En la cabeza un bombo; con la realidad, mil verborreicos seres soplando gaitas, con los jabones que les crean pompas para ser arrojadas a un aire que las esparce.
Boquean, aspirando necedad quienes realizan un tour de exhibición de sus palabrerias al servicio de un capital que luego, "si paga a traidores". Aparecen hormonados con pastillas que les da nuevas vidas; que no vergüenza propia y convertidos en baquetas
Nos asaltan, una y otra vez:
- A veces marciales, con golpes contundentes, quisieran que serios y orgánicos. No saben que de esto último salen sus heces que les delatan
- Otras, espasmódicos, como queriendo alejar tanta y tanta sandez que son capaces de decir entre las corbatas y los trajes que parecen taparles sus desvergüenzas.
Golpean, como apalean porque saben que siempre habrá quien en la equidistancia, iguale lo obsceno con los bongos que te llevan a danzar con el cuerpo con el que rebozarte es de pasión y los ritmos que salen besos que recorren todos los sonidos de su mente entregada.
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