jueves, mayo 16, 2024

Salir del puerto

 Deberá llevar cuidado Omar, tenía varada la embarcación al pantalán con un ballestrinque. Las velas las había izado realizando con la driza un as de guías. 

 Nadie daba un duro por el nudo llano y sin embargo ahí andaba dando un margen para que no se fuera más lejos de lo habitual. El ocho fue una sorpresa pero cuando tuvo que preparar un arnés por no aparecer el propio, tuvo un valor de seguridad que le permitió hacer banda desde la borda de la embarcación de vela.

   Otra cosa es cuando coges un barco, este ya con su motor y sin tener ninguna vergüenza por parte de quien vende y quienes compran sus muchas armas, le pones rumbo a un país que está cometiendo un genocidio con habitantes de aquellas mismas tierras, Palestina, que es su nombre en muchos siglos; atraca en algun puerto de España y pasea por sus aguas jurisdiccionales. 

   Parece ser tripulado por gente inocente, ellos sólo lo hacen moverse, se justifican; cándidos nos muestran a los jóvenes y niños de ese país genocida que han sido taladrados por la bronca de tanto odio que parecen les haya insertado por ese agujero, un chic donde la sinrazón y la impiedad hacía los diferentes guíen sus actos diarios de destrucción de ayudas que sólo aliviarían, en parte, el sufrimiento de estos últimos.

   Es lo que tiene todo esto, se alimenta el fanatismo y luego por días, o por la oportunidad del momento, se les va sacando a la luz a conveniencia. Eso contaba Antonio Scurati en su libro M, que era el "modus operandi" de ese Mussolini que utilizaba a sus camisas pardas según el momento. Necesito ruido, concluía, saco a los fanatizados y que campen a sus anchas, por calles, en marchas militarizadas con un orden financiado por las grandes riquezas. ¡Uff, parece que la cosa marcha bien y que el ciudadano "medio" acepta nuestras propuestas!, pues a estos alcornoques les llevo a pastar al gimnasio de turno donde vayan engrosando sus músculos, que al fin y al cabo, es lo único que necesito de ellos, que golpeen para asustar.

     Hasta los poetas como D Annunzio, navegando entre sus letras y su fanatismo se quedan cortos cuando las industrias armamentísticas tienen sus ejecutores; porque los poetas se les quedan a medias. Nos sirven para crear relatos en los que alguien se pueda embeber de la épica y de la gloria para sentir vibrar el alma carcomida por imágenes e himnos que devoran la razón de los hechos; pero el día a día necesita a mentes criminales que manden "el que pueda hacer que haga" con la perversidad de saber que está creando monstruos y mintiendo porque su fin está por encima del respeto, no a sus adversarios a los que ve como enemigos, a los que se podría asesinar, sino a sus seguidores a los que les envía hacía la violencia irracional contra el que está conviviendo en sus actos diarios y no piensa como él.

     Desde el faro, Puente creía irradiar la luz propia que guiara a una sociedad. Ayer fue 15M, incluso para los mayores que merodeamos por la política en la realidad de dejarla pasar por nuestra puerta, aquello fue tan grande, que con todo el canallismo de los Ferreras y otros que mentían para "dar hostias" a los que ponían ante el espejo de sus actos impúdicos y traicioneros; con la acumulación de basura y fango emanadas de eunucos patriotas; con las traiciones pagadas de advenedizos errejonistas y sumatosos. Se aprendió a ser parte individual de un colectivo que buscaba ser consecuente con lo que había descubierto: Si se puede.

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