miércoles, septiembre 09, 2020

Corzo y tiempo; momentos filosóficos

 Debería ser sumiso y agradecido, pues entre sus multiples centro de intereses, un hombre rico ha sacado la conclusión que un hispano es estúpido. Mira que existen multiples situaciones, espacios y comunidades, pero ir a dar conmigo, me ha resultado cuanto menos, aterrador. Sólo me pasa eso cuando, ahora, de entrega a la ciudad, la vuelta será cuando sienta que estoy ahí, cuando en las radios convencionales oigo en cada bloque publicitario, ¡¡¡¡el anuncio de la voz que penetra en mi mente, para ocupar los espacios vacíos!!!. 

Son palabras palo que se nos da en nuestros lomos para que sintamos el miedo a algo que apenas existe, el  allanamiento de viviendas habituales y segundas vivienda; cuando en realidad lo debieramos racionalizar hacía voces que nos abren puertas a abismos, dónde ahí si necesitamos, ponernos chalecos salvavidas.

Mira que lleva años con la matraca. Estoy seguro que le da por hacer viviendas sociales para tener unos beneficios normales y permanentes y no tiene ese sin vivir que nos tramsite de una paz que no logra.

Hablando de jardines, me ofreciera a recortar las hierbas que no dejan ver la realidad, pero ya lo han hecho los corzos. Creo que hemos dado con una camada que promete gestas importantes. 

Sin ir más lejos, el que pillé el otro día, llevaba la diadema como que iba a pasar de corzo, a algo mayor, que les voy a decir, ciervo. Parecía ser consciente de su destino y por ello, se había alejado de su madre, que consiguió atraerme la atención lo suficiente como para que su vástago se arrojará sobre mi parachoques, no sé si eso fue una lección para su hermano, que venía detrás y que parece que ahora si será el heredero, aunque podríamos decir que de forma gratuita. 

Yo, pude ver, después la felicitación de la madre a su, ahora, nuevo heredero. Me pareció cruel ese ensañamiento de ella; pero con el tiempo he comprendido que el otro debía morir para que este pareció un lindo, digno y deseado descendiente de su calculadora progenitora.

En el último momento, si le pude ver; puedo corroborar esa meliflúa vanidad que le acompaña en unos ojos que eran ajenos a su caduca vida. Hubiera preferido no darla, sobretodo, si agradecido a unos escribanos, luego te enteras que sus manuscritos andan tomando los últimos baños de Sol, al que mis tomates ofrecen su espectaculares redondeces que dejan a uno pensando sobre todas las maravillas en las que el ojo humano busca su promiscuidad y alabanza a la belleza, si superficial, pero que de forma estúpida, le hace creer en la perfección en la que tantas y tantas veces choca de forma tan brutal como elevados son sus deseos de posesión.

Permanecieron durante siglos los pápiros para datar costumbres, acciones y materiales de lejanos tiempos. Tras la rueda y la máquina de vapor, considero que los tiktoks podrían hacer posible que unos segundos confluyerán mi compañia de seguros, con los guardianes de la moral de la carretera cuando te has accidentado. Pero no, tras una semana y viajado el coche durante estos 12 días, más que los últimos 6 meses; pareciera que las caravanas con sus caballos que deben tomar bebida y agua, cada cierto pequeño tiempo, hubiera sido el medio elegido para que el seguro, feliz y risueño ofreciera sus servicios.

El corzo entrego su cuerpo a la ciencia culinaria, como yo mi mente, al cocido cerebro que se deshace cuando ve pasar la reale parsimonía. 

Yo, me callo, todos tienen razón, pero los sonidos que parecen quieren aflorar, como diría la canción: "no son rumores, no son rumores"

parecen reale

"coche bonito, sabes que estamos en manos de los señoritos"


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