La enésima vez que me dice: "eh tu, el del peluquin", ¿no te parece que estar seguro es la más importante nave en la que nos podemos embarcar?
Yo le miro desde mi jamelgo, este tiene mucho mundo recorrido con muchas chapas recibidas, aún así se ha quedado, ojiprático y calculando que podría valer un rodillo y un pasador.
Le lanzo una diatriba sobre lo que es llegar a una buena orilla, donde te puedan acoger los abrazos. Ya, ya pero quítate antes la cartera del bolsillo de atrás, del derecho. Cuentan las habladurías que los que vienen saben que en el otro, tenemos el moquero y que lo utilizamos para los más diversos estornudos e incluso para quitarnos la cagarria de algún estornino,
Entonces se dice que ya es una opción menos en la que fallar. Mira que Borrego, apellido, tiene un observatorio privilegiado, pero claro el catalejo lo ha puesto sólo en una dirección, así que proclama
"Por aquí, por aquí, entran los diamantes, el petróleo y el coltán".
Tu, te dices, se dará cuenta. Pues no, Lindezas, poco después intenta atravesar el muro. Ya ves, como en "la Vida de Brian", aquí no se llama Incontinencia Suma, aquí es Bocachanclas Desatadas.
¡Qué si tal!, ¡ qué dentro de unos años llevaremos velo, aunque yo soy más de leotardos. ¡bueno, bueno, bueno!. El amigo, con los años, se pone más sutil, echa un último vistazo al móvil, "te quiero papa, no vayas deprisa".
De ahí, se tantea las llaves del coche derrochador de gasolina y a lo lejos ve a ella, su churri, con su diamante resplandeciendo por debajo de la belleza de la sangre derramada. Todo en orden.
Asi que va el hombre a abrazar a su compañero y por eso de las ensoñaciones. ¡Oye, chico! que ve a la madre de este y se la imagina saltando una valla, y como eso no es orden, y le puede causar inseguridad; ¡qué si, que sí! que la den un empellón y la aparten.... del abrazo de su compañero.
La situación al segundo de ahora, dicen los del parte, es la siguiente, la iglesia, la máxima ocupa, pero que no se le ocurra ir ningún desokupa, que no le dan la hostia y eso ya no, por ahí no pasa que se hayan comido el orgullo porque se dan cuenta que siempre obedecen, golpean; les mandan, amedrantan; antiguos prebostes siguen ahí, pontificando y expoliando a algunos de los trabajadores que le votan, ¡que te doy, coño, que te echo!. Pues nada, chico que estás cosas le dan seguridad al mozo. Eso sí, todo pundonor y con los años, llenos de sabiduría en su profesión y en el pago del salario por haberse mercantilizado, con miedo que otro más pobre "erase un sabio..." se ofrezca a realizar más barato. ¡los que se pelean, se desean!, ¡Qué va!, se anulan, mientras el estimulador anda a lo suyo.
Pues va no te digo, va "tupido velo" y se pone en medio, como para equilibrar; como para remarcar ni todos los bombardeados eran buenos, ni la que lo dijo, era tan poco canalla, como puedes aspirar en quien se expone. Pues nada que ella lo era en grado superior. Ni aquellos funcionarios del terror podían ser tan malos. Al fin y al cabo, siempre se puede decir: ¡joder macho que me lo han dicho!; me lo quedo mirando, con la mano abierta como imprimirlo en letras cirílicas y manifestarle, ¡coño campeón, un poco de dignidad!.
Pero eso, le han dicho que no se preocupen que se lo tamizan un poquito, de tal manera que aquella "seis dedos", se pone manos a la obra. Al cabo de un rato, escucha "no te toques la narices", pero ¿Dónde mete el dedo añadido?, pues ahí, leches que parecéis cortitos ¡Qué miras bobo!, anda pa'lla; yo siempre me lo tomo a la tremenda y oye, cierro los ojos y que me digan todas las lindezas que quieren. Al fin y al furrier no siempre se te va a escapar un cuesco y te van a arrestar para que puedas tener un tiempo compartido con quien siempre hubo silencios.
Borrego rebuzna, que igual podría ser mitad humano, mitad mulo. Se le sube el Ladrador, ¡que si, que sí, leches, que este muerde! y ya está, que seguro que mañana será otro día y el próximo viernes I'm love. La de cosas que tuvieron que inventar para que yo me disfrazará.
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