viernes, marzo 22, 2024

Que sabe nadie

 Nadie puede estar en una isla o puede viajar entre una multitud o meterse en una app y tras ir y volver por ella, en un círculo más infernal que digital, empezar a dudar de su existencia que confirmaría el nombre anterior.

  Ese tal Nadie, puede sentirse orgulloso porque deja de ser esa insinuación de entelequia para ser un juez que jamás hubiera soñado serlo, ni tan siquiera plantearse esa ardua tarea de estudiar años y años y de pagar un entrenador, juez, pudiera ser en ejercicio y en negro, como sus hábitos 

  Nunca pensó que con su voto podría eximir a un corrupto, o a una ejecutora de órdenes sin pies ni cabeza, con resultados fatales

  Hoy desde una tribuna, esa oradora le ha dado esa prerrogativa, ser su ángel guardián que la nombró inocente y sin juicio y todas esas zarandajas que se prolonga tanto en el tiempo. Tu te tientas las ropas y cabeza, te ves poderoso, sin haberte planteado estudiar esa abogacía y esa carrera judicial que tan lejana e inalcanzable te parecieron a tus caóticos estudios; te ves dios justo, impartiendo justicia 

  Fijate, al mismo nivel que aquellos, tan sumamente soberbios, por su poder, por haber perdido en muchos casos la dignidad de ser jueces, por altos motivos patrióticos.  Ahora llega el día en que coge la señora y a tu voto, le da el mismo valor. 

  Y mira que intuías algo, cuando en una conversación informal, a un podemita le conferiste el cerebro de tu hijo de ocho años.

  Él que se planteaba el acceso a la vivienda digna para toda la ciudadanía que ya ves tú está grabado a fuego en tu amada e inmaculada Constitución.

  Aspiraba aquel pequeño, no el hijo, el iluso, a que hubiera una sanidad y educación universal digna en su dotación económica y en su trato a los contribuyentes. 

  En fin, aquel remedo de ser de las ciencias ficciones creía en medios de información alternativos y no como tú, en los límpidos y glamurosos televisivos Bustos, maquillados como gólgotas para tapar las cruces del tiempo.

  Ahora ya, juez eximidor de culpas por la gracia de tu voto. Acudirás a una "hacendera" donde compartirás esfuerzo a quien tú bautizaste como pequeño mental, incluso mal "Ciudadanos" a los que te entregabas. Ya no existen y cuando mires la calva de quién contigo comparta tiempo y esfuerzo en esa anarquista hacendera.  Puede que comprendas la gravedad de tu voto que será manipulado como eximente de culpa y a la vez, percibas la fuerza del apoyo mutuo entre iguales, para sacar adelante la sociedad y puede que comprendas que tus actos, son más importantes que tus patidifusas aseveraciones. 

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