martes, mayo 21, 2024

Sin el sufrimiento de los pueblos

   No pongamos nerviosa a la gente; no todo sale bien. Situado sobre un cortado, caminan una serie de personas sin un rumbo fijo; parecen alejarse entre ellos, pero terminan confluyendo en un nuevo espacio.

   Terminarán saliendo por un lado del escenario, pero ese momento que han tenido antes en ese espacio donde les hemos visto no se termina de entender. Señalaremos al autor uno como un ser bailón que tiene un sentido del ritmo obtenido de muchas horas dedicadas a la música, desde los lugares más lujosos hasta los antros más abyectos en el que se puede encontrar las forma más baja de vida.

   Gari Stevenson, vivió entre la pobreza durante su niñez; una gran habilidad matemática le puso en condiciones de entrar a formar parte de los traders que participan en el juego con la economía especulativa en el que vive la sociedad llamada "occidental", vestida de una patina de honestidad, si nos olvidamos de los atracos y genocidios tanto en África como en el continente americano, de Norte a Sur y de Este a Oeste. 

    Fue un outsider ganador en un mundo al que no pertenecía o en el que no debiera entrar como le intento demostrar alguno de los miembros herederos de esa mentirosa meritocracia. En "Destroying game" lo cuenta. 

 Libro a leer, en contraposición al de ese falsario que trae un libro a la venta desde allende los mares y donde ya, desde la solapa no coincide lo que pone con su lugar de estudios universitarios, con lo que dice en la presentación del libro, el correspondiente apologeta.

   ¿error? eso si que fue un error nos cantaba la canción

    A quienes le traen como el desvergonzado que expulsa sonoridades por cualquiera de sus aberturas, no le preocupan las falsedades, hace tiempo que lograron que la sociedad se entusiasmara con las procesiones de apariencias bien sean mediáticas o sociales. 

    Pudo ser Veleta, pero apareció un Willy ayer, enfrente se le puso un histriónico "camiseta verde", perdió la compostura y por ello, alzó la voz y desplegó su paleta de matices sobre ese escenario improvisado. Aún no había visto la lona, un gobierno comunitario y al lado, la cerveza, liquido amarillo que expulsaba lo primero, después de haber exprimido la razón siguiendo la flautista, quizás por eso son necesarios tantos alcorques vacíos.

      Nuestros desplegó la mesa de mezclas del sonido, que tenía anclado en alguna parte de su cerebelo y entró avasallador, gritando: ¡Hoolaaaa Willyyyyy, ves el efecto de ir todos juntos por el paseo del Prado, ahhahhhahhhhhahhh, nos dijeron que fuéramos solitarios a la batalla!  

    ¿Nos ves gritónnnnnn del carajo?. Cada uno diferente, todas juntassss, para que no nos cojasss, vendido bufón, nuestro dinero y se lo des a los que ya lo tomaron junto el poder que fueron robando al pueblo.

      Casta, ¿quienes fueron? ¿a cúantos ofrecisssste? la performance de escupitejear a quienes, ser semejante en muchas de sus sumisiones, tienen un concepto de lo social.

        No, no, pendejo, diría Aguirre, no eres inteligente ni para trampear lo básico, subiste los transportes, para dárselo a algun apostador. Ni viajar tranquilo a su trabajo dejas a quienes quizás te votaron. A ellos, cansados de ver a políticos que se pliegan ante los grandes poderes. Estos, logrado lo último, tiran para adelante con el capitalismo salvaje, esperpéntico, como sus vendedores, porque ya todo chirria: los bancos masacran a comisiones y manejan viviendas para que el turismo destruya las raíces de una ciudad. Las empresas, quitados los esclavos de la edad media, los trabajadores metidos en vagonetas de carbón como alimento, exterminados soldados en guerras donde les proclamaban soñadores en un mundo sometido que terminaban horadados por balas en sus cerebros; esos grandes conglomerados ahora se agarran a desternillantes falsantes, a vagos subvencionados toda su vida, con miradas pérdidas proclamando una grandeza de patria, que en sus actos vitales de 30 años han sido de una golfería sin par. 

         Empresarios "en cuervo", acercándose a picotear por donde les ofrece un travestido nigromante, lenguaraz en los pabellones donde la sinrazón se hace orgía.

        Voz elevada, fuerte, cantarina; hola Willy, soy aquel que llora, cuando ve a un ser que se enfrenta a los adoradores de la mentira. 

              Soy el ser diferente, que contempla la mirada de cada uno de quienes ayer pasaban por Neptuno y Cibeles; éramos humanos venciendo a ídolos de barro. 

                         Siempre un abrazo, Willy


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