais al que quieres asaltar llegas con las armas de las mentiras. Las ejecutas consciente de ser aceptadas por quienes necesitan un relato mágico de sus creencias, que siempre parecen negar.

      Com , , ,o si fueras en una aparición bíblica sobre las estela, tabla de surf engendrada por una de tus naves, apareces levitan en el aire, porque hemos dejado que vuestros manantiales de engaños se aceptados como el aire que nos sustenta.

      La foto es magnífica en la misma proporción a la bajeza de tus insinuaciones. Puedes ir por x o por tus soportes eléctricos, como ser humano, no tienes la hechura moral de mi esposa, asesinada por defender unas tierras por las que tú, matas, convirtiéndote en asesino, aunque seas tan cobarde como para refugiarte en los pocos dólares que meas a tus sicarios.

    Mezcladas entre las necesidades, surgen algunas especies. 

    Alguna subespecie están dotadas de glamour y muerte

martes, julio 30, 2024

Por los que están

  Por el mar, va un barco y por televisión española la desvergüenza, tralala.

   Que nos ha pasado para vernos en pupiguays, sernos sumisos en cuatreros

    Por la tele sale un presi agachando la cerviz; por donde puede, La Base levantar la dignidad.

     Ey, presi, Pablo González es periodista. Un tal cake es una fake. 

      Si eres sumiso con el poderoso; te admites como moquero de usar, pero nosotros no queremos quedar tirados

   Tu sabrás.

     Mierdas ¡Uff, caca, culo, mal texto se avecina! Hablar claro

    50.000 edificios en 50 años. 

       Basura, vivimos hoy no visitamos

       Por el miedo, van los melifluos, por las fincas, los especuladores.

       Presidente, ¡Leche! comprende un pueblo, sin ser sometido por las deudas de vivienda; primero es feliz, segundo consume para sus búsquedas.

        Por los océanos de la sumisión, emerge Boric; ¡Qué pides a Venezuela y callas en Oriente!

        ¿Pasaste al ejército de los zombies supervivientes?.

         Te reconozco, evitarás la marea de abducidos regados de subvenciones públicas; si, no te atacará. 

         Es verdad sus dentelladas desgajan el mar de la tranquilidad al que te lleva el poder. 

   Ser dios y ser meado por sicarios. ¡Eso no te lo prometieron!.

    Aquí estamos, aquí estamos los señalados, los atados a la piedra de la sobreexposición, aquí estamos los antifascistas.

     Te pedimos ser valientes.

      Lo hacen países europeos.

   La construcción no es la solución. Dos millones de viviendas vacías nos contemplan

   Si alguien confío su enriquecimiento, su estabilidad vital, no comprendió la Constitución, la vivienda es un derecho.

    Por las calles, tras elecciones, se abren zanjas, se meten y sacan cables, quizás para orgasmos de comisionistas.

   Por las teles mueven las caderas los embellecidos; por las calles corrió la droga, dicen que para paralizar y señalar a los desfavorecidos. Ahora, por tubos aspiramos glamures de basura.

    No nos sirven.

     Incluso la armada de los puros, que odian a los que les señalan por ser siempre parte del sistema, y desprecian a los que andamos vagando, deberán escuchar a las Inna, a las Laura, a los Víctor, a las Paolas.

     Por los que están, por los Fonsi, que no callen pese a que por las teles se exhiben a los mafiosos con sus gatitos juguetones que han nacido para ser acariciados por él 

lunes, julio 29, 2024

Hormigueos

 Las últimas páginas serían para encontrarlas junto a los sonidos de Cannonball Adderley. 

  Salen trozos de letras revolcándose sobre terrenos pantanosos. Ella piensa que podría andar sobre ellos. Es ligera y brillante, tiene focos que la hacen levitar.

  Nada le hace pensar lo mismo a Luis, nunca acudió a los brazos de quien interpretará y modulará la esencia de sus huesos. Los dejo flotando, queriendo esconder que no siempre dura el "hacerse el muerto".   

  Se escurrieron los encuentros por las palabras afiladas, quizás realistas para describir las capas que protegen las desazones. Después de aquel día, para que buscar a quien al cerebro, le había encadenado un cuerpo vengativo. Tenía sus métodos de defensa y los empleó, hasta que hace dos años, este se quebró extenuado de resarcirse de cada día del castigo anterior.

   Había querido, nuestro protagonista, escaparse de opresiones que le ataban a sus actos. 

   Un día publicó ensimismamientos como si quienes los fueran a escuchar, no produjeran los magmas de los volcanes que necesitan fagocitar nuevas debilidades. 

    Enseguida Thelma le avisó que aquella entrega sólo aviva las ansias de más y más. 

    Cortó, pero en aquellos días, había dejado un reguero de entregas. Cuando miraba a quienes les había entregado sus dudas, se pasmaba. 

    Despertó, cuando las mismas voces de la pulcritud, le arrojaron a su conciencia. Entonces recordó aquella película francesa, la longitud de sus pasos entremedias de otros con punteras de espinas y flores de veneno. 

   Sabía de sus incuestionables errores no dudaba de haber evitado siempre la doblez.  Les dejaba a otros, sus diarreicas pulcritudes, sus azuladas cicutas de Pilatos, sus señales marcando rutas a acantilados.

   A Maialen se le atraganta la puerta dos, quedan otras muchas, donde encontrar las corrientes que te ayudan a superar una puerta de bajada. Los rulos sobre los que te tienes que te tienes que deslizar para que llegues a la puerta de remonte y que a la vez, la hayas pasado con la suficiente velocidad para que diez centímetros más arriba te sean suficientes para montarte sobre una ola que necesita un último esfuerzo para que se pueda evitar el toque con uno de los palos. 

   En la profundidad de tu ánimo se habrá incrustado el error, por las inconmensurables rutas de las aguas te dejarán saber tomar en cada instante la opción de empuje, tras tracción o tan sólo, el acto de direccionar a una ruta donde se asome una nueva aventura. 

   Querer a Maialen por las horas de entreno, de sacrificios, de encuentros en ese paleo solitario donde ha sido acompañada por quienes la aman y quienes buscábamos rutas de escape en algunos de nuestros desquiciados descensos

   Estar dentro de su último descenso olímpico para reconocer el quedar dañado por nuestros toques, en puertas inesperadas, pero seguros de haber sido honestos en nuestro esfuerzo y entrega, enfrentándose a a las trágalas de los rebufos ajenos y a los cambios producidos por quienes, proclamados inocentes, actúan ávidos de reconocimientos desde traiciones. 

   No dejar el descenso, aunque te sientas dañado, encarando solitarias luchas por realizar.

domingo, julio 28, 2024

Regenerando una esperanza

  Nos enseñaron a romper los terrones, cuando las familias necesitaban ser arrolladas por la sequedad que maldecía aquellas tierras

   El tiempo golpeaba los renacimientos. Si al primero de los viajes no  se le hubiera revestido de la necesaria sabiduría de los mayores, a los siguientes se hubieran salido con los cimientos de lo conocido que tantas veces se convertían en muros de celdas por las hierros de lo aceptado.

   Acudían embaucadores a los balcones de las proclamas y figurantes movían los brazos entre la muchedumbre para airear los falsos entusiasmos.

   Aparecía un pajarillo y ponía en cuestión todas las triquiñuelas de las falsas apariencias. No sabías como había llegado hasta allí.

   La codicia quemaba las ramas porque en sus troncos se encerraban la imposibilidad para su enriquecimiento. 

   En el poder se sentían tan seguros con el dinero recibido que buscaban que los ecologistas se auto destruyeran, los movimientos sociales entrarán en tierras movedizas y los jóvenes se resignaran a tejerse sus propias cadenas.

   Decía ella, son ecocidas. Miraban ellos, divertidos, somos ladillas, mamando de los abandonos; "callad y se expoliara. Siempre en nombre de una patria sometida y de un dios que se arrodilla, por proclamarse, seguidor de tantas desvergüenzas.

   Entonces se hizo la puerta, se abrió y por allí, llegaron indocumentados para el lugar y el momento al que querían.

 Proclamaron ser dioses y por tanto sin papeles. Les habían hecho una faena, pero sin que fueran faeneras sin cama sobre las que caer. 

   A ellas, sin complejos, aparecer desnudos de dignidad les hacía parecer reyes

sábado, julio 27, 2024

Futuros para regresos

  Surge una señora y proclama ni la guerra es en España, ni los productos viene del extranjero. Podríamos decírselo a los productores de pellets que cuando empezó la invasión de Ucrania a cargo de Rusia, incrementaron los precios porque otros países se quedaban desabastecidos de energía. Hoy, en el avivir, nos recuerdan las misma situaciones hace más de 100 años.
   En Málaga, las mujeres se quedaron sin productos porque los empresarios sacarían mucho más dinero en los países en guerra que entre sus clientes habituales. Esos siempre iban a estar ahí, y estos siempre estarían por los diferentes políticos que siempre se dejan guiar por quienes les pueden ofrecer el glamour de proteger a emprendedores.
   "La pita", manifestaciones de mujeres en Málaga, que sentían no podían alimentar a sus familiares, por las anteriores circunstancias. Entonces, en algunas de estas manifestaciones se las disparo, con heridas y contusionadas; se sucedieron levantamientos y el gobierno actuó.
    Dice Ruben Pérez que en el levantamiento militar, apoyado por élites económicas, el poder judicial tuvo un poder análogo al de los militares. En su libro "jueces contra la República" describe las acciones que llevaron a cabo aquel poder judicial contra una democracia. 
     En estas dos acciones, encuentras labrados los futuros con los hechos repetidos dentro de lo que llamamos un poder que emana del pueblo.
      Es probable que a un empresario le pongan un micrófono y nos describa sus magníficos sacrificios para que una sociedad sea alimentada. 
       Obvia como, porque existe una organización social, él tiene un contexto donde se le permite ganar dinero sin que detrás existan desequilibrios que le puedan romper la regularidad de sus ganancias. 
       Son los jueces otra rama de las ejecutantes de patadas contra la ciudadanía que no serían nada si ese conjunto de personas no le hubiera dado una estabilidad en la que ejercer la tarea confiada. 
       A cambio, con Van Morrison entrando para calmar nuestras zozobras nos percatamos de las circulares traiciones que esos gremios, el de los empresarios, el del poder judicial, cometen sobre quienes les crean los cimientos en los que se sustentan.
      Sucede que englobados en élites, exorcizan a sus vasallos con dioses, con meritocracias, más hereditarias que sudadas.
     En nombre de lo exotérico, esos poderes ejecutan unas arbitrarias decisiones y precios que consolidan a las ciudadanas como seres dependientes de sus "humores" e "emprendimientos". 

      Futuros que nos llegan con un dulce y populista político, llevado al ara del sacrificio por el pueblo que sentencia su necesidad de más dinero privilegiado que ya recibe, mientras se siente protegido en sus desmanes por los medios promocionados por empresarios y por las sentencias que cuidan a sus altísimas majestades.

      Estamos a punto de caer, no sólo entre sus "B" y sus togas, sino por seres en los que nos confiamos que no son capaces de proteger el derecho a la vivienda de quienes les abrigan en el día a día. 
      Seremos víctimas de un Economicidio perpetrado por gobiernos de supuestas izquierdas porque en nombre del dinero habremos dejado o en la calle, o en una vida precaria a quienes confiaron en que se respetaría la Constitución en su articulo que habla del derecho a la vivienda.
       
       Futuros arraigados a las largas garras de las raíces del pasado. 
       Porque existen aquellas succiones del pasado a las realidades del hoy, pueden viajar esas mefistofélicas mediadoras a solucionar democracias en otras naciones porque como conejos de un mago buscan aparecer en sombreros ajenos ya que se diluyen ante las realidades propias, impuestos por esos poderes desleales; enriquecidos por la especulación en nombre de un tiempo sucedido que no les afecta y  las desequilibradas sentencias para encadenar al diferente, que no es más que ellos, sin ser investidos, sólo de apariencias porque el conocimiento adquirido se diluye en la arbitrariedad.

viernes, julio 26, 2024

Sencillo giro en la arena

Sobre la arena había intentado escribir el nombre de ella. Nunca lo había conseguido, siempre llegaba una ola que se empeñaba en borrar alguna de las letras

  Si podía decir que cuando ella partió, las velas parecían agitarse y el viento dudar en el empujarlas. El palo mayor se agitaba y no dejaba izarse aquella tela.

  No miraba para atrás, estaba enfrascada en surcar la siguiente ola y en dibujar un nuevo horizonte en el que se había entrometido él. Gobernaba el timón con una cierta presteza pero, a duras penas, tenía que pugnar porque no se bajarán la de los ojos.

   Él, por el contrario, no se daba cuenta de lo importante que había sido ese tiempo. En lo único que podemos entender su desazón es que según surcaba una nueva cresta, acudía con sus manos, más cerca de la orilla para que las palabras se las pudiera cantar el viento. 

    Al agua que borraba sobre la pizarra de arena, la A, se le unía la voz de Sinnead, a la que había tomado la letra de Nothing compares to you. Se daba cuenta de lo terrible de la situación.

    Por momentos el viento venía del mar y se introducía entre las dunas de aquella playa virgen; la sal, soñaba que se impregnaría sobre el cuerpo de ella, pero esta hacía una nueva maniobra para buscar el nuevo bordo y seguir alejándose de él; pese a los innumerables giros, su decisión era inquebrantable.

    Cuando rolaba el viento y se dirigía hacía la nave, él imaginaba que la profundidad de sus sentimientos y los requiebros de su dolor les llegaría a ella; pero ese cruel viento de popa la ayudaba y reafirmaba en su decisión de cortar aquella época compartida. Las velas se inflaban y su pelo le escribía su adios con las ondulaciones que tantas veces se habían enredado sobre sus dedos en las noches de Sol.

    Los pies anclados frente al timón, trataban de disimular las zozobras con las que tenían que luchar sus rodillas que temblaban sintiendo las caricias en aquel lugar tan alejado de las cuitas amorosas que, a ella, la habían creado unos nuevos brazos con el que le había arropado en sus exploraciones.

    En algún momento miraba, ante alguna virada, dejaba escapar sus ojos hacía la orilla, para saber que no desfallecía en su necesario alejamiento de aquel amor imposible. Perdida la visión de aquel último árbol que se agitaba bajo el impulso de la pasión de él. Consiguió encontrar una diminuta isla que siempre la sorteaba en sus exploraciones conjuntas.

   Ahora, fondeó a unos cientos del metros de sus aguas esmeraldas y nado dejándose acariciar por los delfines y palmear por la lenta tortuga que le retendría el tiempo que necesitaba para ella.

   Recordó el viaje de su madre, para romper los muros de otros tiempos. Roger Waters la posó sobre aquel efímero paraíso; donde añoro las caricias y contempló los abismos. 

   Sin un tiempo definido, volvió al barco y la brisa pareció hacerse ansiosa de su cuerpo al que abrazó y calmó para confiarla en los nuevos tiempos de ser ella. 

    Otra mano pareció despedirla desde una rama; temió no ser capaz de enlazar sus dedos, en algún otro Berlin.

    Allí, un mosquito le dio una porción de cielo en su fuga

jueves, julio 25, 2024

Un festivo exhausto

 Después del frenético día de la descripción de las "intríngulis" delos congresistas y sin que estos, pudieran lavar ni las manos, ni sus pútridas y mercenarias conciencias, les dejé encerrados en su granja, donde cacarean para ser oídos, desde escaparates mediáticos 

   Lástima quienes son capaces de escuchar a esa bazofia confiándoles su autoestima porque son nombrados en la prensa. Sociedad guiada por las pantallas que aburren, incomodan y menosprecian la necesidad de descanso, la de ser solo un anónimo niño, como Lamine porque en los robados y hastiados selfies eso les hace participar en una falsa sociedad del éxito.

   Emprendedores de sexta generación pontifican delante de alguien que ha obtenido el éxito de aprobar oposiciones como si eso le limitara su capacidad para felicidad 

La banalización del mal, porque primero está el yo al que se aboca a mensajes para crédulos que se creen los avisos promocionales.

  Existe un Do mayor, le escribo una carta a futuro. Juan Bordera nos dice que es en el ahora, en el momento en el que nos estamos destruyendo. Climática, una escuela para el conocimiento de lo que somos, una reunión para aplicar soluciones. 

  Como a mí imposible carta; estos mensajes se les escapa a quienes tienen la desvergüenza de presentarse a las elecciones, no por este hecho que nunca será malo en la honestidad, sino porque por encima de sus palabras estara su servilismo a quienes les hacen ganar, para gobernar imponiendo plazas sin árboles, ciudades sólo para el comercio.

   Ciudadanos guiados por sofisticados hologramas que le hacen odiar la realidad; ajenos a la inteligencia, siguen huesos arrojados para ser mordisqueados. Menean el rabo, graciosetes, ensimismados por obtener un premio por cumplir consignas.      Al animal se le admite y se graba porque se le ha enseñado se supone para su bien

  Golpea la razón en el humano que refugiado en la visión del hueso, se olvide el uso del cerebro para darse cuenta del decir ser tú y cumplir lo contrario. Decir ser apolítico y ser despreciable, intentando despreciar a quienes son elegidos por la ciudadanía. Cumplir una proclama política de dar la espalda al presidente del país en el que te pagamos para que le representes con una cierta dignidad.

     Querer ser palmeado por focas, porque vas arrastrando los pies, porque si te embadurnas de aceite sobre el que se cuecen traiciones, te deslizas por el hielo de las mentiras Alvise de las que esperas un premio y actúas como un palmipedo ejecutando grotescas piruetas dónde hablas de seguridad, sin ciudadanos y si, con macacos de gimnasio exhibiendo brazos mientras son guiados a la siguiente tropelía. Entonces se confirma, si, eres una foca. Y eso no tiene porque ser malo. Si estás libre, pero es triste si te meten en una piscina- plato y alguna Ana Terradillos te arroja unos azucarillos, vulgaridad en la rima, para que, tras ejecutar un gorilesco golpe de pecho, salgas a la caza del señalado-marcado, al que no reconocerías, como tal, siendo, tan sólo , y eso es muy grande, tú. 

  Salta, salta pequeña langosta. No, no nos temas no te comeremos. Te veremos, saltar, saltar, saltar montes o aparatos o al agua. Ponte unos colores y bésalos, abrázalos, lloralos pero si en ellos solo ves tus creencias; olvídate no son los de tu país, sino los pesados rojos de la sangre derramada por los comerciales amarillos del oro del odio de la codicia de quienes los arrojan contra el otro.

   Platós, adicto al plató donde te dan visibilidad para qu el burdo directo te dé cancha y triste, si muy triste, alguien te anime a seguir por esa vía. Traidor de traidores y mefistotelico urdidor de trampas.  Clavaste tu errejoniana daga, entrando en un espacio que no paga a traidores pero no los excluye. El daño lo hiciste, quienes aún confían en tus artes, nos abren el agujero en el que sueñan confinarnos, eso sí, entre magdalenas de cicuta, gramcianas palabras sin humanos y medicinas del yo, superviviente y coronada ministra, con derecho a bono social y sofisticada excluyente para que su comunidad madrileña sea arrasada por la sinvergonzonería.

    Moriremos en nuestras barroquianas certezas 

miércoles, julio 24, 2024

Una recepción histórica

  Mi mujer ha visto mi nerviosismo y ha preferido coser ella el botón de mi chaqueta. Esta es maravillosa, lo más bello que me he puesto sobre mi cuerpo, percha atómica dice Elisa cuando nos liamos en cualquier momento, para que negarlo; esas ganas nos siguen guiando.

  Ha querido venir a la recepción en el Congreso, venía un sonoro ser. Hemos hablado durante un rato, sé que yo no sería nada sin su soporte. Me explicó y me desarrolla muchas de las cosas que nos pasa alrededor. 

   La he explicado que ella percibe toda la sangre que puede tener una mano derramándose desde una mente perversa criminal. Ante eso se rebela y puede ponernos en momentos difíciles; al fin y al cabo, nuestro presidente es demasiado melifluo y sabemos de su debilidad, ante lo que decía cuando no tenía poder y como actúa ahora.

   Le sabemos consciente de la realidad, pero cobarde ante los poderosos.

   Me ha dicho: "Tira para adelante", si al final voy, lo sabrás.

   Me ha dejado nadando en una zozobra por un océano de pensamientos. 

   En el Congreso, iba a venir Nitanbahu, el presidente israelí. Por lo que sea, cuando ha abierto la puerta donde se suponía que estarían todos los congresistas, lo que ha encontrado es la entrada a todo un arsenal para defenderse de una próxima guerra mundial.

   Delante de un mortero, había un congresista que había puesto una mesa petitoria. Tras un misil, varios congresistas jugaban a la conga y otro grupo, de origen latino, al bote. Era diferente a "nuestro bote" de las noches de verano, de hace muchos, demasiados años. Aquí cada uno tenía acceso a uno y dentro, había cheques de millones de dólares. Cambian, porque esos millones corruptos tienen propiedades, como las del ser humano, quedar reducido a cenizas y sin embargo, a ese niño recordarle en todas sus sonrisas.

   Iba avanzado nuestro egregio visitante y se encontraba con los vendedores del escudo de hierro. Por lo que fuera, quizás porque tenían nuevos productos que vender, esos congresistas, como el muñeco Macario, guiados por las manos de las grandes industrias armamentísticas, se tiraban huevos sobre ellos mismos, era gracioso, con rasgos de patéticos.

   Los huevos les caigan a los congresistas, nada les podía parar, pero quedaban impertérritos, como si nada pasara, porque sus amos les decía que tenían que seguir como si la clara y la yema no les fueran marcando los chorretes que buscaban las costuras de sus últimas intervenciones quirúrgicas de cirugía estética. 

    Debo confesarles que aquello eran un "sindios", lo más patético que he podido entrever en mi dilatada carrera política, después de la ascensión a los cielos del racismos del  martirizado Vinicius Sr.

    Empezaba a oler a podrido, los congresistas, con dinero entrándoles por los bolsillos, mantenían la compostura. El sátrapa admirado de la calidad de los artilugios; los fondos de inversión, pegando latigazos a los trabajadores que para que produjeran más. En cada una de las correas de la fusta, se había escrito con palabras en púa, "piensa que los socialistas te quitarán tu casa", "la justicia social es para los vagos que no trabajan como tú, libre"; "la sanidad te la pagamos porque te esclavizas por nosotros", aquí en está inscripción, había borrones, como si se hubieran dado cuenta que expresaban una burrada, de tal manera que corregida la inscripción y para disimularlo más en letras de oro ponía, te damos una sanidad exclusiva, grandeza pura, porque eres capaz de hacernos inmenso. 

     Como con ironía, ponía "apoyo mutuo". Para mi que había un cierto cachondeo.

     El caso es que está visita, no era la esperada por mí. Los congresistas me parecían hologramas que machacaban a cabezazos el suelo por donde pasaba Nitanbahu. Era verdad, aunque parezca un sarcasmo, porque como no eran tan bajo, la sangre brotaba de nuestros comisionista, A mi que no voy ya a nadar, de alguna manera me incitaba a meterme, sobre todo por rebajar los calores de estos días.

      Como cabía suponer, cuando hemos dado marcha atrás, porque aquella recepción no parecía que era a la que iba a acudir. Han sucedido varios hechos que les van a parecer increíbles según se lo iré relatando. 

      Primero, como si se hubiera quedado satisfecho de todo lo que había visto y que se le iba a enviar. El juzgado presidente ha desaparecido.

      Segundo, mi mujer, como ustedes bien sabían desde los primeros párrafos, ha aparecido, con un vestido de un color rojo intenso. Sus ojos eran intensos  y el recuerdo de algún frenesí me ha golpeado por mi cuerpo.

       Tercero, los congresistas, con sus cuerpos verdaderos, con sus trajes de honorabilidad, con sus pulcros bolsillos que parecieran no pudieran recibir toda la financiación que acabábamos de ver en nuestro episodio anterior se han puesto de pie ante las siguientes palabras:

      "Señoras y señores congresistas, póngase de pie para recibir la palpable muestra de nuestros actos. La presidenta del Congreso ha añadido con voz contundente, un poco impostada para mi gusto: "no duden en dar la mano a quien es fruto de nuestros actos"

       A continuación se ha oído un golpe sordo, profundo, como venido de ultratumba sobre nuestra magnífica puerta, tallada por Aven To le tum, insigne familia que emigró del Toledo español, español, yo soy español, para establecerse en Arkansas para el tallado de la madera. Arte transmitido a través de los siglos y de las mañanas, en que el nieto antes de irse al colegio se pasaba por el taller del abuelo para conocer lo que en aquel momento hacía él, con su cincel, gubias y escofinas. 

      La puerta por fin se ha abierto.

      No podemos decir lo contrario, nuestros congresistas, yo mismo, nos hemos quedado petrificados. Sin capacidad para movernos y afirmaría, sin temor a equivocarme, de huir de lo que se nos ha ofrecido durante las siguientes horas, que podrían ser siglos, por como temblaban algunos esqueléticos congresistas que parecieran estar perdiendo sus carnes con el paso de los segundos.

       Apareció un cuerpo pequeño, con movimientos gráciles, rítmicos, se abalanzó, con sus brazos abiertos, sobre una tierna congresista que impulsa, con gran algarabía, las políticas para revertir los inhumanos y perniciosos efectos de las leyes para regular el aborto. La mueca de asco fue palpable, no lo podemos negar y eso que no pudo ver los rasgos desfigurados de la niña, creemos suponer que lo era, porque no llevaba la cabeza encima de los hombros. 

      No se le ocurrió preguntar a nuestra congresista, la típica pregunta que nos hacía nuestra madre, cuando llegamos con nuestro enésimo pantalón roto: "¿y cómo?"; la metralla que llevaba incrustada en un costado, con el made in USA, que había visto, minutos antes, en otra sala, le daba la respuesta.

      Ocurrió que pasó después un abigarrado carpintero, despojado de sus manos por certeros francotiradores, armados con las balas, que estaban en la quinta repisa, del segundo pasillo del hangar congreso que contemplamos antes. El hombre, la verdad, pese a sus horrendas condiciones era dicharachero y con el congresista que había jugado a la conga, mientras parecía esnifar billetes, quizás una falsa apreciación, entabló lo que quería ser una conversación pero que el simpático y saltarín interlocutor no supo darle continuación. 

      Nuestro hombre "mancucho" la verdad que se había preparado la visita, le empezó contando que su familia había vivido siempre en Palestina, pero que parte de ella, se había establecido hacía siglos en España; le habló también de Amin Maalouf y como nos narra esos vínculos entre todas las civilizaciones. El caso es que como el congresista no parecía muy por la labor de contestar. Le dijo que allí, en Toledo, habían empezado, sus parientes a desarrollar el arte aprendido de la carpintería.

      El legislador, mudo, ¿por el peso de los billetes, que le atrapan los huevos? miró hacía la puerta por donde había entrado aquel orfebre; pero como no soltaba palabra, siguió el artista, si ahí, abajo en el medio tirando un poco a la derecha, le guiño el ojo, está la firma que nuestro primer pariente determinó que tenía que ser el rasgo de nuestra identidad al labrar la madera.

      Por lo que parecía, la cosa no era de acabar pronto. No había problemas, nos habíamos quedado petrificados, con nuestras consciencia plena y nuestra vergüenza por los suelos. Nos daría grima ir arrastrándola como menesterosos, nosotros representantes de la mayor "democracia" que había existido nunca. Entraron una pareja de hermanas.

      La niña llevaba la mitad de un fonéndoscopio, la otra parte había sido segada por la metralla que llevaba una bomba teledirigida que nos habían enseñado uno de nuestros anteriores rechonchos interlocutores con los que habíamos compartido un rato en la visita de Nitanbahu, "podríamos pensar que caeríamos", le habíamos puesto de mote.

       La mitad de la oreja quería alojar esa parte del aparato que como podemos imaginar no se sujetaba, rebelde él, y seccionado e inservible, añadió mi mujer, que permanecía silente, dolorosa por todo lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor.

       No nos habíamos fijado pero la hermanita llevaba colgado de sus dos deditos, que aún se sostenían, casi desgajados a su hermanito, llevaba una pelota de beisbol; la familia nunca había comprendido como al pequeño le había atraído tanto un deporte, tan de Estados Unidos. Con su carita, desgajada de la mitad de sus dientes y con sólo un agujero de la nariz que restaba, el niño le hacía gestos a otro de los alegres saltarines que vimos antes agarrado a sus compañeros de conga. Le retaba a que golpeará la pelota con el bate que sabía llevaba escondido entre ese traje tan carísimo; decía:

   "con mi sólo dedo, he conseguido darle un efecto que hasta ahora no ha habido nadie que lo sepa leer". 

    El congresista, huelga decirlo, nos pareció que expulsaba un olor característico a mierda, y excusa decir que no movía pierna, para no restregarla. En el niño, por alguna parte que aún le quedaba, podríamos describir la ilusión de sorprender a un mayor, aunque fuera, quien había firmado, meses antes, la bomba que le había situado en ese momento de su vida.

    La presidenta de la sala comprendía que aquella visita era histórica. Sabía ,porque era licenciada en Historia con una cierta honestidad mental, todas las felonías que habían hecho desde África hasta América del Sur, para que el país que representaba, los hubiera tenido como despensa de su actual nivel de vida. 

     Caía sobre sus maquillados pómulos, el sudor frío por lo que ella, los que estaban en esos momentos en la sala, no eran capaces de parar. Eran conscientes de lo anterior; pero, ahora, ellos eran los actores y como en épocas anteriores, sentía la impotencia de ser parte de un trágico engranaje en el que el comercio de lar armas, nos crea enemigos para justificar su compra y destruirlos.

      Mientras le recorrían esos pensamientos, una madre, sujetando en su regazo un hijo; en su único brazo, la otra; y sobre la cabeza, como cuando acudía al río a lavar, su recién nacido bebe. Todos ellos con los brazos y la cabeza caídos, descolgados, como sucede a los muertos. Esa mujer, la hablaba, de mujer a mujer, que han llevado a sus hijos en las entrañas. La relataba como había días en los que sentía que el peso del vientre la anclaría a tierra. Compartía las noches insomnes, los sueños para el futuro de cada uno de ellas. 

     Con una dulce voz, ante de expirar, lo único que la pedía, a la presidenta, era que al niño que le quedaba le diera una oportunidad para la paz. 

      Un disparo psicopático, de alguien que había perdido la razón en mitad de ese aquelarre, había hecho el efecto sobre la mama que se había unido al destino de sus tres hijos colgados. Como el cerezo seco, que no ha podido sobrevivir a tantos ataques.

       Mi mujer, me agarró, viéndome desfallecer; era parte de aquel genocidio. No servía de excusa todos mis actos en contra de él. 

       No podía escaparme de una sociedad que recibe información sesgada.

       No escaparía con mis escritos denunciando lo que sólo escuchan algunos con la misma camiseta

       Ella, con suavidad, me arrancó de aquel lugar y me sacó a ver por la calle, las voces de los seres comprometidos Susan, Bella, y tantísimos millones.

        El fotógrafo del Congreso, tomó miles de instantáneas de los asambleístas con una ilusión de una niña jugadora de fútbol, con dos brazos sueltos desiguales que le abrazaban con camaradería; con un niño exhalando un gas y su interlocutor tapándose boca, nariz y ojos con horror.

        Se les ha puesto sencillos pero bellos marcos para que los congresistas puedan hacer alarde de los logros conseguidos durante la ejecución del mandato que recibieron.

       Entre los maravillosos obtenidos por las prebendas recibidas por sus sumisiones, pueden exhibir el pelo rubio de Rachel Corrie, que pudo salvarse tras ser aplastada por una excavadora. O las bellas trenza de Salma, enteras, cortadas de un cuerpo desmembrado

     No podemos decir que nuestros mercenarios congresistas hayan podido llegar a sus despachos para colocar esas magníficas fotografías. La visita de más de 40.000 personas, no es cosa de minutos; tampoco de horas, ni de días. 

      Tampoco podemos negar que tengan que pasar antes por salas de desinfección. Eso si, afirmamos, que no serán las mismas salas que sus iguales, utilizaron en atemporales momentos de la historia para cometer las fechorías del mismo signo, gasearles y eliminar a quien llaman diferente

martes, julio 23, 2024

Escalas encubiertas

 Señora usted me ha puesto en el disparadero; ha cogido un Mi mayor no sé como saldré de él. Andaba cómodo con la escala del Sol menor y su Fa sostenido, méteme en todo y he terminado en la de un Si menor y su La sostenido. Toda una provocación.

  Sinnead se quitó todo el artificio con el que se llena un estadio; jugadoras de Nigeria tienen el pelo corto. La cabeza y los pensamientos son los de los otros. Ellas quieren ser sólo desarrollar lo que aman, parafernalias fueras. En cierta manera es una pena que se tengan que desaparecer, para que se valore su capacidad en la música o en el fútbol, porque el artificio se ha impuesto, como valor suplementario.

   Más grande aún, podríamos decir que con proporciones de inmensa tragedia que pase delante de nuestras impotencias es que llamen 39.000 fallecimientos a un intento de genocidio y destrucción que se está perpetrando en Gaza, por un gobierno que ha tomado a su pueblo, como rehén de sus instintos asesinos.

   En los manuales de los periodistas, en la primera página se nombra los patrocinadores de esos panfletos, sean regionales o universales. Algo así como el libro de ética periodística y sus supeditaciones fuera el de las apariencias. a lo que les piden sus pagadores.

   Como diría el censor de Ione, que la pide desaparecer de un lugar donde la han puesto los afiliados: por supuesto, que yo no voy a atacar a quien me paga.

  Lanzan sus potentes alegatos antifascistas y eso es lo importante. Nuestro orgullo, a veces, es más grande que un océano. Nos creemos poseedores de tornados, olas gigantes, agitaciones infinitas en la contundencia de nuestras afirmaciones. Los Océanos, a cambio, callan, pero tantas y cuantas veces nos demuestran su fuerza y sobre todo, silencian a los altaneros para demostrarles que no son nada; que incluso navegamos poniéndonos tapones en la escucha de sus diatribas, para podernos centrar en leer la enseñanza de los silenciados que nos deletrean la potencia de sus actos de coherencia, siempre en lucha en un equilibrio de una sociedad soportada por desequilibrios

    The Who penetra por la mañana; sus guitarras electrocutan las indiferencias. 

      ¿Nuestra mayor, actual?

       Haber abandonado a los ciudadanos del Congo, para que occidente, cada uno de nosotros ciudadanos, luzcamos riquezas y tecnología e inhumanidad, como esa, la del dueño de lo mucho, que no valora lo que es su propio hijo. Si eso sucede de puertas para adentro de su mansión, ¡qué le va a importar la supervivencia de millones de niños, muertos o sin sus progenitores despedazados en cientos de peleas, fomentadas con los seres buitres alimentados de los despojos producidos por las armas que colocan a "only a pawn in the game" que al final son, somos los desposeídos. 

   Esquizofrenia de occidente de vender una sociedad de las oportunidades. Ser adalides de los sonidos extendidos en estéreo por los portavoces de las pulcras democracias y a cambio aceptar de forma ignominiosa ser alimentados por las riquezas esquilmadas a los habitantes del Congo, Guinea Ecuatorial y otros países a los que desequilibramos y destruimos con nuestro silencio cómplice. 

   Triste sino; ser capaces de ver la belleza de la música de The Who y no escuchar los truenos de muerte de las fábricas de armas que nos dan trabajo y enriquecen a los que luego defienden una sociedad libre, pero ¡qué paradoja! impuesta a base de las balas de quienes la someten.

    Somos poseídos por una Mi mayor, Con sus tres bemoles ¡qué vaya si los exhibimos ante el desposeído!. 

   No, estimado amigo, nuestros dioses inventados e invocados para nuestros pequeños actos de solidaridad externa, no nos exculpan de ser ejecutores de los diferentes, por decir ¡millones de veces! que ¡defendemos la vida del no nacido! cuando nos vestimos con diamantes de sangre o con terminales de estocadas traidoras, sobre los que existen en amorosas cabañas de paja, incendiadas por los mecheros de los deseos de poseer.

    Quadrofenía, barco de una radio encubierta, con sonidos en los que buscamos un equilibrio

lunes, julio 22, 2024

Un hotel y papeles

   Surgen noticias para el miedo. Alguien se encarga en cualuier pueblo de crear bulos sobre el diferente por llegar, ¡no tiene el mismo color piel!; tampoco las mismas costumbres, como si entre quienes critican este aspecto, estuvieran todos de acuerdo, por ejemplo en el consumo de la carne.

   En ese pueblo de León se desarrolla por completo, lo que es nuestra sociedad. Bulos, creación de grupos de WhatsApp de 1.000 personas donde existen intoxicadores profesionales, se asoman los que quieren estar informados y se arrojan en los brazos de estos, se inscriben quienes siembran cizaña porque de eso se han ido alimentando durante toda la vida. Se ofrecen desde púlpitos y palcos, aunque unos y otras se hayan edificado sobre camiones de podredumbre y mefistofélicas traiciones. 

    Cuando todo ha pasado, cuando aquellos migrantes han llegado y se han establecido en el pueblo; nada pasa fuera de lo normal cuando se acumula gente. Seres que durante una época, por sus características políticas, no pueden trabajar durante unos meses. 

     ¡Son humanos!, ¡Como el niño que ofrece parte de su precario alimento a un gato!, ¡como la pareja de hermana y hermano que tenían una foto junta y son la pareja en los que intuyes las ganas de estudiar, las ganas de jugar!. 

     Los medios canallas, ¡hola Vicente Vallés!, cogen papeles, emborronados de mentiras; por debajo, llevan adheridos sobres, ¡demasiados díabólicos!, exagerados por ser sacados de los recursos públicos. 

     Si se fuera periodista, en tu parte ética, hubieras puesto en cuestión las noticias sacadas de medios amorfos, creados por sicarios y abnegados con el dinero de todos, ¡el nuestro!, ¡el mío!. Hablar de las infamias, creadas contra Podemos, con basura, iba a poner que es barriobajero, pero no es lo apropiado; es propio de estercoleros de lujo que lo han obtenido de las formas más infames que pueden aparecer en la sociedad.

     Un periodista, como un juez en el que prevalece la ideología por encima de su dignidad profesional, es nada; bueno, es mucho peor, es el mercenario que todo poder necesita para destrozar una sociedad a la que luego someterá, ¡vaya, no se podía esperar!, con unas fuerzas del orden, que será, sólo de su orden.

    Se puede preguntar un joven que deambula por Villarodrigo de las regueras; si por una de estas, puede estar circulando el líquido venenoso de las más absolutas desvergüenzas.

    Salió de un sitio, donde aparte de pobreza, generada en muchos casos por aquellos navíos que enriquecieron, primero a los que botaban aquellos barcos, tremendo la iglesia siendo accionistas de ellos, como esta, siendo ciega ante los Maciel, atemporales a los que siguieron durante décadas, siendo parte de una moral que destrozaba mentes y cuerpos humanos.. 

    Ahora al andar nuestro joven, da una patada a una piedra y a ella se había enredado la voz soberbia, descarnada, desprejuiciada de una Álvarez de Toledo, consciente de tener un poder judicial temeroso de su capacidad de hacer daño. Nada barriobajero, como a veces nos indican que tenemos que temer, sino elitistas con capacidad para asustar y dirigir poderes que apelan a lo patriótico, a los símbolos pero como armas con las que golpean a quienes saben de la inmoralidad en su control.

    Si en otro hotel, no muy lejano del nuestro de referencia, se reunieran todos esos seres amorales. Al entrar se les despojara de esos recursos públicos utilizados para financiar sabandijas. Después, se le dijera ese juez, amoral en sus actos personales, despojado en sus actos judiciales de los más mínimos principios de la carrera, será expuesto fuera de un poder judicial, protegido de las injerencias externas, y juzgado a un derecho ciego, como la mujer de la balanza, pudiera pasar que un temor a una sociedad crítica que le puede despojar de uno de sus dos dnie. Lo escribes y parece que no te lo puedes creer que eso pase, alrededor tuyo.

    Por último, en ese hipotético hotel, cuando en las escalinatas, subido algún escalón, alguien le preguntara a ese político, investido de una capa de un cierto principio ético:

    ¡Hola cari!, entonces tu quieres gobernar porque quites el poder a un presidente que tiene una mujer a la que han acusado, outsiders de la democracia, con papeles falsos, suposiciones de una noche de insomnio de verano.

     Metete dentro de ese hotel, pero allí, se os dejará a todos juntos, con los puñales afilados; con la construcción de mentiras pero que no van a salir de allí, porque no habrá dinero público para que desde las atalayas y torres sean esparcidas como un aire contaminado. Sólo, y será una ventaja, podréis lanzaros todas las basuras que conocéis los unos de los vuestros mismos. No os preocupéis, hemos protegido las paredes de vuestras estulticias, de vuestros disparos de obuses de canibalismo.

    Si parece una paradoja, un grupo de jóvenes, que deambula por la plaza de ese humanizado pueblo, ve llegar el coche del presidente del gobierno del país que les acoge. Por lógica, pueden pensar que viene a visitarlos, A hacerse la pertinente foto propagandística. Bueno, sacarán los dientes, podrán la mejor de sus sonrisas.

     ¡Ha pasado de largo!, ¡ha ido al hotel de las serpientes!. ¿será un fakir?. Le abren la puerta, como no va a ver en cualquier de de esos hoteles un Antonio García Ferreras, que vestido de etiqueta habrá la puerta para introducirle en la cueva de los reptiles.

     De esos chicos, que no van a gritar, que sólo van a hacer matizaciones personales, sale la pregunta ¿sabe dónde se mete ese hombre?. Nosotros los despojados, podemos parecer indeseables, pero aquellos con sus abrazos, le ahogan.

     Baja por la escalinata a recibir un aspirante. De su sonrisa, se derrama un líquido de obscenidad mortal, de su nariz, algun moquillo que utiliza para convertirlo en palabras:

       Te tienes que ir, ese bipolarizado dnie te acusa de nada. 

        Quien ha empezado a subir las escalinatas, como para elevarse por ese paradisiaco hotel nota que su seguridad se ahoga en los peldaños movedizos. Saca su brazo, luego su pulcra efigie, luego su nariz y cuando el cieno le llega a la comisura de los labios acierta a decir "todo es una falacia"; quien baja, sólo un peldaño, más, escupe una maligna mueca, y le saliva: el relato, campeón, el relato lo tenemos nosotros, por eso damos poder a la iglesia para que santifique nuestras traiciones. ¡Con eso no puedes!. Tu belleza externa, es poco comparada con las imágenes talladas con cinceles que trampean lo que ves.

       Mientras una alimaña, con sus uñas podridas, porta una cámara, también subvencionada por la desvergüenza pública y acosa a una Metxe Aizpurúa que tiene que evitar a un canalla, desclasado, servidor fiel de sus amos, que le alargan la correa hasta el infinito. Luego existen Francina que les dan un poco más de cordel a la lengua venenosa del oprobio. 

      Como su correligionario parecen no conocer que las bestias humanas, no tienen límites éticos.

      Existen hoteles par acoger a lo humano y otros, hoteles de los líos, con armas en papeles para destruir la convivencia.

   

domingo, julio 21, 2024

Las sin sombrero y un bautizo

   Pudiera ser que ahora me volviera a bautizar. Elegiría que me impregnarán del liquido de la poesía, leída por una Ángeles Lopez de Ayala actual y me bañaran en el teatro de Brecht con la fuerza de una Ione, recitando el analfabeto político 

       El peor analfabeto

       es el analfabeto político

       no oye, no habla

       ni participa en los acontecimientos políticos

       no sabe que el coste de la vida

       el coste de las judías.

       del pescado, de la harina

       del alquiler, de los zapatos

       y de las medicinas

       dependen de decisiones políticas

         El analfabeto político

        es tan asno que se enorgullece

        y saca pecho diciendo

        que odia la política

         No sabe el imbécil que 

          de su ignorancia política

         nace la prostitución

         el niña abandonado, el atracador

         el peor de todos los bandidos

         el delincuente político

          canalla, corrupto

          lacayo de la empresas nacionales

           y  multinacionales.

    Las palabras son de entonces de los años treinta del anterior siglo. Muchas cosas han cambiado, lo básico, no.

    No existen ningún afán de faltar sólo la idea de la conciencia de lo que cedemos. Podríamos ir a una noche tormentosa de negras nubes, infinita oscuridad. El niño Luka vive en el segundo piso, la puerta le encierra, busca poner una barrera entre lo que escucha, los gritos de una gran bronca, y su niñez. La televisión la enciende por si fuera un fuego que paraliza las fieras. 

   Intenta escuchar lo que dicen por la pantalla. Nadie le van a preguntar cómo está. Los dos personajes que le hablan han juzgado ya a una imputada. No han dejado el trabajo al juez. 

   Darío es un nómada, por algún camino ha encontrado a Javier; quizás el niño se canse del fuego de esos dos pirómanos de la democracia. Psicópatas con ansia de poder a los que les han puesto un mechero y en las hierbas secas del verano, encuentran el orgasmo en ver la tierra quemada.

    El que quiere prescindir del conocimiento que le brinda su capacidad de raciocinio se refugia en las voces que exhalan gases para avivar el fuego. El niño, se ve cercado de voces y de las visadas excrencias.

    Javier, un bombero universal, eterno, salta el circulo infernal, mira al niño.

   Sé tú, le dice, ni ellos son jueces, ni la violencia es nuestro estado natural. Asómate al comportamiento de aquella pareja de monos que cuando hacían distinciones entre ellos para separarles, ellos comprendieron que estaba la raíz dela sumisión a quien le había dado los beneficios.

    El pequeño Luka mira los bosques que le esperan y las sendas sobre la que caen los brazos de los árboles, unos serán para aplastar; otros, ofrecerán su tronco, para reposar, para leer lo que vendrá después, para evitar a esa clase de menesterosos con sus ansias de poder. 

   Siempre han sido alimentados por la codicia sin escrúpulos, seres envanecidos, creyendo ser más, porque no pusieron límites a sus gritos en forma de hoz hacía jueces corruptos o miedosos, periodistas envanecidos por haber sido capaces de en un bar, cuando alguien los mira como inquiriendo acerca de esa rara conversación con una "contraria", confiese que se ha mofado de la que cree que tiene poder y solo alberga terrores.

     Aquellas mujeres sin sombrero, sin la custodia de una iglesia de un dios atrapado, buscaron liberarnos de los sacerdotes de ese ser, erigido para la sumisión de los demás.

     Se extingue el fuego alimentado alrededor de Luka, el conocimiento ahoga las voces de los kamikazes que conscientes de sus canalladas, buscan la muerte de los otros, sin darse cuenta que ellos ya murieron aún siendo exhibidos en altares.

sábado, julio 20, 2024

Irish heart

Sobre unos campos crecen las margaritas que va acariciando con su voz Sinnead O`Connor. Ella, que comprendió lo efímero del ropaje, se arroba sobre la belleza que la naturaleza nos comparte durante un breve tiempo.

   Lanza su majestuosa voz como una nube que con su algodón las mesa como propias de su piel y las irriga de la pureza que se derrama como lágrimas de emoción por la pertenencia a una comunidad. 

   Paddy Relly la señala los campos de Athernry donde los corazones calmaban su desazón entre medias de las flores de quienes luchaban contra el hambre y por el ansia de libertad. La brisas de sus voces entrelazan sus coronas, sin sumisiones; el sentido del respeto por las luchas del ser humano fluye desde el río Liffey, por el Atlántico hasta el Mediterráneo donde el pueblo palestino sufre un más cruel hambre por la inacción de unas sociedades traumatizadas por sus siempre tardías reacciones, y por un despiadado ataque a su libertad.

    Conducen en la oscuridad guiados, el sol se puso por poniente tan sublime como desgarrado y de entre los barrotes de la prisión se exhalaron voces para aliviar las cadenas de las que estaban fuera.            Estas, antes, habían erigido una torre de voces para que en las frías celdas les abrazarán en sus miedos, soledades y fríos, horadando la argamasa de una sociedad construida por siglos por quienes se proclaman fruto de méritos y no son más que la deriva del rumbo que impusieron sus ancestros entre posibles esfuerzos, que eran de aquellos, voces, traiciones y mentecaterías.

     Pudo ser el mañana, un tiempo lejano; lo regaron Sinnead, Van Morrison y cuando sofa sonoro nos descubrió algunos de los porqués sus silencios o poco exhibicionismo, nos aprestamos a aprender, para que no seamos fruto de la soberbia de creer que somos únicos por algún resultado, siempre efímero, cual jugador despojado de camiseta y dignidad, ofreciendo un pecho, engreído por las alabanzas de los menesterosos siembre hambrientos de subvenciones que tratan de esconder por sus proclamas de libertad y una falsa displicencia hacía el poder corrupto al que sirven.

     Glen and others sing in a bar draw maps of the Irish's life across the centuries. Shooting star are in our moment, maybe the disappear soon, while we listen to Dylan because his boat transport us through the sunrises and discovery where we love live although our old town haven't the tourist flat where people take soulless pictures. 

     How a government destroy our illusions, it think that Irish people didn't teach us to be ourselves.

    Podéis dominar todos los medios que ofrezcan paraísos. Nosotros fuimos con Mary al río y de allí descubrimos la dureza que nos iba a ofrecer la vida entre medias de nuestras ilusiones, equivocaciones y revolcones.

     Shane MacGowan spills life between our troubles; rainy night in our lost cities

viernes, julio 19, 2024

El principal socio

 Jhon Cleese, Michael Palin, Jamie Lee Curtis y Kevin Kline se han colado hoy en la pantalla. Andaba con las piernas con demasiada cabeza vaga para no moverlas. 

  En una sucesión de imágenes habían divagado el pernicioso silencio que envuelve un genocidio que dijimos no se podría volver a repetir. Se engalanan excusas para que un Ahmed y una, su hermana Fátima, puedan ser asesinadas con la excusa de una posible búsqueda de un asesino.

   Por otro lado, ¡ay mi inglés!, aparece la entrevista a un amante de las armas. Su lema sería "el fuego se apaga con fuego", por eso las enormes masacres anuales de un país que tiene "toda la pinta" que con el próximo presidente, se ahogue en sus propios vómitos. Los altares para la defensa de las armas, serán los precarios protectores para la próxima guerra interna. 

    Mientras las armas de nuestro país se dirigen en tremebundos "pocos" casos, en general hacía las mujeres y con la esperanza que en unos instantes antes de tomar esa dirección, apunten primero, al percutor del arma, si es que al final, fuera hacer un uso. Nuestras cuitas, por ahora, se machacan sobre el mortero de las palabras y de alguna violencia física, aunque existan canallas, que no ellos, por mierdas, pero si alguno de sus crédulos, que tienen la esperanza que se utilice su trabuco, el que dispara; el otro, parece que anhela ser desvirgado.

      Ves a nuestros protagonistas y añoras una tele así; con gente que sea brillante y juegue con las palabras, su ironía, su desafío a las normas establecidas.

        A cambio, una ofendida entrevistadora manipula datos. Cegada de amor, podría ser el título de una novela rosa, perdió todos los papeles de ser una gran periodista. Nos abdujo cuando ponía cortes de incisivos periodistas británicos o estadounidenses que parecían ser los nuevos caballeros luchando contra el infiel, que es la mentira. 

         Su chico, el Ferri, se enorgullece de las hostias que dio a Pablo Iglesias; arrojando a la entrevista, basura sin contrastar, focalizaciones interesadas. No creo que fuera ella capaz, aparte de por no tener nada que ofrecer, de devolver la visita y ser entrevistada por Manu, Paola o el mismísimo Pablo. 

       Desde luego las preguntas llevarían mas educación la harían y bueno, la mala hostia que podríamos ver, sería las que ella misma se fabricó.

                Mala gente que camina,

                que va apestando la tierra

      Por eso, porque se atrevió a poner a la luz, tantas miserias. De alguien que desvela todas esas villanías, como Antonio Maestre, no esperas tanto seguidismo a esos mercenarios de su amo. 

      Cuando le pidió a Ione Belarra que dé un nuevo paso a un lado para crear el enésimo proyecto tutelado por impostores no comprendió lo que somos.

         Y en todas parte he visto

          gentes que danzan y juegan

          cuando pueden y laboran 

          sus cuatro palmos de tierra

    Y en ese pequeño espacio, la contundencia y el compromiso de Ione nos viste. Si, nos podría dar miedo, por ella, en este mundo tan violento que están sublimando. Ayer, Julian Macías Tovar, en Pandemia Digital, ponía a la luz como la comisionista Ana Terradillos, descubridora de cédulas anarquistas, peligrosas que promueven el bien común y el apoyo mutuo, siempre entrevistaba a presuntas personas del pueblo que terminaban siendo, o casualidad, de la extrema derecha, con consignas y actos de violencia. 

      Sin saber los porqués de ser leído; sabiendo que jamás lo haría Antonio, surge con contundencia la imprecación: ¡pero tu quien te has creído que eres!

       Está bien, no vas morder la mano de quien te da comer. Eso se te puede comprender como modelo vital. 

       Ahora ser encargado por un crápula para ser guía espiritual de una real izquierda. ¡hostias! ya no te vimos caer en tu advenimiento.

       Hacían un análisis genial en la Base de ayer, porque la gente con dos dedos de frente se niega a ser informada, sobre los motivos para elegir al vicepresidente de la primera potencia mundial. Todo es imagen. 

        A estas alturas de la vida, se sabe que el destrozo de las imágenes de seres como Pablo, Irene y otros han sido vitales para poner en valor a gente con la que no encontrarías la puerta para escaparte porque hubieran sido capaces de comérsela por un poco de casito.

       Seres pocos, no bots, seremos albañiles, vendedores, maestros pero desde luego nunca quitaríamos a Ione porque gente como tú, Antonio, nos diga que no es la adecuada. 

     ¡Eso, no!

      Los socios que caminan por ahí, somos nosotros, recomponiéndonos; desperdigados porque tantas insidias con farsantes profetas nos han despistado. Buscando encontrarnos porque los ambientes que se viven sobre los de la guerra y la opresión al disidente.

        De tal manera que un 

                      ¡Disidente!, lanzado el momento oportuno puede ser el inicio para una contrarrevolución por sumisos ejecutores, ahogados en pozas de cieno a la que se fueron acostumbrando.

jueves, julio 18, 2024

Un cuarteto en Va

   Te pones bajo el morado..., del estadio José Zorrilla; tocas subido en un suplicio, ya no tienes el guía de la temporada, ahora es elegir tú, las sendas, los caminos, las vías en las que asirte para escalar descubrimientos.

. Al lado dulzainas marcan el camino; años que como en un equipo perdedor, olvídate de los años en los que fuiste ajeno a la música y trabaja para ir descubriendo sus claves.

   Te arrojas por un río. Existe una nueva competición, se tiran cuatro a la vez y a ver quien gana. Es vistoso, es divertido, es competitivo, puede que un mal golpe en el costado, le deje sin respiración a alguno de ellos. Estos, por supuesto, no pararán, pero como es una competición, tranquilos, siempre habrá alguien por las orillas que hagan esa función de salvavidas. Sería la exaltación de los codazos, de un vale todo para conseguir el objetivo.

   Ir al río, era otra cosa; costaba meterme en vereda porque mezcla cosas y deportes. Los que te ibas encontrando por el camino siempre tenían mejores prestaciones. En un periodo demasiado largo, y con unas torpezas muy pronunciadas, la paciencia de los compañeros iban solucionando continúas caídas.

   En las primeras bajadas había inconsciencia, mucha, por encima de pericia, quizás en una proporción de 4 a 1. 

    Cuando caía una vez, podía seguir cayendo como montado en una noria. Siempre, me imagino que cansados, sentía a los compañeros; dejaron de acompañarnos aquellas samaritanas, demasiado pronto.

    Surgió ir a Seu d'Urgell allí el avance fue notorio, demasiado exagerado, dejando una pose, que gustaría repetir incluso sólo por añorar el aprendizaje como valor para luego enfrentarse a las aventuras que, a muchos, aún pueda corresponderles.

      Tras aquellas bajadas, controladas, con las olas, contras, rampas, tragándose nuestras impericias, y devorando la paciencia y fuerza de nuestro exhausto Carles, empezamos a afrontar ríos, que ellos ya habían explorado con más dedicación. Las bajadas tenían un tono diferente y llegar al Ara, Gállego, Piqueras iban revestidos de otra percepción, de otros disfrute del apoyo mutuo, tan importante para la vida.

      Hubo un segundo y pudiera ser un tercero tiempo en Seu d'Urgell; los que persistimos lo vivimos como un darnos cuenta de una transformación en nuestra técnica y nuestra seguridad a la hora de tomar corrientes, pararnos en espacios reducidos, trazar las mejores rutas, con las tracciones orientadas, o con meter la pala en el momento adecuado. Todo había cambiado, el disfrute también

    Entre la música emitida por un cuarteto de viento en Valladolid, encuentro la belleza y la precisión de las canciones emitidas; una metáfora de aquellos tiempos, una pequeña toma de conciencia del tiempo que queda de aprendizaje, aunque no se haya fallado en 614 tocando el saxófono.

   No necesitaban producir ni estridencias ni artificios, para envolvernos con su música, admirábamos la precisión, la frescura y la comunicación que había entre los componentes del cuarteto en Va

   Los últimos tiempos pasado con el grupo de coincidíamos en los ríos; contenía mucho del cuarteto de ayer: conocimientos técnicos y sobre todo respeto por cada uno de los participantes en esa aventura que son las aguas, bien sean las de los océanos de sonidos, bien sea la de los Cinqueta que requieren que explores los siguientes pasos, para conocer rutas, escapes y lugares de apoyo.

    Que te pueden llevar a que te lances tu primero, por si en la marmita del líquido que te amenaza con cocerte tu lo pudieras atemperar por el paso donde la vida no se abrase.

     Puede que ayer hubiera alguno que anduviera más al límite con el instrumento que tocaron: clarinete, saxo alto, saxo tecnor, trombón Lo que si daba la sensación era que al soplar, salía la mano del compañero para lanzarte la cuerda, después de un buen remojón, habiéndote quedado anclado en un "rulo". 

      El experto clarinetista como aquel francés se lanzaría primero para marcar ritmo y auxiliar a quien se le puede haber escapado una nota o volcado su kayak, haciendo un descenso "duce", boca abajo, dicen otros. 

      Es raro, aunque digan que es una competición en un lugar marcado y con seguridad, que se asimile y se proponga como espectacular y por tanto digno del reconocimiento como competición. el hecho de dejar fuera, incluso de las aguas, o atrapada en una mala contracorriente lo que se debiera promover como la celebración del compañerismo y de la armonía en la precisión de las ayudas.

         El cuarteto en VAlladolid, ayer nos recordó los valores que aprendimos en el Jarama, en los ríos de Galicia, algunos desde Melide nos tuvimos que quedar por toda la orilla.

          Melodías para sentir la armonía del grupo.

miércoles, julio 17, 2024

Era un texto

 Había escrito unos cientos de palabras. Describían el amor por la danza, lo vivido como ancla que sujetaba la mente a lugares ponzoñosos y la lectura en una puerta, donde el carpintero había cincelado figuras y pentagramas que le dieron la música para que ella pudiera ir quitando todas las telas de araña que había ido tejiendo hilos para amordazar el lenguaje de su cuerpo.

    Desapareció el texto parido con el dolor de estar desencriptando mensajes que no podías entender en aquellos oscuros tiempos.

     Lo tomó el espacio sideral o más fácil, cualquier chapgpt que estaba haciendo pruebas con modelos impredecibles y oscuros a los que la máquina debiera quitar lo superfluo y desgarrar el dolor con las palabras cuchillos que estaba a punto de instaurar sobre nuestro vocabulario.

     Andarían vagando, días, cientos de segundos de un tiempo infinito; por allí andarían la pareja, fijada su atención en sus ansías mutuas que encontrarían en lo descripto en cada pentagrama de aquella puerta, motivos para entrelazarse en un baile de caricias, besos y silencios donde se llenaba la habitación vacía con los trazos del baile de los descubrimientos mutuos.

     Eran varías estrofas y cuatro acompañamientos para cantar los recuerdos de lo que hemos sido, que no comprendíamos y que entre líneas empiezan a tomar forma.

     Eran teclas tocadas desde una mente descubriéndose y un corazón que se desvanecía.

martes, julio 16, 2024

El Yo, ante el espejo de la mala educación

¿En donde te crees que vivimos quienes nos damos cuenta del nivel grandioso de juego al que has llegado ahora?

  Desde luego en la luna, no. Tenemos nuestro trabajo, unos, somos profesores, otros, campesinos; otros, somos cuidados.         Somos conscientes que la mayoría vivimos protegidos por lo público. Nuestros impuestos nos dan un escudo social, a los favorecidos y también a los desfavorecidos que pueden que no estén muy lejos de nosotros. 

  Te crees poderoso y merecedor de nuestra admiración y sin embargo, eres torpe porque muestras tu entrega a un rey al que yo no he elegido, en contraste con el desprecio hacía quien ha participado en algo que se llama democracia y que lucha por un orden, pero no se lo imponen funcionarios con armas. 

    ¡Une!, dices del sucesor, no tiene ideología; si, como tú que te muestras sonriente con un desarmado que recibe subvenciones de lo publico y que insulta la inteligencia, desde luego no la nuestra. Ah, que no te enteras. 

   Me ofendes, porque yo tampoco, creo en ese presidente, pero le respeto porque gente que vive alrededor de los compañeros a los que tú abrazaste ayer, en plena euforia, le han dado una mayoría.

   Joder, sumiso con las imposiciones y despreciando a los elegidos.

   Serás coreado por gente que odia a tus compañeros. Un hurri

   Grandilocuentes palabras de estos días ensalzan que lo ordenado y esforzado da el éxito. No te enteras, no siempre es así. Muchos que admiran lo mismo que tú, ordena el esfuerzo de gente como el padre de Yamal, con una diferencia, les pagan para sobrevivir y les arrojan el desprecio a los otros, no a ellos mismos.

    Disfruta de tus logros personales, como persona, podías haber  alegado fachatez transitoria o permanente para no saludar a quienes le eligieron; todos te hubiéramos comprendido.  

    A cambio has preferido ponernos ante el espejo en el que vivimos

   Y ahí, aparecéis como lo que sois, sumisos con los poderosos, y por ello, asquerosos por como tratáis al diferente.

    (Añadido conocida su desnudez superior, de ropa) Hecho el ridículo en el intento de desprecio a un presidente, lo coronaste queriendo ser un Braveheart que alentaba a masas a la rebelión y si te descuidas terminas de carnero entre borregos

    ¡Qué pena! Ser capitán y al mirar a los compañeros y también, a las compañeras, hace un año, y no tener la capacidad de empatizar con quienes os rodean y os han ayudado a ser lo que sois. Todo por odio.

  Como dice el Mundo Today. Si el odio se pudiera beber, ellos serían maestros cocteleros 

lunes, julio 15, 2024

Maialen, una librería y un nuevo río

 Ahora, en las olimpiadas, ya han puesto el sueño húmedo de cualquier piragüista, lanzarse a lo bestia por los ríos. Hubo un tiempo que nuestras acciones no estaban muy lejos

  En la competición, en el slalom, es otra cosa, todo está controlado aunque si metes en ese canal de Seu d'Urgell, por primera vez, a una panda de descabezados que se habían arrojado desde la Falaguera hasta el Puente de San Pedro, en Zaorejas, hola de un Julian que nos abrió su afabilidad entre bajada y trompada. Ya habían empezado a ir a Pirineos, quizás por Soria-Logroño, pero meterse en ese espacio ponía a la luz todas las carencias con la que se enfrentaban los fines de semana a cada uno de los ríos visitado.

    Lo intentaron mejorar excelentes monitores, lo sufrieron los pequeños deportistas que luego serían olímpicos que tenían que ir recogiendo los kayaks que bajaban, abandonados por la impericia de los arrojados e inconscientes piragüistas. 

   El grado de nuestra impericia fue testado y puesto a la luz, al entrar en el vestuario y escuchar, en nuestro catalán, la llamada de auxilio de un afable Carles pidiendo a sus entrenadores porque ya no podían más con las embarcaciones llenas de agua, que parecían una bomba, arrojadas entre las corrientes, por la impericia de castellanos manchegos a la deriva, como aquella gattino agarrada que iba derecha a una marmita del Güil que amenazaba por deglutirla sin ninguna piedad.

    No te has perdido ninguna sección o podcast de un "A vivir" de Javier del Pino. Escribes sobre Demóstenes atemporal, que ha sido visitado por una familia, con su pequeños, que puedan comprender el origen de nuestra cultura. Te lo imaginas, allí en Delfos, hablando, ya hoy, de un cuento que entusiasmará a las pequeñas. 

     Estás intentando conectar tus directos que siempre debieran ser revisados porque existen muchos ruidos que no siempre eliminas. Sientes que hoy si, hoy tienes que silenciar el momento de la tertulia de Juanjo Millás y Javier. Te centras.

      Horas después, ves que han hablado con Maialen Cheaurroult. Ella en sus entrenos de condición física, también les necesita. 

      Con preguntas se intentan imaginar lo que es la actividad de esta deportista, medallista olímpica.

       El nombre de ella nos retrotrae a tiempos compartidos entre la afabilidad Antxon Arza, sus invitaciones para estar en su Pamplona y compartir una experiencia de kayak polo con los chicos del Atlético San Sebastian, que sería de donde saldría nuestra campeona.

        Dicen que una pequeña, ya sueña con el olor de los libros del espacio que cuidó el abuelo. Se conecta todo, la farmacia de Sweny de donde sacamos nuestro Ulysses que nos abre la puerta para empezar otro viaje en nuesta vida que no sabemos donde nos llegará, aquellos fines de semana de aventura y el canal gestionado por los hermanos Ganyet que miraban con escepticismo nuestra capacidad de mejora.

         Oír a Maialen, desearla lo mejor y viajar por momentos que tenemos imprimidos en nuestra memoria. Existe un día en que las hojas se llenen de tantas humedades en las que nos vivimos.

domingo, julio 14, 2024

Demóstenes entre sofritos

En el caos de la muerte permitida de más 300 personas, Abdulla, Habida, Hafsa, Amin, entre otros seres que amaban cantar, contar historias, compartir el té con su familia, proyectar un futuro, tener miedo del diferente, que es lo que aprovechan quien los han asesinado para obtener el apoyo de, a quienes dicen representar, también temeroso del otro; de entre todos estos detalles de vida, recogemos uno, nimio, ridículo. Un niño mira al agua, porque a su enfermedad adolescente la vencerá las gotas que no volverán a pasar de la misma manera. 

      Le enseñaron a respetar falsas ideas; ahora, que vuelven los apriorismos, puede desear que su hija que utiliza la mano zurda, izquierda, para escribir, comer, partir un bollo que quiere compartir con él para mostrarle amor;; en ese gesto de utilizar lo zurdo, vea la acción diabólica de un enemigo, porque un psiquiatra, alocado, ensimismado en odio, diga que todo lo hecho con la parte izquierda puede dañar la humanidad. Ejecuta el amor por la maldad de un posible depravado, esquizofrénico.

     En aquel anfiteatro, saliendo el sol, surgiendo las palabras de entre las piedras que le afloraron en el camino, emerge un hombre. El público alrededor de ese semicírculo, prodigio de construcción, le rodea. Lo empinado de los escalones de las gradas, da una idea de él, empequeñecido, abajo, ser atendido, escuchado y respetado en quienes parecen haberse convertido en dioses a los que tiene que dar explicaciones.

     Existen seres, Victoria, Martín Pallín que con sus palabras, apoyadas en sus actos riegan el escenario de sabiduría, de un lugar compartido con esos seres que les escuchan. Las palabras de ambos, en diferentes momentos, convierte el lugar en un mar en el que todos están nadando e intentan entender el sentido de las olas y comprender la lucha por sobrevivir en los peligros de las grandes tormentas. Entre ellos se dan ayuda para saber afrontar los ataques que huracanan nuestras vidas.

      Delfos, es un lugar abierto, ese escenario arrobador, que te hace amar y recrear la aparición, hace miles de años de Demóstenes, en otro bello amanecer; hoy ve surgir la efigie de alguien que, desde la soberbia, lleva ya, insertada en la testuz, el ramo de vencedor. Cada uno de los espacios del graderío se ha llenado. Mira, entre taciturno y mostrando un gran desprecio hacía cada uno de los lugares que la veleta de su cabeza le va llevando.

     Su cuerpo, por el contrario, está rígido, si su cabeza, nos ha dado la sensación que giraba, a cambio, su oreja, la derecha por más señas, ha parecido quedarse estática, alerta a lo que percibiera de lo que viniera desde aquellos lugares.

      Como un gran César hace un gesto entre, disciplente y de desprecio hacía toda esa turba, piensa él, que se ha arremolinado para escuchar. Hace el amago de irse, dueño de un título, protegido por Marte. Aquí, no es nuestra época, lleno de aparatos que distraen la atención de quienes quisieran saber. 

      En este nuestro instante, a un vendedor, no le han dado el premio de ser el presidente del año. Y a un bufón no le han dado espacios, para que les pareciera al pobre, que les hablaba a ellos, cuando en realidad serví a a sus amos. 

      No, en la magia del despertar de la mente entre los nuevos rayos, cada uno de los seres ávidos de conocimiento que ha acudido al Teatro, le reclama explicaciones por sus actos. Si quiere, los puede teatralizar, los puede narrar. 

      El hoy, en hace 2.000 años, es un juez que debe explicar porque de sus actuaciones. Hablará desde abajo; en la grandeza de su explicación a sus espectadores irá haciéndole disminuir hasta dar la misma imagen de ser una hormiga pisada por la propia podredumbre de sus explicaciones o haciéndole participe de la construcción de una sociedad.

      Cuando llega el momento crucial, después de haber divagado, pero sin crear una bella odisea, sino sólo el jardín de los horrores, le llega el momento de rematar su disertación sobre la justicia, con el descubrimiento realizado en dos palabras claves, se queda atascado; las miradas escrutadoras parecen disminuirle; el silencio anhelante, es un volquete sideral de basura que el mismo se arroja, sobre su mentira:

   no sabe rematar su exposición bosquejada entre ramales de océanos. Podría ser tan fácil, ir a las termas que limpian lo impuro. Podría acudir al oráculo que con sabiduría le ayudaría a escrutar el acertijo. A cambio, permanece mudo, inerte, porque alguien le ha escrito una 

              M con un punto

               Rajoy que podría ser un tomate Rah de un hoy, convertido en j. 

           Calla y si, en aquel tiempo, en aquel lugar sería la viva imagen de un estercolero que anegó lo que antes fue un hombre.

sábado, julio 13, 2024

Trotadiscos

  Stephen Fry, actor y escritor, conduce el hilo argumental de un documental sobre Willem Arondeus y Frieda Belinfante; el título: desafiando al nazismo; la temática trata sobre dos artistas holandeses, gay y lesbiana que, en el caso de él, incluso, prescinden de sus sentimientos, para salvar vidas humanas. A grabar entre frases de nuestra vida, una del pintor, "quiero que permanezca en la memoria la fortaleza de un gay", más o menos dicho. Sólo el hecho de enfrentarse a una sociedad estratificada y controlada desde arriba, ya les hacía unos héroes. Él necesitaba afianzar su fortaleza, entre "las costumbres de ese poder jerarquizado".

   Cuando ya hasta los ciervos se exhiben por los jardines del pueblo, pensamos que ya nos hemos mimetizado en la naturaleza; enfrente a ella, tememos que todas nuestras bajezas destrocen los débiles cimientos que nos sujetan a la vida.

   Hace muchos años, descubrir la música era salir a trotar por desiertos en el que muchos permanecimos nadando temiendo cualquier oleaje que nos hundieras por las dunas, siempre hambrientas. 

    Sumergirse en una postura para succionar la vida de ese especial número de personas en los que buscas encontrar esas "depravadas " felaciones que te son imposibles encontrar en ti mismo. 

    Cuando sales de ese esperanzado ensimismamiento, descubriendo que en el otro, sólo podías encontrar el sentido de la belleza de la satisfacción mutua, tienes el deseo de borrar todas las sucias órdenes que te impidieron gozar de semejante aventura. 

    Entonces, encuentras como único remedio, para la desazón producida por dejar entrometerse en tus placeres a quienes, sólo, buscan el sometimiento, el poderte quedar mirando el trote majestuoso de esos herbívoros que de belleza al lecho de los encuentros.

     Entre los sonidos encontrados, nos ponen los antiquísimos tocadiscos para que un Javier crea que un tal renombrado Pablo podría ser objeto de la afectuosa búsqueda por evitar que hablará demasiado.             Siento una cierta tristeza porque el primero se vea obligado a generalizar sobre el personaje, nuestro segundo protagonista, que lo único que hace es poner en evidencia que quienes se introducen en ese acto de búsqueda sin creer en él, escupan sin paladear todos los humores íntimos de haber querido ser correspondido por el amado.

       Trotar sobre ritmos que te mandan, anulándote de los que te ayuden a encontrar las g del éxtasis ajeno, tristes rutas de una vida empobrecida para, sólo, subsistir entre risas que ahogan conciencias sometidas

viernes, julio 12, 2024

Una foto de la banda

 Me ha llevado mi mujer hasta el lugar de marras, bajo la amenaza que se pondría de negro en esos campos compuestos para escenarios de fotos de glamour y apariencias.

   Ya las hemos puesto muchas veces de ese color. Si hacen elegantes, por ejemplo, para quienes tienen que cortar una paletilla de jamón o para servir en una pizzeria con aires napolitanos. 

    Otra cosa es estar en medio de la Banda con esas pintas, me enoja. Ellos están a otra cosa y nosotros, pues, parecemos seres inocentes pero que les terminamos abriendo puertas.

    En el marco de la foto que se prenden en las retinas salen tres carneros, un cocodrilo, en apariencia, sin hambre, veinte cabras y una jirafa. El zoo no te lo parece por la variedad y porque como dron te han puesto a un pájaro carpintero, que persistente es, pero, ¡leche! que con los años no hayan evolucionado a una mínima herramientas; luego que si se quedan cogidos por hebras de pino y se les disloca el cuello. ¡Pues como no! en el ser humano, algunos son atrapados por discursos sin sentido y salen ebrios de fanatismo a dar picotazos.

    Lo de los carneros tiene su miga. Les ves, muerden hierba, levantan la cabeza, se quedan ojipláticos; tu te piensas, como pidiendo explicaciones y de repente, dos pasitos para adelante, uno para atrás, y a embestir que se van. No les pidas un porque, son los colores, son himno, son los cuentos bíblicos de Nieves, el caso es que te topan. 

      Ejecutado el acto, vuelven a su estadio, entre de sopor e idiotez. El carnero, los otros dos carneros; les observas, no han obtenido, agachan la cabeza como de sumisión, cuando el pastor se acerca a donar el azucarillo, lo toman y hunden sus fauces, no exageremos, sus dientes entre los dientes y alguna amapola que quedan y cuando margaritas que no se borran

       Si tuviéramos que analizar los efectos perniciosos de los bóvidos es el miedo que han metido, porque, ¡chicas! que te volteen con esa virulencia sobre la zona inferior de la rodilla, ya maltrecha no es de buen gusto. 

      Imagínate a un cuerpo, por situarnos de una forma más completa, que sea el de la policía, pero que vamos no va nada contra la generalidad, sino por poner un contexto. Tu les miras, ellos te miran. De forma disciplente les saludas, ellas te conceden un ligero golpe de ojos. El equilibrio de la tarde, una brisa desértica que no es lo mejor en un sol que ya te golpea con violencia y que se vienen a por tí. porque los pastores de ese tiempo, pues no quieren que les pises las propiedades. ¡Qué no son suyas, señorones!, les quieres decir. Lo dirás tú, te espetan

       El caso que te ves en el suelo, zarandeado, malherido, humillado, denigrado y pensando, esto no es propio de ellos, de los carneros, se refiere uno. Sabes que los pastores, después de pastorcillos, van a lo suyo. Apenas levantas la cabeza porque cada parece haberse partido y cada músculo, rotas sus fibrillas, como hirviendo. 

        A los atrapados en el veneno del azúcar les mentas a sus principios. Les hablas con dulzura, será porque las porras siguen erigidas en su cuerpo. Señoritas ustedes o han cometido una equivocación o una villanía. Elijan su verdad. En este inmenso campo, no tenían ningun motivo para el atropello realizado. El azucarillo no es una excusa. La perversidad de sus actos hacía nosotros ha sido apabullante. 

        Entonces viene la gran pregunta, por personalizar, porque no les caiga todo el marrón a los carneros; por la metáfora, les humanizamos y le decimos a esa policía, nosotros caminamos por los mismos terrenos y tenemos una perspectiva en la que con toda la perversidad empleada, ustedes no han obtenido ninguna explicación para justificar su traición o embestida, usted eligen.

      Vuelves al original, el carnero, por si se presentan algunas suspicacias. 

      Y  le requieres en su lenguaje, ¿no te ha mosqueado que ellos tuvieran todos los azucarillos para fidelizarte y "endrogarte", como decía el tío Urelio, y que yo, señor macho cabrío, que no falten las formas, lo único que te he dicho es que tu aquí, y yo, por allí, pero con mucho respeto y ayuda mutua si la palabra no te mosquea? 

       En esas estamos con el macho patrio, pero claro, recuerdas a las cabras anteriores, las han soltado e igual te defienden al lobo, que les comerá, que a las boas que te asfixiarán, nunca lo comprenderás, pero pasa. Cogen sus parafernalias y ahí que acuden, sintiéndose únicas. Sin que al mirarse con los que han escuchado las mismas sandeces, les quepa un atisbo de duda de pensar. ¿seré estúpido?. 

        Si nos centramos, en estos momentos, en lo del cocodrilo da miedo y pánico, a partes iguales. Concedida una tregua con los carneros; todos salimos a pasear una tarde fresquita de Mayo. Los caballos, ni están ni se les espera, pero claro llegas a una charca con sed, te agachas y pegas un salto, ¡de la hostia! un instante antes de que el cocodrilo en su lanzamiento y ante tus reflejos, pegue la dentella al carnero. Este que bala, el otro, que se pone a girar, girar y desgarrar al herbívoro. Tu sudando, ¡de buena me he librado! y el señor juez, por el cocodrilo, por humanizar la metáfora que no se queda satisfecho y aún pega unos últimos retortijones al asunto y que te piensas para tus adentros, se habrá inflado a esteroides. 

       Pues nada, que te ves con el animal muerto, él que se pensaba fiel. Con el depredador masticando como en una extrema necesidad y, para tus adentros, piensas, por los pelos, mirándote a la charca, y apenas con ellos. Te das cuenta que, sin esperarlo, estás a la sombra. Tu que creías que no había ningún árbol, en kilómetros a la redonda, pues vas y te encuentras con ese eclipse y si, es la jirafa. La ves plantada allí y te rebelas, ¡quien hostias la habrás puesto aquí! y tu mente sarcástica, que no tú, expulsa:¡Anda como al rey!

        Si estuviéramos todas a lo que debíamos estar, habríamos plantado árboles. Mi mujer me sacaría las fotos con las guayaberas blancas, a juego con mis pantalones y zapatos. 

       Allí, entre plantas y el atardecer, inmenso que amenazas en coger en el siguiente paso. Sueñas con destruir todas esas guayabas sobre las que se han edificado quienes dicen querer los campos compartidos, a su pesar, eso si.

jueves, julio 11, 2024

Haz que pase

 Si los ves por esos lugares que visito, diles hola. Aún recuerdo cuando había sonidos raros y tenía compañías por el simple hecho de estar contigo.

  Al mínimo descuido te mete una "morcilla" de un texto que le han colocado en la cabeza como un hierro mayor a un cencerro. Les distrae, dan dos cabezazos, para acá, allá y aculla y les suena bien. Lo oyeron, lo repitieron; les hizo gracia, se siente graciosos. 

   Si los ves, diles hola; comentan que esto siempre es importante lanzarlo al aire, aunque antes te hayan arrojado un puñal. Este te puede dar y hacerte un buen estropicio. El hola se queda frotando por ahí, o por alguna consulta médica o de odontólogos que, ya te produce un efecto anestesia, que, a ellos, al menos les ahorra introducirte una mayor cantidad de calmante.

    A la cuarta vez, escuchas en los telediarios basuras y te vuelves hacía ellos y de una manera inquisitiva les lanzas un certero "hello"; también interrogativo. 

    Caminas por las calles y sientes murmullos, muchos y te miran. Por cambiar de tema, piensas: "pues no es tan grande el paquete". Al fin y al cabo es Ulysses y su no vuelta a casa que mira que le dio de sí a James. 

      Ya me temía. Se me queda uno encarado, y me espeta, no con el filo de una daga, pero porque no quisiera: pues mételos en tu casa.

       Le miro, la observa, la cuento, le digo, lelerele, flamenco, puro flamenco, 

        ¡Pues no me explicó ayer el profe, lo que es la impro para el saxofón que casi me peta la cabeza y si no lo hizo es porque otros ya lo consiguieron!

              Ay, aaaaaayyyyyy yy yyy si tu metieras en tu cama a los mismos que mandas a espiarme. 

                te llevaría a la Antártida, a la Patagonia, para que sintieras su fuego 

                 te introducirían tu patria, ¡despacito, como dice la letra, despacito y lubricada

 Y a mi, aaaaaaaaay, ay, ay, aaaaay ay

                 me dejarían, mientras tus "madame", eso si con tus himnos y bandera

        Del flamenco a Dylan

                Si, cariño, pude vivir en Tangier: aquí o allí,

                Mas, si aparte, de aquellos espías, quieres meter a quien te roba y miente

                            hazlo y se

                  en la lejanía, avisado, compartimos un lugar y te aprecio

                  Tuvimos, tu dices que se mantienen, unos lazos, la Consti, llamas

                Ojalá te cuenten, amigos, sino, poco importa, quienes se entrometieron,

                      que estoy bien: defiendo una sanidad y educación pública

                       a la que se le den recursos, no palabras ni traiciones

                      Te recuerdo que las cosas tienen que ir despacio. 

                             Ahora que la codicia se impone; los fentanilos y otras drogas

                         aquí las tenemos en forma de pisos. 

                             Propietarios quieren placeres rápidos, Éxtasis precoces

                                    "Ahora que el mundo se acaba" dice Residente.

                                Que se rompa el tejido social, la justicia social

                                los voceros mercaderes alaban al poderoso y

                                tu te crees que el problema es la migración.

                                Mientras con miles de millones se erigen 

                                      Pirámides de desvergüenza

                                       ricos mueren y nos entierran

                                        soñar ser dueño, pero, sólo

                                          hasta cerrar los ojos

                                 No te olvides, 

                                         cuando corrompes, caemos todos

                                ser espiado, que colaboren jueces y voceros

                                  es destruir los lazos de convivencia, 

                                              Eres fuerte, lo sabes

                                    en las corruptelas, te criaste

                                    enfrente sabes que tienes personas

                                      les señalas como enemigos.

                                     Infringes golpes, con la ciudadanía

                                       entregadas a tus villanías.

                                      Promueves locuacidad sin reflexión

                                       me produce escalofríos,

                                       golpean pequeñas traiciones

                                       El sentido de comunidad

                                       sabes que vive dentro de mí

                                        te lo hacen temer,

                                        solo es mirar al otro

                                         Haz que pase

                                         servir al ladrón

                                          no es Patria

                                          es traición

miércoles, julio 10, 2024

Delante de un café

  Esperando al que anda, pensando en quién goleó, teniendo el móvil en la mano aunque le deseen lo peor.

   Volver a viajar con el cine. Los tomates escuchan a Wagner y permanecer cerca del agua por Gloria y Esperanza.

    Que será de nosotros cuando el tiempo postre los pueblos a la despoblación. Cuantos casas se cerrarán y los bosques de carrizo invadirán los días sin gente.

     Delicadeza de la película griega con los últimos pobladores de una Elia universal. Un pueblo capaz de armonizar el respeto de las esencias con el encuentro con el futuro. Una llamada para descifrar lo que es la vida, por encima de las tendencias que te convierte el algo común.

      El jugador que huele la bufanda porque en ella está impregnado todo lo que él ama: su madre, su padre, su perro, los sabores de la comida con la que ha salido a cambiar una tarde, él en Barcelona, otro en Alcalá, quizás, otros en un Madrid en decorados. 

    Metido en una nave que le aleje del circuito que le recuerda de donde viene. Ojalá alguien pueda ponerle las palabras de Laura Arroyo, para que sepa  que en otra parte del mundo, un partido de compañeros de su edad, es interrumpido porque alguien decide que asesinar, al menos, a 29 adolescentes es más importante que la alegría con la que están confraternizando en un momento de la historia en la que todos ellos, de forma intima, saben que están marcados.

     Otros, le deberán decir que Rabiot habló con sumo respeto de él. 

     Algún Alexandros le deberá decir que quienes señalan a los de otra camiseta, como su enemigo; estos, en realidad, también buscan optimizar la huerta intima con sus músicas propias. 

     Christos aspirará un tomate, con la bella sangre que el huerto, trabajado por sus ancestros, regados por las aguas recogidas de la colectividad, le ha transfusionado. Le dirá a un joven Lamine, Ibhahim, Rayan no dejes que quienes producen, otros tomates, de la plastificación de las matas, de la extenuación de las tierras, de la desertificación de los manantiales, te digan que lo inmediato es el éxito. Ellos viven de venderlo, de comercializarlo, pero todo lo que te ha alimentado de amor, es lo importante. 

      Enfrente, aquel que te señalan, como vencido, sólo valoró tus esencias y te ánimo a que fueras a más y lo has hecho, para tu efímera gloria de hoy, su derrota que es un puntal más del edificio de respeto en el que vio estás creando unos sólidos cimientos. 

      Observa a las Katina, Agathi, en cada uno de los botes que envasan encuentran los aromas de todas sus vidas, de sus maridos, de sus hijos, de sus padres, de esa música griega que pusieron en una comida eterna en Thibas. Como ellas, tendréis que mixtar vuestras esencias con centeno o con cebada, pero has sabido aspirar lo tuyo. En ello, están también seres como Rabiot que siempre han soñado con mezclarse, sin olvidarse de su amor al fútbol.

      Mientras, el agua del río vuelve y te mece. Aspiras a que tenga cerca para ser parte de ella  

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y